Análisis de Silent Hill: Book of Memories (PSVITA)

Desde que el Team Silent, los creadores de los primeros cuatro episodios de la saga Silent Hill se separaron, los jugadores han esperado ansiosos ese Silent que vuelva a aterrorizarlos, a llevar el terror psicológico hasta límites insospechados y a obligarlos a apagar la consola para dar un descanso a sus maltrechos nervios. Bien, Silent Hill: Book of Memories no es, pero ni de lejos, ese juego. Pero, ¡esperad! Antes de huir despavoridos farfullando insultos hacia Konami, tenemos que decir que como juego completamente desvinculado de Silent Hill puede ofrecer un buen rato frente a la consola portátil de Sony.

Silent Hill: Book of Memories se presenta como un ‘dungeon crawler’, un juego de exploración de mazmorras con bastante acción, que se asemeja más a Diablo que a cualquier juego de la saga que lo bautiza. Está enfocado principalmente al juego multijugador, aunque también puede entretener en solitario, y nos ofrece infinidad de horas. Pero tiene que quedar bien claro: Silent Hill: Book of Memories es la antítesis de Silent Hill, es el polo opuesto de la saga, que probablemente bebe de su nombre para intentar hacerse un hueco en las listas de ventas –algo que puede acabar jugando en su contra–.

¿Pero qué pasa con el juego?

Imaginaos que os gusta mucho la película de Disney Blancanieves y los Siete Enanitos. Veis que sacan una nueva que se llama Blancanieves y los Siete Enanitos y uno más. Vosotros, como buenos aficionados vais al cine a verla, y os encontráis una película de acción a lo Michael Bay, con tiroteos y explosiones, que se desarrolla entre Kioto, Varsovia y Albacete, y que los personajes de la original aparecen sin razón aparente (un par de Muditos, ocho Gruñones y Blancanieves como secundaria, que además puede lanzar hechizos mágicos al grito de "¡Toma Rock ‘n’ Rooooooll!"). ¿Es realmente una película de Blancanieves? En absoluto. ¿Puede ser divertida? Sí, y posiblemente más con colegas.

Pues esto es lo que sucede con Silent Hill: Book of Memories. Incluyendo lo de la magia y el grito. ¿Es realmente un Silent Hill? Para nada. ¿Puede ser divertido? Pues sí, principalmente si jugamos acompañados, pero también puede molestar a los que esperen encontrar lo que reza el título. Y es que WayForward ha demostrado una total y falta de respeto hacia la mitología de Silent Hill. Los aficionados más acérrimos, aquellos que entienden lo que sucede en la saga, quién es cada personaje, por qué Silent Hill es el pueblo que es hoy en día, etcétera, podrían incluso sentirse ofendidos por el uso que hace el estudio de la licencia. En la saga Silent Hill, cada personaje tiene una razón de ser. Una cama que corre no está sólo porque da mal rollo, ni un bebé bicéfalo no gatea hacia ti porque asusta. Todo tiene un significado.

Este significado desaparece sin dejar rastro en Silent Hill: Book of Memories, y los personajes se suceden sin ton ni son a través de escenarios más o menos silenthillescos. Las enfermeras nos esperan en cualquier sitio menos en el hospital, y los Cabeza Pirámide (o Piramidal, a gusto del consumidor) se pasean alegremente allá por donde se tercie. Pensamos que el desconocimiento de la mitología de la saga es tal que los desarrolladores que han llegado a confundir el descenso al infierno con una fundición. Sabemos que estas cosas pueden parecer tonterías, pero consideramos que es importante respetar a los aficionados y a la saga, y que un cambio de género no es razón para maltratar la historia. Por ejemplo, estamos seguros de que a Konami no se le habría ocurrido sacar un Metal Gear Acid en el que Snake formase parte de la Guardia Civil y donde sonase una canción de Peret cuando lo llamasen al códec.

A mí Silent Hill me da igual. ¿Cómo es el juego?

Si lo que la mitología de la saga representa es una cosa que no te quita el sueño, ya nos quitamos un problema de encima. Silent Hill: Book of Memories es, como hemos mencionado antes, un juego de acción y rol con una propuesta de juego de exploración de mazmorras. Esto quiere decir que nos enfrentamos a un mapa consistente en multitud de habitaciones conectadas entre sí, que tendremos que explorar mientras que derrotamos a distintos enemigos que se irán haciendo más fuerte según pasan las fases. El objetivo final es recoger distintas piezas de un puzle –que se consiguen derrotando grupos de enemigos– para solucionar un puzle final que da acceso a la siguiente zona, si bien es cierto que a veces se añaden misiones secundarias como proteger a un acompañante.

El juego cuenta, como decimos, con un componente rolero, gracias al cual podemos utilizar distintos objetos para potenciar nuestras habilidades, subir de nivel o incluso elegir entre varias clases propias de instituto americano (rockero, empollón, atleta, emo...), cada una, con sus habilidades. A la hora de jugar, el título ofrece la posibilidad de golpear con nuestros puños o con armas que vayamos recogiendo por las distintas habitaciones –de uso limitado–, además de encontrar armas más poderosas según avanzamos. Cada arma se asigna a un botón (cuadrado y triángulo), aunque algunas ocuparán ambas manos y nos será imposible usar dos simultáneas.

Según avanzamos podremos usar distintas magias que las decidirá el karma, que puede ser de luz o de sangre, y que nosotros elegiremos pasando sobre los charcos de sangre o luz que dejan los enemigos al morir. Algunas de estas magias recurren al panel trasero de PlayStation Vita, lo que potencia el uso de estas funciones en el juego. La pantalla táctil es una constante, principalmente para navegar por los menús y la recolección de objeto. Podemos fijar el objetivo o apuntar con el stick derecho, aunque lo segundo no es recomendable en exceso (salvo si simplemente queremos iluminar con la linterna) porque... ¿cómo se apunta con el stick derecho y se dispara con el cuadrado o el triángulo a la vez?

Si no hay terror, al menos como ‘dungeon crawler’...

Una vez más, lo repetimos por si acaso: el terror brilla por su ausencia. Que nadie se piense que Silent Hill: Book of Memories ofrecerá un ápice de terror. Como ‘dungeon crawler’, sin embargo, sí que tiene más que ofrecer. El juego está desarrollado totalmente con la vista puesta en el multijugador, y el modo en solitario se limita a añadir más munición, botiquines, etcétera, para facilitar la derrota de los enemigos. Realmente, jugando solo puede ofrecer algunas horas de entretenimiento, pero al probar el modo online descubrimos que es más divertido de lo que parece sin compañía.

La colaboración, cooperar entre jugadores añade mucho más interés a los escenarios que de otra manera se antojan simples y repetitivos en exceso. Gracias al micrófono integrado de PlayStation Vita será casi inevitable hacer comentarios de "coge tú el botiquín", "cuidado con el monstruo que tienes detrás" o "¡aaaah, socorrooooo!". Aunque incluso en el modo hacia el que el juego ha sido enfocado encontramos algunas carencias un tanto incomprensibles. Al menos en la versión para análisis que hemos probado, a la hora de jugar a través de internet, los demás personajes no proyectan la luz de su linterna en nuestra pantalla, así que aunque vayamos todos alumbrando, sólo vemos la nuestra, creando a veces un poco de confusión a la hora de ubicar a nuestros compañeros en ciertos entornos. Además, el puzle final que da paso a la siguiente fase sólo puede ser realizado por un jugador, y los demás ni siquiera pueden mirar para dar su opinión sobre cómo solucionarlo (que dicho sea de paso, suele ser ordenando ciertas fichas tal y como nos sugiere una nota previamente recolectada).

Ya hemos mencionado que usar la licencia de Silent Hill puede jugar en su contra, y es que el jugador que va a la tienda a comprar y que busque un juego de la saga sabrá que no está ante uno al darle la vuelta a la carátula, y el que busque un juego de exploración de mazmorras jamás pensará que este Silent Hill: Book of Memories es uno de ellos. Quizá Konami debería haber apostado por una nueva saga, y enfocarla totalmente al público al que realmente va dirigido este juego.

Dentro del juego

Silent Hill: Book of Memories está correctamente trabajado. Presenta un motor gráfico capaz de mover con solidez y fluidez multitud de personajes en pantalla, personajes que, aunque desde la perspectiva aérea que nos ofrece el juego no parecen muy detallados, cuentan realmente con un modelado muy adecuado. Los efectos de luces y sombras son dignos de destacar, y los jefes finales se presentan con un tamaño considerable en pantalla (aunque éstos tienen poco o nada que ver con el resto de los enemigos del juego). El diseño se basa en lo que hemos visto en la saga, y añade algunos de cosecha propia de un resultado cuestionable. Las secuencias generadas con el motor gráfico del juego están a un buen nivel, y dejan entrever las posibilidades de la consola para un Silent Hill que siga la estela de los episodios originales. Visualmente cumple, aunque sin excesos.

El apartado sonoro está compuesto por los sonidos propios de la saga, por lo que movernos entre las distintas opciones o coger objetos será un auténtico placer para los aficionados de la serie (uno de los pocos que Silent Hill: Book of Memories les dará). El título cuenta además con un buen doblaje al castellano, con distintas voces en función del personaje elegido. Éste es un detalle que creemos se merece toda nuestra admiración en esta época en la que los subtítulos y la versión original crean una tendencia poco agradable para muchos. Las melodías, a diferencia de casi todo lo demás, se mantienen en la línea que caracteriza a Silent Hill.

Donde sí destaca Silent Hill: Book of Memories es en su duración. La historia de juego –que tampoco aporta nada al hilo de Silent Hill– se desarrolla a través de 21 fases que a nosotros (combinando el juego en solitario y a través de internet, explorando y muriendo varias veces) nos ha llevado más de 10 horas completar. Además, una vez desbloqueamos el final tras el vigésimo primer nivel comenzamos el modo "sin fin", que nos ofrecerá mazmorras que explorar hasta el infinito. Nosotros no hemos llegado a tanto, pero WayForward ha explicado que no han sido capaces de ir más allá de la 340, por lo que os podemos asegurar que hay juego para rato. Dentro de este aspecto hay una característica que amplía su duración pero merma nuestros nervios, y sencillamente, no podemos olvidarnos del criminal sistema de guardado. En cada nivel hay un único punto de guardado manual, por lo que si nos matan volveremos a la última vez que guardamos en él. Comprensible para un juego de sobremesa, es algo que no alcanzamos a entender en una portátil.

Conclusiones

Un auténtico despropósito como Silent Hill, una blasfemia contra la mitología de la saga y ausente al máximo de terror. Si lo desvinculamos de la saga, Silent Hill: Book of Memories es un ‘dungeon crawler’ con algunas carencias, que se puede hacer repetitivo y previsible. No obstante, puede resultar mucho más entretenido si jugamos con amigos vía ad-hoc o a través de internet, ya que el juego en cooperativo añade esa diversión adicional que le falta al modo en solitario y que puede hacer que nos peguemos a la consola bastante tiempo. Recomendado únicamente para aquellos que busquen un título de este género al que jugar a través de internet y que ofrezca muchas horas de juego.