Análisis de Prince of Persia: Las Arenas Olvidadas (Wii)
Prince of Persia es un título que lleva muchos años rondando por el mundo de los videojuegos. El original cosechó un gran éxito, tuvo una gran repercusión y la saga fue actualizada por Ubisoft hace unos años con la trilogía de las arenas del tiempo. En las nuevas manos, la serie tuvo bastante repercusión, habiendo salido varias entregas en distintas plataformas e incluso lanzándose una película, que se estrena hoy mismo, basada en el juego. Coincidiendo con la salida del filme, Ubisoft lanza un nuevo juego del príncipe que, aunque no es el oficial de la obra cinematográfica, si que nos encontramos con que el príncipe se inspira mucho en el actor de la película (y que a su vez se basa en el príncipe del Alma del Guerrero, por lo que todo queda en casa). El juego va a salir en todas las plataformas, aunque cada versión será diferente. En esta ocasión nos enfrentamos al juego de Wii, que es totalmente diferente a la versión de nueva generación y hemos de decir que los usuarios de la consola de Nintendo salen ganando.
Cuidado con lo que deseas
Como decimos, el juego es totalmente diferente al de nueva generación, comenzando por la historia. El juego nos cuenta que el príncipe compra en un mercado una pequeña genio a la que pide un reino. La genio le concede su deseo, pero como suele ocurrir, la cosa tiene trampa: antes de subir al trono deberá liberar el reino de una fuerza maligna que lo cubre y que el príncipe desata al llegar a la nueva tierra. A lo largo del juego estaremos acompañados por la genio que nos irá dando detalles de la ciudad y haciendo algún comentario gracioso, aunque lo cierto es que en comparación con la relación del príncipe y Elika el resultado no es tan bueno. En general la historia del juego está bien, aunque no es nada del otro mundo, dejando paso a lo que verdaderamente brilla en el juego: su jugabilidad.
Este Prince of Persia: las Arenas Olvidadas se mantiene fiel a la saga, pero va un paso más allá, convirtiéndose en el juego de la saga más equilibrado de todos. Gran parte de la culpa la tienen las nuevas mecánicas de juego que son sin duda el camino a seguir en la serie, pero vayamos por partes. Por un lado nos encontramos con cosas que ya conocemos como la habilidad del príncipe de trepar a casi cualquier sitio, caminar por las paredes o rebotar sobre los muros.
A esto se añaden los nuevos poderes del príncipe, los cuales iremos consiguiendo poco a poco, y que son los que marcan una verdadera diferencia con las anteriores entregas. El primer poder de todos nos permitirá activar unas plataformas de colores situadas sobre las paredes, de forma que a mientras estén activas, podremos engancharnos a ellas. Cada plataforma tendrá un color y activando una, encenderemos todas las del mismo tono que estén en la zona. El segundo poder que conseguiremos será similar, solo que podremos activar sellos situados en el suelo, de forma que crearán una corriente de aire que nos alzarán por los aires, permitiéndonos alcanzar zonas más elevadas.
Hasta aquí no hay nada sorprendente, pero a partir del siguiente poder la cosa mejora muchísimo y es que a partir de cierto momento en el juego podremos crear asideros o corrientes de aire en prácticamente cualquier superficie (hay poquísimas excepciones y lo sabremos porque veremos una planta amarilla cubriendo el suelo y las paredes). Esto abre un amplio abanico de posibilidades, ya que aunque al principio da la sensación de que tenemos que usar nuestros nuevos poderes en sitios muy concretos, pronto descubriremos que en realidad tendremos mucha más libertad para superar los distintos niveles.
Esto es algo que queda patente con el último poder (que llegará pasado la mitad del juego), el cual nos permitirá quedarnos flotando en una burbuja por tiempo limitado. Esto, además de para alcanzar sitios inaccesibles en un primer momento, nos salvará de más de una caída, aunque deberemos usarlo con cautela. Y es que aunque a priori puede parecer que esto hace el juego muy fácil, ya que podemos librarnos de la muerte, la cosa no es tan fácil, ya que las reglas de juego no permiten abusar de esta habilidad.
Crea tu camino
Cuando estemos en una burbuja y saltemos, no podremos volver a crear otra hasta que o bien nos enganchemos de alguna superficie o bien pase cierto tiempo, lo que nos impide crear una burbuja, saltar al vacío y crear otra antes de caer. Esto hace que los niveles en los que deberemos usarlas presenten retos realmente interesantes en los que deberemos hacer uso de nuestra habilidad, sincronizando bien nuestras acciones. Pero además, esto hace que los niveles tengan una libertad no vista en anteriores juegos de la saga, ya que en muchas ocasiones podremos superar una pantalla de distintas formas.
Por supuesto que este Prince of Persia sigue manteniendo cierta linealidad, pero el uso de estas habilidades unido al diseño de los niveles (de los que hablaremos un poco más adelante) hace que el camino no sea siempre único. Como ejemplo, diremos que en nuestra primera partida al juego, para escribir las impresiones, superamos una sala con muchísima dificultad y, en esta segunda partida lo hicimos a la primera, ya que descubrimos otro camino mucho más sencillo, demostrándonos que no siempre hay una sola forma de hacer las cosas. Además, gracias al uso de estos nuevos poderes del príncipe, nos encontraremos con situaciones realmente geniales en las que conseguiremos salvarnos in extremis gracias a nuestra habilidad, remontando una situación que parecía perdida.
En cuanto a los niveles el juego se basa más en salas que en pasillos, por decirlo de alguna forma. Ahora no nos encontramos con escenarios tan lineales en los que deberemos avanzar hacia adelante, sino que a menudo nos encontraremos con salas más o menos grandes en los que debemos llegar hasta un punto. Es cierto que muchas veces el camino será lineal, pero en otras se nos darán más de una opción. Otro detalle que nos ha gustado es que, aparte de los puzles típicos de la saga de mover estatuas o activar palancas, tendremos otros más sencillos que estarán muy bien integrados en el juego, como activar plataformas usando el puntero o trasladando un bloque para bloquear las trampas, lo que hace que haya variedad sin llegar a parar el ritmo. En general el diseño de niveles es muy bueno, con un ritmo que no llega a decaer en ningún momento y que nos regala momentos realmente buenos.
Un detalle que preocupaba a muchos usuarios era la dificultad del juego, sobre todo debido a la simplificación de la última entrega. Hemos de tranquilizar a todos los que tuviesen dudas, pues la jugabilidad vuelve a la trilogía de las Arenas del Tiempo, lo que significa que vuelve a ser vital nuestra habilidad y no basta con dar al botón de salto. Pero además de esto, nos encontramos con que los niveles son bastante exigentes, haciendo que muramos si no tenemos cuidado.
Y es que aquí no tendremos a Elika para salvarnos, ni siquiera el poder de las arenas del tiempo para hacer que el tiempo retroceda. Cada cierto tiempo nos encontraremos con fuentes donde recuperar nuestra vida y guardar la partida, puntos desde los que comenzaremos si perdemos todas nuestras almas. Y es que aunque no podremos morir, si podremos recoger unas esferas que nos permitirán revivir en un punto más cercano, de forma que no tengamos que repetir todo el camino desde el punto de control. Algo que sin duda nos pondrá las cosas más fáciles es el hecho de que el juego nos "guíe" hasta la siguiente plataforma por medio de un halo de luz. Y es que cuando estemos enganchados a algo (ya sea una columna, un saliente o una argolla) y movamos la palanca de control hacia una dirección, el halo nos indicará si llegamos o no a otra superficie.
Esto que parece que hace el juego muy fácil, es un añadido realmente bueno, ya que en ocasiones la perspectiva nos juega malas pasadas y algo no está orientado realmente donde queremos (algo que en anteriores juegos de la saga acababa con saltos al vacío). Pero si con los elementos normales del juego esto es una ayuda, se hace fundamental con los poderes de creación, ya que al crear una argolla, no siempre es evidente la distancia a la que está, haciendo que gracias a que el halo sólo saldrá si está lo suficientemente cerca de nosotros como para alcanzarla, nos ahorre muchos problemas.
A nivel jugable el juego está muy cuidado, aunque tiene un fallo bastante importante: la cámara. Es cierto que llega un momento del juego en la que nos acabamos acostumbrando a ella y que molesta más que resultar un problema, pero es algo que se debería haber cuidado. A menudo nos encontraremos con que no nos deja ver bien lo que tenemos delante y aunque siempre podremos moverla (pulsando C y moviendo el puntero), tendría que funcionar mejor. Afortunadamente no suele dar problemas cuando estamos moviéndonos, sino cuando llegamos a una nueva zona y queremos ver que hay delante, por lo que dentro de lo malo el consuelo es que casi siempre que tengamos que girarla estaremos parados, lo que hace que o afecte demasiado al juego (más allá de la molestia que resulta) y al final nos acabamos haciendo a ella.
Entre salto y salto, lucha
Al igual que en los anteriores, en este Prince of Persia no todo el saltar, sino que también tendremos que combatir. De nuevo hemos de felicitar a los desarrolladores del juego, pues creemos que han ajustado muy bien la cantidad y duración de los combates, haciendo que no sean tan pesados como en otras entregas de la saga. Aquí el combate tiene sus momentos, pero es algo secundario comparado con las partes de plataformas.
A la hora de luchar, lo haremos con grupos no muy numerosos, de cuatro o cinco enemigos como mucho, los cuales, aunque no serán excesivamente difíciles, no nos pondrán las cosas fáciles. La gracia de los combates es el hecho de ver como se combinan los distintos tipos de enemigos, cada uno con sus habilidades y sus tipos de ataques, y como debemos tener en cuenta esto para priorizar a que rival matamos antes o como luchamos. Afortunadamente tendremos una serie de técnicas de combate que el príncipe podrá usar para pelear, como un ataque torbellino o la posibilidad de impulsarnos desde una pared, adquiriendo estas nuevas habilidades según avancemos en el juego y vayamos encontrando cofres mágicos. En general el combate no es excesivamente complejo, pero funciona bien y consigue ser retante sin llegar a cortar el ritmo de juego, ya que su duración no es excesiva.
Otro detalle que tiene el juego y que animará a rejugarlo, alargando así su duración (que en una primera partida será de unas diez horas) es la posibilidad de desbloquear bastantes cosas. Por una parte tendremos nuevos mapas de juego, con una jugabilidad 2D (pero gráficos en tres dimensiones) en los que se pondrá a prueba la agilidad del protagonista. Además de tres mapas creados específicamente para la ocasión, también podremos desbloquear el Prince of Persia Classic, que no es otro que el juego original, en concreto, la versión que salió para Super Nintendo, aunque da la impresión de que se han rehecho los gráficos, ya que se ven muy nítidos en una pantalla de alta definición.
Además de estos nuevos niveles, podremos abrir el acceso a galerías y videos sobre el desarrollo del juego, nuevas apariencias y armas para el príncipe y cumplir los desafíos del héroe, que son logros que nos propondrá el juego. Una última opción que tendremos será la posibilidad de jugar con un amigo que, manejando a la genio (con el puntero del segundo mando) nos ayudará ralentizando enemigos y trampas o marcando el camino a seguir, entre otras cosas.
El apartado técnico del juego es bueno, aunque no sorprende en exceso. En un primer momento choca un poco ver la proporción de las cosas, debidó sobre todo a la cámara, pero pronto nos acostumbramos. Lo mismo ocurre con las animaciones, que resultan un poco aceleradas al principio pero que tras un par de horas de juego nos parecerán bien. Los escenarios del juego son bonitos y bastante lucidos, combinando escenarios abiertos (los menos) con salas de bastante tamaño. En general las texturas son buenas, aunque de vez en cuando nos encontramos con alguna que no llega al nivel deseado.
En general el juego se mueve sin problemas, aunque en ciertos momentos en los que hay muchos elementos, nos encontramos con alguna bajada en la tasa de imágenes por segundo, aunque no es algo habitual y no llega a afectar. El príncipe, por otra parte, tiene un modelo con buen poligonaje, aunque sus expresiones faciales y su cabello podrían haberse mejorado. Algo que no nos ha terminado de convencer son las escenas de video (realizadas con el motor del juego) ya que dan la sensación de no estar pulidas, como si no hubiesen tenido tiempo suficiente (algo que puede deberse a tener que coincidir con el estreno de la película). En cuanto al apartado artístico, es bueno, pareciendo una mezcla entre Las Arenas del Tiempo y el anterior Prince of Persia de nueva generación, aunque no llega a brillar con luz propia.
El apartado sonoro está bien, aunque no tiene la calidad de la última entrega de la saga. Por una parte tenemos unas melodías bastante buenas, aunque no se nos quedarán tan marcadas y unos efectos de sonido que son muy buenos. Además, como es costumbre de Ubisoft, el juego llega doblado al castellano con unas voces bastante buenas, aunque quizás no tanto como en el anterior juego. Un problema que tienen el apartado sonoro es que, aún bajando el volumen de efectos y de música, había ocasiones en las que costaba escuchar a los protagonistas, algo que debería haberse ajustado.
Cuando haces POP, no hay stop
Puede que este Prince of Persia: las Arenas Olvidadas no sea una superproducción, ni que cuente con un apartado artístico tan trabajado como el anterior juego de la saga, pero sin duda tiene una jugabilidad realmente increíble. Las nuevas posibilidades jugables marcan un nuevo camino a seguir por la saga, ya que ha conseguido mantener las señas de identidad del plataformeo de la serie (con las habilidades acrobáticas del príncipe y sus saltos imposibles) logrando una cierta libertad a la hora de superar los niveles que le sienta estupendamente.
Puede que en un principio parezca más de lo mismo, pues no es a partir del punto que se nos abren las posibilidades de creación cuando el juego se muestra por completo, pero a partir de ese momento el juego no hace más que mejorar, haciendo que pasárselo sea una experiencia realmente agradable. Aún así, es cierto que el juego tiene sus problemas, como una cámara a la que cuesta acostumbrarse (y que aunque lo hagamos, sigue siendo mala) o un apartado técnico no tan cuidado como nos gustaría, pero si creemos que es un juego realmente divertido que te enganchará hasta que lo acabes y que marca hacia lo que debería evolucionar la saga.