Análisis de Scribblenauts Showdown (PS4, Switch, Xbox One)
Scribblenauts sorprendió a todos los aficionados a los videojuegos con una divertida, distinta y arriesgada fórmula jugable. Entregándole al jugador la posibilidad de crear y mostrar en pantalla cualquier cosa que fuese capaz de escribir y deletrear, Scribblenauts consiguió hacerse un hueco como videojuego de puzles y rompecabezas, convirtiéndose a los pocos años en toda una saga con personalidad que probó diversa suerte en plataformas y consolas. Estos títulos se convirtieron en pequeñas obras de culto, presentándonos una rejugabilidad casi infinita, pues siempre se podía encontrar una nueva forma de sortear un enigma.
Sin embargo, como suele pasar en estos casos, Scribblenauts acabó cayendo en desgracia por estirar excesivamente el chicle. La serie agotó su encanto en muy poco años, con demasiadas secuelas y variantes que no suponían nada de cara al jugador, más allá de aumentar el diccionario de palabras existentes y ofrecer nuevas versiones y variantes de términos y acepciones conocidas. Ahora, varios años después de la última entrega y con nuevos responsables en su desarrollo, llega Scribblenauts Showdown, un nuevo capítulo que ofrece una perspectiva distinta y arriesgada y que, para nuestro infortunio, no cumple la expectativas.
Una nueva acepción para la saga
Scribblenauts Showdown es un videojuego que llega a Nintendo Switch -versión que hemos analizado-, PlayStation 4 y Xbox One con la idea de ofrecernos una experiencia muy distinta a la que estamos acostumbrados, pero sin perecer ciertas señas de identidad muy asimiladas en las mecánicas y jugabilidades clásicas de la serie. Por ello, os invitamos a pensar en este juego como una especie de spin-off, como una nueva variante, en lugar de una secuela propiamente dicha.
El principal atractivo de Scribblenauts Showdown es que intenta ser un videojuego entretenido, variado y dinámico plagado de minijuegos y pequeños desafíos, al estilo de Mario Party y juegos de su naturaleza, dejando a un lado los habituales puzles. A esto hay que sumarle la posibilidad de jugar en una especie de modo libre, más fiel a los pilares jugables de Scribblenauts , pero que se siente más como un añadido de última o hora un requisito editorial a un verdadero modo de juego extra.
El título nos incluye un puñado de minijuegos, que buscan ser entretenidos y diferentes entre ellos, pero que desgraciadamente, acaban por repetirse en exceso y presentándonos muy pocos retos en las variantes de juego contra la inteligencia artificial. Sí, Scribblenauts Showdown está más pensado para ser jugado y disputado con otro amigo o familiar, porque de otra manera lo cierto es que tiene una mecha muy corta. Aunque el problema de variedad es lacerante -es muy triste encontrarte con el mismo juego una y otra vez en el transcurso de muy poco tiempo- y algunas jugabilidades dejan mucho que desear, lo peor es la falta de cariño y cuidado en algunos de los minijuegos.
Entrando en el agravio comparativo con otros grandes y referencias del sector, como Mario Party, observamos que no hay juegos o minijuegos que se sientan realmente divertidos o suficientemente originales por ellos solos, colocándonos copias o versiones de mecánicas y desafíos vistos hasta la saciedad. ¿Recoger piezas que caen del cielo? ¿Pescar? ¿Comer sin vomitar? ¿Servir platos en un restaurante? Los minijuegos incluidos, además de escasos, son muy poco originales, y lo que es peor aún: no se sienten coherentes con el universo de Scribblenauts, relegando el sentido del juego a un segundo plano. El modo Showdown, el verdadero alma del título, es un desfile de pequeños desafíos que nos entretendrán las dos o tres primeras veces que accedamos a echar una partida y poco más.
Se ha intentado aportar un poco de estrategia y sentido aleatorio a este modo party, pero en lugar de incluir un dado u otro elemento externo, se ha apostado por introducir cartas con efectos y adversidades, usándolas para hacernos la partida un poco más tensa, pero su efectividad se acaba diluyendo al poco tiempo. Scribblenauts Showdown incluye también un modo versus, diseñado para hacernos ganar tantos minijuegos como podamos en partidas mucho más cortas y directas, tanto contra la inteligencia artificial como contra un amigo. Llegados a este punto es lógico pensar qué ha pasado con la jugabilidad clásica de la serie. Pues que, más allá de confinarla a un modo de juego en concreto, se ha casi eliminado su peso o importancia.
Sí, podemos escribir cualquier cosa que se nos ocurra en las más variadas temáticas y acepciones -y creednos, casi cualquier cosa que se nos ocurra puede aparecer en pantalla-, que serán aleatorias y que nos invitarán a ahondar en categorías muy locas y absurdas, lo cual es bastante divertido. ¿Se puede servir un portátil o un reproductor de DVD a unos comensales? ¿Se puede pescar con un coche como cebo? ¿Quién dijo que no era divertido recoger casas de asilo que caen del cielo con una alfombra voladora? Aquí será cuando la imaginación y la pericia del jugador con el léxico tendrán cierta importancia, pero es una pena que el videojuego no explote más esta característica y que todo se limite a mover compulsivamente el stick, pulsar un botón o tener en cuenta la flechas que aparezcan en pantalla para marcarnos un baile.
Un pequeño guiño a la fórmula clásica
Scribblenauts Showdown es casi en su totalidad un recopilatorio de minijuegos de dudoso interés pasadas unas horas, pero todavía guarda un pequeño as en la manga. Los aficionados a la fórmula clásica, aquella que nos proponía resolver pequeños enigmas y grandes rompecabezas dando rienda suelta a nuestra creatividad, tiene una pequeña representación en el juego. En este modo libre, encontraremos los clásicos mapas en 2D, en los que tendremos que solucionar problemas muy bien pensados para avanzar, desbloquear estrellas -la moneda del juego- y seguir resolviendo desafíos. No obstante, el diccionario vivo de Scribblenauts Showdown ha aumentado hasta 35 000 acepciones, algo que nos amplía enormemente la locura que podemos desencadenar en pantalla.
Hay fases muy lúcidas, momentos desternillantes y grandes posibilidades de invocación -reconocemos que a la mínima volvemos a traer dinosaurios a la vida-, pero el contenido y la extensión de este modo es mucho más reducida que en anteriores entregas, siendo casi anecdótico dentro de la oferta jugable general de Scribblenauts Showdown. Sus responsables han incluido recompensas en forma de estrellas -algo así como la moneda del título-, aspectos y similares, que pueden usarse para adquirir objetos, accesorios y otros personajes en la tienda del juego, algo que puede ayudar a los más completistas y aficionados al coleccionismo, pero se nos antoja poco interesante, sobre todo teniendo en cuenta que podemos completar este modo en apenas una tarde.
Manteniendo estética y encanto
Scribblenauts Showdown es un juego muy bonito de ver y disfrutar, con una estética fiel y característica de la casa, que no duda en sorprender con personajes adorables, escenarios muy bonitos y variados y la posibilidad de cualquier objeto que seamos capaces de imaginar se materialice en pantalla. La naturaleza 2D y cartoon de la serie está muy bien representada, quizás mejor que nunca gracias a la potencia extra de las actuales consolas y plataformas. En Nintendo Switch hemos jugado tanto en el dock como en el modo portátil y no hemos tenido problemas de fluidez en ningún tipo, mostrándose el título estable en todo momento y con la suficiente definición en ambos sistemas de visualización. Scribblenauts Showdown, que está traducido al castellano a nivel de textos, incluye un gran conjunto de melodías, efectos sonoros variados y similares, que si bien no destacan en ningún momento, acompañan de forma coherente al desarrollo del videojuego.
Conclusiones finales
Scribblenauts Showdown es un intento fallido de aumentar la familia de juegos de la saga Scribblenauts por un evidente error de concepción. Su oferta de minijuegos, corazón jugable de esta nueva propuesta, no es lo suficientemente atractiva ni divertida y los modos opcionales no son capaces de sustentar por ellos solos toda la estructura del videojuego. Es ese el principal problema: la forma más divertida de jugar en Scribblenauts Showdown es casi anecdótica, y hablamos de un modo en el que verdaderamente se encuentra la esencia de la serie a la hora de escribir y usar palabras para resolver puzles mientras invocamos aquello que se nos ocurra por la cabeza.
Scribblenauts Showdown es un videojuego a medio gas, con elementos muy interesantes y otros que no llegan a despertar el más mínimo interés en el videojuego. Quizás sea recomendable para aquellos jugadores que busquen desesperadamente otro título party para su consola o incluso a aquellos que se deleiten con todos y cada uno de los juegos, pero ojo, no esperéis una experiencia tradicional. Al contrario que en sus antecesores, hablamos de un título de mecha corta, como una versión reducida y extremadamente limitada de un reputado diccionario al que le faltan cientos de páginas en su edición.
Hemos analizado el juego en su versión de Nintendo Switchcon un código de descarga que nos ha proporcionado Warner Bros.