Análisis de Mass Effect 3 (Xbox 360, PC, PS3)
Este texto no revela ningún detalle argumental más allá de lo que BioWare ha desvelado hasta el momento.
En cada generación de consolas varios juegos tienen tal impacto que acaban creando una saga que se perpetúa a lo largo de los años.
Alguna de las series más exitosas creadas en las actuales consolas que ya languidecen son las trilogías de Uncharted y Gears of War, Assassin's Creed del que acaban de anunciar su quinto juego, BioShock del que esperamos para final de año su tercera parte, y cómo no, Mass Effect, con su tercera entrega que hoy vamos a tratar.
En el año 2007 se lanzaba en exclusiva para Xbox 360 el primer Mass Effect, un esperado título de rol y acción firmado por los canadienses BioWare, una respetada desarrolladora por obras como Baldur's Gate, Neverwinter Nights y Star Wars: Caballeros de la Antigua República. Con una conversión unos meses después para PC, se convirtió en uno de los juegos del año, el comienzo de una saga muy ilusionante con una genial historia, un complejo universo creado desde cero lleno de planetas, razas y una rica mitología. Y en enero de 2010, y de manera simultánea, se lanzaba la continuación para Xbox 360 y PC. Con BioWare ahora perteneciendo a Electronic Arts, la serie también daba el salto a PlayStation 3, solo en su segunda parte en enero de 2011, y se trató de un título que encandiló a la prensa y el público pero que disgustó a algunos jugadores, ya que rebajaba muchos de los elementos roleros de la primera entrega para apostar más decididamente por la acción.
Una saga de ciencia ficción ya muy querida con tan solo dos entregas, que quienes han disfrutado hablan maravillas, de esas experiencias tan inmersivas y gratificantes con las que no te importa estar jugando decenas de horas, el Star Wars del siglo XXI. Por tanto no ha tenido que ser fácil para BioWare afrontar esta tercera parte, con una enorme expectación a su alrededor, la necesidad de atar todos los cabos y cerrar una historia muy compleja, hilar todas las decisiones que hemos idos tomando en los dos primeros juegos, y en definitiva, estar a la altura de lo que esperan los entregados fan de la serie.
Y tenemos que felicitar a BioWare porque han estado a la altura de las circunstancias, han cerrado la trilogía de manera perfecta, hasta en sus más mínimos detalles, lo que da a entender el mimo y cuidado que han tenido al hacer este juego, demostrando lo que quieren a su propia saga. Todos los conflictos entre razas, todos los personajes secundarios con los que alguna vez interactuamos, los ex-tripulantes de nuestra nave, todas esas grandes o pequeñas historias que quedaron pendientes o con incógnitas, todo ha sido tenido en cuenta.
No sabíamos cómo iban a salir de la complicada trampa que ellos mismos se habían creado, pudiendo conservar la partida del primer juego y las decisiones tomadas, cargarla en el segundo, y ahora en el tercero poder continuar las aventuras del personaje creado en las dos primeras entregas. Pero salen indemnes y con la cabeza bien alta de este atolladero, con una brillantez sorprendente, en uno de los juegos más redondos y satisfactorios que hemos disfrutado en los últimos tiempos. Espectacular, intenso, artísticamente deslumbrante, bien escrito, muy generoso en contenidos, ¿te gustaron mucho Mass Effect 1 y 2? Pues prepárate, porque vas a disfrutar lo que no está escrito con esta tercera parte.
Salva el universo de la amenaza de los Segadores
La premisa argumental no puede ser más sencilla y directa, y a la vez efectiva. Si en Mass Effect conocimos la amenaza alienígena de los Segadores, y en su continuación los combatimos, en esta tercera parte nos tendremos que enfrentar a ellos en su ofensiva final, en ese ataque que se repite cíclicamente y en el que acaban con todos los seres vivos de la galaxia. Tendremos que impedirlo controlando al comandante Shepard, que tras huir del planeta Tierra en un devastador ataque, buscará ayuda por toda la galaxia y de todas las razas, para combatir unidos a los Segadores.
Toda la aventura, esta fantástica epopeya, girará en torno a este motivo, y de manera muy inteligente BioWare lo aprovecha para que todas las razas tengan casi igual protagonismo, cerrándose de manera genial sus historias, sus conflictos, y todos los personajes que han salido alguna vez en la saga, de manera más o menos importante, aquí tienen su hueco, dándoles un sentido homenaje. Con cientos de conversaciones, guiños, pequeños detalles, esta tercera entrega además de tener una historia épica y muy emocionante, en las que tomaremos decisiones trascendentales, es todo un homenaje a la saga en sí, y para los que la hayan seguido con fervor hasta ahora, Mass Effect 3 es un regalazo, van a disfrutar cada minuto.
Quienes hayan guardado su partida de Mass Effect 1 y 2 como oro en paño, incluso con consolas estropeadas mediante, como nosotros, tendrán una excelente recompensa. Conservaremos el personaje, sus estadísticas, dinero, y lo que es más importante, las decisiones que hayamos tomado en los dos primeros juegos. Es impagable el hecho de ver cómo una decisión que tomaste la primera vez jugaste a la saga en 2007, ahora en el juego de 2012 tiene su reflejo, y en cosas desde las que eran obviamente importantes, como elegir entre la vida y la muerte de un compañero, hasta otras decisiones de las que desconocíamos por entonces su alcance, aquí serán muy importantes.
Y los que no tengáis una partida guardada, que es normal que por determinadas circunstancias la hayáis perdido, tendréis que crear un nuevo Shepard, eligiendo su pasado, la clase de personaje y seleccionar una decisión muy importante del primer juego. También os preguntará el tipo de experiencia: Acción –con conversaciones automáticas en las que no participamos-, Juego de rol –la experiencia Mass Effect tradicional, con acción y rol-, e Historia, modo en el que los combates son más fáciles. Esta elección no se hace si hemos cargado una partida previa de Mass Effect 2, y en cualquier caso nos parece anecdótico, primero porque no entendemos qué sentido tiene no querer interactuar en los interesantes diálogos, y en el caso de la acción más fácil, en cualquier momento en las opciones del juego podemos cambiar la dificultad.
Estamos ante una trilogía tan compacta, tan bien hilada argumentalmente, y más ahora habiéndola visto en su conjunto, que no creemos que tenga mucho sentido jugar a esta tercera parte sin haber disfrutado antes de los dos primeros. Evidentemente, si eres un usuario de PlayStation 3 y te gustó mucho Mass Effect 2, lánzate de cabeza a por este, aunque te pierdas ciertos detalles y guiños de la primera entrega. Definiéndolo como juego, más allá de su historia y de la propia experiencia, Mass Effect 3 es muy similar a la segunda parte, muy continuista, y esto no lo decimos como una crítica, sino más bien para que sepáis qué ofrece en términos jugables. Si entre la primera y la segunda entrega hubo bastantes cambios, ventilándose BioWare muchos de los elementos de juego de rol, en el cierre de la trilogía sigue apostando por ese camino de la acción, simplificando todavía más algunos detalles, aunque en líneas generales sea muy parecido a su antecesor.
Y si en Mass Effect 2 decidieron centrar la jugabilidad en la acción, aunque manteniendo la rica y compleja historia, la toma de decisiones, y la gran cantidad de misiones secundarias, en Mass Effect 3 han decidido con acierto pulir y mucho su control, asemejándolo al más puntero de los títulos de acción en tercera persona. Los combates son más rápidos, dinámicos, ágiles, y el sistema de coberturas ha mejorado enormemente, podemos saltar entre coberturas, salir corriendo de ellas, matar a un enemigo que se encuentre al otro lado con una ejecución, e incluso tenemos una acción de salto si llegamos a pequeños abismos corriendo. El ataque cuerpo a cuerpo ha ganado protagonismo, con un golpe sencillo y otro cargado, con el que atravesamos con la omniherramienta al enemigo, una acción que al principio parece muy letal, incluso demasiado, pero que al final con adversarios más poderosos no sirve de mucho.
Sobre los adversarios tenemos que decir que estamos ante la entrega de la serie con mayor variedad enemigos, desde geth, segadores, humanos y otras sorpresas, contando cada raza con varias clases. Con escudos obligándonos a buscarles las espaldas o a ponerlos a flotar en el aire, unos que echan bombas de humo y nos impiden ver lo que está pasado, ingenieros que colocan torretas muy peligrosas, semi-jefes enormes que sudaremos para derrotarlos, y espectaculares enemigos finales, de los más asombrosos que hemos visto en toda la saga. Estas nuevas y más complejas amenazas justo a las mejoras en el control y el sistema de combate, hacen la jugabilidad más divertida, y aunque combatimos muchos, es raro que nos cansemos de hacerlo. De hecho los enemigos no solo son más variados, sino también más "juguetones", y te obligan a jugar de una manera más dinámica, ya sea lanzándonos granadas tras las coberturas o intentando flanquear nuestra posición
En cuanto a la rueda de poderes, su asignación y uso, y los distintos tipos, apenas nada ha cambiado desde ME2, al igual que el sistema de progresión de personaje, que es casi idéntico. Sí que es ligeramente distinta la gestión de las armas y su personalización. Podemos equipar hasta un máximo de cinco tipo de armas, dependiendo de la clase de personaje: rifles francotirador, fusiles de asalto, subfusiles, escopetas y pistolas pesadas, y luego en cada una de estas podemos añadir dos modificaciones. Mejorar la puntería, la capacidad del cargador, aunque tipo de bala especial, o la velocidad de recarga. Tantos las armas como sus mejoras las encontramos en los escenarios, y adquiriéndolas en las tiendas, y por fin han dado en la saga con un menú claro y sencillo en la gestión del arsenal, aunque a algunos jugadores les pueda parecer demasiado simple.
El sistema de salud ha sido modificado, ahora contamos con cinco escudos y cada vez que nos hieren una barra va disminuyendo, que se recupera si nos protegemos, pero si agotamos uno de estos escudos la única manera de recuperarlos será con un medigel, y evidentemente si perdemos los cinco morimos. Pequeños cambios y añadidos, todos para mejor, sobre la base de ME2, por eso se siente tan similar a él, aunque en lo que respecta a la jugabilidad esté muy mejorado. En lo que se refiere a la exploración de la galaxia y las misiones secundarias también ha habido cambios, y el mapa y la manera de movernos con la nave es parecida a lo que vimos en la anterior entrega, pero sin el tedioso sistema de minería. Ahora basta con lanzar una señal por el mapa y si se detecta algo, o lo cogemos directamente, o entramos en una sencilla exploración holográfica del planeta en el que con un radar encontramos el objeto detectado y mandamos una baliza.
Sigue habiendo consumo de combustible cuando nos movemos entre sistemas, y se ha añadido un elemento que le da un toque de emoción a las exploración galáctica. Cuando emitimos nuestra señal para encontrar artefactos o tesoros, podremos alertar sin querer a los Segadores, si esa galaxia está tomada por ellos. Sus naves aparecerán y tendremos que huir o si no estaremos muertos, un poco de sal y pimienta a estos momentos, y que además tiene mucho sentido narrativo con lo que está ocurriendo.
Lo mismo pasa con las misiones secundarias, muy numerosas, tanto que pueden duplicar la duración del juego. Si nos centramos exclusivamente en la historia principal nos puede durar unas 20 horas, pero si queremos hacer todo podremos irnos a las 40 tranquilamente. Estas misiones, algo que no suele pasar en muchos títulos de rol, tienen mucho sentido en relación a la trama principal. Estamos en una batalla definitiva contra los Segadores, y necesitamos todos los recursos que podamos, tanto "humanos" como materiales. Por ello, muchas de estas misiones consisten en conseguir provisiones, mejoras, favores, que distintas bandas o razas se unan a nosotros, y todo esto junto decidirá el resultado en la batalla final, que como pasó en ME2 habrá varios finales, y para sacar el mejor tendremos que jugar un buena cantidad de horas. Tanto la historia principal como las búsquedas secundarias, están tan bien unidas y tienen tanto sentido, que nos parece muy raro que alguien quiera pasarse el juego deprisa y corriendo, estamos seguros que la partida media superará las 30 horas, y en el caso de los jugones muchas más.
Estamos ante la entrega de la saga más espectacular y cinematográfica, BioWare aprovecha el decisivo conflicto para dejarnos con la boca abierta constantemente, ya no solo en impactante escenas cinemáticas, sino en momentos jugables que nunca hubiéramos imaginado cuando disfrutamos de la primera entrega de la saga. Se nota la mano de Electronic Arts detrás, tanto para lo bueno como para lo malo, y sus valores de producción son enormes, tanto en su dirección, puesta en escena, gráficos y sonido, de los que hablaremos ahora. Esperábamos que tras todo lo contado y planteado en las dos primeras partes, se liara gorda en el desenlace de la trilogía, pero no nos podíamos imaginar cuánto, espectacular.
Para redondear una epopeya galáctica apasionante a la que podemos estar enganchados durante muchas horas, se ha incluido por primera vez un modo multijugador cooperativo para cuatro jugadores. Seis mapas distintos en una especie de modo horda, con diez oleadas de enemigos entre las cuales tenemos que cumplir determinados objetivos para poder seguir jugando. Ganamos puntos, medallas, tenemos una progresión, hay seis clases de personajes, y lo que es más curioso, podemos controlar a seis razas distintas: asari, turian, quarian, krogan, salarian y drell. Y además está conecta con el modo para un jugador, ya que cuando un personaje alcance el nivel 20, podemos ascenderlo y mandarlo a la sección La galaxia en guerra, un mapa bélico que tenemos que ir conquistando. Quienes no tengáis pensado jugar el multijugador no temáis, ya que este no afecta ni a los logros ni a conseguir el mejor final posible, solo suma, pero no resta. Hay que tomárselo como lo que es, un interesante añadido que no ha empañado de ninguna manera la experiencia para un jugador
BioWare como nunca la habías visto
Si cuando jugábamos el primer Mass Effect nos hubieran dicho que acabaríamos viéndolo con estos gráficos en su tercera parte, quizás no nos lo hubiéramos creído. Pero la saga ha ido mejorando técnicamente según lo iba haciendo el Unreal Engine y avanzaba la generación, y nos ofrecen un producto más pulido que nunca, que exprime este motor gráfico hasta sus últimas consecuencias. También el poderío económico de EA se ha notado, como dijimos antes con unos valores de producción enormes, pero sin dejarnos deslumbrar por sus fuegos de artificio y escenas espectaculares, no solo técnicamente es impecable, sino que además artísticamente es una joya. Con algunos escenarios, paisajes o estampas que nos dejaran literalmente boquiabiertos, nos quedaremos embobados mirándolos, y un amante de la ciencia ficción y la space opera directamente perderá la cabeza con este juego.
El diseño de enemigos, más inspirado y variado que nunca, las distintas localizaciones, lo vivos que están los escenarios con explosiones y todo tipo de efectos metiéndonos de lleno en la guerra, la dirección cinematográfica, excepcional y muy por encima de los dos anteriores juegos, sin duda BioWare lo ha dado todo en el cierre de la trilogía. Las consolas actuales no dan para más, y al menos en la versión de Xbox 360 que es la que hemos analizado –que viene en 2 DVD por cierto, algo molesto en algunas ocasiones-, hemos visto ralentizaciones en la Ciudadela, en zonas con muchos personajes en pantalla, lo que se perdona. También alguna carga tardía de texturas al comenzar una escena, un problema que acompaña siempre al Unreal Engine, por ponerle un par de pegas.
Con el sonido nos quitamos también el sombrero, efectos de disparos, explosiones y las naves muy convincentes, clásicos del género y que suenan muy bien en un equipo de sonido envolvente, y un sobresaliente doblaje al inglés, con cientos de diálogos, que al menos están subtitulados al castellano. Y dejamos a propósito para el final la música, simplemente soberbia, que aunque pierde al compositor de los dos primeros títulos, Jack Wall, incorpora a Clint Mansell –junto a otros-, al que los más cinéfilos conocerán por películas como Requiem for a Dream, The Fountain o Black Swan. No se echa de menos a Jack, por dos motivos. Primero porque los nuevos temas son geniales, muy épicos y acordes con los trascendentales acontecimientos de la historia, y segundo porque se recuperan varios temas de Mass Effect 1 y 2, con mucho acierto, conformando una banda sonora fantástica.
Al Olimpo de los videojuegos
Como hemos dicho al principio del texto, BioWare no lo tenía fácil, inició hace cinco años una ambiciosa saga con la promesa de prolongarse durante varias entregas y que las decisiones que tomáramos y el rumbo de los acontecimientos tuvieran su reflejo en los siguientes juegos. Y no solo han solucionado la papeleta, sino que han cumplido con nota, siendo desde ya una trilogía que pasará a los anales de la historia de los videojuegos. Puro fan service, lleno de guiños, detalles y curiosidades para los seguidores de la saga, que cierra con una dignidad y un respeto apabullante las distintas tramas abiertas y la historia de los personajes que nos han acompañado tantas horas en nuestras aventuras, con momentos memorables. Una marca que ya se ha ganado nuestro aprecio para siempre.
Frenético y muy cinematográfico, con un sistema de combate acertadamente mejorado, su intensidad se cobra alguna víctima, como reducir a la mínima expresión los elementos roleros, lo que no quiere decir que no haya muchas cosas por hacer y sea un juego muy largo. Quienes hayan recorrido el camino de la saga hasta este momento se lo pasarán en grande, y se sorprenderán al comprobar con qué justicia y cariño se finaliza la serie, de momento. Y decimos esto porque está claro que viviremos en un futuro más aventuras en el universo Mass Effect, la genial marca creada no puede ser desaprovechada, aunque claro todavía no sabemos cuándo, cómo, ni con quién. De momento toca disfrutar y sumergirse de lleno en esta fantástica epopeya galáctica, que se convierte en uno de los juegos del año, y pertenece a una de las mejores sagas de la generación. Imprescindible.