Análisis de Tiny Metal (PS4, PC, Switch)

Desde el anuncio de Tiny Metal no han cesado las comparaciones con Advance Wars, y es cierto que las similitudes están ahí –aunque no llegue a su calidad-. Este proyecto independiente está desarrollado por Area 35 y publicado por Unties, la nueva editora dedicada a juegos indies de Sony/Sony Music que no se centrará únicamente en juegos de PlayStation –de hecho, Tiny Metal se lanza en PC, Switch y PlayStation 4-.

La historia del juego nos presenta las aventuras de un pequeño grupo de personajes en un batallón. Su narrativa –al estilo novela visual- no tiene el peso de un Valkyria Chronicles, ni sus héroes derrochan el carisma de esa saga, pero ayuda a que no sea una simple sucesión de mapas uno tras otro y plantea algunas situaciones de tensión con la guerra de fondo. Hay bastante texto, traducido al español, y las voces son prácticamente en japonés; se pueden activar en inglés pero sólo afectan a los comentarios durante la partida –gritos y arengas-, no a los diálogos de la campaña.

Con un rápido vistazo a las capturas del juego podemos ver que el estilo adoptado es la estrategia por turnos, y que no busca realismo ni crudeza. Las unidades –realmente grupo de unidades- se desplazan una cierta cantidad de casillas por el mapa según su movilidad. Al igual que en los SRPG, el objetivo es mover estos equipos por el mapa, acercarse a un rival y atacar. Hay contraataques, lo que significa que normalmente recibiremos daño al abrir fuego, pero la ventaja es para el grupo que ataca primero.

Al recibir daños el grupo que forma esta unidad perderá miembros, sean soldados, tanques o cualquier otro vehículo. Eso no sólo pone en peligro la salud global de la unidad, sino también reduce su poder ofensivo; no es lo mismo desplazar a un grupo de tres tanques que a uno sólo, y por tanto hay que meditar mucho nuestras fuerzas antes de lanzarse al ataque.

Disponemos de las unidades típicas de estos juegos, cada una especializada en una tarea. La infantería tiene buena movilidad y es numerosa, acaba con soldados de capacidad similar. Si necesitas dominar centros urbanos o fábricas son útiles por la cantidad de casillas que se mueven en cada turno, pero obviamente son un blanco fácil para vehículos acorazados –a los que no pueden dañar-. Los lanceros son soldados equipados con lanzacohetes, muy lentos –pocas casillas- pero que sí hacen algo más que rasguños a los tanques.

Por supuesto, también hay vehículos, los Metal. Son una gran ventaja por la buena movilidad, la resistencia y el daño que causan a otros Metal. Tenemos los coches con torretas, tanques tradicionales o de rayos, helicópteros, etc. y cada uno destaca más en algún aspecto ofensivo o de reconocimiento. Es el clásico sistema por el cual unas unidades son mejores contra otras, no hay ninguna prescindible.

Esta es la parte básica y no ofrece grandes novedades respecto a otros juegos del estilo, pero Tiny Metal también añade algunas particularidades a su estrategia. Por ejemplo, contra los enemigos potentes se puede concentrar el fuego de varias unidades en un combo que, con suerte, acabará con él antes de que tenga tiempo a reaccionar con su contraataque. También será posible expulsar a rivales de un lugar concreto, por ejemplo de puntos estratégicos que nos interese dominar.

Una de las claves de la victoria consiste en controlar los edificios del mapa. En las ciudades se curan las unidades, y con las fábricas podemos invocar nuevas unidades –con un coste de créditos- como infantería o vehículos, e incluso unas versiones más potentes, los héroes. Claro, el enemigo también será capaz de tomar posesión de estos lugares para aumentar su presencia, así que cortar la llegada de refuerzos y hacer que pase a nuestro poder es muy importante si no queremos que la batalla se eternice.

Otro aspecto a tener en cuenta es la visibilidad, pues sólo se muestra en detalle la zona que rodea a nuestras unidades –se distingue por el color- y oculta a los enemigos fuera de nuestro alcance. Conviene intuir la posición de estos rivales o de lo contrario en cuanto te alejes de la zona conocida te encontrarás de bruces con vehículos que no habías previsto.

Los primeros mapas de su campaña –que podrás superar en menos de 10 horas- son un tutorial que introducen poco a poco las unidades y comandos. Como en otros juegos de estrategia, una mala decisión te complica el resto de la partida, así que no podrás bajar la guardia. Sin embargo, la inteligencia artificial no destaca demasiado, y no porque sea tremendamente estúpida, sino porque no presenta creatividad; es predecible. Ataca en cuanto nos localiza cerca –sin importar su inferioridad- y si no, va a por las edificaciones. Si juegas con cuidado, en muy pocas ocasiones pasarás realmente apuros.

Que Tiny Metal no sea un juego demasiado complejo facilita que cualquier novato pueda asimilar con su curva de aprendizaje. Esa es la cara buena de la moneda; la otra es que esta falta de profundidad es uno de los puntos débiles a la larga o para jugadores experimentados. Por ejemplo, las unidades únicamente tienen un tipo de ataque, y dado que el oponente rara vez nos sorprenderá, puedes repetir constantemente las mismas rutinas sin demasiado peligro, en especial el dominio de algunas fábricas para reforzar tu batallón antes de avanzar hacia el oponente.

Al margen de la campaña tenemos Contienda, que son retos en mapas de tamaños y dificultad variada. Es el modo que nos mantendrá pegados al juego durante varias horas más porque es donde realmente podemos empezar a poner en práctica todo lo aprendido con la historia. También se contempla un modo multijugador online y local, uno contra uno, pero todavía no está disponible y no cuenta con fecha de lanzamiento.

Visualmente es un juego bonito, su estética cartoon oculta algunas carencias en animaciones o vida en el mapa. Durante las escenas de disparos podremos ver de cerca a nuestras unidades, y la banda sonora de Tomoki Miyoshi –I am Setsuna, SoulCalibur V, Steins;Gate- ambienta con una buena pero típica marcha militar.

Conclusiones

Tiny Metal no te hará olvidar Advance Wars ni otros juegos de estrategia bélica, y no presenta nada rompedor, pero precisamente eso hace que sea un juego que apuesta sobre seguro. Sin arriesgar demasiado, entretiene, e incluso es una buena opción para entrar en el género –carece de la multitud de variables a tener en cuenta de otras propuestas mucho más elaboradas-.

Una pena que en estos momentos no esté disponible el multijugador, que podría paliar las limitaciones de la inteligencia artificial. En cualquier caso, un juego independiente que merece la atención de los fans de la estrategia.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para Steam que nos ha facilitado Area 35. El multijugador no está disponible en su lanzamiento.