Análisis de Rodea the Sky Soldier (Wii U, Nintendo 3DS)
Hace ya mucho tiempo que algunos de los grandes creadores de los 90 dejaron de brillar por unas razones u otras. Uno de estos casos es el de Yuji Naka, el genio que dio a luz nada menos que a Sonic The Hedgehog y Nights Into Dreams entre otros grandes clásicos para Sega y sus diferentes consolas. Sin embargo después de abandonar la compañía del erizo supersónico, lo cierto es que Naka no ha tenido mucha repercusión dentro de la industria. Formó el estudio Prope y realizó juegos menores como diseñador y productor (Fishing Resort, StreetPass Mansion), categoría a la que por desgracia debemos incluir a su última creación: Rodea the Sky Soldier.
De todos es conocido los problemas que tuvieron lugar durante el proceso de creación y, especialmente, de distribución de este juego. Y como todos sabéis, en un principio el título iba a ser exclusivo de Wii, pero finalmente ha terminado apareciendo tanto en Nintendo 3DS como en Wii U, versión a la que hemos tenido acceso y sobre la que hemos realizado este análisis.
Duelos en pleno vuelo
La historia que da pie a esta aventura es uno de los apartados más trabajados y atractivos de cuantos nos ofrece esta producción. Comienza con el tutorial del juego, el cual nos enseña los controles básicos del protagonista, el robot Rodea. Unas máquinas enviadas por el Emperador Geardo asaltan el pacífico reino de Garuda, buscando el poder que encierra la Llave del Tiempo. Por desgracia el protagonista sólo puede cumplir con su objetivo a medias, y nunca mejor dicho, ya que la princesa de Garuda (llamada Cecilia) y a la cual protegía se sacrifica, pero no sin antes dejar la mitad de dicha Llave del Tiempo al cuidado de Rodea.
1.000 años después es cuando retomamos la acción, momento en el cual las cosas han cambiado bastante. De entrada, el protagonista tiene amnesia y le cuesta recordar lo sucedido todo este tiempo atrás. Y a esto se suma la llegada de nuevos personajes, como la simpática Ion, una chica muy "manitas" que ayuda a nuestro robot durante toda la aventura. Pero hay una cosa que no cambia: el acoso del Imperio Naga, el cual intenta invadir Garuda 1.000 años después.
Así las cosas, nos toca impedir que el ejército Naga haga polvo la paz establecida en Garuda. A lo largo de más de 25 niveles tenemos que combatir las máquinas y robots enviados por el Emperador Geardo, para lo cual debemos exprimir el potencial de Rodea.
¿Y cuál es su gran especialidad? ¡Volar! El protagonista puede recorrer por el aire cada uno de los escenarios que integra la aventura, si bien debe ir rellenando el medidor anti gravedad correspondiente para evitar perder altura. Y la forma de recargar dicho medidor es recogiendo unas gemas amarillas denominadas Grabbing Gravitons, las cuales además impulsan a nuestro robot para ganar velocidad.
Por el camino es necesario ir eliminando a los rivales de turno que campan a sus anchas por los decorados, pudiendo usar diversas armas y gadgets así como un ataque automático que recuerda mucho al ejecutado por Sonic miles de veces en sus aventuras plataforrmeras. Y para que no falte de nada, también es vital superar algún que otro puzle sencillo o lidiar con jefes finales, combates que se convierten en el mayor atractivo de toda esta aventura.
Por otra parte a medida que avanzamos podemos ir mejorando las habilidades de nuestro robot, actividad que tiene lugar entre fases. Y es que precisamente es en estos momentos de calma cuando accedemos al minimapa del mundo, el cual nos permite desde seleccionar la fase que queremos visitar a echar un vistazo al estado del protagonista, así como mejorar sus habilidades. Un toque RPG que sin duda sienta de maravilla al título… pero que a pesar de eso le impide alcanzar unos niveles de jugabilidad destacados.
Vuelo sin control
El problema más importante que arrastra el título tiene que ver con su lastimoso sistema de control. Tanto es así que dicho manejo se convierte en un lastre difícilmente evitable y que impide alcanzar mayores cotas de diversión a esta producción.
El juego original de Wii fue ideado para incluir un sistema de control basado en el sensor de movimientos del Wiimote. Bien, pues en su traslado a Wii U se ha optado por implementar un manejo más tradicional basado en la utilización de los sticks y los botones, decisión que a tenor de los resultados obtenidos no parece que haya sido la más sabia de todas.
Para controlar al protagonista en pleno vuelo debemos usar un sistema point and click similar al integrado en muchas aventuras gráficas. De esta forma un cursor aparece en pantalla y nos indica la dirección que toma el protagonista en el aire, hecho que dificulta muchísimo la movilidad, especialmente cuando entran en juego los enemigos. Frustrante y para nada intuitivo, muchos escenarios que plantea el título se convierten en un infierno por la sencilla razón de que el control no se adapta al dinamismo que proponen dichas situaciones. Y cuando encima es necesario echar mano de las armas de Rodea, para lo cual debemos emplear la cruceta, ya ni os contamos.
¿Pero no acabas acostumbrándote a este sistema tan peculiar? A medias. Es cierto que, afortunadamente, al cabo de las horas le coges el aire al manejo y todo se vuelve algo más sencillo. Lo que pasa es que es posible que algunos jugadores se cansen antes de conseguir tal fin.
Y es una pena, porque el "espíritu" que esconde el juego en su interior nos ha parecido bastante evocador, sobre todo para los que llevamos ya unos años jugando a videojuegos. Se nota a la legua la influencia de las obras cumbre de Yuji Naka como los mencionados Sonic y Nights Into Dreams en el desarrollo de Rodea. Y por eso mismo, muchas veces nos embriaga la nostalgia al jugar a ciertas fases de Rodea.
Pasando a comentar su apartado visual, sin duda estamos ante uno de los juegos más flojos de cuantos han aparecido en Wii U. Nuevamente se dejan notar los cimientos y orígenes de esta producción, la cual estaba destinada a Wii. Y pese a los esfuerzos de "adecentar" el título en su vertiente gráfica para trasladarlo a Wii U, el juego parece estar sacado de una generación anterior… o incluso de alguna más veterana.
Escenarios vacíos y que se van generando de manera evidente ante nuestros ojos, personajes muy poligonales, bajadas acusadas de cuadros, efectos simples… Lo más destacado que ofrece el juego en este aspecto son las escenas de vídeo, que sin ser gran cosa por lo menos ofrecen un nivel de calidad decente. Lo demás, muy mediocre e impropio de una consola como Wii U.
El apartado sonoro es netamente superior, con un buen doblaje en japonés e inglés para los personajes (subtitulados en inglés) y una banda sonora trabajada. Y en cuanto a los efectos de sonido, estos son variados y cumplen con su cometido perfectamente. En conjunto, se trata de una de las mejores facetas que ostenta esta producción de Prope.
Para terminar, sí que nos gustaría resaltar el hecho de que la versión de lanzamiento de Wii U de este título incluye el juego original de Wii así como una carátula reversible. Un detalle que siempre se agradece.
Conclusiones
Sin ser un título desastroso, lo cierto es que esperábamos mucho más de esta creación de Yuji Naka para Wii U y Nintendo 3DS. Y es que a pesar de presentar algunas ideas llamativas, en general Rodea: The Sky Soldier es un juego que ostenta unas mecánicas jugables vetustas y un apartado gráfico obsoleto completamente. Y eso en las consolas Nintendo, repletas de este tipo de producciones de gran calidad, pasa factura.