Cuando en mayo de 2003 llegó a nuestro mercado el primer Wario Ware, se abrió la veda para explotar las colecciones de microjuegos (no superiores a los cinco segundos), dando un paso más allá de los límites que habían establecidos juegos como Bishi Bashi o, a otro nivel, los Mario Party. El juego multiplicó su diversión en GCN, con una versión idéntica en la que se explotaron al máximo las posibilidades multijugador de la consola doméstica, y tuvo un punto de inflexión en Nintendo DS con la entrega Touched!, que aprovechó las opciones táctiles y de micrófono de la portátil aportando toda una nueva dimensión a la saga.
Es curioso que no vaya a ser hasta finales de febrero de 2006 cuando Twisted!, para Game Boy Advance, llegue a nuestro continente, pues el juego se comercializó en Japón con anterioridad al lanzamiento de la versión para NDS, y está disponible desde hace unos meses en los Estados Unidos. En cualquier caso, el regreso de Wario a la más pequeña portátil de Nintendo es bastante esperada por las cualidades especiales de este juego, del que os ofrecemos nuestras primeras impresiones, pues será sensible al movimiento, gracias a la incorporación del sensor tilt que ya disfrutamos en el original Yoshi Universal Gravitation. Pero si el sensor de movimiento nos parece poco, el juego añade la función de vibración.
El sensor de movimiento es de tipo giroscópico, detectando si la consola rota en el sentido de las agujas del reloj, o a la inversa. La novedad viene dada del motor vibrador, que ofrece una respuesta física diferenciada en función del minijuego con el que estemos disfrutando en ese momento. Así, si un juego consiste en hacer girar una rueda dentada, el vibrador emulará el golpe al avanzar con ella; si marcamos un número de teléfono, los golpecitos serán más rápidos y breves, emulando siempre con gran acierto la respuesta que nos esperaríamos en la realidad.
Durante nuestras primeras partidas nos hemos encontrado con un control sencillo, intuitivo al máximo, y que responde con la precisión necesaria al movimiento de la consola. Lo hemos probado con una GBmicro, la enésima encarnación de la ya veterana consola portátil, y una NDS. A la espera de probarlo en otras variaciones del hardware de GBA, lo cierto es que en la pequeña GBmicro el juego se disfruta más dado su reducido peso y tamaño, pero en líneas generales parece que, tal como sucedía con el juego de Yoshi, es más aconsejable jugarlo, en general, con una consola de formato alargado, frente a la forma vertical del modelo SP. Es esto algo, sin embargo, que tendremos que comentar más adelante, cuando ya hayamos pasado muchas intensas sesiones de juego con el título.
Wario Ware Twisted! volverá a ofrecernos el entorno gráfico simple, esquemático en ocasiones, del que han hecho gala sus predecesores, haciendo gala de un derroche de originalidad y locas ideas que deseamos poder probar más a fondo en las próximas semanas. El juego mantiene, por tanto, toda la estética que se ha convertido en una suerte de símbolo definitorio de la saga en su paso por las diferentes consolas que la han albergado. El desarrollo tiene esa tendencia a un caos organizado en el fondo que es también marca de la casa, con los microjuegos ordenados en grupos referentes a diferentes personajes del juego.
Estos microjuegos se presentan de manera aleatoria al jugador y, cómo no, en ningún caso son superiores a los cinco segundos, de manera que tendremos que adivinar qué hacer y cómo en segundos. Este planteamiento en GBA y GCN se traducía en pulsar un botón o varios, en NDS en tocar la pantalla o interactuar con el micrófono, y, ahora, en mover la consola... aunque algunos microjuegos seguirán la línea clásica, claro. Es ésta, por tanto, la apuesta más sencilla, directa y sorprendente de los juegos de Wario hasta el momento.
La combinación del sensor de movimiento y el agitarse de la consola con la función rumble no es molesta; al menos no tenemos queja alguna de nuestra experiencia hasta el momento. Podría parecer que la vibración de la portátil afecta a nuestro control y precisión sobre ella, si es demasiado fuerte; o bien pasar desapercibida por completo, si fuese demasiado débil. Aunque en el pequeño cartucho (aunque de un tamaño algo superior al estándar, eso es cierto) no hay posibilidades de meter una vibración tan intensa como en los mandos de control de las consolas domésticas, lo cierto es que la sensación es firme, y el resultado nos ha parecido más que suficiente para lograr el efecto buscado en una consola portátil... algo que veremos próximamente en el juego de Nintendo DS Metroid Pinball. Habiendo probado los dos juegos, y a falta de poder analizarlos intensamente de cara a su lanzamiento europeo, se nos antoja que este juego para la clásica GBA logra un mejor efecto en el uso de esta tecnología.
Estamos ante una de las apuestas más originales de los últimos tiempos. Si el primer Wario Ware fue un soplo de aire fresco en el panorama portátil, parece que ésta será la mejor reinvención de la fórmula, yendo más allá en casi todos sus aspectos, dándonos un juego más alocado, divertido y directo que el original. Sus novedosas mecánicas de juego serán su principal atractivo, y su aplicación en algunas apuestas jugables (como manejar a Mario en un fragmento de Super Mario Bros., el título para NES) merecen ser disfrutadas por los sorprendente y acertado. Parece que los programadores han tenido carta blanca para dar rienda suelta a todos los usos que se les pasasen por la cabeza para el sensor de movimiento, y no podemos sino esperar con ansias el momento en el que Twisted! llegue finalmente al mercado europeo para sorprender a propios y extraños. Nuestras primeras impresiones no pueden ser mejores, habiendo quedado fascinados por su desarrollo e inteligente uso de la tecnología que integra, así que tan sólo nos falta esperar para comprobar en las semanas venideras si el producto completo ratifica nuestras sensaciones.