Análisis de Toukiden: Kiwami (PS4)
Hace poco más de un año Koei Tecmo presentó su juego de acción multijugador para PS Vita, Toukiden: The Age of Demons. Para entendernos, su "Monster Hunter" que buscó, como tantos otros, una oportunidad en PS Vita para ser el próximo fenómeno de caza mayor. Hasta el momento ninguno ha cosechado el mismo nivel superventas, pero a cambio, la portátil de Sony tiene un amplio abanico de representantes del género, unos de ambiente fantástico, con más o menos toque rolero, de ciencia ficción y en el caso de Toukiden, de folclore japonés, la especialidad de Omega Force.
No es extraño en este tipo de juegos que reciban algún tipo de revisión ampliada. Soul Sacrifice, God Eater, Ragnarok Odyssey y por supuesto Monster Hunter amplían contenido con expansiones, y Toukiden no es menos. Toukiden: Kiwami, además, también se lanza en PlayStation 4, donde sí es un género escaso y por tanto más atractivo a priori.
El marco de esta historia, e inicio de la aventura, es el mismo que en The Age of Demons. El protagonista llega a la pequeña aldea Utakata que sirve como primera defensa de los humanos contra los oni –unos demonios u ogros típicos de Japón-. Los pocos guerreros que se encuentran aquí deben salir a cazar y mantener a raya a estas criaturas que han arrasado el lugar desde que hace ocho años apareciese un gran demonio. Con el poco personal del que se dispone en el poblado cualquier ayuda se agradece, así que no nos faltará trabajo.
Este protagonista –nosotros- es configurable tipo Dynasty Warriors: Empires, tanto en aspecto físico –pelo, voz, cara, etc.- como en estilo de lucha inicial, según el arma de preferencia: espadas, cuchillos, lanzas, guanteletes macizos, una hoz con cadena, arco, y ahora alguna nueva como la naginata -hoja curva al final de un asta largo-, una maza con púas o el rifle. Todas tienen sus puntos fuertes y débiles, por lo que a medida que vamos desarrollando el personaje nos interesará ir probando diferentes armas, o quizás no, y centremos toda la evolución y mejoras de un par de armas favoritas.
Lo bueno es que Kiwami también hace -un poco- de secuela e incluye una historia extendida de una duración similar a la original que nos cuenta los acontecimientos tres meses después del primer final. Una pista: en Utakata la paz dura poco cuando aparece un nuevo oni, obligando a los cazadores –los slayers- a volver a trabajar en la defensa de la humanidad.
Como en The Age of Demons, tras seleccionar algún tipo de encargo como pueda ser cazar un determinado número de criaturas o despejar de enemigos varias zonas, saltamos a la acción. El mapa está dividido en secciones interconectadas, en PlayStation 4 –al igual que en Vita- hay una carga al pasar de un área a otra, y la verdad es que es inevitable pensar si esto se podría haber optimizado mejor en consola doméstica, capaz de cargar en memoria mucho más terreno.
Toukiden tiene varias particularidades en su mecánica, la más característica son los mitama, almas de grandes guerreros devorados por los oni. Cuando liberamos a uno de estos espectros nos ofrecerán su gratitud en forma de nuevas habilidades asociadas a cada botón y subida de parámetros; por ejemplo, un mitama con clase de ataque nos permite aumentar el daño temporalmente, absorber vitalidad del enemigo, aumentar la precisión y recuperar vida. Hay varias categorías de mitama: ofensivos, defensivos, curativos, de velocidad, espíritu –ataques a larga distancia-, técnicas de engaño, espacio –efectos de teletransportación-, apoyo, amputaciones, suerte… Esto es en el fondo, junto al tipo de arma, el aspecto que más define nuestra forma de jugar.
Los mitama tienen su propio nivel de experiencia, que podemos subir a medida que luchamos o pagando una cantidad de haku, y son asociados a una "ranura" de nuestra arma, inicialmente sólo con capacidad para uno para luego más tarde llevaremos varios simultáneamente, beneficiándonos de la mejora de habilidades que otorgan los secundarios. ¿Y qué ofrece Kiwami en este apartado? Lo has adivinado, más de 100 nuevos mitama, en total supera los 300.
El otro aspecto original de Toukiden es que los jefes, los oni más grandes o peligrosos, poseen extremidades con vitalidad independiente. Si dañas un brazo lo suficiente seccionarás esta parte, pero al menos uno de los personajes debe ir a realizar un rito de purificación –en una posición indefensa- para anular definitivamente el cuerpo, o de lo contrario se regenera. Una visión especial permite ver con diferentes tonos de color el estado de cada extremidad e incluso objetos ocultos a simple vista.
La principal novedad, además de la nueva trama de la cual lo realmente importante es que añade misiones, es la cantidad de contenido que se suma en casi todos los apartados. Hay centenares de nuevas armas y armaduras respecto al primer Toukiden, ampliando todavía más las opciones de personalización –y como hemos dicho, aparecen nuevos tipos-. Si tienes experiencia en The Age of Demons, aprender y mejorar estas clases ofrece horas de entretenimiento.
Hay nuevas técnicas para ataques conjuntos, que se activan con slayer próximos. Es un ataque muy poderoso, más que el Destroyer, es capaz de seccionar varias partes del cuerpo de un golpe con una escena impactante.
Pero no todo son facilidades. También la variedad de monstruos se amplía con nuevos tipos que doblan la cantidad de The Age of Demons, y los viejos conocidos han ganado algunos nuevos ataques. Para que estas mejoras queden bien integradas en Toukiden, los nuevos oni también proporcionan materiales y mitama únicos, lo cual es un incentivo más para ir a por ellos en las misiones especiales. La inteligencia artificial de enemigos y compañeros se ha retocado, ahora por ejemplo otros slayer te comunican por voz –aunque sea en japonés, con textos en inglés- de la opción de realizar algún ataque en equipo.
Otros cambios son las misiones de urgencia que aparecerán aleatoriamente –son difíciles, incluso los demonios del multijugador aparecen aquí, pero hay buenos premios-. Shūsui genera aleatoriamente misiones especiales –contra varios demonios consecutivos- e infinitas, que es una supervivencia contra oleadas de demonios que van aumentando su fuerza –a más superadas, mejor premio-. Se puede enviar a un slayer a obtener materia prima para el herrero, y cada uno tiene sus preferencias en cuanto a zona a investigar. Estas son algunas de las diferencias más importantes, hay más aunque no tan visibles.
En esta ocasión hemos probado el juego en PlayStation 4, que es esencialmente una remasterización de los gráficos de PS Vita con mejoras en la iluminación, efectos y algunos modelados. El resultado no está nada mal teniendo en cuenta que proviene de una portátil, aunque por supuesto se nota en algunos detalles que no originario de esta plataforma –ciertas textura que cantan, pequeña aparición súbita de vegetación en el fondo-, pero podría colar perfectamente por un título de PlayStation 3 con mejor calidad de imagen.
La elección de una u otra plataforma es mera cuestión personal, Toukiden nació en PS Vita y los controles estaban preparados para ella. En PS4 también se disfruta estupendamente, y recordemos que hay juego online cruzado entre ambas, lo cual es muy beneficioso para una comunidad que no queda repartida entre doméstica y portátil.
Conclusiones
Kiwami aporta contenido y reduce la sensación de repetición vista en The Age of Demons que, efectivamente, parecía un poco pelado en razas de criaturas o misiones. La mecánica general es la misma, todavía falta la profundidad de las series en rodaje desde hace lustros, pero sin duda da un repaso a muchos apartados que agradecerán quienes entran por primera vez en este mundo de fantasía y acción.
La duda, la de siempre: ¿qué deberían hacer los usuarios del original? Al igual que con Soul Sacrifice Delta y otras las revisiones del género, eso ya entra en una cuestión puramente personal y económica. Kiwami no es una secuela y difícilmente justifica una recompra a menos que adores Toukiden, o por alguna razón prefieras el juego en PlayStation 4.