Análisis de The Alters: Los autores de This War of Mine siguen sorprendiendo con una aventura tan espacial como especial (Xbox Series X, PC, PS5)

Mientras juegas a The Alters, te das cuenta de que los desarrolladores de This War of Mine han ido un paso más allá. A la polaca 11 Bit Studios le encanta proponernos juegos de estrategia con elementos de supervivencia y un potente trasfondo narrativo. Eso es justo lo que obtenemos en uno de los videojuegos más interesantes que llevamos en 2025, con preguntas existenciales, pero también una gestión de recursos muy trabajada.
La premisa arranca con Jan Dolski, quien es enviado a una intrigante expedición espacial. El problema es que resulta ser el único superviviente, y acaba solo en una base perdida en medio de la nada. ¿La solución? Más pronto que tarde descubrirá que gracias a un extraño elemento, el rapidium, puede crear clones de sí mismo. Una idea que contribuirá a su supervivencia, pero que también erige a su alrededor una serie de conflictos de lo más interesantes. Ya os adelantamos que el guion y seguir la trama es uno de los elementos que más te atrapan, pero es que jugablemente tampoco se queda atrás.
El terror de estar solo en el espacio, o más bien con tus clones
La mecánica principal y más llamativa de The Alters consiste en crear copias de Jan Dolski. Como jugadores, mediante el ordenador cuántico de la base podemos consultar sus memorias esenciales, los acontecimientos más importantes de su vida: la tormentosa relación con su padre, el cariño hacia su madre, su primer amor y una serie de decisiones que ahora podremos comprobar hacia donde lo llevan en caso de realizar alguna "ramificación". ¿Te gustaría ver cómo habría sido tu vida si hubieses tomado un camino distinto en alguno de estos momentos? Esa es la clave narrativa del juego, y es potentísima.
Una vez establecido el punto de alteración, daremos lugar a un alter, un clon que esencialmente siguió en su vida un camino distinto. Es terrorífico afrontar esta realidad, pero al mismo tiempo supone una idea jugable simplemente genial y que está muy bien resuelta. ¿Cómo sería lidiar contigo mismo? Tu clon podría soltarte reproches sobre las decisiones que tomaste, decirte que eres inaguantable e incluso pelearse contigo. Esto lo verás en The Alters, pero también el hecho de que juegas con ventaja, te conoces y puedes negociar con esta versión de ti mismo para obtener una resolución pacífica.
Las conversaciones que tienen lugar en la base nos han parecido de lo mejor del título. Están muy bien escritas, con varias opciones de respuesta que llevan a distintas reacciones. Una mala contestación podría incrementar la posibilidad de rebelión, mientras que realizar algún halago o llamada de atención en el momento oportuno potenciará la confianza y bienestar de tus clones. Incluso podrían pelearse entre ellos, solo para que veáis la complejidad aplicada por 11 Bit Studios, que mantiene su gusto por incorporar planteamientos profundos y elaborados.
La vertiente narrativa tiene mucho peso, con comunicaciones con el exterior que nos van guiando hacia nuestro objetivo final: volver a La Tierra. No obstante, también es importante la jugabilidad, con un camino nada difícil, ya os la adelantamos. Se puede suavizar el nivel de desafío mediante varias opciones, pero la aventura tiende a ser complicada, tanto que os obligará a volver a una partida de guardado en más de una ocasión. La razón está en su ajustado sistema de gestión de recursos, y es que al final The Alters no deja de ser un juego de supervivencia con elementos de estrategia.
Nuestro progreso se divide en días, y la gestión del tiempo resulta fundamental. No solo debes ocuparte de tener comida preparada para tu tripulación, sino de construirles un dormitorio o una enfermería para cuando la radiación del planeta haga mella en su salud. A veces incluso se quejarán de que están hartos de comer puré, o no tendrán la motivación necesaria si no construyes, por ejemplo, un centro de investigación que contribuya a ampliar las posibilidades de supervivencia.
Puedes cultivar en un invernadero, construir diversos elementos de utilidad en un taller, realizar reparaciones en la base… y también salir al exterior en busca de metales, minerales y otros recursos. En este momento, el juego deja de ser un simulador de gestión para convertirse en una aventura en tercera persona. Puedes explorar una región limitada, pero supone un elemento de variedad muy satisfactorio. Eso sí, otra vez con limitación de tiempo. Llegada cierta hora, el planeta se vuelve inhóspito, con lo cual aquí sigue siendo fundamental no perder de vista el reloj.
¿Y qué puedes hacer en estas excursiones por el planeta? Básicamente, encontrar yacimientos y levantar minas que debes alimentar a través de una serie de torretas interconectadas, algo que recuerda mucho a lo que hacíamos en juegos como Death Stranding. Así que aunque la perspectiva cambia, sigue habiendo algo de gestión, porque estos artilugios deberemos construirlos previamente, añadiendo una capa adicional de profundidad (y desafío) a la propuesta global.
Una difícil misión que no podrás lograr sin tus alters
The Alters podréis comprobar que tiene un montón de sistemas interconectados, con una variedad de planteamientos sorprendente. Obviamente, llega un punto en que aparecen tantas opciones que es imposible que puedas hacerlo todo tú solo, y es ahí cuando se vuelven importantes los alters. Tienes un clon técnico que te ayuda con las reparaciones, otro botánico que se puede encargar del invernadero, un científico ideal para investigar mejoras… Cada rol es importante, aunque si tienes que realizar alguna asignación distinta de roles puedes hacerlo igualmente.
Desde el menú de gestión puedes hacer que alguien se ocupe de la mina de metales o de minerales, así como encargarle trabajar en el taller o en la cocina. Pero no te engañes. Tener más alters a tu disposición no garantiza el éxito. De hecho, los problemas pueden incrementarse de forma descontrolada. Tal vez esa es una de las mayores críticas que podemos realizar, que el juego puede volverse muy cuesta arriba si no estás muy atento a todo lo que ocurre en la base. Es muy exigente en este sentido.
Todo puede empeorar aún más si llega una tormenta electromagnética o no tienes los suficientes filtros de radiación. El caos entonces puede ser agobiante, con averías por todas partes a los que se puede sumar la desidia de tus clones (o peor aún: peleas). Tenerlo todo bajo control, o más bien con un mínimo de orden, es todo un reto que requiere planificación y, sobre todo, manejar muy bien los tiempos. Y si crees que la solución es hacer horas extras, el juego no te lo permite, porque se tiene muy en cuenta el cansancio de nuestro personaje, además de que más allá de cierta hora el planeta se vuelve realmente nocivo.
Para que os hagáis una idea del nivel de detalle, el juego tiene en cuenta la mayor o menor cercanía del sol con el paso de los días, pero aún más impactante es que podemos configurar la base como si de un puzle se tratase. Las distintas estancias ocupan un determinado número de ranuras, y debemos colocar ascensores, pasillos, almacenes y estancias con bastante precisión para optimizar el espacio disponible. Es divertido, y a medida que progresas esto también se convierte en un reto adicional.
Así que The Alters es un juego de gestión y estrategia que se va haciendo más interesante cuanto más avanzas, proponiendo nuevas mecánicas que se suman a las sorpresas narrativas que surgen a través de los alters. Todo acompañado de una fuerte componente filosófica y prácticamente existencial, en que se plantean los dilemas sobre la clonación y existencia de distintas versiones de una misma persona. No se trata de forma superficial, sino sorprendentemente reflexiva, cuidando que cada clon tenga su propia personalidad y la demuestre a través de las conversaciones.
Por eso es un juego tan interesante. Más allá de las mecánicas de gestión, que funcionan razonablemente bien, una de las cosas que más te llamarán la atención es lo vivos y reales que se sienten los protagonistas de esta peculiar aventura de supervivencia. Las conversaciones tienen voces es inglés, aunque cuentan con unos cuidados subtítulos en español, y la expresividad de sus animaciones tanto corporales como faciales están lo suficientemente trabajadas como para producir inmersión en lo que se nos cuenta.
Se nota que hay una evolución con respecto a otros títulos como This War of Mine, con un enfoque más ambicioso. Sigue teniendo un toque AA, pero eso también es positivo, porque se permite ser increíblemente original tanto narrativamente como en su planteamiento jugable. Además, visualmente es más que competente, con escenarios perfectamente modelados y repletos de detalle, sobre todo en el interior de la base. El exterior tampoco se queda atrás, y hace gala de algunos efectos visuales muy trabajados.
La banda sonora es sorprendentemente buena, o al menos se adapta a la perfección al tono de la obra, que camina entre la intriga constante y la urgencia que conlleva tener que ir labrando tu devenir y supervivencia minuto a minuto. Eso, sumado a un toque sonoro sci-fi está muy presente, algo que sienta fenomenal al conjunto.
Conclusión: Una aventura de supervivencia única
The Alters es, por encima de todo, una aventura de supervivencia que supone un antes y un después en la trayectoria de 11 Bit Studios. Profundiza en un tema tan interesante como la clonación y el hecho de convivir con varias copias de ti mismo. Se atreve incluso a hacerte una pregunta tan incómoda como qué hubiera sido de ti si hubieses tomado un camino distinto, haciéndote reflexionar sobre las memorias esenciales que te han configurado como eres ahora mismo.
En lo narrativo está muy bien resuelto, con conversaciones que apetece mucho escuchar y un impacto en las respuestas que no esperábamos. Pero es que en el apartado de gestión es también un portento, demostrando lo bien que aprendió el estudio en juegos como This War of Mine. La estructura en días funciona fenomenal, con una sensación de estar jugando siempre contra el reloj, con lo cual gestionar bien el tiempo, los recursos y a tus alters es una labor importantísima. Tanto, que el juego a veces puede volverse bastante hostil, e incluso llevarte a situaciones complicadas en que debes de acudir a una partida guardada previamente.
No hace concesiones en dicho sentido, y es algo que deberás considerar. Dura en torno a las 25-30 horas, aunque todo dependerá de tu buen hacer y de si quieres exprimir todo lo que propone (que no es poco precisamente). Sus valores de producción no están nada mal y suponen un salto, sobre todo por la parte de exploración en tercera persona, pero también por el tratamiento narrativo y el comportamiento de nuestros clones. Sin duda, uno de los títulos más importantes de este 2025 y al que deberías jugar si te interesan este tipo de producciones.
Hemos realizado este análisis en Xbox Series con el juego que está incluido en la suscripción para Game Pass.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
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