Análisis de Volume (PS4, PSVITA, PC)
Abrir las puertas a los desarrolladores independientes ha llenado las tiendas digitales de todo tipo de proyectos, de mejor o peor calidad, pero generalmente con la creatividad como bandera. Uno de esos títulos que sorprendió por lo imprevisto de su concepto fue Thomas Was Alone, que a pesar de tener una base conocida –plataformera, con un toque de puzles–, conseguía contar una historia diferente a través de unos personajes con un sorprendente carisma. Su creador, Mike Bithell, vuelve ahora a la carga con Volume, un juego que reimagina la historia de Robin Hood, pero que donde de verdad se luce es en su diseño.
Infiltración de la de antaño, un toque actual
Volume es un juego de infiltración con un pequeño componente de puzle, en el que, como os podéis imaginar, tenemos que llegar del punto A al punto B de un escenario intentando no ser visto, mientras intentamos coger unos cristales que activarán el portal de salida. El componente de puzle se introduce porque en estos niveles no hay margen para la improvisación, sino que tenemos que averiguar la rutina con la que se ha diseñado para salir airosos de la situación.
De vez en cuando quizás notamos un ápice de libertad para actuar a nuestra manera, pero lo normal es que tengamos que ceñirnos a una solución. Por supuesto, no faltarán los láseres de seguridad, las torretas automáticas, las alarmas... Los obstáculos irán creciendo, pero nosotros también iremos consiguiendo nuevos gadgets para hacerles frente. También habrá que aprender a aprovechar estos obstáculos, y, por ejemplo, activar una alarma puede servir para distraer a un soldado y escapar.
Lo nuevo de Bithell nos ha recordado a Metal Gear Solid: VR Missions, el título de PlayStation, a pesar de que en el juego de Konami sí que solíamos tener margen para improvisar. En cualquier caso, la estética de "simulación virtual", la cámara y su propuesta jugable son elementos que parecen heredados de la aventura de Snake, algo que no tiene por qué ser malo en absoluto, ya que es algo que no hemos visto en mucho tiempo.
En cualquier caso, donde Volume brilla de verdad es en el diseño de sus misiones. La mayoría nos exige que observemos la situación con cuidado, contemplemos todas las posibilidades, y tracemos un buen plan para solucionar los múltiples contratiempos que se nos presenten. Normalmente, los gadgets que tengamos en cada misión serán una pista de cómo enfocarla, y en los niveles más avanzados enfocar los niveles con esta idea en mente nos será bastante útil.
Lo cierto es que Volume atrapa no sólo por el mencionado diseño, sino también por lo medido de su dificultad. Normalmente, consigue encontrar el punto justo para no resultar fácil ni ser desesperantemente difícil, pero hacer que nos sintamos satisfechos al superar una misión, animándonos siempre a ver cuál es el siguiente desafío. Obviamente, siempre es posible que nos quedemos atascados en alguna fase, pero no es una experiencia que vaya a frustrar.
Cuando la campaña ya no dé más de sí –y eso que son 100 niveles–, podemos pasarnos a las creaciones de la comunidad, las cuales se juegan cómodamente desde el menú del juego. A través de un editor razonablemente sencillo, se pueden crear misiones muy interesantes, algo que, como os podéis imaginar, es esencial para ampliar la vida útil del juego.
Aspectos audiovisuales
Volume hace gala de un diseño muy bueno, tremendamente simplista y tremendamente efectivo. Todos los elementos del juego están indicados perfectamente, y prácticamente sin que nos expliquen demasiado podemos hacernos una idea de qué representa cada cosa y cómo funciona todo. Además, la variedad cromática que vamos viendo según progresamos lo hace dinámico, y evita que su sencillez pueda llegar a aburrir. Entendemos que artísticamente pueda parecer genérico a primera vista, pero según progresábamos pensamos que el juego conseguía definir su personalidad.
El aspecto sonoro es un tanto discreto. La actuación de Andy Serkis –conocido, entre otras muchas cosas, por su papel como Gollum en El señor de los anillos– es lo más notable, ya que la música y otras voces pasan bastante más desapercibidos. Aprovechamos para comentar también que la idea de relatar una historia de "Robin Hood cyberpunk" estaba genial sobre el papel, pero al final se queda en una idea desaprovechada, que además acaba por romper el ritmo del juego interrumpiendo constantemente su desarrollo con diálogos.
Una buena apuesta por la infiltración
Volume no te va a cambiar la vida, pero es un juego divertido y completo, que sabe ofrecernos una buena experiencia basada en la infiltración, donde quizás no importa tanto nuestra habilidad con el mando sino nuestra perspicacia para trazar una ruta segura a través de sus niveles. El modo historia es largo y variado, con fases muy bien diseñadas y con un buen equilibrio en su dificultad, y el editor de mapas se encargará de hacer que la experiencia dé todavía más de sí.
No es perfecto, y la prometedora historia que quería contarnos al final ha acabado por cansarnos, más que por atraparnos. En lo jugable, sólo podemos achacarle que los controles podrían responder un poco mejor, pero es algo a lo que nos hemos acabado acostumbrado. Por lo demás, si se os apetece poner a prueba vuestras habilidades de infiltración mientras esperáis a la llegada de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, seguro que Volume no os decepciona.