Análisis de Sonic y el Caballero Negro (Wii)
Sonic ha sido siempre una de esas marcas que ha dejado huella en el corazón de los jugadores. Desde tiempos inmemoriales, este fugaz erizo azul ha competido con uno de los emblemas más característicos de la industria del videojuego: Súper Mario. Lamentablemente -o afortunadamente, según se mire- con la caída de Sega dentro del desarrollo de hardware, Sonic y sus amigos pasaron a las filas de Sony, Microsoft y Nintendo, haciendo varios títulos que contentaron en cierta medida a los seguidores de la serie.
En lo que llevamos de generación hemos visto varios videojuegos de Sonic. Por un lado tenemos una aventura exclusiva de Wii, Los Anillos Secretos, así como Unleashed para las consolas que apuestan por la alta definición. Tampoco hay que olvidar las obras para portátiles, que van desde el plataformeo de siempre hasta una entrega de rol creada por una de las compañías más queridas: Bioware.
Sin embargo, hoy le toca el turno a la segunda exclusiva de Wii, que pretende hacernos sentir los más rápidos del mundo al mismo tiempo que empuñamos una de las espadas más poderosas del mundo.
Sonic comienza en la historia del Rey Arturo, una historia que Sega se ha encargado de adaptar de una manera muy peculiar.
Soy Pícaro, Pícaro el erizo
Una chica misteriosa parece estar envuelta en apuros, con multitud de enemigos e incluso un jinete negro que desciende de los cielos. Casi sin fuerzas, la muchacha hace una plegaria para traer la salvación al mundo, abriéndose el cielo y cayendo la esperanza azul -en forma de erizo- de él. Tras una breve introducción con el némesis de la aventura -el caballero negro-, Merlina la maga le cuenta que la espada del Rey Arturo le ha otorgado la vida eterna a cambio de una oscuridad más que evidente, haciendo que el caos se deposite allá donde pisa su caballo negro. Para detener al jinete negro, Sonic tendrá que aprender el noble arte de la espada, algo relativamente difícil si tenemos en cuenta que incluso nuestra propia espada se mete con nosotros -de ahí el nombre de Pícaro- por nuestra falta de habilidad clara.
A medida que vayamos avanzando en el juego iremos viendo la inclusión de distintos personajes del universo del erizo adaptados perfectamente a la historia de El Caballero Negro, como por ejemplo Tails y Amy Rose, que harán de herrero y de dama del lago, respectivamente. Lamentablemente no todos los personajes conocidos iban a ser buenos, también harán aparición los caballeros de la mesa redonda, que defenderán el honor de Arturo con su propia vida. Dichos caballeros estarán representados como Shadow, Knuckles e incluso Blaze, de la primera entrega del erizo en Nintendo DS.
Correr con tijeras no. Correr con espadas sí
Esta nueva entrega del erizo sigue perfectamente la estela que dejó su predecesor, mejorándola notablemente en algunos aspectos y, por desgracia, descuidándola en otros. La mecánica del juego es sencilla, pues nuestro objetivo primario será atravesar el nivel lo más rápido posible consiguiendo el mayor número de puntos. No obstante, los títulos de la mascota de Sega se han caracterizado por su componente de plataformas, así como las novedades que, en cada entrega, van aportando su granito de arena en la jugabilidad.
Así pues, después de demostrarnos que Sonic puede ser un temible lobo por las noches en Sonic Unleashed, Sega se ha armado de valor y ha provisto a la esperanza azul de una espada de lo más peculiar, haciendo su puesta en escena mucho más épica, aunque sacrificando gran parte de su encanto original. De esta manera tendremos dos componentes diferenciados en las fases de Sonic y el Caballero Negro. Por un lado estará el frenesí de la velocidad, y por otro las batallas con espadas, mezclándose para dotar al juego de una jugabilidad distinta a lo que los usuarios están acostumbrados. Lamentablemente la idea original ha emergido en un desarrollo que, por desgracia, no ha llegado a buen puerto.
Las zapatillas funcionan, mientras que el acero...
Si bien es cierto que estamos ante uno de los títulos más cuidados del erizo en cuanto a desarrollo, modos de juego y extras se refiere, no podemos decir lo mismo en cuanto a lo más importante de la obra: su jugabilidad. Y es que, tal y como se venía comentando desde el anuncio del juego, una espada no casa muy bien con el estilo de juego que Sonic tiene por bandera, mermando en muchas ocasiones la experiencia de juego y frustrando al jugador.
En primer lugar hay que destacar claramente que el componente de la velocidad está muy cuidado. En este aspecto, las rutas (predefinidas) que el protagonista seguirá por las fases está muy bien pensadas, dándole al juego una sensación de velocidad que muchos simuladores de conducción querrían, sin embargo, el problema llega a la hora de utilizar la espada, ya que el control no responde tan bien como uno quisiera.
Pero empecemos por lo básico: el control del protagonista. Dejando a un lado la posición horizontal del wiimote que tan polémicamente se utilizó en Los Anillos Secretos, en esta ocasión hará falta el nunchuk para manejar la dirección del protagonista. De la misma manera utilizaremos el botón A para saltar, realizando el conocido impulso en el aire si volvemos a pulsarlo. Los movimientos del héroe no son, precisamente, los más rápidos a la hora de arrancar, pues al erizo le hará falta una clara inyección de aceleración, sobre todo si nos dedicamos a explorar las fases en toda su totalidad.
El problema reside, como comentábamos con anterioridad, en el componente novedoso que la compañía japonesa le ha otorgado al simpático y carismático erizo: su espada. Si bien es cierto que en la historia la espada tiene una importancia más que relevante, en el plano de la acción no hará más que molestarnos en la mayor parte del tiempo, restándole dinamismo y frenesí a un título que pide a gritos estos dos atributos. La idea de Sega no es mala en absoluto, sin embargo, a la hora de llevarla a cabo hace que se rompa el esquema de velocidad, impacientando al jugador a querer correr más y a dejarse tanto ataque con armas. Para hacer una estocada no tendremos más que mover el mando principal de la consola de un lado para otro, haciendo que Sonic ataque hacia adelante. También, más allá de protegernos de los ataque enemigos, tendremos la posibilidad de recoger hadas rojas por las fases que llenarán el contador de la espada y nos permitirán fijar a los enemigos (con el botón B) y acabar con ellos antes de que puedan susurrar sus últimas palabras.
La parte negativa del control se la lleva esa mezcla de velocidad y acción que propone Sega de manera fallida, pues las estocadas que ejerce nuestro protagonista le obligarán a detenerse, rompiendo con la velocidad. Además, por si eso fuera poco, el control es más que impreciso a la hora de atacar, pues en ocasiones no sabremos si tenemos que atacar antes de recibir al enemigo, o una vez que lo hayamos tocado. La aleatoriedad del control hace que en gran parte de las ocasiones optemos por pegar un salto con la espada, que es el ataque mejor llevado del título, haciendo que el erizo de vueltas (con la espada bien agarrada) hasta que toque el suelo o simplemente que pasemos de largo de los enemigos, siempre y cuando sea posible.
Como gota que colma el vaso, en ocasiones tendremos la oportunidad de enfrentarnos contra enemigos finales -véase los caballeros de la mesa redonda- en unas, a priori, batallas épicas. Dichas batallas recordarán a las vistas en el primer Sonic Adventure, donde más que seguir un esquema para acabar con nuestro enemigo tendremos que aporrear botones -en este caso mover el mando de un lado para otro- para ejercer el mayor daño posible antes de recibir un ataque del enemigo.
En otro orden de cosas también seremos testigos de unos tintes de juego de rol, teniendo la posibilidad de equiparnos los objetos que vayamos consiguiendo al final de cada nivel. Dichos objetos -tales como armas, o manuscritos misteriosos- dotarán de un poder específico a nuestro protagonista, como puede ser una mayor aceleración, inmunidad ante el veneno, etcétera. Sonic podrá llevar hasta dos objetos por partida, y, si deseamos cambiar, no tendremos nada más que hablar con Tails para hacer el cambio.
Aprovecharse de las ventajas de los objetos será más que necesario en algunas misiones de la aventura, pues no siempre el objetivo será llegar a la meta, sino que en ocasiones tendremos que cumplir una serie de requisitos antes de llegar a ésta, dándole al juego un componente de variedad más que satisfactorio. Por ejemplo, en numerosas ocasiones el objetivo de la misión será salvar a los lugareños que encontremos de unas piedras misteriosas que tendremos que romper con el reflejo de nuestra espada, así como matar a un número determinado de enemigos, etcétera. Como curiosidad puntual, comentar que en esta ocasión Sonic no tendrá que andarse con ojo con los jarrones que encontremos, pues en ningún nivel se nos obligará a dejar intacto el escenario.
Caballeros para rato
El modo historia de la aventura apenas nos llevará entre seis y ocho horas -ya que las fases se nos antojan un tanto cortas en comparación con otros títulos del erizo-, en función de lo diestros que seamos con el nuevo planteamiento de juego. No obstante, si queremos conseguir todos los secretos y extras que Sega ha preparado para la ocasión, tendremos que estar frente a la consola durante un largo periodo de tiempo mucho más extenso, pues conseguir las puntuaciones perfectas en las fases no es, ni de lejos, tarea fácil.
Sin embargo, para evitar que la historia del Rey Arturo caiga en el olvido rápidamente, la compañía japonesa ha dotado al título de multitud de modos de juego para aumentar las horas de diversión. Por un lado tenemos el modo batalla, con el que hasta un máximo de cuatro jugadores -amigos locales, nada de partidas online- podrán verse las caras para decidir quién es el más fuerte de todos. Esta vertiente multijugador no es equiparable al modo aventura, claro está, aunque sí que nos hará pasar buenos ratos con nuestros compañeros siempre que seamos capaces de perdonar los fallos del control. Dicho modo batalla estará compuesto por cuatro modos de juego diferentes: batalla, supervivencia, batalla fantasma y batalla titánica, siendo ésta última un modo cooperativo en donde unir las fuerzas para acabar con un enemigo devastador.
Por otro lado tendremos el modo clasificación mundial, en el que tendremos la oportunidad de hacer unas misiones exclusivas para, una vez haberlas terminado, comparar los resultados con los demás jugadores aprovechando la Nintendo Wifi Connection. Este peculiar modo, pese a no soportar partidas multijugador, será un aliciente más que destacable para todas aquellas personas que se "piquen" con facilidad, aumentando gradualmente la diversión si competimos contra la lista de amigos de nuestra videoconsola.
Por último tenemos los modos tesoro y galería, que nos permitirán ver los objetos que hemos ido consiguiendo a lo largo del modo principal del juego y enviarlos a nuestros amigos si así lo deseamos. La galería de videos cuenta, además, con algunos extras -muy difíciles de conseguir, todo sea dicho- más que suculentos para los jugadores más dedicados: videos del desarrollo, etc.
Más y mejor
En cuanto al apartado gráfico de esta entrega del erizo, hay que reconocer que la compañía japonesa se ha esmerado a la hora de trasladar el mundo mágico de Arturo al hardware de Nintendo. Evidentemente el juego sigue la estela de su predecesor, añadiendo por supuesto numerosos cambios a su favor que ofrecen una experiencia de juego mucho más divertida. Las fases están bien desarrolladas y diseñadas, con multitud de giros imposibles que solo un erizo con zapatillas de deporte podría hacer. Es curioso ver como algunos de los detalles más insignificantes, como puede ser cortar hierba de una estocada, están presentes en el título, dándole al juego un mayor realismo y una mejor puesta en escena.
Además, la cantidad de elementos en pantalla -residentes, enemigos, cofres secretos, etc.- no afectan para nada en la fluidez global del juego, ofreciendo una tasa de imágenes por segundo estable y sin complicaciones que mermen la jugabilidad del título. A consecuencia directa de esto, en algunas ocasiones veremos algo de popping (la aparición repentina de objetos o elementos) en pantalla, aunque nada importante que afecte a la jugabilidad de la obra.
En el plano de las presentaciones, hay que comentar que existen dos tipos de secuencias que veremos a lo largo de la aventura: las de transición y las de evento importante. Las primeras, que son las más frecuentes dentro de la historia, nos mostrarán escenas de transición al más puro estilo libro de ilustraciones, con unos dibujos y una puesta en escena más que bonita. Las segundas, las de evento importante, son las que veremos en la introducción y final del juego, y sin, precisamente, las secuencias de video generadas por ordenador con multitud de detalles, para agudizar al espectador y facilitar la inmersión dentro del juego.
A la hora de hablar del sonido de Sonic y el Caballero Oscuro hay que hacer hincapié en varios. El primero de todos ellos es que las melodías que ha preparado Sega para esta ocasión son muy cañeras, frenéticas y adictivas, ideal para el desarrollo del título. Como viene siendo habitual en los títulos del erizo, el rock hará presencia casi en todo momento, aunque en ocasiones sonarán por nuestros altavoces melodías más típicas de cuento, acorde con lo que está sucediendo en pantalla. Lo que nos llama mucho la atención es que el juego también ha optado por reciclar algunas canciones de Sonic Adventure 2, como el tema principal de Shadow, que sonará en cuanto Sir Lancelot -la caracterización del erizo oscuro- aparezca en escena. Otras melodías conocidas, aunque con variaciones compuestas para la ocasión, harán acto de presencia en El Caballero Oscuro, esbozando una sonrisa a todos aquellos seguidores del veloz animal que hayan jugado a antiguos juegos.
Las voces de Sonic y sus amigos estarán perfectamente caracterizadas en inglés, con los mismos actores de doblaje que dieron vida a los personajes en juegos anteriores. Además, para los usuarios más dedicados y tecnicistas, Sega ha provisto al título del doblaje original japonés, pudiendo escoger el que queramos desde el menú de opciones del título. Como detalle puntual, y, aunque en los juegos de Sonic suele ocurrir, si seleccionamos el doblaje inglés y los textos en castellano, en numerosas ocasiones veremos como lo que dicen los personajes no concuerda con el subtitulo debido al trabajo de adaptación, viendo contadas incongruencias en algunas secuencias del juego. Por supuesto, dicho detalle no afecta en nada a la comprensión del juego.
El erizo se marcha por la puerta mediana
Sin duda, estamos ante uno de los juegos que más dará que hablar sobre la franquicia del erizo favorito de los jugadores. La historia y puesta en escena de El Caballero Negro es buena, sin embargo, los numerosos errores en el control merman por completo la jugabilidad, haciendo perder la paciencia a más de un jugador. Sega ha demostrado una vez más, que el compañero inseparable de Sonic es Tails, y no una espada o una transformación extraña como en Unleashed, por lo que para la próxima entrega se lo pensará dos veces antes de ofrecernos un título que acabe con la jugabilidad tan endiablada que tenían sus obras de antaño. Eso sí, si sabemos perdonar los errores del control (o si de lo contrario tenemos una paciencia a prueba de balas), el título se hace bastante atractivo y completo, con muchas horas de diversión a nuestras espaldas.