Análisis de Locoroco 2 (PSP)

En junio del año 2006, se presentó ante los jugadores de PSP uno de los juegos más sorprendentes, originales y divertidos del catálogo de dicha plataforma. Sin duda, la PSP (por aquellos tiempos, aún joven e inexperta) hasta el momento no había contado con ningún título especialmente original con el que deleitar a sus seguidores, siendo muchos de los juegos salidos hasta entonces conversiones de títulos para otras plataformas o juegos, realmente, con pocas cosas nuevas que ofrecer frente al poderoso catálogo de la hermana mayor de la portátil: la veterana PlayStation 2. La aparición de LocoRocoen el mercado representó la aparición de uno de los primeros títulos específicos para la PSP que, además, resultó ser todo un bombazo a nivel de crítica y ventas.

El juego contaba con una jugabilidad muy simple, aunque efectiva; un apartado gráfico excelente, aunque no disfrutara de las tres dimensiones, sino que, por el contrario, daba rienda suelta a una paleta de colores y un repertorio de animaciones en dos dimensiones que aprovechaba, eso sí, toda la potencia gráfica de la consola; una banda sonora completísima, divertida y que, de hecho, pasó pronto a ser uno de los elementos más característicos del juego; y, por último, un sistema de juego divertido, una historia entretenidísima y un montón de niveles con un factor rejugable altísimo. Gracias a todo ello, LocoRoco, sin duda, consiguió convertirse en toda una referencia para cualquier jugador de PSP.

Dos años después, el mismo estudio que dio vida al juego ha decidido sacar a la luz la esperada secuela del mismo. Bajo los mismos preceptos jugables, y contando con una historia que, realmente, no difiere demasiado de la de su predecesor, podría esperarse que el título en cuestión no tuviera más que aportar a la franquicia. Pero, no obstante, la variedad y cantidad de niveles que nos ofrece esta edición, junto con los pequeños -aunque importantes- cambios en el sistema de juego, hacen de esta segunda parte un título excelente, repleto de horas y horas de diversión tanto para los que disfrutaran de la primera entrega como para los que se enfrenten a la franquicia por vez primera. Un título, sin duda, que se convierte en un digno sucesor de uno de los juegos mejor conseguidos de la portátil.

Los Moja atacan de nuevo...

En el título que nos ocupa, los Moja, malvados seres que intentaron dominar el mundo de los LocoRoco en la primera entrega de la serie, vuelven a hacer de las suyas. Después de la victoria de los LocoRoco sobre los Moja en la primera parte de la serie, Bonmucho, el líder de los Moja, decidió batirse en retirada para planear un nuevo ataque. Y así, después de mucho pensar sobre la mejor manera de eliminar a los LocoRoco, logró inventar una horrible canción que, cuando es cantada por los Moja, absorbe la fuerza vital de todos los seres vivos.

Armados con su espantosa canción, los Moja se subieron de nuevo a un meteorito y abandonaron su planeta natal, dispuestos otra vez a conquistar el planeta de los LocoRoco. Y, de nuevo, nuestra misión será la de tomar las riendas del futuro del planeta, manejando a las diferentes razas de LocoRoco en una extensa aventura en la que deberemos de liberar al mundo de la espantosa invasión de los Moja.

Deslízate y rueda por el escenario mientras el mundo se balancea a tu alrededor.

Recordemos los preceptos del sistema de juego del primer LocoRoco, ya que, fundamentalmente, éstos son los que se han tomado como base para la realización de la presente secuela. Primero de todo, nos meteremos en la piel de los LocoRoco, unos simpáticos, hambrientos y coloridos personajillos de forma circular. Nos desplazaremos por el entorno inclinando los escenarios hacia un lado o hacia el otro, de manera que nuestro LocoRoco ruede o se deslice por las diferentes plataformas del escenario, según sea el lado hacia el que inclinemos el mismo. La inclinación del escenario la realizaremos mediante los gatillos laterales de nuestra consola: los botones L y R.



Por otra parte, nuestro LocoRoco podrá saltar de una plataforma a otra presionando los botones L y R a la vez y soltándolos cuando deseemos realizar el salto. Cuanto más tiempo dejemos presionados los citados botones, mayor será el salto que realicemos (siempre dentro de unos límites razonables, claro está). Nuestra misión en cada uno de los niveles será, primero de todo, recoger el mayor número de LocoRoco repartidos por todo el escenario antes de llegar a la meta. Para recoger a uno de estos personajillos, deberemos devorar una de las veinte flores rojas que encontraremos en el escenario.



Cada vez que nos comamos una de estas flores, nuestro LocoRoco crecerá de tamaño, y nuestro contador aumentará en una unidad. Estas flores las encontraremos tanto de forma evidente repartidas por todo el escenario, como ocultas en los recovecos del mismo. Para descubrirlas todas, deberemos de pasar mucho tiempo de juego indagando y explorando por el sinfín de recovecos y pasajes ocultos de cada nivel, los cuales deberemos de ir descubriendo, en muchas ocasiones, a lo largo de sucesivos intentos en cada una de las pantallas del juego.

La gracia del asunto es que, en realidad, nuestro personaje acabará siendo una unión de hasta veinte pequeños LocoRocos. Este hecho se nos hará evidente en los momentos en los que debamos de separar a todos nuestros integrantes, presionando rápidamente el botón círculo. Deberemos de separarlos, en la mayoría de las ocasiones, para poder deslizarnos por pasajes de pequeño tamaño, por los que nuestro LocoRoco completo no podría pasar. Para volver a unir a todos los LocoRoco en uno, deberemos de mantener presionado el botón círculo cuando tengamos a todos los integrantes del grupo agrupados, hasta que todos ellos se fusionen entre sí. En caso de que nos dejemos a alguno perdido por el camino, deberemos de volver a por él, o de lo contrario desaparecerá bajo las fauces de algún Moja cercano...

Los Moja, en esta ocasión, harán mayor acto de presencia que en la entrega anterior del juego, ya sea en su forma habitual (a los que deberemos de evitar o destruir a toda costa, ya que devorarán uno a uno los integrantes de nuestro grupo, mordiéndonos y separándolos de nuestro orondo cuerpo), sea en forma de nubes negras que inundarán diferentes zonas de cada uno de los niveles de juego. Estas nubes representan la influencia de los Moja sobre los seres vivos, gracias a su endiablada cancioncilla, y deberemos de deshacernos de ellas golpeándolos con nuestro cuerpo, saltando sobre ellas o chocándonos contra ellas a cierta velocidad.

Objetos, ítems y desbloqueables varios.

Contaremos con varios objetos y personajes que deberemos de recoger en nuestras andaduras por el mundo de los LocoRoco. Primero, deberemos de encontrar a los amables MuiMui, unos simpáticos personajillos que deberemos de alojar en la Casa Mui Mui, de la cual hablaremos más tarde. También recogeremos una especie de bichitos alados que nos permitirán participar en los diferentes minijuegos del título, que deberemos de ir desbloqueando a medida que avanzamos en la aventura.



Y, además, recogeremos otro tipo de bichitos con una estrella en su interior, los cuales nos otorgarán objetos que podremos utilizar en la construcción de la Casa Mui Mui, así como otros ítems desbloqueables. La gran cantidad de opciones y desbloquebles con las que cuenta el juego son, sin duda, una de las razones de peso por las cuales la rejugabilidad en LocoRoco 2 acaba siendo un factor tan importante en la experiencia de juego. Y, de hecho, jugar una y otra vez a los diferentes niveles del título no se hace para nada pesado, debido a que cada vez que jugamos un mismo nivel encontramos pasajes y objetos que las veces pretéritas ni sabíamos que existían.



Este hecho es una constante en todo el juego, y sin duda es un factor que se agradece, ya que, de esta manera, la duración del mismo se expande hasta límites insospechados. Además, cabe tener en cuenta que, a medida que avancemos en la aventura, desbloquearemos hasta siete especies diferentes de LocoRoco, cada uno con un tema propio dentro de un estilo musical diferente, aparte de ciertas variaciones en los efectos de sonido, voces e, incluso, en la banda sonora de cada uno de los niveles del juego. Estas variaciones, pese a que no afectan para nada a nivel jugable, hacen de la experiencia de juego algo significativamente diferente, con lo que es difícil que el jugador se aburra durante las sucesivas partidas.



Una de las novedades respecto a la primera entrega es la posibilidad de recoger un cierto número de notas musicales en determinadas zonas de los escenarios, sea recogiendo algunos objetos, interaccionando con algunos personajes, o eliminando determinados enemigos. Estas notas musicales nos permitirán entrar en algunos minijuegos dentro de los propios niveles del título, en los cuales deberemos de entrar en contacto con algún personaje secundario del juego para cantarle nuestra canción (diferente, eso sí, dependiendo del tipo de LocoRoco que controlemos) para, generalmente, despertarle de su sueño. Esto sólo lo podremos realizar en caso de haber recolectado el número de LocoRocos indicados en cada caso.

Hasta aquí, nos encontramos con un tipo de escenas muy similares a las que encontráramos en la primera entrega, pero, en esta ocasión, mientras nuestros LocoRocos cantan, deberemos de ir pulsando el botón círculo mientras una nota musical recorre una serie rítmica que deberemos de seguir convenientemente hasta que acabe la mencionada canción. La verdad es que el jueguecillo es sencillo y no tiene demasiadas pretensiones, pero es un punto diferencial respecto a la primera entrega del juego que, además, añade un elemento jugable interesante al sistema de juego. La música, por tanto, deja de ser sólo un elemento decorativo para formar parte de la experiencia de juego, al menos en algunos casos.

Otros personajes y vehículos.

Nuestro protagonista podrá, además, interactuar con un elenco variopinto de personajes que le ayudarán a superar los diferentes escenarios de cada nivel o, por el contrario, le obstaculizarán el camino hacia la victoria. Entre nuestros enemigos, aparte de los ya citados Moja, encontraremos indígenas que nos lanzarán hachas o teas incandescentes, abejas que nos picarán y reducirán nuestra capacidad de salto, peces globo (en los niveles submarinos) que nos atacarán con sus pinchos, así como las bolas negras de pinchos que ya viéramos en la primera entrega.

En caso de que alguno de estos personajes nos ataque, puede simplemente limitar nuestra capacidad de movimiento o, por el contrario, herirnos, tras lo cual algunos de nuestros integrantes se separarán de nosotros. Deberemos de recuperarlos lo más pronto posible, ya que si no lo hacemos desaparecerán sin remedio y no podremos volver a hacernos con ellos (a no ser que repitamos el nivel desde el principio, claro).

Como novedad, contaremos con los Bui Bui entre nuestros adversarios, unos personajillos muy similares a los amables Mui Mui, aunque malvados y con muy malas intenciones. Deberemos de deshacernos de ellos siempre que podamos, ya que aprovecharán cualquier ocasión para lanzarnos objetos, bombas, así como diferentes objetos y artefactos para acabar con nosotros.



Utilizaremos también una serie de objetos y vehículos en determinados momentos del juego para poder acceder a zonas del escenario de otro modo inalcanzables, ya que nos ayudarán, por ejemplo, a destruir los obstáculos que, de otra manera, nos impedirían proseguir con nuestro camino. Utilizaremos también lianas y ramas que deberemos de morder para salvar fallas en el terreno de cierta longitud, así como para poder subir a plataformas que nos resultarían inaccesibles. En algunos momentos, incluso, deberemos de utilizar algunas incisiones y agujeros en el terreno, las cuales nos llevarán a zonas fuera de nuestro campo de visión en las que deberemos de interactuar con algún personaje o, simplemente, continuar nuestro camino hacia la salida. Para ello, deberemos de dejar de movernos cerca de uno de estos agujeros, para que nuestro LocoRoco se meta por su propio pie en él, y así dejar que éste se deslice en su interior.

Minijuegos y otros añadidos.

Según vayamos avanzando en la aventura, iremos desbloqueando diferentes minijuegos que podremos disfrutar en cualquier momento de la partida. Algunos de ellos, eso sí, requerirán que nos gastemos un cierto número de bichos de los que encontraremos repartidos por los diferentes niveles del juego, con lo que, en caso de querer disfrutar el título en todas sus facetas, deberemos de recoger el mayor número de bichos posible en cada una de nuestras incursiones en el mundo de los LocoRoco.



Tendremos entre ellos desde un juego en el que deberemos de golpear en la cabeza a una serie de personajes que irán apareciendo de agujeros en el suelo, hasta una singular carrera en la que la forma y el color del personaje que seleccionemos será determinante para la victoria. Contaremos, por otro lado, con la Casa Mui Mui, que podremos ir construyendo paulatinamente a medida que vayamos recogiendo diferentes objetos por todos los niveles, y a la que irán a parar los Mui Mui que vayamos recogiendo por el camino.

Además, contaremos con una galería en la que podremos volver a ver las escenas más divertidas de la aventura, así como los lugares más característicos por los que hayamos pasado. Por último, tendremos a nuestra disposición una galería de imágenes en las que podremos utilizar los Sellos Roco que vayamos recogiendo en cada nivel de juego. Tendremos a nuestra disposición un total de once sellos desbloqueables, cada uno de los cuales deberemos de utilizar según las siluetas que veamos impresas en cada una de las mencionadas imágenes, pudiendo rotar y girar el sello a nuestro antojo, de tal manera que éste coincida con su silueta correspondiente.

Apartado técnico.

El apartado gráfico del juego, pese a ser similar al del primer LocoRoco, cuenta con un acabado excelente, con unas animaciones y colorido muy notables, llegando en algunos casos a superar a los de la primera entrega. Sin duda, el número de detalles y efectos gráficos es ingente, pese a ser un juego desarrollado en dos dimensiones, y la física de todos los personajes y escenarios (especialmente, en el caso de los protagonistas del juego) ha sido muy conseguida, teniendo en cuenta la cantidad de entornos y paisajes diferentes por los que nos moveremos (desde escenarios submarinos o helados, hasta estómagos de pingüinos gigantes, paisajes selváticos o parajes entre esponjosas nubes).

La banda sonora del juego es, sin duda, uno de sus puntos más destacables: la variedad de temas y de ambientes sonoros que utiliza el juego para cada uno de sus niveles viene, además, aderezada con las diferentes variaciones de todos ellos para cada uno de los personajes que podemos utilizar. Por otro lado, el repertorio de voces es muy extenso (aunque no entenderemos ni una palabra de lo que dicen), y los efectos sonoros han sido muy cuidados, contando con un abanico variado y extenso que ambientará a la perfección cada uno de los niveles del juego.

La jugabilidad, como ya hemos indicado antes, es sencilla y directa, lo que hace de LocoRoco 2 una apuesta segura para cualquier tipo de público. Pero, además, su ajustado nivel de dificultad, la capacidad de rejugabilidad de cada uno de los niveles y la diversión que desprende el conjunto harán que, sin duda, el jugador disfrute del mismo ininterrumpidamente durante horas y horas.

Conclusiones.

LocoRoco 2 ha sabido coger el relevo de la primera entrega de la serie y ha vuelto a triunfar en la portátil de Sony con un título original, fresco (pese a basarse en los mismos preceptos que su predecesor) y extremadamente divertido. Además, con un precio muy sugerente que hace de él una compra casi obligada para cualquier usuario de PSP, tanto si conoce la franquicia por haber jugado con la primera entrega de la misma como si se enfrenta a ésta por primera vez.