Análisis Kirby's Dream Buffet, un descafeinado party game tan entretenido como olvidable (Switch)
No conformes con el lanzamiento a finales de marzo de este año de Kirby y la tierra olvidada, la primera entrega principal de la veterana saga de plataformas y acción de Nintendo con una jugabilidad en entornos tridimensionales, los desarrolladores de HAL Laboratory estrenaron a mediados de la semana pasada un nuevo spin-off de la bola rosa. Se trata de Kirby's Dream Buffet, un pequeño videojuego que está disponible a un precio de 14,99 € en la Nintendo eShop y que, a grandes rasgos, invita a los jugadores a competir en una serie de carreras de estilo arcade para hasta cuatro participantes en las que no gana el Kirby que cruza antes la línea de meta, sino el que engulle más fresas durante el recorrido.
A simple vista, uno se percata de que esta nueva propuesta de party game por parte de HAL Laboratory recuerda inevitablemente a otros títulos similares que están disponibles en el mercado como, por ejemplo, el popular Fall Guys: Ultimate Knockout. La premisa de sortear ciertos obstáculos en un escenario en tres dimensiones mientras los jugadores avanzan en línea recta y tratan de echar a sus contrincantes fuera de la pista de juego se repite en Dream Buffet, aunque por supuesto con algunos añadidos originales para diferenciarse de sus referentes. ¿Consigue cuajar con éxito las mecánicas típicas de los juegos de Kirby con elementos propios del citado juego de Mediatonic?
Un juego que entra por la vista nada más iniciarlo
Una de las principales virtudes de Dream Buffet se puede apreciar nada más iniciar el videojuego por primera vez, y es que visualmente nos encontramos ante un título muy vistoso, rebosante de color y con el encanto que cualquier fan acérrimo esperaría de un título de esta serie. Es inevitable que la boca no se nos haga agua observando todas y cada una de las pistas inspiradas, como ya pudimos ver en su tráiler de presentación, en una infinidad de alimentos, cada cual más apetecible: pasteles rellenos de nata, hamburguesas, tortitas con sirope, rollitos dulces, rosquillas o tartas de varios pisos, entre muchos otros.
En este apartado, podríamos decir que el título hace los deberes sobradamente y que juega en una liga muy parecida a la de Kirby y la tierra olvidada. Por otro lado, es importante destacar que funciona a 30 fotogramas por segundo, un detalle que a priori podría hacer pensar a más de uno que es insuficiente para un juego que requiere de una buena fluidez de movimientos, aunque lo cierto es que la tasa de fotogramas es muy estable salvo en pequeñas situaciones que comentaremos más adelante. La banda sonora tampoco se queda atrás gracias a que cuenta con melodías reconocibles de toda la saga, incluyendo el pegadizo tema principal y composiciones de la última entrega.
¿Cómo se juega a Kirby's Dream Buffet?
Otro de los puntos positivos de este spin-off reside en su jugabilidad y en su accesibilidad. Dream Buffet es un juego que cuenta con unas pocas acciones básicas -rodar, saltar y flotar-, por lo que incluso aquellos que no estén tan familiarizados con los videojuegos pueden llegar a dominarlo en unas cuantas partidas. El control es suave y preciso, algo que sumado al hecho de que los botones útiles son muy pocos y sencillos de recordar da como resultado una experiencia disfrutable para todos los miembros de la familia.
Tal y como os hemos destacado al principio, el objetivo de este título no es otro que el de cebar al máximo a nuestro Kirby para conseguir la victoria al final de la partida. Un aspecto muy llamativo y que afecta al gameplay es que, a medida que la bola rosa va comiendo y, en consecuencia, crece de tamaño, su movilidad cambia. Cuando el personaje es pequeño este es más manejable y puede sostenerse durante más tiempo en el aire si es lanzado fuera del circuito por un rival, mientras que cuando crece gana velocidad a costa de perder algo de manejabilidad -tarda más en cambiar de dirección y salta menos- y tiempo de flote.
El reto de cada partida en la que competimos en un circuito reside en que el jugador debe encontrar un equilibrio entre zampar un número suficiente de fresas -además de frambuesas y otras frutas- y no quedarse rezagado para llegar a la línea meta y poder engullir uno de los tres pasteles gigantes que otorgan fresas extra. De esta manera, si pecáis de golosos y os centráis únicamente en comer todo lo que encontráis a vuestro paso, es posible que los otros jugadores os saquen demasiada ventaja, mientras que si vais demasiado rápido para tomar la delantera os perderéis muchas fresas por el camino.
Unos modos de juego interesantes, pero insuficientes
El Modo Grand Prix Gourmet es, sin lugar a dudas, el plato estrella de esta propuesta, ya sea en el modo sin conexión, en modo local o en línea. En esta modalidad se agrupan los tres minijuegos principales que conforman la oferta de contenidos del videojuego: el Modo Carrera Suelta, que invita a los jugadores a competir contra otros usuarios en una serie de circuitos con diferentes obstáculos y enemigos sacados directamente del universo de Kirby; el Modo Minijuego Suelto, en el que los participantes deben conseguir el mayor número de fresas en una pequeña arena dentro de un tiempo límite; y el Modo Contienda Suelta, el cual está planteado como una caótica lucha a muerte en la que debemos atacar a los rivales con potenciadores -alimentos de copia- para robarles sus fresas.
Al terminar una partida en el Modo Grand Prix Gourmet todas las fresas que hemos conseguido se acumulan en el medidor de Rango Gourmet para subir de nivel y desbloquear un buen puñado de recompensas, tales como nuevos colores y disfraces para Kirby, temas musicales para escuchar en el menú principal o dulces para decorar una gran tarta. Además, antes del resultado final se otorgan varias fresas extra a aquellos jugadores que han realizado algunas acciones en específico, como por ejemplo flotar durante más tiempo o haber derrotado a más enemigos que nadie. Esta bonificación final le inyecta a las partidas cierta intensidad porque demuestra que el resultado final puede cambiar drásticamente incluso si hemos quedado primeros.
Lo mejor que podemos decir acerca de esta modalidad es que, al menos durante las primeras horas, esta engancha de lo lindo. Las recompensas que hemos citado anteriormente y la brevedad de las partidas nos incitan a encadenar una partida tras otra. Sin embargo, con el paso de las horas la falta de variedad en los circuitos se hace demasiado evidente: no tardaremos demasiado en memorizar su recorrido entero, así como sus mejores rutas, debido a que estos se parecen demasiado en cuanto a diseño. Lo mismo ocurre con los minijuegos, los cuales tampoco brillan especialmente por su variedad y no son demasiado originales.
Esta escasez en la variedad de contenidos genera, como habréis podido imaginar, una sensación de monotonía en el jugador. El hecho de que el videojuego esté pensado para partidas cortas y no sesiones de juego maratonianas nos parece un acierto, aunque aún jugando partidas sueltas la repetición es tan evidente que es imposible no pasarla por alto. Adicionalmente, cabe destacar que el título transmite una sensación de progresión nula ya que los trajes que conseguimos para Kirby ofrecen solo un cambio estético, por lo que no afectan a la jugabilidad. A pesar de que ocurre lo mismo en juegos del estilo, esto nos parece un arma de doble filo: por un lado, que nos se nos ofrezcan mejoras frente a otros usuarios favorece que todos jueguen en igualdad de condiciones y que ninguno cuente con una ventaja competitiva, mientras que por el otro el jugador no siente que mejore y esto provoca que pueda llegar a cansarse.
Los servidores lastran la experiencia multijugador
El modo multijugador en línea es uno de los principales atractivos de Dream Buffet, aunque os recomendamos jugar al Modo Grand Prix Gourmet en solitario e incluso a mejorar vuestras habilidades a los mandos en el Modo Rueda a tu Bola, una zona de pruebas disponible en el menú de inicio, antes de zambulliros de lleno en la experiencia online. Nos ha sorprendido positivamente la rapidez con la que el juego encuentra partida, por lo que, al menos en base a nuestra experiencia, podemos decir que no tendréis que esperar demasiado tiempo.
Desgraciadamente, la experiencia online dista de ser perfecta. No son pocas las ocasiones en las que experimentaremos bajones notables de fotogramas por segundo, sobre todo cuando se concentran muchos elementos en pantalla, además de algún que otro tirón que hace que la pantalla se congele durante unos milisegundos. El framerate es, en general, bastante inestable por culpa de unas ralentizaciones más frecuentes de lo que nos gustaría y no se acerca a la fluidez que nos ofrece el juego en modo offline. Para colmo, también se puede apreciar un molesto input lag que afecta a la precisión de nuestros saltos y al movimiento.
Es justo decir que, a pesar de todo lo que comentamos, el modo multijugador no es injugable y, de hecho, se disfruta cuando funciona como debería, aunque está lejos de ofrecer una experiencia óptima. Es probable que estos errores estén ocurriendo debido a la sobrecarga de los servidores tras el lanzamiento del juego, por lo que podrían suavizarse con el paso de los días.
Conclusiones
Kirby's Dream Buffet nos ha dejado algo fríos. Estamos ante un videojuego cuya máxima aspiración no es otra que la de ofrecer una diversión sencilla y directa para toda la familia, un enfoque que nos parece muy acertado. Por otro lado, creemos que consigue mezclar con éxito los elementos típicos de los títulos de Kirby con unos minijuegos y circuitos repletos de obstáculos y desafíos que consiguen replicar el espíritu de sus inspiraciones. No obstante, el título se hace repetitivo a las pocas horas de juego debido a su poca variedad de contenidos y la experiencia multijugador se ve empañada por errores de conexión constantes. No es un mal juego per se, ya que tiene una buena base y sabe entretener, pero está lejos de convertirse en el nuevo referente de su género.
Hemos realizado este análisis con un código proporcionado por Nintendo.