Tom Clancy lleva años siendo uno de los escritores más prolíficos y vendidos en el género del thriller militar-político, y hace una década tuvo la brillante idea de colaborar con un desconocido estudio llamado Redstorm Entertainment en la creación de un videojuego basado en Rainbow Six. Tras la compra de Redstorm por parte de Ubisoft, una compañía francesa, país al que Clancy no mima precisamente en sus novelas, la saga Tom Clancy’s ha ido diversificándose, particularmente en el célebre juego de infiltración Splinter Cell, y en la saga, también de acción táctica, Ghost Recon, cuya tercera entrega hoy nos ocupa y que probablemente ya haya superado a Rainbow Six en popularidad.
Esta tercera entrega, titulada Ghost Recon Advanced Warfighter, nos ubica en una guerra en el futuro, lo que propicia una ambientación política imaginaria aunque posible, y que nuestras fuerzas especiales de reconocimiento estén armadas con un equipamiento futurista, casi de ciencia ficción, que amplía con creces las posibilidades tácticas.
De nuevo controlaremos al capitán Mitchell, que se encuentra en México D.F., donde precisamente los presidentes de México y Estados Unidos y el primer ministro de Canadá se encuentran para firmar un acuerdo de seguridad común, todo un hito en defensa para los Estados Unidos. Es entonces cuando una facción del ejército mexicano se rebela y toma las calles de la capital, matando al primer ministro canadiense, y causando que los otros dos presidentes se encuentren en paralelo desconocido. Mitchell tendrá que dejar su misión actual y poner orden en la ciudad, antes de que el país se desestabilice y la rebelión se convierta en una guerra civil a gran escala.
Con esta "excusa", nos esperan numerosos niveles ambientados en la ciudad de México. El juego es considerablemente innovador en ciertos aspectos, no solo por el uso de armamento futurista aunque relativamente coherente, sino también por la ambientación urbana. Mientras que en anteriores juegos los niveles urbanos habían sido casi siempre anecdóticos, y tremendamente lineales, Ghost Recon 3 nos ofrece una buena representación de las calles de la capital centroamericana, donde siempre tendremos varios caminos posibles que seguir hacia cada objetivo, aunque obviamente con limitaciones, ya que los niveles se reducen a sectores de la ciudad, y la misión fracasará si nos alejamos de la zona de combate.
En este Ghost Recon controlamos únicamente a nuestro soldado, Scott Mitchell, aunque iremos acompañados de otros tres expertos miembros de esta fuerza especial militar, y además contaremos con multitud de vehículos a nuestras órdenes. Esto es posible gracias al completo sistema de control táctico del juego, que manejaremos con la cruceta digital, una ventana en la parte superior derecha de la pantalla, y un menú táctico donde observaremos el escenario y podremos dar órdenes. El control táctico es muy sencillo y solamente usa la cruceta –los lados para seleccionar unidad, arriba y abajo para dar las órdenes. Esto hace que las órdenes sean pocas en número y que el juego cargue gran parte de la responsabilidad en la inteligencia artificial del juego.