Análisis de The Swords of Ditto (PS4, PC)

Este año nos estamos llevando muchísimas sorpresas de lo más agradable gracias al sector indie. Tras juegazos como Into the Breach o Celeste, por mencionar tan solo un par de ejemplos, la buena racha continúa con The Swords of Ditto, una adorable aventura roguelite de acción y rol capaz de darnos muchísimas horas de diversión, tanto en solitario como en cooperativo.

100 años de luz u oscuridad

En esencia, nos encontramos con un juego de aventuras y acción con vista aérea al más puro estilo de títulos como The Legend of Zelda: A Link to the Past, aunque en vez de tener una estructura convencional, se ha apostado por darle un giro de tuerca para convertirlo en un roguelite a contrarreloj.

Así explicado puede sonar un tanto confuso, pero en la práctica su funcionamiento es bastante sencillo de entender, tal y como ahora comprobaréis. Nuestro objetivo no es otro que el de derrotar a la malvada bruja Mormo, cuyo poder no parece tener límite y quien busca sumir al mundo en la más profunda oscuridad.

Para ayudarnos en esta empresa, nos convertiremos en la Espada de Ditto, el único elegido (o elegida) capaz de blandir esta legendaria arma, por lo que gracias a su poder podremos enfrentarnos a las hordas de monstruos que nos esperan en nuestro viaje hasta la guarida de la hechicera. Eso sí, únicamente tendremos cuatro días para armarnos y fortalecernos antes de que llegue la hora de plantarle cara a la gran villana de la función, por lo que siempre estaremos luchando contra el reloj para intentar aprovechar el tiempo al máximo y optimizar nuestras andanzas.

Como podréis suponer, si morimos en cualquier momento perderemos a nuestro personaje para siempre, lo que a efectos argumentales provocará que pasen 100 años y comencemos nuestro periplo de nuevo con uno de sus descendientes, quien será el próximo elegido por la Espada de Ditto. Evidentemente, con tantas décadas de por medio el mundo cambia, por lo que la estructura del mapa principal cambia considerablemente, haciendo de cada partida algo nuevo.

Lo bueno es que la experiencia acumulada se mantiene y es traspasada de héroe en héroe a través de la espada, por lo que no perderemos nuestros niveles. De hecho, hay otros elementos que persisten, como el dinero acumulado o los puntos de teletransporte descubiertos, facilitando así nuestras próximas partidas y permitiéndonos un avance mucho más rápido y ágil.

Para tener garantías contra la bruja, tendremos que encontrar nuevas armas y artefactos (en realidad son juguetes, pero dan buena cuenta de nuestros rivales) y superar diferentes mazmorras, las cuales son, en nuestra opinión, lo mejor de todo el juego.

Como dijimos antes, el título está fuertemente inspirado por la vertiente más clásica de The Legend of Zelda, algo que se nota especialmente en estos lugares, con multitud de salas interconectadas en las que tendremos que combatir contra montones de monstruos, resolver puzles muy ingeniosos y bien pensados, evitar todo tipo de trampas y encontrar llaves con las que abrir nuevas puertas hasta llegar a la sala del jefe final de turno. Además, el tiempo se detiene cuando estamos dentro de estos lugares, por lo que podemos explorarlos con calma.

Eso sí, para acceder a la mayoría de mazmorras necesitaremos subir de nivel primero (además de encontrar la entrada, claro), por lo que nos tocará explorar el mundo, cumplir encargos secundarios para sus diferentes habitantes, matar muchos enemigos y adentrarnos en todo tipo de cuevas y zonas llenas de peligros.

El sistema de combate es simple, pero funciona genial (básicamente, rodar para esquivar y un botón de ataque para golpear con la espada, más el uso de todos los objetos y armas secundarias que vayamos encontrando), y los enemigos son lo suficientemente variados como para no acabar por repetirse y obligarnos a utilizar diferentes estrategias contra ellos. A destacar los jefes finales, quienes nos ofrecen batallas realmente duras y desafiantes en las que tendremos que afinar nuestros reflejos para no sucumbir ante ellos.

Por desgracia, una vez nos empezamos a conocer los mapas y las salas de las mazmorras, el juego pierde frescura a una mayor velocidad que otros títulos de corte roguelite, especialmente por lo mucho que se acaban pareciendo los diferentes lugares que visitaremos una y otra vez. Tampoco ayuda a ello lo anodinas que resultan casi todas las misiones secundarias, consistiendo en las típicas recolecciones de objetos y eliminación de monstruos concretos. Sabemos que es difícil, pero habríamos agradecido algo mucho más elaborado en este sentido.

Lo que nos ha parecido todo un acierto ha sido la inclusión de cooperativo local para dos jugadores, modalidad en la que la diversión se dispara, haciendo mucho más disfrutable nuestras andanzas y, de paso, facilitándonos también un poco más la vida al poder revivir a nuestro compañero a base de abrazos.

Otro detalle que nos ha gustado bastante es el hecho de lo muchísimo que cambia el aspecto del mundo en cada partida dependiendo de si tenemos éxito o no en nuestra empresa. Si derrotamos a la bruja, el mundo disfrutará de una paz de cien años, por lo que todo tendrá un aspecto mucho más luminoso y la humanidad evolucionará y progresará sin problemas, mientras que si morimos antes de dar muerte a la malvada hechicera, todo será sumido en el caos y la oscuridad, por lo que recorreremos una tierra decadente y en ruinas.

Todo esto, más allá de los cambios visuales mencionados, también influye en los eventos y personajes que podemos encontrarnos, por lo que la rejugabilidad está servida tanto si ganamos como si perdemos, haciendo que ambas posibilidades sean igual de interesantes.

A nivel gráfico, el título busca emular una estética de dibujos animados que nos recuerda a obras como Hora de Aventuras, manteniendo siempre un estilo "adorable", con personajes que pueden ser animales antropomórficos, autobuses interdimensionales que nos hacen de medio de transporte, juguetes como una pistola nerf como armas, etcétera. ¡Hasta nuestro equipamiento consiste en ponernos pegatinas coleccionables en nuestra armadura!

Además del buen diseño de personajes, también hay que destacar sus animaciones y la enorme cantidad de detalles que tienen los escenarios, haciendo de esta una aventura muy agradable en lo visual y con su propia personalidad.

Musicalmente tampoco se queda atrás gracias a una banda sonora chiptune realmente buena, muy animada y sorprendentemente pegadiza que ambienta a la perfección nuestras andanzas. Los efectos, por su parte, son de calidad y muy variados, y aunque no exista doblaje, queremos destacar que todos los textos están perfectamente traducidos al español, con multitud de frases y expresiones "muy nuestras" que nos sacarán una buena cantidad de sonrisas y hasta alguna que otra carcajada.

Conclusiones

The Sword of Ditto es una aventura entretenidísima y muy divertida perfecta para pasar grandes tardes de vicio con nuestros amigos gracias a su modo cooperativo local, lo que no quita que también sea una aventura muy recomendable para jugar en solitario. Su mundo está repleto de sorpresas por descubrir, la dificultad está muy bien medida, es muy rejugable, sus mazmorras son un auténtico gustazo, su sistema de progresión está muy bien equilibrado y no nos castiga tanto como el de otros roguelite, y cuenta con algunas batallas contra jefes finales realmente memorables. Sin duda, uno de los grandes indies del año.

Hemos realizado este análisis en su versión de PC con un código que nos ha facilitado Cosmocover.