Análisis de Transformers: Rise of the Dark Spark (PS4, Nintendo 3DS, Wii U, PS3, Xbox One, Xbox 360, PC)
Transformers es una de esas series que consiguieron marcar la infancia de muchos de nosotros, por lo que a veces cuesta ocultar una sonrisa cuando nos acordamos de las míticas batallas entre los Autobots y Decepticons que tanto nos hicieron disfrutar frente al televisor. Entre el éxito de G1 (la serie original) y de los juguetes, a nadie le debería de extrañar que la licencia se haya extendido a lo largo de los años con nuevas series, cómics, videojuegos e incluso películas de actores reales.
En cuanto a los videojuegos, hemos tenido un poco de todo, desde títulos muy olvidables hasta auténticas maravillas como la saga Cybertron de High Moon Studios, donde los robots transformables tocaron techo, especialmente con su segunda parte, Fall of Cybertron, toda una oda al fan en forma de juego de acción que viene a ser para Transformers lo que Batman: Arkham Asylum significó para Batman.
Ahora, Activision quiere aprovechar el tirón de la nueva película de estos robots y en vez de apostar por un juego que esté basado directamente en ella, han decidido lanzar Transformers: The Dark Spark, un título que vincula el universo de las películas, el de la saga Cybertron y el de G1, algo que ya de entrada puede hacer que muchos lo miren con malos ojos, ya que los films de Michael Bay no son precisamente santo de la devoción de los fans.
No en vano, carecen de toda la magia y el encanto que han llevado a los Autobots y a los Decepticons a estar donde están (eso sí, explosiones no les faltan precisamente).
Por desgracia, las malas noticias no acaban aquí, puesto que High Moon Studios no ha sido la encargada de desarrollarlo. Esta vez Activision ha decidido pasarle el testigo a Edge of Reality, un estudio que hasta ahora solo se había dedicado a realizar conversiones de otros juegos, por lo que las esperanzas de que saliera algo bueno de este The Dark Spark no eran precisamente altas, algo que como ya habréis podido ver en la nota que le hemos dado, se ha confirmado.
¡Autobots, retroceded!
Antes de nada, nos vemos obligados a comentar que Edge of Reality ha decidido reutilizar todo lo visto en Fall of Cybertron, por lo que nos encontraremos con unos controles exactamente iguales que los de aquel juego (podremos disparar, transformarnos en vehículo, tener dos armas equipadas, realizar una habilidad especial, cambiar el brazo con el que disparamos, saltar, esquivar, esprintar, etcétera), el mismo tipo de propuesta jugable y hasta la reutilización de canciones, modelados de personajes y enemigos. Eso sí, perdiendo por el camino toda la brillantez y el talento de High Moon Studios.
Para empezar, tenemos una historia mala como ella sola, sin apenas sentido y que no invita a seguir jugando para ver qué será lo siguiente. Resumiéndola de forma rápida, nos cuenta la existencia de un diabólico artefacto conocido como la Chispa Oscura (o la Spark Oscura, como extrañamente ha sido traducida al español), que viene a ser lo contrario de la Matriz del Liderazgo y tiene el poder de rasgar el tiempo y las dimensiones, y de controlar a los demás.
Esto nos llevará a jugar en dos dimensiones y momentos diferentes. Por un lado jugaremos tras los eventos de la cuarta película con los Transformers de Michael Bay, mientras que por el otro combatiremos en Cybertron en un momento que se sitúa entre War for Cybertron y Fall of Cybertron, en los cuales jugaremos con las versiones de estos robots que crearon los chicos de High Moon Studios.
Prácticamente más de la mitad del juego es un enorme e insulso flashback ambientado en Cybertron para explicarnos cómo la Chispa Oscura acaba llegando a la Tierra en el universo de los films, mientras que la parte final nos llevará a enfrentarnos a Lockdown y sus mercenarios para acabar con dicho artefacto. Mencionar lo mal que se han equilibrado las secciones de los Autobots y de los Decepticons, ya que a los segundos apenas los manejaremos y ni siquiera llegaremos a controlar a Megatron, el cual tiene un papel bastante triste en el guion.
A nivel jugable, vamos a dejarlo bien claro: la campaña principal es un auténtico desastre. Catorce capítulos que se nos harán eternos incluso a pesar de que el juego no pasa de las 8 horas jugando en difícil. Todo lo bueno que tenían los títulos anteriores aquí se ha perdido para ofrecernos una aventura que solo sabe ponernos por delante aburridos pasillos sin apenas margen de maniobra, tiroteos sin inspiración alguna y nula variedad. De hecho, los pocos momentos en los que se intenta desmarcar un poco de la tónica general de avanzar disparando son plagios terriblemente mal ejecutados de secuencias ya vistas en Fall of Cybertron, como en la que controlamos a Bruticus, la cual no entendemos cómo puede estar tan mal llevada.
Por si el mal diseño de niveles no fuera suficiente, tenemos una IA totalmente rota. Nuestros aliados no harán más que ponerse en medio y entorpecernos de todas las formas imaginables, aunque este será el menor de nuestros males, ya que la IA enemiga es peor todavía y tiende a quedarse atascada con cualquier cosa, a tomar coberturas y disparar de forma que dejan todo el cuerpo, e incluso a olvidarse de que tiene que atacar, por lo que no será raro ver cómo un rival se queda quieto sin hacer nada mientras lo rellenamos de plomo. De hecho, esto es tan grave que ocurre incluso con los jefes finales. Para compensarlo, ahora los enemigos duran más que antes y nosotros menos, por lo que veremos en más de una ocasión cómo con un par de disparos nos borran del mapa.
También hay ciertos problemas con la detección de impactos de algunas armas y un buen número de bugs y errores que pondrán nuestra paciencia muy a prueba, ya que algunos de ellos nos harán reiniciar el punto de control para poder avanzar. Hablando de estos últimos, decir que están terriblemente mal colocados y parece que se hayan puesto de forma aleatoria.
Por suerte, el otro modo de juego, Escalada, se hace bastante más entretenido que la propia campaña. En realidad se trata de un modo Horda de los de toda la vida, por lo que tendremos que cooperar con hasta otros tres jugadores para sobrevivir a las 15 oleadas que nos asediarán mientras construimos diversos puestos defensivos entre ronda y ronda. Si este modo se mantiene más o menos divertido se debe a que se ha copiado y pegado prácticamente tal cual de lo que pudimos ver en Fall of Cybertron, con mapas incluidos, por lo que solo nos encontraremos con un par de arenas de combate realmente nuevas.
Lo que nos resulta incomprensible es el hecho de que se haya eliminado de la versión de Wii U, por lo que os recomendamos que os alejéis tanto como podáis de ella. Esto mismo podemos decir del entretenidísimo modo multijugador competitivo del anterior juego, que ha sido eliminado de un plumazo en todas las versiones del título, cuando visto lo visto, podrían haber hecho lo mismo que con el modo Escalada: copiar, pegar y añadir un par de mapas nuevos. Supondremos que era demasiado trabajo.
Lo que sí que nos ha gustado bastante es el sistema de desbloqueos del juego, el cual está vinculado con la campaña y con el modo Escalada, por lo que juguemos a lo que juguemos, siempre estaremos progresando y consiguiendo nuevas recompensas. A medida que cumplamos objetivos, desafíos o subamos de nivel, iremos consiguiendo unas cajas que son algo así como sobres de cromos, en las cuales podremos obtener nuevos personajes para el modo Escalada (hay 40 Transformers distintos entre los que escoger), armas, mejoras para nuestro arsenal, pirateos (handicaps que dificultan las partidas pero que nos permiten obtener más experiencia) y objetos consumibles.
Todas estas recompensas son aleatorias y nos animan a seguir jugando partidas para seguir desbloqueando cosas y mejorando a nuestro personaje, aunque el aburrimiento acaba llegando más pronto que tarde, por lo que no creemos que os vaya a durar demasiado la diversión en el modo Escalada. Además, no se tarda demasiado en desbloquearlo todo y solo pasandoos la campaña ya tendréis más de la mitad hecho.
A nivel gráfico el juego también ha sufrido una involución muy alarmante. La versión a la que hemos tenido acceso ha sido la de PlayStation 4 y nos hemos encontrado con unas texturas dignas de PlayStation 2, que si no fuera por el retardo en la carga de las mismas propia del Unreal Engine 3 nos habríamos pensado que se habían olvidado de incluirlas en el juego.
A esto hay que sumarle unos escenarios sin inspiración alguna, sosos, repetitivos y poco atractivos, una pérdida total del sentido del espectáculo que hacía gala Fall of Cybertron y unos efectos gráficos simplemente lamentables. Y esto es hablando de las partes ambientadas en Cybertron, que son las mejor paradas, ya que las de la Tierra son mucho peores. Si a esto le sumamos los bugs ya comentados y unos tiempos de carga algo altos (incluyendo los que nos toca sufrir cada vez que nos matan), podéis haceros una idea de lo mucho que fracasa en este apartado y de lo poco que tiene de "nueva generación".
De hecho, no se salvan ni los vídeos pregrabados del juego, los cuales hacen gala de una resolución bajísima, algo a lo que ya están acostumbrados los usuarios de PC, pero que llama mucho la atención ver que ahora también ocurre en nuevos títulos de consolas (con algunas remasterización en alta definición también ha pasado esto, aunque estaba más justificado).
En cuanto al sonido, se han rescatado algunas melodías de Fall of Cybertron, aunque no están muy bien utilizadas y apenas tienen protagonismo, por lo que la banda sonora pasa muy desapercibida. Los efectos se mantienen decentemente, aunque suenan algo "sucios" y el doblaje, en inglés, es probablemente lo mejor del juego, con el legendario Peter Cullen volviendo a dar vida a Optimus Prime. De hecho, las interpretaciones son tan buenas que consiguen enmascarar ligeramente lo mal escritos que están todos los diálogos del juego. Eso sí, los enemigos parece que solo tienen tres frases distintas, las cuales repetirán hasta el infinito cuando nos enfrentemos a ellos, así que preparaos para posibles dolores de cabeza.
Conclusiones
Nos cuesta encontrar argumentos por los cuales deberíais jugar a Transformers: Rise of the Dark Spark, incluso aunque seáis muy fans de estos míticos robots. Hay muchos juegos mejores en los que invertir vuestro tiempo, y si lo que queréis es acción transformable, en War for Cybertron y Fall of Cybertron tenéis dos opciones infinitas veces superiores a esta. De hecho, casi que os recomendaríamos que los rejugarais si ya lo hicisteis en su momento antes que sufrir la ineptitud del trabajo que ha realizado Edge of Reality.
No todo es malo, ya que su sistema de desbloqueos consigue picar, hay más de 40 personajes distintos a los que controlar y el modo Escalada es, cuanto menos, entretenido. Pero su desastrosa campaña, su pobre apartado técnico, el descarado reciclado que se ha hecho, los bugs, la nula IA y la inexplicable eliminación del modo multijugador competitivo, hacen de esta una aventura que esperamos que quede relegada al olvido en la historia de los Transformers dentro de poco.