Análisis de Sonic the Hedgehog (Xbox 360)
Sonic, uno de los personajes-mascota más prestigiosos y carismáticos de todos los tiempos, y símbolo vivo de SEGA desde que nació, vuelve a celebrar un año de aniversario con conmemoraciones oficiales tal y como ocurriese cinco años atrás. Pero a diferencia de aquel año 2001 en el que SEGA centró todos sus esfuerzos en sacar a la venta un solo juego del erizo (Sonic Adventure 2) que además fuese comercializado justo el mismo día en el que este cumpliera su aniversario, esta vez se ha decidido producir varios juegos a lo largo del año, siendo el que nos ocupa el que fue proclamado por la propia SEGA como juego oficial del decimoquinto aniversario.
Desde que el juego fue anunciado, SEGA lo ha tratado y mimado como si de una gran superproducción fuese, destacando siempre por mostrar un apartado gráfico que por fin daba un gran salto respecto a sus precedentes de 128 bits (que desde el mencionado Sonic Adventure 2, iban en claro declive) y haciendo gala además de importantes elementos de programación como el uso del renombrado motor de física realista "Havok".
SEGA también le otorgó al juego el más que simbólico nombre que tiene, describiéndolo con términos de "vuelta a los orígenes" y "reinvención de la saga", cosa que al principio despertó mucho interés en los aficionados al considerarse erróneamente como un "remake" tridimensional de sus primeras aventuras en la consola Mega Drive.
Pero a medida que se fue desvelando información y se conocía la aparición de personajes de las últimas entregas, se pudo ver en cambio que los tiros no apuntaban del todo por ahí. Y es que estos términos que SEGA defendía a capa y espada se atribuían más al simbolismo de gran impresión visual y simplicidad jugable con tintes frenéticos con el que las grandes entregas del erizo de principios de los 90 sorprendían a medio mundo, aspectos que este juego siempre ha tenido intención de igualar dentro de su propio estilo, que a buen seguro un amplio sector de jugadores y seguidores del erizo reconocerán igualmente.
En Soleanna, el jugador podrá ejercer una gran cantidad de búsquedas secundarias ayudando a los ciudadanos que lo soliciten, que abarcarán desde un simple "cruza esta hilera de aros" hasta cosas más complejas como proteger a una determinada persona del ataque de enemigos, localizar a alguien escondido por toda la ciudad, o resolver curiosos puzzles de inteligencia. La consecución de estos logros reportarán un beneficio en forma de anillos que el jugador podrá canjear en la tienda de la ciudad para poder adquirir nuevas habilidades para su personaje, algunas de ellas fundamentales para poder seguir adelante en la aventura.
Aunque casi todas estas misiones secundarias son de carácter opcional, algunas pocas de ellas sí que son obligatorias, pues desencadenarán el evento de la historia necesario para que el juego pueda avanzar su progreso. Sin embargo, estas búsquedas están precedidas de frecuentes y largos tiempos de carga que desesperarán a los más impacientes, sobre todo si se tiene que repetir una misma varias veces para poder completarla satisfactoriamente. A decir verdad, los tiempos de carga son una de las mayores lacras del juego y suelen ser reiterados, pero se acusan bastante más en estas tareas concretas de la ciudad que en las otras partes del juego donde un tiempo de carga suele ser algo más lógico.
Una vez que se localice en Soleanna la entrada al nivel correspondiente, el estilo de juego cambiará radicalmente del libre y calmado de la ciudad, a los niveles planteados para la acción propiamente dicha, los que sin duda alguna gozan de mayor atractivo y son más propios de las señas de identidad de Sonic. El juego está protagonizado por tres personajes principales, cada uno con su desarrollo y visión específica de la historia global. Básicamente los tres personajes recorrerán los mismos nueve niveles de acción de los que consta el juego, pero en distinta sucesión, y con diferente mapeado y elementos de acuerdo a las características específicas de cada personaje.
Shadow el erizo, personaje que se ha convertido durante los últimos años en un habitual de la saga, tiene un estilo que bebe mucho del de Sonic, pero con algunos matices para no convertirle en un mero clon en cuanto a jugabilidad se refiere. No alcanza su nivel de velocidad, pero dispone de un mayor número de ataques, resultando el personaje más agresivo de los tres. También tiene la posibilidad de conducir un amplio repertorio de vehículos, algunos de ellos armados, característica que hereda de su anterior aparición en el juego Shadow the Hedgehog (sin embargo, las armas de mano de aquel juego han desaparecido por completo, y ahora Shadow sólo utiliza habilidades propias para combatir a pie), y aunque el juego impondrá a veces conducir alguno de manera obligada para poder avanzar, casi siempre se planteará la posibilidad de llevarlos de manera opcional, pudiendo realizar el mismo recorrido a pie. Estos vehículos tienen un control más propio de un juego de carreras que de uno de acción, y además su movimiento está muy influenciado en todo momento por el motor de física "Havok", lo que hace que haya que tener especial cuidado cuando se atraviese secciones de orografía más difícil (mayormente desniveles y precipicios) si no se quiere ir directo al otro barrio subido en uno de ellos.
Silver el erizo, la nueva incorporación de esta entrega, propone el estilo más pausado con diferencia de los tres personajes, aunque sin salirse nunca de las pautas básicas de avance lineal y acción. Silver no corre tanto como Sonic o Shadow, ni tiene unas habilidades de salto con giro y ataque tal y como las de los dos otros dos, pero todo ello lo compensa con unos interesantes poderes telequinéticos con los que podrá interactuar con muchos elementos del escenario, elevándolos y utilizándolos como armas arrojadizas que reaccionarán de manera muy realista gracias al motor de física "Havok". Esta habilidad mental otorga a Silver un estilo de jugabilidad interesante y a su vez diferenciado, que hará las delicias de todos los que gusten de eliminar a los enemigos devolviéndoles sus propios proyectiles o machacándolos con todo tipo de elementos de decoración del escenario. Sus poderes también servirán de gran utilidad en situaciones de carácter más prefijado y específico, como reconstruir puentes derruidos o utilizar cajas como elevadores.
Aunque cada uno de estos personajes principales tiene su propia historia en la que acapararán prácticamente todo el protagonismo jugable de la misma, no serán sin embargo los únicos personajes controlables en ellas, pues en contadas ocasiones otros personajes de carácter secundario harán su aparición para echarle una mano en diferentes secciones de un nivel, cada uno con sus patrones de control y ataque diferenciados, y en pos de aportar una contrastada variedad en la jugabilidad de la historia. Al encontrar a uno de estos personajes en mitad de un escenario, se pasará automáticamente a controlarle mientras el personaje principal espera a que resuelva algún tipo de problema que por sí sólo no puede hacer, como activar un interruptor lejos de su alcance, para posteriormente volver a recobrar el protagonismo del nivel. Normalmente los que aparezcan serán personajes allegados al protagonista principal que llevemos, y variarán según la historia en la que nos encontremos, no habiendo más de dos o tres secundarios haciendo su aparición en cada una de las tres historias.
La historia que acompaña el juego goza de una más que aceptable riqueza argumental aderezada con numerosas cinemáticas y abundante diálogo repartido por todo el juego, con el claro objetivo de lograr que el jugador se identifique con los sucesos que van trascurriendo y siga un hilo claro en todo momento, viéndose firmemente motivado para continuarlo. El argumento sigue varias ramas bien diferenciadas entre sí y que convergen en ocasiones puntuales, siendo el principal objetivo de Sonic el rescatar a la princesa de Soleanna, Elisse, de las garras del tradicional villano de la saga, el Dr Eggman, en tanto que Shadow afrontará una cruzada personal contra un siniestro personaje conocido como Mephiles, y por otra parte Silver, personaje que ha realizado un viaje en el tiempo desde el futuro, tratará de realizar las acciones necesarias en el presente para poder cambiar su apocalíptico futuro en el que el mundo fue devastado por un enorme ser de fuego conocido como Iblis, que en el tiempo presente se encuentra encerrado en una Chaos Emerald que porta en todo momento como colgante la princesa Elisse.
El apartado sonoro constituye uno de los más trabajados en todo el juego, algo en lo que SEGA demuestra habitualmente un buen hacer. Sin embargo, la dirección musical que se ha seguido ha sido mucho más variada que en otras entregas de la saga, lejos de abusar de un mismo estilo como se daba sobre todo con las músicas de toque rockero que abundaban últimamente los juegos de Sonic. Esta vez, este apartado será mucho más ambiental y propio de las diversas ambientaciones que recorramos, lo que recuerda sin duda a la variedad que aportaba en este sentido las entregas más clásicas de la saga, con toques caribeños para un nivel de playa y costa, arábigos para uno ambientado en un desierto, grandes sinfonías para un nivel ambientado con ruinas antiguas, o una melodía tranquila y relajada para un complejo ubicado debajo del nivel del mar, y con músicas mucho más frenéticas y rockeras reservadas para situaciones que realmente lo requieran, como una vertiginosa sección de Match Speed de Sonic o la incursión en una base del Dr Eggman en estado de alerta.
El juego hace gala de excelentes y pegadizas melodías a nivel general que a buen seguro harán las delicias de todos los amantes de una gran banda sonora. Destacar por otra parte que los sonidos más genéricos se ubican en los niveles más tradicionales de la saga, y que los diálogos del juego tienen la posibilidad de ser hablados tanto en Inglés como en Japonés (este último debe de ser seleccionado en la configuración interna de la consola) como también viene siendo habitual, con la posibilidad de subtitularlos al Castellano.
Aunque bien es cierto que buena parte de las dificultades que el jugador encontrará son planteadas por la propia naturaleza de los niveles y se solventan con habilidad y rutina, otras veces el jugador se verá abocado a la muerte sin entender exactamente por qué ha sido así, ya sea porque ese resorte no te ha impulsado al punto que debería haberlo hecho, o porque te has salido del escenario por haber sufrido un fallo de programación en vez de por tu propia culpa, aunque como ya se ha mencionado, este último caso también tiene mucha tendencia a darse si no logras acostumbrarte al exigente grado de jugabilidad que propone el juego a la hora de afrontar muchas de sus situaciones.
La cámara ha sufrido algunas mejoras en su efectividad respecto a las entregas tridimensionales precedentes de Sonic, pero sigue siendo demasiado automática e inestable en determinadas situaciones, posicionándose imprevisiblemente en otras tomas y fastidiando el visionado más que ayudando a mejorarlo. Por suerte, además de la movilidad libre de la misma, existe una efectiva función de autocentrado de la cámara al pulsar el gatillo izquierdo del mando que ayudará a volver a reubicar la toma de cámara instantáneamente detrás del personaje, herramienta que se convertirá prácticamente en uso obligado en muchas de esas situaciones en las que la cámara se descontrola, sobre todo por no ser esta capaz de seguir como debería a un personaje que alcanza una elevada velocidad tal y como es Sonic, siendo este el que más acusa con diferencia el problema, y Silver el que menos.
El juego tiene una consistente duración global, pues es bastante variado y completo, y con todo ello llega a conseguir un considerable grado de entretenimiento, pero sólo si se sabe vivir en plena sintonía con lo ya comentado. Es un juego muy recomendado en especial para todos los que disfrutaron con los Sonic Adventure, pues es un fiel heredero y sucesor del estilo marcado por aquellos juegos, con una experiencia muy superior a la que ofrecieron Sonic Heroes y Shadow the Hedgehog, pero quizás el peculiar y exigente grado de jugabilidad, unido a los fallos de programación ya comentados (que en ningún caso lo convierten en un producto injugable), no le hagan un juego al agrado de todos. Al término de la redacción de este análisis, la versión de PlayStation 3 no ha salido todavía en ningún mercado, por lo que no se puede establecer una valoración justa de cómo ha quedado respecto a la versión que nos ocupa, que es la de Xbox 360. SEGA tampoco ha publicado aún ningún parche oficial en Xbox Live que solucione los problemas que acusa esta versión, y se espera que dado que existe la posibilidad de hacerlo, lo considere y efectúe, pues todos el conjunto de aspectos positivos que tiene este juego sin duda alguna lo merecen.