Análisis de Mark of the Ninja XBLA (Xbox 360)
Decir esto se está convirtiendo en un tópico, pero la distribución digital esconde joyas y sorpresas que nunca existirían como juegos de tienda y lleva años dando alegrías a los más aficionados al videojuego. La otra cara de esta moneda es que muchos títulos que merecerían unas ventas mayores pasan desapercibidos, como de hecho ha ocurrido con los grandes lanzamientos del "Verano del Arcade" de este año. Mark of the Ninja, lo nuevo de los creadores de Shank, es un ejemplo perfecto de esto: es posiblemente el mejor juego de Xbox Live Arcade de este verano, pero también un gran desconocido. De hecho, incluso ha salido en viernes, y no en martes como el resto de juegos.
Acción y sigilo en 2D
Lo nuevo de los creadores de Shank vuelve a apostar por las dos dimensiones, pero la acción frenética se cambia por un juego pausado, en el que planear cada movimiento. Encarnamos a un ninja que tendrá que resolver misiones en amplios y laberínticos niveles, contando con habilidades para saltar y trepar, un gancho con el que movernos por el escenario, dardos, petardos, bombas de humo y otros gadgets propios de su profesión.
Desde el primer momento el juego destaca por su atractivo apartado gráfico y por la relativa libertad que nos dejan para resolver las situaciones: casi siempre hay dos o más caminos que tomar, varias formas de afrontar un problema, y no necesariamente tiene que implicar el sigilo; lo único que hay que hacer es procurar que no nos maten.
Mark of the Ninja recuerda a la malograda saga Tenchu por la cantidad de recursos que tenemos a nuestra disposición, pero aquí la regla que determina si somos o no visibles es la iluminación. El escenario tiene zonas oscuras e iluminadas, y nuestros enemigos cuentan con un pequeño campo de visión estándar, y con una linterna para buscarnos. Hay multitud de sitios donde esconderse, desde objetos como jarrones o puertas que hay en el escenario hasta los recovecos y túneles que podremos usar para sorprender a los enemigos y para entrar en habitaciones por sitios inesperados. En este sentido, el diseño de niveles es tremendamente bueno, ya que es fácil encontrar el camino por donde seguir y con frecuencia podemos elegir varios. Solo en partes muy puntuales hay un sitio por donde tengamos que pasar obligatoriamente, o solo un modo de hacer las cosas.
Aparte de permanecer invisibles, también es importante no hacer ruido, o hacerlo a propósito para distraer a los enemigos. Romper una bombilla con un dardo, por ejemplo, siempre llama su atención, y podemos aprovechar esos momentos para seguir avanzando, pulsar el interruptor que buscamos o, simplemente, matar al guardia por la espalda. Contamos incluso con un petardo que lanzar para distraer a los guardias cercanos, y así tener campo libre.
Evitando enfrentamientos directos
Cuando un enemigo nos descubra, ya sea viendo a nuestro ninja o encontrando un cuerpo de un compañero caído, sonará la alarma y, al estilo Metal Gear, los soldados nos buscarán por el escenario durante diez segundos, para luego olvidarse de todo y volver a su establecidísima rutina. El juego nos bonifica por puntos por las acciones que hagamos, ya sea engañar a los enemigos, matarlos de forma estándar o imaginativamente o conseguir objetos e ítems extra, pero también nos penaliza cada vez que nos descubren. Es fácil esconderse después de que nos pillen, pero nuestro ninja es tremendamente frágil; los enemigos van muy bien armados y tres o cuatro disparos acabarán con nosotros, resucitando en el último de los numerosos puntos de control que hayamos pasado.
Los enfrentamientos directos son suicidas, y de hecho nuestro único recurso es una serie de patadas con las que noquear al enemigo, para luego acuchillarlo en el suelo. Pero por la espalda nuestro ninja es letal, pudiendo sorprender a los enemigos y acuchillarlos y, a medida que "compremos" esos poderes, seremos capaces de matar descolgándonos de un saliente con nuestro gancho, desde el suelo o el techo, e incluso desde una entrada de ventilación, escondiendo el cuerpo en ella. Este tipo de muertes especiales nos dan más bonificación de puntos que ninguna otra, y además el juego cambia visualmente, pasando los gráficos de nuestro ninja y del enemigo a ser de dibujos animados. Es un poco complicado de explicar, pero en los dos vídeos de jugabilidad que mostramos en este artículo se ve perfectamente.
Las luces y las sombras son las protagonistas
El apartado visual de The Mark of the Ninja es una de sus grandes virtudes. La animación de nuestro personaje, en combinación con el excelente control, hace que jugar sea una delicia, escurriéndonos por túneles, saltando, colgándonos con nuestro gancho y matando a enemigos sigilosamente. Klei Entertainment juega con las luces y las sombras para mostrarnos en penumbra todo el escenario, salvo el sitio donde se encuentre nuestro ninja, o a donde esté mirando. El resto de habitaciones quedan en penúmbra, insinuándose la silueta de los guardias u otros objetos, y al ser tan importante la luz en la jugabilidad, hay una gran diferencia entre lo que está iluminado -las zonas donde somos visibles- y lo que no.
Este diseño tan particular y que tan bien funciona tanto a la hora de deleitar nuestra vista como en combinación con el juego, se complementa con unas secuencias de animación para contarnos la historia del juego, que recuerdan mucho a las series de dibujos animados americanas de Nickelodeon, Cartoon Network y compañía. Las numerosas voces del juego, tanto en las secuencias de animación como en los niveles, se encuentran en inglés, pero con subtítulos en castellano. La música y el sonido están a un buen nivel pero no destacan demasiado; las melodías son todo lo ninja-orientales que uno pueda imaginar, y los efectos de sonido están bien pero no son demasiado numerosos.
Lo que brilla sin lugar a dudas son los vistosos gráficos en combinación con una idea de juego muy buena y tremendamente bien aprovechada. Nuestro ninja tiene unos poderes que va ampliando a lo largo de los niveles, y los diseñadores van proponiendo retos cada vez más complicados usando la creciente cantidad de recursos que tenemos a nuestra disposición. El diseño de los niveles nunca cansa, y siempre ofrece alguna sorpresa, alguna situación diferente y algún pequeño reto nuevo. Además, el título es muy rejugable, ya que cada nivel dura entre 20 minutos y media hora, y tras terminarlo nos dirán qué hemos hecho con cada uno de los guardias (si lo hemos matado, si lo hemos evitado, si nos ha descubierto...), puntuarán nuestras habilidades como ninja y nos darán un rango.
Mark of the Ninja es una adquisición muy recomendada para Xbox Live Arcade, y uno de esos juegos especiales que no serían posibles de no existir la distribución digital. El gran diseño de los niveles y el precioso apartado visual merecen mucho la pena. El único defecto que se le puede achacar es su precio, entre lo más caro de Xbox Live Arcade (1.200 puntos), lo que puede echar atrás a algunos. El resto disfrutará como un enano jugando a ser un ninja.