Análisis de Prince of Persia: Las Arenas Olvidadas (PSP)
Prince of Persia se asentó en la pasada generación gracias a una magnífica trilogía que nació de la intención de Ubisoft por resucitar uno de los grandes títulos del pasado. La jugada le salió más que bien, dotando a las anteriores videoconsolas de títulos lo suficientemente adictivos y diferentes entre sí como para mantener al jugador expectante por una nueva entrega. Poco después llegó la generación de la alta definición, y la desarrolladora francesa decidió darle un respiro al conocido príncipe para presentar un universo completamente nuevo, con una ambientación sublime -gracias en parte por la técnica cell shading- y poniendo a los pies del jugador una historia y un trasfondo mitológico que enganchó a los más escépticos... pese a que la jugabilidad no convenció a todos.
Ahora le llega el turno a la segunda entrega de las aventuras del príncipe en la nueva generación, retomando la trilogía anterior para profundizar más en la historia del anterior protagonista. De esta manera, Ubisoft se desentiende de la luz y la oscuridad que empañó la entrega anterior para mostrar, de nuevo, una ambientación basada en la antigua Persia, donde la arena inundaba todo a su paso y los palacios y castillos estaban a la orden del día. La aventura que hoy analizamos es una historia que sucede, precisamente, entre el primer título de Prince of Persia para PlayStation 2 y su secuela, mostrando a un príncipe en apuros que debe enfrentarse a una amenaza que podría ser letal.
Volviendo a las Arenas del Tiempo
Cuando Ubisoft decidió retomar la serie que finiquitó en la pasada generación muchos quedaron sorprendidos, puesto que la compañía francesa declaró, en su día, que la aventura del nuevo príncipe daría para una nueva trilogía. Las malas lenguas hablan de que el lanzamiento estaba previsto para coincidir con el estreno de la película de Ubisoft, y, de paso, aprovechar el tirón de la franquicia realizando un videojuego similar al del largometraje. Sea como fuere, la historia nos coloca después de los acontecimientos ocurridos en la primera parte de la trilogía, con un príncipe víctima de unos extraños sucesos sobrenaturales que amenazan con acabar con toda su familia y reino. Nuestra misión, como no, será descubrir qué hay detrás de todo lo ocurrido y, con ayuda de un orbe extraño que nos aportará poderes y consejos, devolverle la paz al palacio antes de que sea demasiado tarde.
La trama principal de la aventura no es que sea demasiado enrevesada ni digna de Oscar, sobre todo si lo comparamos con la anterior aventura del nuevo príncipe que se estrenó en 2008, donde los personajes y la ambientación jugaron un papel fundamental dentro del desarrollo de la aventura. En esta ocasión nos encontramos con un guión que servirá de mero pretexto para recorrer el castillo de cabo a rabo en busca de la amenaza local, potenciando así la posibilidad de introducir nuevos puzles y trampas y creando una obra con un sabor añejo muy agradable para los seguidores.
A diferencia que las versiones mayores, la versión portátil de Las Arenas Olvidadas se desentiende por completo de un videojuego en tres dimensiones como debería. De esta manera, nos encontramos con una obra que pretende volver a los orígenes, y más concretamente a la primera entrega que realizó Jordan Mechner en 1987 para los ordenadores de la época, aunque trasladando el trasfondo histórico de la versión actual. Es decir, estamos delante de un videojuego que apuesta por los gráficos en 3D en un entorno bidimensional, ideal para presentar los puzles y batallas que iremos presenciando a medida que vayamos avanzando por la aventura. El cambio le ha sentado bien al príncipe, puesto que una versión calcada de sus hermanas mayores podría haberle sabido a poco al jugador experimental, sobre todo teniendo en cuenta que existen otros exponentes del género que, a priori, tienen mucho más que ofrecer que la entrega de Ubisoft.
Así pues, iremos recorriendo el castillo con la única intención de devolver al mal a su lugar de origen, y, de paso, evitar se aniquilados por los enemigos y las abundantes trampas que estarán dentro y fuera de palacio. Prince of Persia se presenta como una aventura que mezcla perfectamente la acción con los puzles, por lo que es necesario destacar que no estamos delante de un videojuego machaca botones, sino que tendremos que meditar nuestros pasos, hacer frente a las amenazas enemigas usando la cabeza y, sobre todo, estrujarse la sesera intentando completar los puzles que la desarrolladora ha preparado para la ocasión.
De la misma manera tampoco nos encontraremos con hordas y hordas de enemigos, sino que irán apareciendo paulatinamente, pudiendo usar nuestros recientes poderes para acabar con ellos sin demasiado esfuerzo. Si en la primera entrega de la trilogía el príncipe era capaz de manipular el tiempo, en esta ocasión podremos no sólo modificarlo a nuestro antojo, sino que también tendremos acceso a diversas habilidades para presentar unos puzles y unas situaciones muy bien entrelazadas. Los acertijos que veremos durante el juego serán similares que en las versiones de sobremesa: buscar una manera de abrir una puerta determinada, conseguir pasar por otra en un tiempo determinado, etcétera. Si bien es cierto la complejidad de éstos no alcanza las cotas vistas en las versiones de PlayStation 3 o Xbox 360, el videojuego mantiene el tipo a la hora de ofrecernos los puzles.
A medida que vayamos avanzando por la aventura tendremos acceso a nuevos poderes para nuestro protagonista. Además de poder controlar el tiempo para evitar una muerte segura, el príncipe será capaz de hacer que el tiempo vaya más despacio, ideal para tener una posibilidad de sortear las trampas más rápidas. Aunque también podremos solidificar la arena, que irá de maravillas para crear nuevas barras y estructuras por las que trepar y avanzar de esta manera por el nivel. De la misma manera también podremos utilizar las habilidades para el combate, pudiendo hacer que el movimiento de la amenaza sea mucho más pausado y lento o congelando los enemigos directamente para tener unos segundos de ventaja.
El sistema de batalla funciona a la perfección, aunque es posible que más de uno pueda tener problemas a la hora de librar las primeras batallas, aunque una vez que se aprenden los primeros conceptos y tenemos una ligera idea de utilizar nuestras cartas... todo va rodado. Para poder llevar las habilidades a buen puerto, Ubisoft ha introducido un nuevo personaje llamado Helem, que será un orbe mágico que acompañará en todo momento al príncipe y que resaltará los elementos interactivos de la pantalla; tales como enemigos, cascadas de arena, etcétera. Una vez que el orbe esté situado en uno tendremos que pulsar el botón correspondiente en función de lo que queramos hacer, si acelerar el tiempo, reducirlo, congelarlo, etcétera.
Gráficos portátiles
El hecho de que Prince of Persia se haya querido llevar a la portátil de Sony ha levantado muchas expectativas, sobre todo si tenemos en cuenta que no es la primera vez que un título pensado para la sobremesa ha llegado a una videoconsola portátil. De hecho, uno de los grandes temores de los usuarios más dedicados a la franquicia era la posibilidad de estar ante una obra exactamente igual a la de las versiones grandes con las limitaciones típicas que hemos ido viendo a lo largo de los últimos años: gráficos, sonido, duración. Sin embargo, la desarrolladora ha sabido aprovechar las capacidades de la videoconsola para ofrecer una experiencia única, que, como decíamos con anterioridad, rescata los valores de la obra original de Jordan Mechner y los potencia al máximo para obtener un apartado técnico distintivo... que no excelente.
El motor gráfico de la obra muestra una ambientación más que correcta, con unos gráficos tridimensionales basados en un plano bidimensional que juega a favor de la portátil. Eso sí, quizá la cámara pueda hacérsele pesada a más de uno, puesto que, a diferencia de otros exponentes del género, la obra únicamente trata de ir acabando con enemigos y de solucionar algunos puzles que iremos encontrando en nuestro camino. Quizá uno de los problemas que más podemos achacarles a este Prince of Persia es la monotonía de su juego, que, sin llegar a ser lo que fue la anterior obra de Xbox 360 o PlayStation 3, sí que le resultará un poco repetitivo para los jugadores más experimentados. Aún así, la obra no tiene una duración de tirar cohetes, por lo que en menos de diez horas habremos completado, y de sobras, el videojuego.
La banda sonora que acompaña a la obra es exactamente igual que en las versiones de sobremesa, con unos temas de acompañamiento con toques muy persas para crear una ambientación lo suficientemente buena como para que el jugador sea trasladado a las arenas más peligrosas. Las melodías acompañan perfectamente durante toda la obra, y durante las batallas finales y los momentos más dramáticos de la aventura podremos escuchar varias piezas que nos será difícil olvidar. Además de la música, las voces juegan un papel muy importante dentro del desarrollo de la obra, con unos actores de doblaje que caracterizan la obra a la perfección. Por suerte, el videojuego nos ha llegado en perfecto castellano, ideal para comprender los acontecimientos que ocurren a lo largo de la aventura, sobre todo si acabamos de ver la película en el cine y más ganas de Prince of Persia.
El príncipe portátil
Prince of Persia ha demostrado ser una de las franquicias más rentables de Ubisoft, y, por suerte para el jugador, también es una de las más divertidas y esperadas. El regreso del príncipe a PlayStation Portable ha sido bueno, aunque quizá el control acabe por desquiciar a más de uno por la falta de botones; amén de que es posible que los jugadores estén buscando un videojuego más profundo en cuanto a planteamiento. Aún así, Las Arenas Olvidadas se presenta como una obra muy digna para presentar el regreso del príncipe de antaño, con una buena recopilación de puzles, batallas y gráficos que encantará a todos los seguidores de la serie y el género, aunque quizá no a los más exigentes. Y a partir de ahora, habrá que esperar a que Ubisoft se pronuncie para saber si la próxima entrega seguirá la estela de este título o si de lo contrario volverá a la obra inicial de la alta definición. ¿Apuestas?