Análisis de The Sly Trilogy (PSVITA)
Los recopilatorios en alta definición han dejado de ser una moda pasajera desde hace tiempo, colándose en el catálogo de la pasada generación, de la más actual y en portátiles. ¿Necesarios o no? El eterno debate. Olvidando ya las ligeras mejoras gráficas, son una oportunidad fantástica para conseguir dos e incluso tres juegos por un precio económico en otra consola, y no se puede ignorar que no todos los usuarios de PlayStation 3 –por ejemplo- provienen de PlayStation 2 o han disfrutado de sagas como God of War, Jak, Ratchet, Sly, Final Fantasy X, Kingdom Hearts y tantas otras remasterizadas.
Donde estos recopilatorios suelen tener más razón de ser es en PS Vita, y lo hemos visto con el reciente Final Fantasy X | X-2 HD Remaster, donde un porcentaje alto de las ventas –comparando el parque de consolas- han acabado en la portátil. Mejorar la resolución y fluidez tiene una importancia relativa, en cambio jugar en tu palma de la mano incluso con más calidad que en el original a un título que antes sólo estaba disponible en doméstica es una novedad de peso.
El principal problema que podemos encontrar es que la elección del estudio escogido en la conversión –rara vez lo hace el mismo equipo- puede dar resultados muy dispares, desde versiones completamente superiores al original, trabajos rápidos que salvan la papeleta con aprobado raspado o incomprensibles revisiones a la baja. Y si no que se lo digan a las versiones originales de Silent Hill HD Collection y Zone of the Enders HD Collection –ambos fueron corregidos tiempo después mediante parches en PS3-, o sin ir más lejos, en el caso de PS Vita con The Jak and Daxter Trilogy, cuya disminución en la fluidez lo hizo completamente pasable.
The Sly Collection no es un recopilatorio completamente nuevo, de hecho tiene ya mucho tiempo: se lanzó en 2010 para PlayStation a cargo de Sanzaru Games. Si el nombre te suena es porque este estudio, tras la buena conversión, presentó a Sony un prototipo de nuevo Sly –Sucker Punch estaba inmersa con la serie inFamous- que acabó recibiendo luz verde: Sly Cooper: Ladrones en el Tiempo. PS Vita no se había lanzado en aquel momento, así que nos llega con retraso, al igual que el próximo recopilatorio de God of War, pero llega, que es lo importante. Los juegos de plataformas y aventuras tridimensionales no abundan demasiado hoy día y Sly es una serie que siempre ha merecido un éxito mayor que el que obtuvo en 128 bits, a la sombra de Jak y Ratchet. Esta es otra oportunidad más para descubrir a Sly y su banda.
Un mapache amigo de lo ajeno
Sly Raccoon fue uno de los juegos más originales del año 2002 para PlayStation 2, pero no llegó a Europa rodeado de esa aureola (incluso se le cambio el nombre a Sly Raccoon), que sí tuvo en Norteamérica. La apuesta de Sony Europa por títulos propios –y una rumoreada rivalidad entre continentes- hacía que no se le diese tanto bombo a la mayor parte de los realizados al otro lado del charco, siendo Jak y Ratchet algunas de las excepciones, algo que realmente cambió a partir de God of War -un juego que llegó varios meses tarde a Europa-. El primer Sly era un juego de plataformas tridimensionales que contaba con unos añadidos que lo hacían muy diferentes al resto de competidores. Nuestro mapache contaba con una serie de movimientos de sigilo, algo inusual en la época, que se combinaban con saltos y movimientos de ataque para superar una serie de niveles lineales, pero muy buen diseñados, y con no pocos secretos.
Sly 2: Ladrones de Guante Blanco llegaría dos años después y ya con el estatus de juego importante. Sly en esta ocasión estaba acompañado de Murray y Bentley, y en los diferentes niveles controlábamos a uno de los tres personajes, haciéndose el juego mucho más variado. Sly seguía contando con sus habilidades acrobáticas y de sigilo, mientras que Murray era un personaje de fuerza y combate, y Bentley contaba con armas y varios ítems especiales. Además de este extra de variedad, se enriquece la historia (incluyendo a una agente de policía que persigue a Sly) y se cambia a un diseño de mundo no lineal. Visitamos varias ciudades del mundo, compuestas por un área abierta, donde podemos hacer todo tipo de misiones secundarias, y varias misiones que van surgiendo y que utilizan otros mapeados y también, a veces, partes de esta zona abierta. Aunque para muchos jugadores el primero es el mejor, quizás Sly 2 fue el más revolucionario, el que sentó las bases jugables de toda la saga y consiguió dar la personalidad necesaria para distanciarse de otras mascotas de Sony.
Finalmente, Sly 3: Honor entre ladrones fue una entrega continuista respecto a la segunda, manteniendo los tres personajes pero acentuando más el estilo de cada uno de ellos. Así, las misiones de Bentley son más técnicas y cerebrales, abundando los minijuegos; las de Murray son más de combate que en el anterior juego, y las de Sly se mantienen más o menos igual, pero son ahora la gran mayoría, y las más variadas. Se le devuelve protagonismo a Sly, y se organiza mejor el sistema no lineal de misiones adoptado en la segunda parte. Fue en su momento un gran juego, pero sin el brillo del anterior.
La adaptación a PS Vita
Sanzaru Games vuelve a tomar las riendas de Sly y se encarga de la adaptación, lo cual es una buena noticia viendo el trabajo de Ladrones en el Tiempo en PS3 y de manera más relevante para el caso que nos ocupa, PS Vita. Cumple con las expectativas, fluidez constante en todo momento, eso sí, a 30 imágenes por segundo. Mencionar que también se ha aprovechado alguna función táctil de la portátil para configurar los botones, por ejemplo el panel trasero para fijar el objetivo de nuestra misión. No es una adaptación perfecta, creemos que hay razones para exigir 60 imágenes por segundo, pero ya hemos visto conversiones incomprensibles –sobre todo las realizadas por otros equipos para Konami- y suponemos que por cuestiones de tiempo, presupuesto o dificultad real en pasar un motor de otra consola a Vita no lo ha hecho posible.
No cabe esperar virguerías técnicas en The Sly Trilogy, a fin de cuentas proviene de unos juegos de PlayStation 2 que tampoco se encuentran entre los máximos exponentes del sistema. Aunque en espacios cerrados peca de ser un poco simplón –siempre justificado por el estilo cartoon que hace gala-, no olvidemos que Sly también son mundos abiertos con amplio horizonte. Sus gráficos no nos van a impresionar ni en PS Vita, pues Ladrones en el Tiempo, un juego más actual, estaba más detallado en escenarios, texturas, animaciones y efectos, incluyendo rayos solares. Aun así, la sensación está años luz de la conversión de The Jak and Daxter Trilogy en lo fundamental, la jugabilidad, no transmite jugar a una versión claramente inferior a las originales, que es lo que pasaba en el destrozo de Mass Media con la obra de Naught Dog.
La capacidad de la memoria de las tarjetas de PS Vita y el cuidado por no hacer descargas que superen los 4GB de tamaño vuelve a hacer de las suyas. En la versión física los dos primeros Sly van en la tarjeta, mientras que el tercero hay que descargarlo; en versión digital –la nuestra-, tenemos dos descargas, el primero y el segundo por un lado y el tercero por separado. Con tamaños de 3.3GB y 2.6GB hay de sobra para la parte real de juego, que no hacen un uso intensivo en texturas, pero sí para sus abundantes secuencias animadas que se han comprimido muchísimo. Ya lo mencionamos en Ladrones en el Tiempo o en Resistance: Burning Skies y aquí regresa el problema: parecen descargados de Youtube en la peor configuración posible, además no a pantalla completa.
Los juegos mantienen su doblaje al castellano, como era de esperar.
Conclusiones
The Sly Trilogy ofrece unas diez horas por juego, multitud de secretos, coleccionables, y por primera vez en pantalla pequeña. Son tres clásicos modernos del género que bien merecen esta colección aunque sea con unos años de retraso y ya esté superado, como mínimo en cuestiones técnicas, por Ladrones en el Tiempo.
Si dispones de PlayStation 3 reconocemos que la elección es difícil. The Sly Collection de PS3 luce más espectacular: más resolución, más fluidez, compatibilidad 3D estereoscópica y minijuegos compatibles con PS Move, pero las ligeras mejoras técnicas no deberían ser un factor decisivo porque la base sigue siendo en el 99% idéntica –un juego de PlayStation 2- y la portabilidad es un extra muy a tener en cuenta. En resumen: imprescindible si no lo has jugado en PlayStation 2 o 3.