Análisis de Patapon (PSP)
En pocas ocasiones nos encontramos con la oportunidad de disfrutar de juegos de la talla del título que nos ocupa. Patapon es la nueva apuesta del equipo de desarrollo de Loco Roco, quien, en el momento de su lanzamiento, se convirtió en uno de los título más populares y originales de la portátil de Sony. Pues bien, Patapon también ha entrado por la puerta grande, aunque esta vez el concepto de juego es muy diferente del de su predecesor: en esta ocasión, deberemos de manejar a los personajes del juego mediante la repetición de una serie de secuencias rítmicas en cuatro tiempos, las cuales nos vendrán dadas a medida que avancemos en el juego.
Pero no sólo de ritmos vive el título: la profundidad del manejo y del desarrollo de la aventura en Patapon bebe de un componente táctico y estratégico en tiempo real muy importante, aparte de algunos elementos extraídos directamente del género de rol, como la personalización de las armas y avituallamiento de los personajes, por ejemplo. Un juego muy completo, en definitiva, que a continuación procedemos a desgranaros al detalle.
Juega a ser un dios del ritmo.
La tribu de los Patapon está pasando malos momentos, después de varios años de gloriosa existencia. Las guerras contra los Zigotons, la tribu enemiga de nuestros protagonistas, han diezmado la población de Patápolis, ciudad de los Patapon, destruyendo a todos los guerreros y héroes legendarios de la tribu. Y, para colmo de males, su Dios les ha abandonado: toda esperanza parece haber desaparecido para los Patapon, hasta que aparecemos nosotros en escena.
El jugador tomará el papel del Ser Supremo, el cual guiará a los Patapon a base de golpes de tambor. Sí, habéis leído bien: controlaremos a nuestros héroes mediante la repetición de secuencias rítmicas que realizaremos combinando los diferentes tambores que vendrán representados por los botones frontales de nuestra consola. Al principio del juego, aprenderemos las combinaciones necesarias para hacer avanzar a nuestros héroes y para mandarlos al ataque, pero según avancemos en el juego, las secuencias comprenderán movimientos de defensa, retirada, y uno de los componentes más interesantes del juego: los milagros, de los cuáles hablaremos un poco más adelante.
Deberemos de adecuar las secuencias rítmicas al ritmo de la música de fondo, la cual irá evolucionando a medida que vayamos encadenando movimientos sin perder la pulsación. Los patrones serán de cuatro pulsaciones, con lo que los movimientos básicos para manejar a nuestros protagonistas se realizarán a base de cuatro golpes de tambor. Tendremos un marco intermitente en la pantalla en todo momento que nos ayudará con el ritmo, cosa que nos será muy útil, especialmente en los momentos en los que el fragor de la batalla no nos deje escuchar convenientemente la pulsación rítmica de la música de fondo, y en los niveles más avanzados, en los que la música parece especialmente compuesta para confundir al jugador, lo cual es un valor añadido en la curva de dificultad del juego.
El manejo de nuestra tribu es sencillo: deberemos de realizar la secuencia de cuatro pulsaciones y, posteriormente, escuchar como la repite nuestra tribu mientras realiza la acción deseada. Esto hará que debamos estar en todo momento pendientes de lo que estamos escuchando, así como deberemos de contar el número de pulsaciones para no errar el ritmo, cosa que nos podría meter en un aprieto, sobretodo en mitad de una batalla. Por otro lado, si vamos encadenando secuencias rítmicas correctamente, entraremos en un sistema de combos que nos llevarán al estado Fever, un estado alterado de nuestra tribu parecido al trance en el que, aparte de cambiar la música que acompaña a la acción, cambiará la actitud de nuestros personajes, los cuales pasarán a ser auténticas máquinas de matar, y mucho más eficientes en su defensa.
Eso sí, para mantener el estado Fever deberemos de mantener perfectamente la pulsación rítmica, o rápidamente desaparecerá y volveremos al estado normal de nuestros protagonistas. Esto resultará francamente complicado en algunas ocasiones, ya que, aparte de estar pendientes de no errar con las combinaciones de botones, deberemos de estar muy atentos a la precisión rítmica. También ésta será importante mientras estemos consiguiendo los combos para entrar en estado Fever, ya que cuanto más precisos seamos golpeando el ritmo en los tambores, menos secuencias necesitaremos para alcanzar dicho estado.
Por otra parte, tenemos los milagros, hechizos de gran poder que nos permitirán cambiar el clima de los escenarios en los que estemos, por ejemplo, haciendo llover para poder pasar por un desierto sin morir abrasados, e incluso provocar terremotos para hacer tambalear a enemigos de mayor calibre. Los milagros sólo los podremos realizar una vez hayamos entrado en el modo Fever, pulsando una secuencia con el tambor del botón X. Una vez hayamos entrado en el minijuego de cada milagro, deberemos de repetir las secuencias que nos proponen los Patapon, justo al contrario de lo que habíamos hecho hasta el momento. Como si del juego de Simon se tratase, las combinaciones rítmicas en los minijuegos serán más largas y complicadas a medida que avancemos en el juego, combinando más de cuatro golpes de tambor, es decir, varios golpes por cada pulsación, y deberemos de repetirlas perfectamente si queremos realizar el milagro sin problemas. Eso sí, siempre siguiendo compases de cuatro pulsaciones rítmicas.
Por otra parte, en Patápolis contaremos con algunos minijuegos que nos permitirán conseguir materiales para nuestra tribu, minijuegos en los que, junto a algunos personajes estrafalarios como un árbol cantarín o un bebé montaña, deberemos también de repetir las secuencias rítmicas que dichos personajes nos canten. La verdad es que todo el ambiente musical del título es una maravilla, y tanto la banda sonora del juego como los efectos de sonido son de una calidad envidiable. Eso sí, recomendamos fervientemente que disfrutéis del mismo con auriculares: os facilitará mucho las cosas a la hora de seguir las secuencias rítmicas.
Pasemos a hablar sobre los protagonistas de la historia. Los Patapon son una tribu de grandes guerreros, pero necesitan de un Dios que les diga qué deben hacer en cada momento mediante los tambores sagrados. Como luchadores que son, cuentan con varias categorías de combatientes. Contaremos, pues, con los Tatepon, caballeros de a pie que irán armados con hachas y espadas, y defenderán al resto del grupo con sus poderosos escudos. También tendremos a los Kibapon, la caballería del ejército, con un amplio margen de ataque y poderosas lanzas con las que dar buena cuenta del enemigo. Los Yumipon serán los arqueros, dispuestos a atravesar con sus flechas a todo bicho viviente. Los Yaripon serán los lanceros, quienes tienen un rango de ataque menor que los arqueros pero que, por el contrario, tienen mayor poder destructivo. Y, por último, contaremos con los Dekapon y los Megapon, quienes respectivamente son guerreros de gran tamaño y mayor fuerza, o músicos armados con tubas que lanzarán ondas de destrucción masiva a nuestros enemigos.
Cada vez que entremos en combate, deberemos previamente de equipar a nuestro ejército. Sólo podremos entrar en batalla con tres tipos de Patapon a la vez. Será inevitable que cada jugador tenga a sus Patapones favoritos, pero en algunos momentos del juego serán más necesarios unos que otros, y de su elección dependerá muchas veces el éxito o el fracaso de nuestras misiones. Por otro lado, podremos equipar a nuestro gusto a cada personaje de nuestro ejército. Para ello, contaremos con multitud de armas y armaduras que iremos consiguiendo, fundamentalmente, en las batallas contra los Zigotons. Unas tendrán mayor poder que otras, y algunas de ellas poseerán poderes mágicos añadidos, como la capacidad de prender fuego a nuestros enemigos, o, en el caso de los escudos y de las armaduras, detener ataques llameantes o de hielo, por ejemplo.
Por otro lado, crearemos a las diferentes especies de Patapon con materiales que iremos consiguiendo en las diferentes pantallas del juego, así como en los minijuegos especialmente diseñados para ello. Según la rareza de los materiales que utilicemos para crear a los diferentes Patapon, tendremos personajes de diferentes formas y colores que, además, contarán con características especiales como un mayor grado de resistencia, mayor poder de ataque, mayor velocidad, etc. Deberemos experimentar con diferentes combinaciones de materiales (cada Patapon necesita dos tipos de materiales para nacer) para ver qué Patapon nace, en cada caso. Por otra parte, necesitaremos aumentar nuestro bolsín económico mediante la adquisición de Ka-ching, moneda de los Patapon, que nos será necesaria para crear a los diferentes personajes. Cuanto más raros sean los materiales que utilicemos (por ejemplo, titanio en vez de hierro, o maderas extrañas en vez de ramas normales y corrientes), más cara será la creación de cada Patapon, aunque, por otro lado, éste contará con mejores y mayores habilidades para el combate.
Fundamentalmente, contamos con tres tipos de niveles en el título. Por un lado, tenemos los niveles de caza, en los que deberemos de dar cuenta de diferentes especies de animales para conseguir su carne, la cual utilizaremos para crear Patapones o para ofrecerla como moneda de cambio en algunos de los minijuegos. Podremos dar caza a varias especies de animales, cada una con sus características propias, y más difíciles de cazar según sea más preciada su carne. También podremos conseguir Ka-ching en estos niveles, disparando a la variada vegetación que encontraremos distribuida a lo largo y a lo ancho de los mismos, así como podremos obtenerlo también cada vez que destruyamos a un animal o enemigo en el juego. Podremos repetir las veces que queramos estos niveles, con lo que la provisión de materiales en el juego está asegurada.
Por otra parte, tendremos los niveles de enfrentamiento contra las huestes de Zigotons que asolan los alrededores de nuestro pueblo. En ellos, tendremos que enfrentarnos a todo tipo de guerreros, debiendo en ocasiones de cumplir algunas misiones específicas, como rescatar a algún Patapon preso en territorio enemigo, o escoltar a una catapulta hasta un castillo Zigoton para poder destruirlo convenientemente. Las batallas contra el ejército enemigo nos permitirán mejorar nuestro armamento, aunque desgraciadamente serán los únicos niveles que no podremos repetir en el juego, con lo que una vez los hayamos completado, no podremos volver a ellos para proveernos.
Y, finalmente, dispondremos de niveles en los que deberemos de enfrentarnos a jefes finales de gran tamaño, los cuales atacarán a nuestro ejército siguiendo algunos patrones específicos de ataque. Deberemos de memorizar estos patrones convenientemente para contrarrestarlos de la manera adecuada, teniendo en cuenta las pulsaciones rítmicas que necesitamos para realizar cada movimiento. Serán todo un reto para el jugador, y, una vez los hayamos derrotado, podremos volver a enfrentarnos a ellos, aunque cada vez se harán más fuertes y resistentes, con lo que nos será más difícil combatirlos. Sus formas serán variables, así como sus patrones de ataque: nos enfrentaremos a dinosaurios y dragones que escupen fuego y devoran a nuestros protagonistas, diezmando nuestro ejército de mala manera; o gusanos gigantes que desaparecerán rápidamente bajo tierra para después aparecer justo delante nuestra y aplastar a nuestro ejército con su enorme cuerpo; o cangrejos gigantes que nos amenazarán con sus peligrosas pinzas... Un elenco tan variopinto como peligroso, vamos.
Eso sí, cada vez que derrotemos a un jefe final, conseguiremos materiales preciados o armamento y accesorios especiales que nos permitirán mejorar mucho el nivel de nuestro ejército, con lo que, si en algún momento de la aventura nos encontramos atascados en alguna misión, la mejor manera de solucionar el problema es cazar dos o tres veces y realizar un enfrentamiento con un jefe de grandes dimensiones, lo que nos dará la oportunidad de mejorar sustancialmente nuestro ejército con los materiales que obtengamos.
En total, contaremos con más de treinta niveles para superar, los cuales nos ofrecerán una experiencia intensa, amena y divertida durante aproximadamente unas quince horas de juego. El problema es que, una vez hayamos superado todas las misiones del título y hayamos derrotado al último enemigo final, los alicientes para seguir jugando prácticamente desaparecen, ya que no contamos con más opciones de juego que la aventura principal. Y no se ha añadido la posibilidad de ningún tipo de partida multijugador, con lo que el factor de rejugabilidad del título es, prácticamente, inexistente. Aún así, Patapon es un gran juego, y es un título casi obligado en cualquier colección de juegos de PSP que se precie.
Apartado técnico.
El apartado técnico del juego es una maravilla, tanto a nivel gráfico como sonoro. Los diseños de personajes y escenarios sorprenden y motivan al jugador a descubrir nuevos niveles o nuevas especies de Patapon, sólo para poder deleitarse con los originales y coloridos modelados que nos ofrece el juego. La música, ya lo hemos dicho, es excelente, y muchas veces repetiremos una y otra vez algunas de las misiones del juego para volver a escuchar algunas de las piezas de su brillante banda sonora. Y os lo aseguramos: la mayor parte de las veces os encontraréis batallando contra las hordas de Zigotons meneando pies y cabeza al ritmo de los cantos de vuestro ejército...
La jugabilidad es un gran punto a favor del juego, no sólo por su originalidad, sino por su extremada sencillez. Sólo deberéis de mantener el ritmo, y respetar el tiempo de salmodia de vuestro ejército. Aparte de esto, el resto del juego se basa en la capacidad estratégica y táctica del jugador, eligiendo los personajes y el equipamiento más conveniente para cada ocasión, y desplegando a las unidades necesarias en cada momento, además de poseer un importante factor estratégico en tiempo real durante las batallas, en las que nos veremos condicionados por los patrones rítmicos de nuestros tambores y los cantos de nuestra tribu.
Conclusiones.
Como ya hemos indicado al comienzo de este artículo, Patapon es de esos títulos irresistibles que muy ocasionalmente aparecen en el mercado, títulos de compra casi obligada para jugadores de toda condición y edad. A pesar de contar con algunos fallos menores, como el hecho de no poseer ningún tipo de juego multijugador, el juego es excelente y muy recomendable. En definitiva, una joya dentro del catálogo de la portátil de Sony que no dejará indiferente a quien se acerque a ella para disfrutar de su magnífico diseño, su música, y su alegre combinación de ritmo y estrategia.