Análisis de Hot Brain (PSP)
Partiendo de la base de que realizar pasatiempos y tareas mentales sencillas se consigue recuperar (en teoría) parte de la memoria perdida con los años, así como los reflejos, este tipo de entretenimientos resultan especialmente indicados para las personas más mayores. La facilidad de uso (apenas unos pocos botones) lo hace indicado para cualquier usuario.
Tras una introducción animada que nos presenta al Dr.
Warmer, nuestro guía en estos entrenamientos en el Hot Brain Institute, se nos explica un poco por encima estas ventajas de las que hablamos, así como las diversas materias a tratar: lógica, memoria, matemáticas, idioma y concentración.
Lógica: incluye ejercicios de secuencias, figuras lógicas (operaciones simples de formas) y "conductor trasero".
Memoria: escena del crimen (reconocer objetos durante unos segundos para luego encontrarlos de entre unos que se muestran a continuación), memoria musical (una variante del Simon) y "genio del pinball" (contar el número de rebotes en cuatro objetos y reconocer en cual han sido más numerosos)
Matemáticas: altos y bajos, "crucero" y ecuaciones. A pesar de los títulos, no encontramos problemas intimidatorios, se basan en pequeñas operaciones comprensibles para todo el mundo.
Idioma: abecedario (ordenar palabras en orden), ortografía (encuentra la palabra errónea) y rimas (asociación de imágenes con palabras que rimen).
Concentración: desenmarañar (clásicos pasatiempos de seguir un hilo que conecta a dos objetos), rompecabezas (encontrar las piezas que forman una silueta, tipo tangram) y combinaciones.
En definitiva, una serie de pasatiempos sencillos en los que el gran reto es el tiempo límite, y en los que se contabilizará al final el número de aciertos, y también (de forma negativa) los fallos.
Estos juegos pueden ser realizados a modo de prueba, escogiendo uno de los tres niveles de dificultad (inicialmente, solo se permite el fácil, pero terminarlos repetidas ocasiones nos dará acceso a más complejidad). También la dificultad se incrementa a medida que se juega, durante una partida; tenemos por ejemplo, en los ejercicios de memoria, como de un solo objeto a memorizar se va pasando a dos y tres.
Salvando algunos (como el del taxi, en el que debemos comprender rápidamente donde se detendrá a partir de unas indicaciones) pecan de cierta repetición, haciendo todos ellos uso de los cuatro botones para seleccionar la respuesta correcta. Quince pruebas no ofrecen demasiado interés una vez que las hemos exprimido, y la vida del título depende del uso constante, de la fuerza de voluntad por repetir las pruebas de forma diaria. Eso sí, las preguntas cambian aleatoriamente para evitar aprenderse la solución, aunque como es lógico tras varias partidas mejoraremos nuestros resultados por el hecho de entender la mecánica, más que por "calentar" nuestro cerebro.
Aclarar que muchas de las pruebas de Hot Brain pueden ser realizadas por un usuario de cualquier edad, pero no todas. Quizás los más jóvenes encuentren problemas con algunos de los retos dedicados al lenguaje consientes en buscar fallos en cuatro palabras escritas, muchas de ellas extraídas de términos médicos y por tanto desconocidas para los más pequeños.
Una vez que hemos entrenado en los juegos, llega el momento de superar el modo prueba, que no es más que una serie de exámenes de cada una de las cinco categorías, una detrás de otra, para evaluar nuestro nivel. Este resultado será guardado para poder comparar el nivel durante los días en los que hayamos realizado estos ejercicios.
Uno de los fallos del juego proviene de la presentación de los resultados. Aunque tras cada prueba se nos muestran los aciertos y fallos, tan solo registrará para futuras consultas el nivel de "calor" de nuestro cerebro en una especie de termómetro, un dato poco preciso y que no es muy intuitivo. Este error viene derivado de la constante mención a la temperatura de nuestro cerebro, y que da como resultado que el resultado de las pruebas nos venga dados en calorías y grados centígrados. Otro defecto: tan solo guarda el mejor resultado del día, no de todos los intentos.
Se incluye también un modo multijugador ad-hoc, que por desgracia no incluye opción de compartir juego (a pesar de que la transmisión de cada ejercicio no llevaría mucho tiempo). En las opciones se contempla tanto la competición entre los jugadores como la colaboración
En conjunto, tenemos que Hot Brain no es un mal juego, ofrece lo que el comprador espera: pruebas sencillas para realizar, que requieren de agilidad mental, no tanta de habilidad con los dedos (pero si buena coordinación). Es probable que ofrezca entretenimiento a aquellas personas que no están acostumbradas a los videojuegos, pero disfrutan con los pasatiempos.
Por desgracia, la vida del juego es muy corta, si no se entra en la dinámica de utilizarlo regularmente; no existe ningún extra (posee tan solo tres vídeos disponibles desde el principio) y no esconde nada que no sea realizar las mismas tareas una y otra vez para ir mejorando los resultados. Y a diferencia de Brain Training (con la función de la pantalla táctil), no encontramos nada realmente novedoso en la jugabilidad o las pruebas. Se echaría en falta algún tipo de prueba extra para romper la dinámica de los juegos contra reloj, o incluso un test de inteligencia.
Podríamos decir que sus creadores han adoptado por crear una interfaz llamativa, con un personaje animado al estilo cartoon. El apartado sonoro incluye algunas músicas (muy pocas) para animar algo las pruebas. No son grandes melodías, se olvidan tan rápido se apaga la consola, y habrá jugadores que incluso se pongan nerviosos con el sonido de fondo. Por suerte, Hot Brain incluye la posibilidad de ajustar (o quitar) el volumen del apartado sonoro, tanto de la música como de los sonidos.
La voz que escucharemos dando explicaciones en inglés no molesta, y como se ha comentado, aporta algunas bromas. A pesar de ello, todo el apartado sonoro aporta muy poco al título, y simplemente cumple.
La vida útil del título se encuentra en su uso continuado. En apenas veinte minutos podemos jugar a todo lo que ofrece el UMD. Cualquiera que busque un juego con pruebas sencillas para partidas rápidas, debería plantearse otras alternativas más lúdicas (y con menos ambiciones que mejorar nuestra agilidad mental) como Hot Pixel
Hot Brain es un título para aquellos poseedores de la portátil de Sony que realmente disfruten de pasatiempos de estas características, poco profundo pero que hace lo que promete: evaluaciones periódicas de nuestra mente.