Análisis de Super Monkey Ball: Banana Blitz (Wii)

En cuanto al juego y a modo introductorio, decir que cumple lo esperado. Si te habías dicho a ti mismo: Monkey Ball iría como anillo al dedo en Wii, puedes contar con ello. Además, como en anteriores entregas, Monkey Ball: Banana Blitz cuenta con muchos mini-juegos, cobrando nueva dimensión aquí gracias al control único de Wii, que le convierten en un juego válido para un sólo jugador y altamente recomendable para quienes quieran disfrutar de un 'party-game' adaptado al control de la nueva consola de Nintendo.
Sosteniendo el mando en su mano, el usuario no tiene más que inclinarlo y esa misma inclinación se transmitirá al escenario. La respuesta es completamente fiable y sólo nuestro pulso y sangre fría determinará que no hagamos que nuestro mono se vuelva loco, comience a golpearse con todo y acabe cayendo al vacío por el borde de un escenario. Algo que, si no tenemos temple, os advertimos que puede pasar...
Pero además de adaptar el control de la saga a las peculiaridades de Wii, Sega ha introducido una novedad que sí podría haberse producido en cualquier otra consola pero da la casualidad de que ha sido en esta: el salto. Gracias a esta habilidad, los monos ganan en agilidad y versatilidad y, en consecuencia, las fases presentan una nueva dimensión de obstáculos y mayor profundidad.

Al tiempo que entendemos esto como una mejora en las posibilidades, sólo criticar que en ocasiones buscar los caminos que abren los saltos sólo reportan plátanos en lugares muy complicados que llevan a una muerte segura, con lo que bastante a menudo optamos por dejarlos correr por no arriesgar nuestras preciadas vidas y la nueva habilidad se torna prescindible. En otras ocasiones, el salto se hace imprescindible para avanzar aunque en situaciones menos arriesgadas como en es la búsqueda superflua de plátanos extra.
Últimos análisis





