Análisis Guilty Gear: Strive, la nueva joya de Arc System Works (PS5, PS4, PC)

Arc System Works ha sabido adaptar como nadie la jugabilidad y estética de la lucha 2D a los gráficos 3D. Con Guilty Gear Xrd en sus sucesivas versiones –Sign, Revelator, Rev 2- consiguió unir lo mejor de los dos mundos: mantener la precisión y velocidad de la saga, tal y como se haría con los clásicos, pero sin las limitaciones en resolución de los sprites, con nuevos efectos y giros imposibles en la saga hasta el momento. Un dominio en los shaders de Unreal Engine que han repetido con el exitoso Dragon Ball FighterZ y el título Granblue Fantasy Versus, que adapta una licencia conocida en Asia al género de lucha.

Pero Guilty Gear es el niño mimado de la desarrolladora y han pasado nada menos que cuatro años desde Guilty Gear Xrd Rev 2, así que tocaba actualizar la saga con todo lo aprendido en los últimos años, y de paso, probar algunas cosas nuevas. Es cierto que a nivel comercial la licencia está lejos de codearse con Street Fighter y otros pesos pesados de la lucha, pero este podría ser el juego que empiece a llegar al gran público.

Smell of the Game

Strive no es una entrega más de Guilty Gear, Arc System Works lo ha querido tomar como un nuevo inicio que enganche a nuevos jugadores. Uno de los problemas del género es que cuenta con una base de fans muy fieles pero salvo excepciones –Tekken, Street Fighter- las ventas suelen ser modestas, a no ser que se utilice una licencia archiconocida como fue el caso de Dragon Ball FighterZ. La intención de la desarrolladora ha sido aprovechar Strive como un nuevo punto de partida que amplíe la base de usuarios sin perder aquello que ha enamorado a los fans durante décadas, un equilibrio complicado pero que merece la pena intentar para no relegar Guilty Gear a la categoría de nicho.

¿En qué se traduce esta nueva dirección? Un nuevo ritmo de partidas, nueva filosofía para los personajes y otros ajustes que a simple vista pueden pasar desapercibidos, pero que los jugones de Guilty Gear, o cualquiera que tenga fresco los Xrd, podrá reconocer tras unas partidas. En primer lugar el juego ya no da tanta importancia al juego aéreo, aunque todavía podemos movernos con mucha libertad y realizar lanzamientos en equilibrio, en general Strive prefiere desarrollar las estrategias y el juego táctico. Ya no serán tan habituales los combos eternos y la velocidad puede dar la sensación de bajar un poco -sigue siendo vertiginoso si lo comparamos con un Street Fighter-. Lo bueno es que Strive sigue siendo tan profundo como siempre, lo que ha hecho Arc System Works es que este primer paso para los novatos –o jugadores que provienen de Mortal Kombat, Street Fighter u otras sagas- no se asusten con la fórmula Guilty Gear. El estudio ha asegurado que su objetivo es hacer un juego divertido y simplificar los controles –que no la jugabilidad-, lo que no significa hacer el juego más fácil, sino que ahora hay que ser más inteligente con tus movimientos.

Otra de las consecuencias de Strive es que ahora los personajes están más especializados en sus técnicas, lo que en definitiva marca la personalidad de cada luchador. La plantilla está compuesta en su lanzamiento por Sol Badguy, Ky Kiske, May, Axl Low, Chipp Zanuff, Potemkin, Faust, Millia Rage, Zato-1, Ramlethal Valentine, Leo Whitefang, Anji Mito e I-No; quince luchadores sabe a poco tras Rev. 2, pero es algo que se irá solucionando con el contenido descargable. Pues bien, en este Guilty Gear, que orienta a los novatos sobre si el personaje está equilibrado, es para mantener distancias, etc. desde la misma pantalla de selección, se ha potenciado los puntos fuertes de cada uno para, en cierta manera, forzar a que se juegue con un determinado estilo. Uno de los ejemplos que se puso fue Potemkin, quien está dedicado a los agarres: posee una devastadora llave, pero quizás ya no sea tan efectivo si jugas de otra manera. Los fans de Guilty Gear seguro que hablarán largo y tendido sobre los cambios particulares de la plantilla, y habrá que ver los equilibrios que se vayan haciendo durante los próximos meses y años.

Las dos novedades en luchadores son Nagoriyuki y Giovanna, que tal y como suele suceder en estos casos, en cuanto a estrategias están casi en las antípodas para contentar al mayor número de jugadores; seguro que uno de los dos toca tu fibra. Giovanna es fácil de manejar, con combos sencillos, movimiento ágil y un diseño que se buscó deliberadamente más realista que el resto de compañeros por simple cuestión de historia -y como han apuntado algunos jugadores desde su presentación, recuerda a diseños de SNK-. Nagoriyuki en cambio es un samurái vampiro de movimientos un poco más pesados pero que controla bien las distancias gracias a su katana; posee una barra especial de sangre que se recarga por el daño que causa a sus enemigos, lo que da acceso a un poder mayor. Ambos merecen una oportunidad porque son muy divertidos de jugar y casi nos hacen olvidar algunas de las ausencias en su plantilla, como Baiken, Johnny o Slayer, entre otros.

Por suerte, Guilty Gear Strive ofrece una buena cantidad de opciones para aprender lo básico del juego. En sus modos offline disponemos del arcade, que es la habitual sucesión de oponentes hasta llegar a un jefe algo más difícil; esta vez dependiendo de nuestro rendimiento el juego la dificultad se va ajustando entre fases, modificando la ruta. Vs CPU –que últimamente está desapareciendo en otros juegos de lucha- consiste simplemente en elegir nuestro jugador y el rival, escenario y otros ajustes. Supervivencia, con récords online, consiste en luchar tantos enemigos como sea posible antes de morder el polvo. Tenemos el modo multijugador local y el dojo con tres opciones: tutorial –lo más sencillo-, entrenamiento –practica libremente los movimientos- y misiones, que es una larga lista de pruebas para dominar movimientos y ataques especiales con algo más de profundidad.

Este modo de misiones explica todas esas mecánicas que hacen de Guilty Gear un título que premia el juego ofensivo, aunque también hay que decir que incluye suficientes herramientas para conseguir un momento de pausa cuando el oponente no da tregua. Bloqueos instantáneos, defensas impecables, el movimiento Roman Cancel o el Psycho Burst, que emplea la barra de tensión, ayudarán a escapar de combos y la presión del enemigo. Pero, como hemos dicho, Guilty Gear recompensará a quienes llevan la iniciativa en el combate, así que incluso con los cambios realizados en Strive una partida será frenética; un descuido y lo que parecía una derrota se convierte en victoria.

¡Hay más! De nuevo vuelve el modo historia, que es casi una película animada con gráficos en tiempo real. Mucho ha evolucionado desde Sign, donde las animaciones eran bastante escasas y casi de novela visual, pero con las revisiones fue ganando en expresividad. Puesto que el argumento de la saga es bastante denso –y los personajes derrochan carisma una vez entras de su universo-, también encontraremos glosario, diagramas sobre las relaciones entre personajes y la línea temporal. El citado modo pesca también sirve para desbloquear galerías de arte, música y vídeos –tráilers de los últimos meses-, así que Guilty Gear Strive no trae ninguna novedad importante en estos apartados, pero sí contiene el mínimo que se podría esperar.

Un multijugador que funciona a la perfección -al menos en consola-

El multijugador, que es donde comprobarás que no eres tan bueno como te creías, ofrece la partida rápida, salas privadas y el combate online en las salas, que esta vez utilizan un mundo 2D que combina pixel-art con personajes cúbicos, casi de Minecraft. Strive nos clasificará en una de sus plantas según nuestro nivel de juego, con la característica de poder ascender si lo deseamos para competir contra jugadores de mayor nivel, pero no bajar. Así se consigue que los jugadores más expertos no se ceben con los novatos, y que por tanto todos tengan una experiencia competitiva emocionante. El modo permite crear un avatar que se personaliza con accesorios conseguidos con la pesca –una especie de gacha-, conocer usuarios, su nivel de desconexión y rachas o buscar uno de los espacios donde se busca rival. Si lo que queremos son partidas más casuales sin tener en cuenta la planta asignada existe el parque abierto, una zona a la que pueden entrar todos los jugadores.

En nuestra experiencia en consola el juego online ha funcionado sin ningún problema, salvo alguna ocasión en las salas donde no era posible iniciar la partida con el otro jugador -un tema que la desarrolladora está solucionando con actualizaciones-. La beta ya había dejado claro que su rollback permitiría partidas fluidas, y la partida transcurre casi como en el juego local. Queda por ver si cuenta con una comunidad amplia durante los próximos meses, pero medidas como el juego cruzado –entre PS5 y PS4, no así con PC- aseguran que sea fácil encontrar partidas pese al cambio de generación.

Un espectáculo para la vista y el oído

Uno de los puntos más destacados por la desarrolladora son sus gráficos, lo cual es comprensible pero puede parecer que deja en la sombra su maravillosa jugabilidad. Y es que Strive da una vuelta de tuerca más a la estética cel shading con personajes más detallados y animaciones todavía más vistosas que lo visto en Xrd. Además, Arc System Works ha reconocido que ha arriesgado un poco más con este juego: si en los Xrd el objetivo era recrear las 2D con gráficos 3D, ahora buscan explotar las ventajas del 3D con más giros y movimientos de cámara imposibles de hacer en 2D. En esencia, es parecido a los últimos Guilty Gear pero con ángulos que muestran más zonas del escenario.

Strive aporta el cambio de zonas cuando se ejecuta un golpe contundente cerca de uno de sus márgenes; si bien la idea no es precisamente nueva y se ha visto en multitud de juegos 3D desde hace tiempo, esto aumenta la espectacularidad y permite ver más variaciones de cada ambientación. Unos escenarios preciosos, que van desde paisajes urbanos a otros fantásticos y naturales, aunque al igual que sucede con la plantilla, el número de arenas –diez- es inferior al anterior juego, y hay alguno que está un poco por debajo del nivel –la tormenta de nieve-.

Este juego ha adoptado una interfaz renovada mucho más limpia que sus predecesores. Es práctica y elegante, lo cierto es que nos ha gustado, pero rompe un poco con la filosofía del resto del juego. Guilty Gear es una saga que bebe del rock y el heavy metal, no sólo por su fantástica banda sonora que en Strive vuelve a brillar con luz propia con canciones que elevan la temperatura, sino porque forma parte de los incontables guiños de personajes y elementos de la saga. I-No es un homenaje nada disimulado a Shiina Ringo, Sol Badguy debe su apellido al álbum Mr. Badguy de Freddie Mercury, y así con mil referencias más en nombres y diseños de los luchadores. ¿A qué hacen guiños Nagoriyuki y Giovanna, por ejemplo? Probablemente a la canción Negori Yuki de Iruka y a la cantante Giovanna Nocetti respectivamente. Y no por casualidad la primera planta de las clasificaciones online se llama System of a Dawn en honor a la banda californiana… Así pues, desde la pantalla de selección de personajes a las transiciones de carga, la estética de este Strive parece chocar un poco con el alma de Guilty Gear.

En definitiva, Guilty Gear Strive es un juego impactante que a nivel audiovisual sólo puede ser comparado con Dragon Ball FighterZ, la mejor recreación de la licencia en los videjuegos hasta la fecha-, y con Mortal Kombat 11, aunque por un estilo completamente diferente. A nada que te guste el rock seguirás escuchando su cañera música cuando apagues el juego.

Conclusiones

Probablemente nos habría valido con un Guilty Gear continuista y unos pocos cambios gráficos, pero Arc System Works es consciente de las limitaciones a las que se enfrentaba la saga. Para crecer necesita un juego más accesible que no comprometa la diversión o profundidad a medio y largo plazo, porque los novatos de hoy pueden ser jugones en el futuro. Con Strive parece que han conseguido el equilibrio justo, y debuta con un puñado de luchadores que abarcan todos los estilos de juego, con el único inconveniente que se puede achacar a todo lanzamiento inicial de un título de lucha: un contenido un poco escaso que será paliado con los pases de temporada. Por suerte, la jugabilidad a prueba de bombas, un juego online sólido y una buena colección de modos para novatos hacen de Strive el mejor momento para entrar en Guilty Gear si no lo has hecho ya. Imprescindible para fans de la lucha 2D.

Hemos realizado este análisis en PS5 con un código que nos ha proporcionado Bandai Namco.