Análisis de Dissidia: Final Fantasy (PSP)
Cualquier aficionado a los videojuegos de rol de corte japonés sabrá qué franquicia es Final Fantasy, así como algunos de sus personajes más carismáticos, tanto héroes como villanos. Es por eso, que, tras más de diez entregas de la serie numerada, la compañía japonesa ha decidido darle una vuelta de tuerca a la franquicia, presentando un nuevo sistema de juego, rescatando a los personajes más conocidos de todas las obras y, como no podía ser de otra manera, reescribiendo la historia del bien y el mal en la fantasía final.
La misma historia de siempre
Una de las máximas fundamentales a la hora de mostrar un videojuego, sea del género que sea, es presentar dos bandos completamente diferenciados: el bien y el mal. En este caso la máxima se cumple a la perfección, potenciándola desde el mismo momento en el que la Diosa del Orden, Cosmos, se ve las caras en una batalla incesante con su némesis Chaos, Dios de la destrucción. Esta dura e intensa batalla parece haber llegado a su fin cuando Chaos se alza con el poder dejando bajo mínimos al equipo de la luz. Aunque todavía no está todo perdido, puede que aún quede un rayo de esperanza que pueda salvar el destino de la humanidad...
Ese pequeño abismo de esperanza es, precisamente, la clave de los personajes de Dissidia, puesto que cada uno de los personajes que encarnaremos será partícipe en la historia para devolver el equilibrio al mundo. Cada uno aportará su poder para restablecer el orden del universo, y, de paso, iremos conociendo nuevos detalles sobre las incógnitas más concurrentes de cada personaje. De esta manera, nos encontramos con diez personajes por bando sacados directamente de las primeras diez entregas de la serie principal, contando, además, con un personaje extra de Final Fantasy XI y otro de la decimosegunda parte como representantes del bien y el mal respectivamente.
Así pues se abre un nuevo guión presentando a los personajes principales de los anteriormente citados Final Fantasy, englobando una épica historia de la que iremos conociendo más detalles a medida que avancemos por los distintos tableros que componen el modo historia, ya que, evidentemente, nuestro periplo no iba a ser tan fácil como luchar contra los típico ocho o nueve oponentes y visualizar así el final. Bienvenidos a Dissidia, uno de los videojuegos de peleas más completos del mercado.
Completamente distinto
Muchos juegos de peleas suelen tener una de las deficiencias más importantes que puede tener un videojuego: su duración. Más allá del típico modo arcade y demás, muchos exponentes del género han intentado aportar algo nuevo en la materia, mejorando así la experiencia de juego. Sin embargo, ninguno lo hace como Dissidia, y menos después de comprobar la cantidad de modos de juego que propone para los jugadores. No hay lugar para el aburrimiento aquí.
Antes de comenzar el juego propiamente dicho, Square Enix nos ha preparado un intenso tutorial que abre el argumento, presentando, como ya hemos dicho, el equilibrio entre el bien y el mal y la supuesta victoria por parte de Chaos. A partir de aquí encarnaremos al Guerrero de la Luz del Final Fantasy original y tendremos acceso a diversos combates que nos ayudarán a comprender los aspectos básicos del modo de combate. Hay que tener algunos aspectos claros si queremos que la luz brille sobre la oscuridad, ya que aunque parezca un título sencillo de jugar, Dissidia esconde mucho potencial que nos llevará horas dominar a la perfección. Y eso el jugador más dedicado lo agradecerá de buena gana.
Así pues nos encontramos con un sistema de combate que recuerda en exceso al que vimos en la franquicia que muestra lo mejor de Square Enix y la factoría de sueños Disney: Kingdom Hearts, con una mezcla de action rpg y sistema de apuntado que, sinceramente, le viene como anillo al dedo a la obra. Controlar a nuestro personaje será tan sencillo como inclinar el stick analógico del juego hacia el lugar deseado, empleando los botones frontales de la máquina para seleccionar el tipo de ataque que queremos propiciar a nuestro contrincante. Podremos saltar e incluso hacer un imposible doble salto (Yitan de Final Fantasy IX puede hacer incluso tres) y fijar al enemigo con el botón lateral de la videoconsola y así no perderle de vista ni por un instante.
Existen multitud de combos por cada personaje, pero tan sólo existen dos tipos de ataque dentro del mundo de Dissidia: los que restan vitalidad y los que restan bravura. Los primeros, como su propio nombre indica, serán indispensables para acabar con la vida del combatiente y salir victoriosos de la guerra, sin embargo, habrá que emplear los ataques de bravura si no queremos que nuestro poder de ataque sea tan ínfimo (y el de nuestro contrincante tan grande) que nos lleve una eternidad matar al enemigo de la batalla. Combinar perfectamente los dos tipos de ataque será una constante si queremos llegar a buen puerto en este juego de lucha, puesto que no iremos a ninguna parte sin ataques poderosos y de nada servirá quitarle poder de ataque al enemigo si no le restamos ni un ápice de vitalidad. Además de los ataques, también hay que destacar que los propios escenarios nos brindarán más de una oportunidad clara para llevar una ofensiva al rival, como pueden ser cambios de nivel, localizaciones secretas para salvaguardarnos de fuego enemigo, etcétera. Habrá que conocer al dedillo los numerosos escenarios si queremos hacerle una partida perfecta al rival.
Pero eso no es todo, sino que en a medida que vayamos peleando en la aventura tendremos acceso a un preciado objeto que puede decidir el curso de la batalla en apenas unos segundos: el modo ex. Dicho modo no es otra forma de llamar a los conocidos límites, turbos y demás variantes que ofrecen obtienen los personajes de Final Fantasy en según qué condiciones. Dicho objeto aparecerá en el escenario, pudiendo localizarlo con el botón lateral de la consola y centrando nuestros esfuerzo en recogerlo. Si somos lo suficientemente rápidos tendremos la posibilidad de realizar ataques explosivos y de gran daño, así como un ataque fulminante que dará lugar a un minijuego (basado en las vertientes del combate del Final Fantasy de turno) que podrá aumentar el daño causado. Y, como no podía ser de otra forma, una vez que lleguemos a un punto de la historia, seremos beneficiados con las ya conocidas invocaciones, realizando auténticos destrozos al rival siempre y cuando obtengamos el orbe rojo -en forma de objeto- en las batallas.
De peleas, sí, pero con toques de RPG
Una de las incógnitas más grandes acerca del videojuego que hoy nos ocupa era si Square Enix iba a dejar atrás sus componentes de juego de rol para mostrar al mundo un juego de lucha puro y duro. La respuesta está bien clara, y, viendo los precedentes, nos alegramos de que se haya optado por un sistema de habilidades, niveles y equipamiento tan denso como el que tiene esta entrega.
En esencia, nuestro principal cometido será aniquilar a los enemigos en cada batalla. Sin embargo nunca tendremos que descuidar nuestra equipación y experiencia, puesto que pueden marcar la diferencia en un encuentro demasiado prematuro y obligarnos, en este caso sin éxito, a buscar la opción de "huir". A medida que vayamos ganando combates veremos como nuestro personaje va adquiriendo nuevas habilidades -que tendremos que seleccionar en el correspondiente menú-, así como se elevan sus atributos más característicos, sin olvidar, por supuesto, algo de dinero para gastar en la tienda.
Es interesante ver cómo van evolucionando los personajes a medida que avanza la historia, así como comprobar de qué madera están hecha si nos enfrentamos contra un amigo mediante la conexión ad-hoc que permite la PSP. Lamentablemente Dissidia: Final Fantasy carece de modo online, algo que sin duda habría aumentado exponencialmente las horas de diversión, pudiendo enfrentarnos a amigos de todo el mundo y demostrando, mundialmente, quién -y qué bando- es el mejor.
Diversión para rato
La compañía japonesa se ha encargado de ofrecerle al jugador una suficiente variedad de modos de juego como para evitar que Dissidia caiga en el olvido demasiado pronto. Más allá del ya comentado modo historia nos encontramos con diversas propuestas que, si bien es cierto no son tan completas como la excelente e intensa batalla entre el bien y el mal, son modos que no deberían faltar nunca en un videojuego de peleas.
En primer lugar tenemos el ya conocido modo arcade, donde todos los parámetros y equipamiento de los personajes que se enfrenten estarán en sus niveles más bajos, dejando el peso del combate íntegramente a la habilidad del jugador con los controles. Nadie será más fuerte que su oponente. Como detalle hay que comentar que este modo de juego no está presente en la edición japonesa del juego, ya que el mercado europeo recibe una versión mejorada de la obra para justificar el retraso de lanzamientos entre mercados. Sin embargo, hace apenas unos días se ha anunciado una nueva versión del juego, Universal Tuning, que reune las características occidentales en un UMD para la región japonesa.
El modo batalla será exactamente lo mismo que el modo arcade pero con la diferencia de que los atributos y equipamientos estarán seleccionados desde el comienzo, existiendo así diferencias palpables entre los personajes a escoger. Si nos aburrimos jugando en su versión solitaria o si de lo contrario queremos probar un equipamiento y habilidades contra un amigo siempre podremos hacer uso del modo multijugador para medir las fuerzas entre combatientes y, de paso, intercambiar cartas y así pelear con los personajes de nuestro amigo en nuestra propia PSP, algo que sin duda agradará entre los jugadores que exploten al máximo los videojuegos. ¿Quién será el valiente que se enfrente a Sefirot con el nivel máximo y su arma final?
Por otro lado contamos también con la ya comentada tienda, que nos servirá para comprar accesorios para nuestros personajes así como personajes, imágenes de avatar para nuestra ficha, música, trajes alternativos, y todo un sinfín de extras que podremos disfrutar en el museo, ideal para darse un garbeo y ver qué hemos conseguido con las horas de juego que llevamos en la obra.
¿El techo técnico de PSP?
Square Enix es una compañía que, sin duda, cuida hasta el último detalle en todas sus obras, sobre todo estéticamente, y Dissidia: Final Fantasy no iba a ser una excepción. Muchos son los que afirman que esta nueva obra de la compañía japonesa significa el techo técnico de Playstation Portable, y, sin decir una cosa u otra, lo que sí que está claro es que este juego de peleas se alza como uno de los grandes técnicamente de la portátil, y, por ende, uno de los juegos más punteros que han nacido para portátil.
El videojuego arranca con una espectacular secuencia introductoria donde veremos a los protagonistas -y sus correspondientes némesis- en una dura e infinita batalla que a más de uno pondrá los pelos como escarpias. Ni que decir tiene que para muchos seguidores de la franquicia Final Fantasy ver pelear a Cloud y Squall uniendo sus fuerzas contra Kefka puede significar una lágrima de felicidad en sus rostros. Pero dejando a un lado los sentimentalismos y centrándonos en el apartado técnico de la obra, hay que aplaudir encarecidamente el trabajo de la desarrolladora, que no sólo ha sabido sacar el máximo partido a la portátil de Sony en cuanto a secuencias cinemáticas se refiere, sino que también ha sabido crear un motor gráfico que ponga en evidencia a multitud de títulos que, a día de hoy, salen al mercado a precio de nueva generación.
Y es que pese a lo que pensaron en un principio los escépticos acerca de si PSP era lo suficientemente potente como para albergar un proyecto de esta envergadura sólo hay que jugar los primeros combates para que las dudas se disuelvan como un enemigo caído en un juego de rol. Dissidia: Final Fantasy convence en todas sus vertientes, dejando ver la buena labor de los programadores, el fantástico trabajo de Tetsuya Nomura -realizando nuevas ilustraciones y diseño de los personajes para la ocasión- y el buen hacer a la hora de llevar el proyecto a la consola de Sony.
De esta manera nos encontramos con uno de los juegos con mejores gráficos del mercado de Playstation Portable, con un modelado de personajes que encantará a los adictos a la serie, un motor gráfico que aguanta a la perfección la trepidante acción de los combates y unas secuencias, que como decíamos con anterioridad, aumentarán considerablemente el grado de emotividad de la historia.
Otra de las perlas más características de la serie Final Fantasy es su música, que, inspirada por uno de los grandes compositores de videojuegos de rol, Nobuo Uematsu, estremeció el corazón de los jugadores más sensibles con bandas sonoras como la de Final Fantasy X. En este caso la recomposición de los temas corre a cargo de Takeharu Ishimoto, encargado de la música de Crisis Core: Final Fantasy VII y Kingdom Hearts II entre otros. Si bien es cierto que la gran mayoría de temas que aparecen en Dissidia son melodías que ya tuvimos el placer de escuchar en sus respectivos juegos, las mezclas y adaptaciones realizadas para la ocasión volverán a hacernos sentir que estamos en plena batalla.
Además del apartado sonoro, Dissidia cuenta con un doblaje que cumple sin pretensiones, con unos actores de doblaje que reconocerán aquellos quienes vieron Final Fantasy VII: Advent Children o disfrutaron de la décima entrega de la serie. Todos y cada uno de los personajes que componen este peculiar juego de lucha cuentan con su propia y única voz, sin excepción, dotando a los personajes de una caracterización necesaria en estos tiempos que corren. De esta manera escucharemos las voces en perfecto inglés, mientras que los subtítulos estarán traducidos a nuestro idioma.
Cerrando la guerra
Dissidia: Final Fantasy no es la primera inclusión de los personajes de Final Fantasy en el género de la lucha, puesto que Ergheiz ya se alzó como primer exponente en recreativas y posteriormente en Playstation One. Sin embargo, la nueva propuesta de Square Enix en el género de la lucha es completamente superior, con un sistema de combate que engancha desde el primer minuto, unos personajes rediseñados para la ocasión y una historia que dista mucho de ser la típica dentro de la estética de los juegos de peleas. Los personajes más carismáticos de Final Fantasy no podrían haber llegado a la nueva generación de videoconsolas de mejor manera. Dissidia se alza como un videojuego que no debería faltar en la colección de ningún jugador, fan de la serie o no.