Análisis de Perfect Dark XBLA (Xbox 360)

El club de jugadores nostálgicos suele tener entre sus listas de juegos favoritos los clásicos de Rare de Nintendo 64 y, por supuesto, bastantes de sus juegos anteriores, como Battletoads, pero es posible que Perfect Dark tenga un rincón especial en su corazón. Y algo debían intuir en Rare cuando para el lanzamiento de Xbox 360 tuvieron listo Perfect Dark Zero.

Ahora, a través de Xbox Live Arcade, regresa otro clásico tras las aventuras de Banjo y Kazooie, con gráficos revisados y algunas novedades adicionales.

La cuestión, por supuesto, es si el título supera a la nostalgia, al buen recuerdo, que dejó a los jugadores en su momento.

Para empezar, lo cierto es que aunque el cambio de texturas se agradece, sobre todo para que la calidad de la imagen "resista" el paso a las televisiones de alta definición, pero lo cierto es que, más que en otros títulos de la misma época, se nota mucho más la baja poligonización. La perspectiva en primera persona, está claro, se resiente más que las aventuras en tercera persona, donde la cámara está más alejada.

De este modo, resulta un poco extraño encontrarse con estos modelados, mejorados –pero no mucho- y sus texturas netamente superiores (que, junto a efectos como la iluminación es lo que más luce), pero con un diseño de elementos, entornos y objetos que claramente muestra el origen veterano del título. Curiosamente, cuando desempolvamos la Nintendo 64 y ponemos el cartucho, el conjunto gráfico homogéneo hace que el juego parezca haber envejecido mejor que esta recuperación. Aunque, claro, en una televisión de alta definición se ve mal, dada la baja resolución de la consola. En todo caso, los modelados de personajes (sobre todo, por sus rostros y geometría corporal) se perciben muchísimo más trabajados que los niveles, beneficiados por las texturas, pero poco más.

Y es que recuperar estos juegos y mejorar algunos aspectos, dejando otros tal y como eran en el original (por ejemplo, el efecto bloom de la luz es muy bueno, pero su aplicación sobre personas y objetos no es dinámica ni realista) crea ese tipo de sensaciones encontradas, que posiblemente echen atrás a quienes no cuenten con el factor nostalgia a la hora de acercarse a este Perfect Dark. Nuestro consejo es que le den una oportunidad.

Tampoco debe juzgarse al juego por sus primeros compases: los tutoriales de entonces no eran como los de ahora. Cuando se lanzó Perfect Dark todavía había que instruir al jugador en unos mecanismos de control que hoy en día se dan como más que asumidos, y eso hace que el comienzo del mismo sea lento, e incluso tosco, para los estándares actuales. Es como recuperar los primeros juegos de plataformas en 3D, en los que te enseñaban a moverte por un entorno poligonal, nada más abandonar los gráficos bidimensionales.

Por suerte, contamos con un control que no admite discusión. El mando de Nintendo 64 contaba con una configuración realmente singular, pero fácilmente adaptable a los mandos actuales, con dos palancas analógicas. La posición accesible del gatillo Z, los seis botones frontales (A, B y los cuatro C), y el botón lateral derecho son muy trasladables a los mandos actuales, pero es cierto que uno guarda ciertos recelos, aunque sólo sea por haber pasado muchas horas con ese mando, y este juego.

Pero Perfect Dark se siente completamente natural, y las decisiones tomadas a la hora de distribuir las funciones en los botones del mando de Xbox 360 es lógica, con un proceso de adaptación inexistente. Además, la sensibilidad de la palanca, el sistema para asomarnos en las esquinas (manteniendo pulsado el botón lateral izquierdo), o movernos en línea recta con desplazamiento lateral (pulsando el botón lateral derecho), funciona bien e, insistimos, se siente como la evolución natural de la jugabilidad del título a este mando.

Esto permite meterse en faena rápidamente, sin tener que perder el tiempo y sin problemas de adaptación. También es cierto que los juegos de acción en primera persona de hace unos años eran mucho más simples en sus funciones que los de ahora, mostrando que aunque hay una percepción muy fuerte de que es un género estancado, esto es falso. El género evoluciona, poco a poco, pero evoluciona.

Ése es quizás uno de los problemas de este título: los jugadores pueden echar en falta que haya más opciones y variedad en su armamento, o combates más duros con enemigos rastreros. No en vano se ha avanzado mucho en inteligencia artificial, y en buscar diversión a través de armas muy realistas o muy futuristas, y eso, claro, se nota cuando miramos al pasado. En los juegos donde estos factores no son tan importantes, el paso del tiempo no es tan perceptible.

Sin embargo, no hay que ser condescendientes, porque el juego no lo necesita. Se le notan los años, sí, pero se nota igualmente que era un juego sobresaliente entonces, y sigue siendo genial hoy en día. Claro, ya no puede competir de tú a tú con los exponentes actuales, pero no hay muchos juegos que sean capaces de hacerlo. Del mismo modo, hay que tener en cuenta que aunque ha pasado bastante tiempo desde que se anunció este proyecto para rescatar el original de Nintendo 64, llega en un momento en el que hay cierta "fiebre retro" con juegos nuevos de sabor clásico y toda una recuperación de juegos veteranos, algo que, por supuesto, le irá bien para su rendimiento comercial.

Un punto interesante de su paso a Xbox 360 es que, por supuesto, el juego se mueve muy suave, con una tasa de imágenes por segundo impensable en la veterana consola de Nintendo, y eso es el que más se agradece de esta revisión del original, ya que le ha sentado la mar de bien. La soltura y suavidad es algo que es más que deseable en el género de la acción en primera persona, pero por desgracia se suele optar por poner gráficos muy bonitos pero que no se mueven siempre con la holgura deseable.

De hecho, esta suavidad compensa sobradamente la geometría simplista y no mejorada sustancialmente con respecto al original, del año 2000. Del mismo modo, la banda sonora ha ganado puntos, pues suena mucho más limpia; no es que en el original fuese mala, pero está claro que las correcciones y mejoras técnicas también se han tenido en cuenta a la hora de tratar el apartado sonoro.

Igualmente, se ha mejorado el paquete de contenidos, incluyendo niveles extraídos de otro clásico de Nintendo 64: GoldenEye. La posibilidad de que este juego, basado en la película homónima de James Bond, se recupere (ya sea en la Consola Virtual de Wii, o en Xbox Live Arcade de Xbox 360) es muy lejana, por los derechos de explotación del agente secreto más famoso del mundo, así que posiblemente esto es lo más cercano que los jugadores estén de recuperar –al menos parte de- su esencia.

Asimismo, con la inclusión de estos escenarios, extraídos del multijugador de GoldenEye, y también varias de sus armas, se potencia un multijugador que ya era sobresaliente entonces. Los niveles extraídos de este juego, el primer título de acción en primera persona de Rare para Nintendo 64, son Temple, Facility y Complex.

No aportan gran cosa, pero son un añadido muy de agradecer, sobre todo ahora que el juego pasa de la pantalla partida a cuatro bandas a un multijugador en línea más en la línea de los estándares actuales. Es aquí donde, intuimos, se ha puesto mucho más trabajo, pues está claro que era necesario adaptar el código al juego en línea, una característica que no estaba presente en el original.

El sistema multijugador resulta lo suficientemente completo: por supuesto, se mantiene la opción de juego loca, como en el original, pero se ha incluido la opción de optar por partidas en línea privadas o dejar que la máquina nos busque partidas rápidas entre la comunidad de jugadores.

En ninguno de los casos hemos experimentado problemas, y es de suponer que cuanto mayor sea la comunidad de usuarios, más fácil sea encontrar partidas disponibles, ya que en estos momentos es un proceso con una leve demora. Al buscar partidas rápidas se nos permite, al igual que en el resto, escoger el nivel de dificultad, la fase a la que queremos jugar, y el bando (agente o contraagente). La otra opción del juego es el modo cooperativo, que ofrece una buena experiencia de juego, aunque quizás no tan sólida como el multijugado competitivo y la aventura para un único jugador.

Perfect Dark se presenta, además, con los textos traducidos al castellano y subtítulos en nuestro idioma, aunque las voces están en inglés. Hubiese sido un detalle localizar completamente el juego, aunque entendemos que para limitar su tamaño (y reducir costes, todo sea dicho) se haya optado por un doblaje sólo en inglés. En cualquier caso, lo cierto es que el juego no derrocha texto (aunque tiene una historia lo suficientemente interesante, con conspiraciones, Elvis –no el rey del rock- y demás), y los subtítulos bastan para entender lo que nos dicen.

Conclusiones

¿Un juego de hace diez años es retro o tiene cierto valor por sumar ya cierta edad? Las opiniones al respecto serán más que encontradas, y está claro que los juegos en 3D no han envejecido (o al menos nosotros no lo percibimos todavía así) con la misma candidez que los bitmaps pixelados, pero siempre hay títulos a los que vale la pena volver. Hay que juegos que fueron buenos, y siguen siendo buenos, incluso cuando ya han sido superados por completo. Son juegos que han marcado un género, que han ayudado a dar un paso adelante en las convenciones de la industria y que –y esto es lo importante- siguen siendo tan divertidos hoy como ayer. Perfect Dark encaja bastante bien en esa descripción, y el título recibe ahora una nueva oportunidad para llegar a nuevo público, y para dejarse disfrutar de nuevo sin tener que sacar a nuestra N64 del armario de los trastos viejos. Y es que el tuvo, retuvo.