Análisis de Burnout Legends (PSP, NDS)
Burnout se ha convertido durante los últimos años en uno de los nombres propios del mundo del videojuego, especialmente a partir de Burnout 3 Takedown, todo un salto cualitativo que supero todas las expectativas de calidad y ventas. Burnout Legends es la primera entrega de esta saga para la portátil PSP de Sony, e intenta ser una especie de antología de los tres primeros juegos de Burnout, aunque especialmente del tercero. Adoptando las dinámicas de este último, incluye circuitos de todos los anteriores, siguiendo la premisa de conducir a toda velocidad esquivando el tráfico, y manteniendo los "Takedowns" de la tercera parte.
Burnout Legends también mantiene la organización de la tercera parte, y de hecho más que una compilación de las tres entregas podría considerarse una conversión de la tercera incluyendo algunos circuitos de los dos primeros. El modo World Tour está organizado en cinco categorías de coche, empezando con los compactos, y a medida que vayamos ganando pruebas en una categoría lograremos abrir la siguiente, estando éstas estructuradas de un modo no lineal muy interesante, mediante el cual las pruebas se van abriendo las unas a la otras según las vayamos superando, teniendo siempre varias entre las que elegir.
A medida que superamos pruebas, hacemos cierto número de Takedown o conseguimos cierto nivel de puntuación, obtendremos nuevos coches que podremos usar en las carreras de la categoría a la que correspondan siempre y cuando no estén limitadas a un solo modelo.
Los tipos de carrera son también los del juego anterior, estando las pruebas divididas en furia al volante (hacer Takedowns a nuestros rivales), persecución (somos la policía y tenemos que capturar al coche rival – rescatado de Burnout 2), vuelta al rojo (una contrarreloj), carrera con eliminación y, por supuesto, la carrera normal. En todas ellas, menos la contrarreloj, está presente la novedad de Burnout 3, los Takedowns, consistentes en hacer que nuestro rival choque, ya sea contra un muro u otro vehículo, y tanto chocando contra él como cortándole el paso, o bien sin ni siquiera tocarle, lo que el juego llama "Takedown Psicológico".
Los Takedowns, como es de esperar, le añaden una nueva dimensión al juego, ya que la preocupación principal ya no es evitar chocar contra el tráfico (de hecho se ha incluido una gran permisividad en este aspecto, se nos permiten muchos roces), como siempre, sino que hay que combinarlo con hacer que nuestros rivales choquen y evitar que sean ellos los que nos hagan chocar. El resultado de esto se resume en una palabra: frenetismo. Y en un juego de coches, eso siempre es sinónimo de diversión.
El cambio de filosofía provoca, sin embargo, que los circuitos "rescatados" de las primeras entregas de Burnout no encajen tan bien como los procedentes de la tercera parte. Estos eran circuitos más técnicos, por decirlo de algún modo, no pensados para la competición a base de Takedowns, sino para que el jugador tomase las curvas a toda velocidad (de hecho hay curvas de noventa grados en algunos) y esquivase con habilidad el tráfico. Esto hace que haya mucho menos obstáculos a los lados con los que hacer que nuestros rivales choquen y, sobre todo, que las flechas amarillas "inofensivas" abunden mucho más que en los circuitos de Burnout 3, limitando las posibilidades de hacer Takedown. Aún así, el popurrí de circuitos resulta interesante, ya que Criterion los ha distribuido de forma inteligente, y de este modo no parece que procedan de diferentes juegos, ya que además el paso a PSP ha equilibrado la calidad gráfica de todos ellos.
Aparte del World Tour, Burnout Legends también incluye uno de los modos preferidos por los fans: el modo Crash; en este modo, como ya sabrán los aficionados, tenemos que crear un gran accidente de tráfico gracias a nuestra pericia conduciendo y haciendo que el choque empiece en el momento y el lugar apropiado. Contamos también con una bomba para hacer que la destrucción sea todavía mayor; hay un ciento de pruebas de Crash, todas ellas ingeniosas. Burnout Legends también incluye un divertido modo multijugador sin hilos para hasta seis jugadores, con numerosos modos de juego, incluidos los de Crash, donde jugar.
A nivel gráfico, Burnout Legends es uno de los mejores títulos de PSP, comparable a uno de sus buques insignia, Ridge Racer, y mostrando un apartado gráfico que, aunque inferior al de las versiones de PlayStation 2 (especialmente la última), resulta especialmente llamativo en una consola portátil y, sobre todo, competente. El juego se mueve con velocidad y fluidez asombrosa y eso es muy de agradecer, y el nivel de detalle, aunque reducido en los circuitos, se mantiene en gran medida en los coches, incluyendo las espectaculares deformaciones, choques y efectos de humo y chispas. Lo único negativo del apartado técnico, que afecta también a lo jugable, es que se ha reducido el número de coches por carrera a cuatro, en vez de los seis habituales; esto hace que se vean limitadas las posibilidades de Takedown, y que en carreras como las Eliminaciones sea muy fácil ganar. Otro defecto es que, aunque la sensación de velocidad sea buena, los sesenta fotogramas por segundo de las versiones consola se han reducido a la mitad.
El apartado sonoro sigue también la estela de Burnout 3, con una banda sonora compuesta de temas de punk rock fácilmente reconocibles, mientras que los FX siguen siendo muy completos, variados y contundentes, destacando los choques y las explosiones. El comentarista ha pasado a mejor vida –al igual que en Burnout Revenge-, y ahora oiremos el FX y la música. Un cambio que algunos aplaudirán.
Burnout Legends es un juegazo, tremendamente adictivo, y con una duración y una variedad inusitada entre los primeros juegos de PSP, algunos de ellos meras conversiones. Burnout Legends lo es en parte, pero intenta ofrecer algo de frescura, mezclando circuitos y modos de juego de todos los anteriores títulos de la saga. Esta mezcla, sin embargo, a veces ofrece resultados raros, como los circuitos del Burnout original, que desentonan un poco. Por lo demás, el modo World Tour conserva la excelente organización de la tercera parte, y la jugabilidad sigue siendo frenética y tremendamente adictiva.
Se trata de una compra muy recomendada para los amantes de los arcades, cuyo único punto débil es la reducción del número de corredores, y quizás que los gráficos no vayan a tanta velocidad como en las versiones superiores; esto quizás sea una crítica un tanto caprichosa, pero siendo la velocidad el punto clave de Burnout, ver la acción de Legends a la mitad de fotogramas de lo habitual es una lástima. Por el momento es el mejor juego de conducción de PSP si no incluimos a Wipeout Pure en dicha categoría.