Análisis Tokyo Dark Remembrance, misteriosa aventura por el Tokio más oscuro (Switch, PS4)
La atracción que ejerce Japón sobre los desarrolladores de videojuegos es un fenómeno que se debería estudiar de alguna manera, como pasaba con el París de principios de siglo XX sobre los pintores o el de Los Ángeles sobre los cineastas. Fruto de este sentimiento hay un montón de videojuegos desarrollados en Japón por gente no japonesa, e incluso acaban organizando sus propios eventos allí, como Kyoto Bit Summit o Tokyo Indies. Títulos como Papers Please, The Return of Obra Dinn o Heroes Trial son algunos ejemplos de juegos hechos en Japón por desarrolladores no japoneses.
Tokyo Dark es otro de esos juegos, y además es reincidente, porque el juego se ambienta en la capital de Japón. Es un juego que proviene de una campaña de micromecenazgo (y anteriormente parte de Square Enix Collective) y que lo cierto es que tuvo cierto éxito en ella. Posteriormente un lanzamiento algo lento en PC, y finalmente una actualización y un lanzamiento en consolas.
Y es que la versión que estamos analizando no está desarrollada directamente por Cherrymochi, los creadores originales, sino que se encarga el estudio mebius gracias a la intercesión de Unties (una división de Sony Music encargada de publicar juegos independientes relacionados con oriente en PS4 y Nintendo Switch). Así, Tokyo Dark: Remembrance usa otro motor (algo normal, porque el de PC usa Construct 2), y por ahora es exclusivo de consolas.
Investigando por los rincones más oscuros de Tokio
La premisa de este juego es bastante interesante. Ayami Ito es una detective con un pasado complicado que al inicio del juego se enfrenta a la desaparición de su compañero de batallas. Para poder encontrarle tiene que adentrarse en los lugares más lúgubres de la ciudad de Tokio, y eso implica no sólo el hecho de ir a lugares que cualquiera que haya jugado a un Yakuza o a la quinta entrega de la saga Persona va a conocer, sino experimentarlos desde una perspectiva bastante más tétrica. De vez en cuando podremos salir un poco de la ciudad de Tokio, pero en ella se encuentra el grueso de la historia.
De hecho, al principio nos da la sensación de que podemos investigar poco, pero conforme avance la historia veremos cómo se despliega delante nuestro un mapa bastante amplio, y cada cierto tiempo aparecen nuevas localizaciones por las que nos podemos mover, de manera que el juego acaba pareciéndose en ocasiones a alguno de los juegos anteriormente citados, aunque en ningún caso tendremos que enfrentarnos a combates de ningún tipo, o no al menos de la manera que muestran esos títulos.
El juego se maneja como una especie de videoaventura, ese género popular en ordenadores de 8 bits como el Spectrum y el Amstrad (con títulos como la saga Dizzy o Everyone is a Wally, entre muchos otros), pero que en la actualidad cuenta con pocos ejemplares destacables (podríamos citar a Mutazione y Night in the Woods, además del futuro Backbone, entre las opciones más conocidas). Así, nosotros manejamos a Ayami Ito como si fuera un juego de desplazamiento lateral, y cuando lleguemos a un punto en el que podamos interactuar nos aparece un cuadrado en el que aparecerán las diferentes opciones, como hablar, entrar u otras menos comunes, como pegarle un tiro a un cerrojo.
Este sistema es una de sus peculiaridades, y el otro es un sistema llamado SPIN en el que manejamos cuatro variables: Cordura, Profesionalidad, Investigación y Neurosis. Según nuestros actos el juego nos muestra en pantalla como las diferentes variables van subiendo o bajando (a veces poco a poco, otras de manera drástica), y siempre podemos acudir al menú de turno para ver realmente nuestras puntuaciones. Por otro lado, cuenta con un sistema de grabado automático que provoca que en muchas ocasiones lo que hayamos decidido se mantenga aunque el resultado no sea el esperado. Por suerte al finalizar la historia tenemos un modo de juego en el que podemos guardar más de una partida, y que permite que podamos encontrar sus diferentes finales de una manera mucho más sencilla.
Y es que esta versión de Tokyo Dark: Remembrance cuenta con tres finales más que el original, lo que aumenta la cuenta hasta trece, de manera que el que quiera conocer toda la historia de Ayami Ito tiene una oportunidad de oro para poder disfrutar de la historia, ya que este juego a pesar de ofrecer cierto reto al jugador, a la postre es una especie de aventura gráfica en la que importa más cuánto (y cómo) investiguemos que nuestra capacidad de reacción o reflejos (aunque algunas decisiones si que cuentan con un temporizador que nos llevará a tener que reaccionar más rápido de lo que tal vez nos gustaría).
Un detalle importante a comentar es su componente "terrorífico". Si bien en ningún caso hablamos de un juego de miedo al uso, sí que es cierto que todo el título tiene un tono bastante oscuro y lúgubre, pero está más relacionado con el miedo a lo desconocido que a escenas realmente macabras (alguna que otra escena puede alterar a la gente más sensible, pero en general no es así). Digamos que afecta más al componente psicológico que al real.
Para incrementar esa sensación tanto el apartado visual como el sonoro apoyan de manera fantástica a la historia para crearnos esa sensación. El aspecto gráfico usa un estilo de anime con altibajos en su creación (hay detalles muy bien creados, e incluso escenas animadas realizadas ex profeso para el juego, mientras que otros no lo son tanto, como algunas animaciones o algunos retratos que veremos en el juego), y para reforzar ese componente de terror de vez en cuando aparecen filtros que nos harán ver el juego de una manera distinta pero más cercana a cómo se encuentra la protagonista.
Lo mismo pasa en el sonido, donde la banda sonora de Bison Steed, uno de los fundadores de la banda de thrash metal británica (hay bastante británico en el desarrollo de este juego) Reign of Fury realiza un buen trabajo a la hora de llevarnos hasta ese espacio de inquietud y moverse entre la cordura y la locura por parte de la protagonista. Por desgracia el juego está traducido a una serie de idiomas (inglés, alemán, japonés), pero a poco más, y es uno de esos juegos en los que es importante poder entender el texto para comprender perfectamente la historia.
Conclusiones
Tokyo Dark: Remembrance es una aventura perfecta para aquellos que disfrutéis de historias adultas y con un punto terrorífico o lúgubre, además de hacer cierto turismo virtual por Japón. Se maneja a la perfección y a nivel audiovisual intercambia altos y bajos para acabar teniendo un resultado aceptable. La historia es muy interesante, pero hay que saber al menos inglés para poder jugarlo en condiciones. Y cuenta con una gran cantidad de finales, así que podéis estar un buen rato hasta sacarlos todos.
Hemos podido analizar el juego en Nintendo Switch gracias a un código proporcionado por el Sony Music Entertainment.