Análisis de Kinect Rush: A Disney Pixar Adventure (Xbox 360, Xbox One, PC)

Disney parece dispuesta a apoyar Kinect con algunas de sus mejores joyas actuales. Si estas navidades la apuesta fue Disneyland Adventures con algunas de las mejores películas Disney, ahora les toca a los telefilmes de Pixar, aunque con una propuesta muy diferente. Es innegable el encanto de las películas elegidas (Los Increíbles, Ratatouille, Up, Cars y Toy Story) y el juego lo transmite bien, pero el control con Kinect es apto sólo para niños muy activos y no deberían jugarlo en las tres horas anteriores de irse a la cama, a fin de que tengan tiempo para relajarse.

El juego empieza de forma brillante, pidiendo al jugador que construya un personaje a su imagen y semejanza. Aunque el resultado sólo tiene cierto parecido con el corte de la cara o el color de la piel (y tiende a oscurecerlo), es interesante ver la interpretación que hace del jugador para convertirlo en personaje de cada película, y un detalle que gustará a los más pequeños. Lo que pierdes en personalización lo ganas en encanto al verte como rata, coche, robot, aventurero o superhéroe.

Después el juego te suelta en el parque que se convertirá en el centro de la acción. De él salen ramas para cada película, y para entrar en ellas simplemente debes hablar con los niños que hay cerca. Aquí el control muestra su peor cara y reacciona a veces de forma esquiva a las intenciones del jugador, que moverá los hombros esperando girar mientras en pantalla el personaje se mueve demasiado lentamente o sin permitirle afinar. A veces hablarán contigo dos niños diferentes y otras deberás perseguir a tu "objetivo amigo" y ponerte varias veces ante él para que te hable. Es un momento en que desearías tener un botón con la opción de hablar. Es una pena porque lo cierto es que los desarrolladores han tenido muy buenas ideas para el control de forma que cualquier persona puede hacerlo –y entenderlo- sin problemas, pero al girar tan vez acaben con la paciencia de los más pequeños.

Una buena introducción a los juegos de conducción para adultos

La fórmula se repite siempre, y poco más tienes que hacer en el parque, la acción se desarrolla dentro de cada película. Si eliges Cars, la protagonista es, claro, la conducción. Dado que el juego se orienta a los chavales, constituye una muy buena forma de acercarles a los juegos de conducción más adulta. Aunque el coche resiste los golpes cómo pocos lo harían y los rivales son muy benevolentes sí puede transmitir una sensación de progreso y de reto.

Para las demás películas el esquema se repite en avanzar por el escenario recogiendo monedas, que no sirven para estimular la exploración, sino la rejugabilidad. La acción busca no aburrir al niño, y le anima a moverse constantemente, evitando peligros.

Kinect Rush parece destinado a agotar la energía de los más pequeños de la casa, porque no pararán. El cronómetro, el movimiento del escenario o los propios compañeros de película te animarán a seguir y no parar. Los puzles están adecuados, una vez más, a los más jóvenes de la casa, y la solución brilla, por lo que no suponen mayor reto. Como desgaste de energía el juego es notable.

Como cabría esperar, gana en modo cooperativo, y serán los niños los que más disfruten de jugar con un adulto mientras este se ve manoteando sin parar. Y eso que el juego es consciente de que puede agobiar a los mayores y no hace falta marcar demasiado los gestos para que te detecte, aunque si los pequeños se meten en la historia podrán gesticular todo lo exagerado que quieran y también les captará el dispositivo. Aun así, nada te salvará de nadar a braza, mover los brazos para correr y saltar para alcanzar tirolinas (por cierto uno de los movimientos más inexactos y con más lag).

Jugar la misma misión como si vieses tres veces la misma película

Es cierto que Kinect Rush se antoja corto, pero da la sensación de que los desarrolladores confían en que los niños sientan ganas de rejugarlo con el mismo entusiasmo con el que son capaces de verse tres veces en una tarde Toy Story, por mencionar una de las películas incluidas en el juego.

La mayor fuerza del juego reside, claro está, en las cinco películas y la fidelidad con que ha recreado los mundos y personajes que aparecían en ellas. Gráficamente es irreprochable; los escenarios son totalmente fieles a cada película hasta en el mínimo detalle y tal vez los niños se sientan de verdad viviendo una aventura con sus personajes favoritos.

También es adecuado el ritmo en que se van desbloqueando nuevas fases y las distintas recompensas, de forma que incita a continuar jugando. O, mejor dicho, a jugar las mismas fases una y otra vez, ya que tampoco hay tantas, pero tendrás que jugar varias veces para investigar qué caminos te conceden más número de monedas o te permite ahorrar tiempo.

Aun con ser correcto, Kinect Rush no innova realmente y se limita a pedirte que corras. Establece unos códigos de control adecuados y coherentes –al menos, para los niños- aunque no siempre responden todo lo bien que sería deseable. Transmite la espectacularidad de las películas originales pero tal vez cabría pedirle que no corriese tanto y ofreciese algo más.