Análisis de Super Monkey Ball: Banana Blitz (Wii)
En cuanto al juego y a modo introductorio, decir que cumple lo esperado. Si te habías dicho a ti mismo: Monkey Ball iría como anillo al dedo en Wii, puedes contar con ello. Además, como en anteriores entregas, Monkey Ball: Banana Blitz cuenta con muchos mini-juegos, cobrando nueva dimensión aquí gracias al control único de Wii, que le convierten en un juego válido para un sólo jugador y altamente recomendable para quienes quieran disfrutar de un 'party-game' adaptado al control de la nueva consola de Nintendo.
Sosteniendo el mando en su mano, el usuario no tiene más que inclinarlo y esa misma inclinación se transmitirá al escenario. La respuesta es completamente fiable y sólo nuestro pulso y sangre fría determinará que no hagamos que nuestro mono se vuelva loco, comience a golpearse con todo y acabe cayendo al vacío por el borde de un escenario. Algo que, si no tenemos temple, os advertimos que puede pasar...
Pero además de adaptar el control de la saga a las peculiaridades de Wii, Sega ha introducido una novedad que sí podría haberse producido en cualquier otra consola pero da la casualidad de que ha sido en esta: el salto. Gracias a esta habilidad, los monos ganan en agilidad y versatilidad y, en consecuencia, las fases presentan una nueva dimensión de obstáculos y mayor profundidad.
Al tiempo que entendemos esto como una mejora en las posibilidades, sólo criticar que en ocasiones buscar los caminos que abren los saltos sólo reportan plátanos en lugares muy complicados que llevan a una muerte segura, con lo que bastante a menudo optamos por dejarlos correr por no arriesgar nuestras preciadas vidas y la nueva habilidad se torna prescindible. En otras ocasiones, el salto se hace imprescindible para avanzar aunque en situaciones menos arriesgadas como en es la búsqueda superflua de plátanos extra.
Las vidas, por cierto, abundan en los primeros mundos -ocho más dos secretos y ambientados en la jungla, las montañas nevadas... todos clichés bastante típicos-. La curva de dificultad está muy bien ajustada y los sencillísimos niveles del comienzo tendrán su reflejo al final en auténticos test de los nervios para el jugador, con fases más complicadas y jefes finales duros de pelar. Sin ser imposibles, son de esos que alguna que otra vez invitan a estampar el mando de pura desesperación, de esa "sarna con gusto" que pica pero no quema, que tanto nos gusta a los jugones.
Por otro lado, no se entiende cómo se ha optado por el botón A para hacer un salto, sin dar siquiera la posibilidad de optar por la detección de movimiento. Si hemos visto que, sin ir más lejos, el juego de carreras de 'Wii Play' permite girar con el mando y saltar agitando el mismo, es lo que habríamos esperado en Monkey Ball. No es que resulte engorroso pulsar un botón, pero conociendo las excelencias de Wii para no pulsar ni uno, habría sido de agradecer disponer de esa posibilidad.
En fin, que no sorprende, ni mucho menos, pero que tampoco desentona con la saga ni con el resto de lanzamientos de la consola, sobre todo teniendo en cuenta que no es que Wii se esté caracterizado por mostrar un apartado gráfico de nueva generación.
El sonido tiene de todo, desde melodías rockeras a ritmos reagge, pero siempre con un estilo muy pegadizo y nada cargante. Los efectos son simpáticos, con los grititos de los monos, el sonido de la bola al chocar... funcionales y divertidos. Por otro lado, las escasísimas voces como las que aparecen en el título o en los menús, han sido dobladas al castellano, que se agradece.
Algunos de estos juegos sufren problemas graves de control que les hacen poco divertidos, se echan en falta algunos que sí vimos en entregas anteriores y otros fallan desde su concepto. Sin embargo, una cantidad ingente de juegos sí son divertidos, muy divertidos o extraordinariamente divertidos llevando este apartado del juego a igualar o, incluso, superar a 'Wii Sports' o 'Wii Play', gracias a su mayor número de pruebas. Asimismo, hay juegos que exigen del Nunchaku y otros que no, siendo estos segundos la mayoría. Por si fuera poco y comparándolo con Rayman Ravin Rabbids, la gran mayoría están pensados para hasta cuatro jugadores, siendo los destinados a dos los menos.
Para que podáis haceros una idea de las buenas propuestas que en Monkey Ball se pueden encontrar, os detallamos algunas ideas que destacan. Hay un juego de Squash en el que dos jugadores pueden controlar con el stick al mono mientras golpean la pelota con el Wiimote (sí, eso que muchos querríamos haber podido hacer en el tennis de Sportss), impagable. También encontramos un clon de 'Moon lander' en 3D excepcional, en el que empleamos el mando como joystick y el propulsor con el A. En esta línea está un juego de naves que recuerda a R-Type pero con scroll vertical y valiéndose de la detección de movimiento. Se puede encontrar un juego de bolos (que hay que reconocer que no hace sombra al de Wii Sports), uno de salto a la comba, otro de boxeo (este sí que podría competir con el de Wii Sports), un Disco golf (similar a este deporte pero lanzando un frisbee), otro de hacer volar un pájaro... ¡Hasta hay un minijuego de disparos en primera persona para varios jugadores!
Una selección muy numerosa y gratificante en la que, por otro lado, hay algunas ovejas negras. En cuanto a las críticas, es una pena que juegos muy entretenidos y con posibilidades no se hayan explotado más con mayor número de niveles; o que buenas ideas en su concepto no convenzan por su mal apurado control. Tampoco nos ha convencido que los récords sean muy fácilmente superables o que no se pueda salir ni reiniciar uno cuando lo hemos comenzado (Lo cual seguimos sin explicarnos). ¡Ah! y no se puede recuperar un nombre ya puesto en un récord anterior, con lo que preparaos a escribir el vuestro una y mil veces.
Se trata de un auténtico imprescindible para los seguidores de la saga; un juego muy recomendable para aquellos que quieran disfrutar de las bondades del 'Wiimote' en solitario, gracias a un modo para un jugador cuidado, curioso, largo y re-jugable; y, por último, también es una compra muy a tener en cuenta para aquellos que simplemente quieran disponer de un buen 'party-game' a la altura de las capacidades de Wii y con el que disfrutar en compañía.