Si dentro de unos años, tuviéramos que definir la época del videojuego que nos ha tocado vivir en PC con una simple etiqueta, para bien o para mal, diríamos que fue la era de los micromecenazgos y los accesos tempranos digitales. Habitat es otro de esos juegos que, tras pasar por Kickstarter y recaudar una interesante suma de dinero, pasa a ser un título viable en PC bajo el amparo de la red digital de Steam y el conocido programa Steam Early Access -que nos permite disfrutar del videojuego desde las más tempranas fases del desarrollo-. Pese a que a día de hoy, nos encontramos con cientos -quizás miles- de juegos en categorías similares en el portal de Gabe Newell, la verdad es que Habitat tiene algo especial. No obstante, pocos juegos nos permiten ser verdaderos carroñeros galácticos embutidos en trajes espaciales, y menos todavía, aquellos que nos permiten construir una estación espacial gigante con un pato gigante de plástico como emblema.
Busca, roba, ensambla y combate
Habitat a simple vista, podría parecer uno de esos juegos de gestión de recursos y estrategia en el espacio. Y sí, lo es. El juego de 4gency aglutina una infinidad de elementos ya vistos con anterioridad, pero los enfoca hacia algo más divertido, directo y menos estresante que sus competidores, reduciéndolo todo a una lucha constante por los recursos vitales y elementos flotantes en el espacio necesarios para la construcción y mejora de nuestras estaciones espaciales.
En la versión que hemos podido probar en Vandal, comenzamos con una estación espacial básica en órbita alrededor de la Tierra, unos cuantos ingenieros espaciales -enfundados con sus trajes de astronauta- y una pléyade de basura especial diseminada por el escenario.
En Habitat deberemos sobrevivir gestionando este tipo de objetos, ya que cada uno nos puede proporcionar una ventaja única con la que llegar antes a los objetivos marcados por el juego. Así pues, sin perder demasiado tiempo, comenzamos a lanzar y ordenar a los ingenieros -la interfaz y la respuesta es inmediata, al estilo de un juego de estrategia en tiempo real- a los confines del mapeado, ordenándolos a que traigan los más variados restos de la destrucción producida en la Tierra.
El argumento o punto de partida de Habitat es tan disparatado, que enamorará al más pintado. Resulta que, tras un suceso catastrófico en un futuro próximo, los seres humanos se vuelcan a la exploración espacial para buscar nuevos lugares en los que vivir. Con tan particular éxodo, y entre los restos y deshechos de la devastación, deberemos encontrar elementos que nos ayuden en nuestra particular supervivencia, mientras al mismo tiempo, luchamos contra otros peligrosos contrincantes por los recursos. De esta manera, y flotando en el espacio, podemos encontrar objetos tan variopintos como los citados patos de plástico gigantes, trozos del Empire State y la Estatua de la Libertad, cohetes y satélites soviéticos, buques y barcos petrolíferos, barriles de gasolina pantagruélicos o transbordadores espaciales.
Nuestra estación espacial tiene una serie de enlaces, que podemos ir ampliando conforme vayamos haciéndola más grande y completa, a los que acoplarle los citados trozos de basura especial. Es decir, podemos ensamblar y soldar los cohetes para tener mejores defensas, juntarnos con el transbordador espacial para ganar en velocidad de movimiento o coger ese enorme rascacielos para así tener mayor índice de defensa. Habitat premia nuestra creatividad y arrojo, así como nuestra capacidad para la estrategia, ya que el objetivo de una partida puede ir cambiando durante su desarrollo. Por ejemplo, podemos empezar buscando tener mayor cantidad de combustible, y luego, cuando nos encontremos con el enemigo, querer ensamblarnos elementos bélicos -como asteroides, cohetes, bombas de gas- para defendernos y atacar a los otros carroñeros del espacio.
Con paciencia, suerte y una buena planificación, podemos llegar a tener una enorme mole espacial flotante, con decenas de módulos y elementos únicos que nos proporcionen una ventaja contra los enemigos y el tiempo -no hay que olvidar que la gestión de combustible y otras constantes vitales, siempre están ahí, presentes en la interfaz-. Desgraciadamente, las posibilidades de la actual versión alfa del juego son algo limitadas, y pese a que podemos pasar las horas muertas navegando, explorando y recogiendo basura -en principio, para probar las posibilidades de la mecánica del juego-, la verdad es que pasadas unas cuantas partidas, llegaremos a cansarnos un poco. Sí, el combate contra otras estaciones convierte al juego en algo más movido -y muy cercano a lo que sería un combate naval entre dos barcos en mitad del océano- pero no es algo muy habitual. En este aspecto queda por ver hasta donde serán capaces de llegar en 4gency, quienes han prometido una campaña con una historia detrás y un modo sandbox para un jugador en el que sobrevivir y experimentar hasta la extenuación. Lo que sí hemos visto, es que la comunidad parece dispuesta a subir creaciones y diseños propios, algo que siempre viene bien para alargar la vida útil del juego.
Técnicamente, pese a que está en una versión muy temprana, no nos ha desagradado en absoluto -Unity tiene una versatilidad inusitada-. Habitat tiene mucha personalidad, con diseños desenfadados y reconocibles, algunos efectos y texturas muy logradas -sobre todo si jugamos en una resolución moderadamente alta- y alguna que otra línea de diálogo memorable -como esa tan fatídica comunicación de radio que nos envían los ingenieros y astronautas que están a punto de fallecer-. También es loable la calidad de la simulación de gravedad y atracción de los cuerpos en mitad del espacio, con un movimiento que pretende ser realista, pero sin olvidar la diversión como base del entramado jugable.
Un prometedor y acogedor hogar espacial
Si nos dejamos guiar por las primeras impresiones tras unas cuantas horas de juego a esta versión preliminar del título, Habitat transmites unas muy prometedoras sensaciones. Quizás no esté del todo pulido en multitud de facetas, pero es normal dada la tempranísima versión de desarrollo en la que se encuentra. En cualquier caso, su sistema de gestión y estrategia es accesible para todo tipo de público, y su mecánica, versátil. Podemos pasarnos sendas horas explorando, combinando y probando posibilidades de cara a la personalización de nuestra estación espacial, y eso dice mucho del empeño de 4gency a la hora de realizar un juego divertido y con posibilidades. Ahora solo nos queda esperar y comprobar de primera mano, si todas las promesas y objetivos marcados por el estudio llegan a buen puerto.