Análisis de Project Cars (PS4, Xbox One)
Los juegos de carreras están viviendo un momento muy dulce desde hace meses, con muchos lanzamientos importantes y de calidad. De hecho, los títulos que estamos recibiendo son muy variados, con propuestas lo suficientemente diferentes como para que cada jugador pueda encontrar lo que busca y satisfacer sus necesidades: arcades de mundo abierto (Forza Horizon 2), arcades exigentes con pequeños toques de simulador (DriveClub), simuladores puros y duros (Assetto Corsa) y hasta alocados karts de pura fantasía (Mario Kart 8).
Ahora le toca el turno a Project Cars, probablemente uno de los juegos más ambiciosos de este género que se han hecho en mucho tiempo, lo que ha acabado traduciéndose en una buena cantidad de retrasos que han conseguido poner de los nervios a más de un aficionado. Pero por suerte para todos, esa espera finalmente ha acabado, y tras haber podido jugar largo y tendido a su versión final, podemos confirmar que nos encontramos ante un juegazo al que todos los fans del motor deberían darle una oportunidad.
¿Te gusta conducir? Bienvenido a Project Cars
Antes de nada y de hablar sobre su jugabilidad y las sensaciones que transmite el juego al volante de sus coches, nos gustaría destacar todas las posibilidades de configuración que tiene Project Cars. El título se ha diseñado para que conduzcamos y compitamos como queramos, ofreciéndonos una ingente cantidad de opciones que probablemente llegarán a agobiar en un principio a más de uno, ya que podemos tocar todos y cada uno de los parámetros del juego.
Opciones que en muchos casos no están habituados a ver los jugadores de consolas, siendo uno de los simuladores más complejos que hemos visto nunca fuera de los ordenadores.
El tipo de daños que queremos que sufran los coches durante las carreras, la velocidad del desgaste de los neumáticos, la altura a la que estamos sentados en la cámara de cabina del vehículo, las ayudas que necesitemos, la información que queramos que aparezca en la interfaz, la estrategia de boxes, la configuración del reglaje de cada coche, la climatología, la velocidad a la que avanza el tiempo durante las carreras, la dificultad de la IA y un larguísimo etcétera de opciones que podríamos tirarnos varias páginas enumerando. Pensad en casi cualquier cosa que os gustaría personalizar o retocar para jugar a vuestro gusto, y con casi toda seguridad la encontraréis aquí.
Esto también implica que desde un principio tendremos desbloqueado absolutamente todo, incluyendo coches y circuitos, pudiendo de esta forma configurar las pruebas como queramos y con total libertad, sin vernos obligados a pasar por un sistema de progresión para ir accediendo a sus contenidos y coches, ya que aquí el objetivo no es coleccionar vehículos como si de un juego de Pokémon se tratara, aquí lo realmente importante es conducir y competir según nuestras preferencias para pasar un buen rato.
En nuestra opinión es todo un acierto, pues nos evitará tener que estar conduciendo durante horas coches que no nos gustan demasiado para poder empezar a correr con nuestros preferidos, y todo ello sin olvidarnos de lo mucho que todo esto nos animará a experimentar, creando pruebas únicas de todo tipo que nos tendrán entretenidos durante meses.
Entrando ya en lo que es su jugabilidad, decir que estamos ante un simulador muy configurable que nos permitirá ajustar la conducción para hacerla un poco más arcade y accesible o, por el contrario, muy realista para los fans más exigentes (aunque no llega a los niveles de simulación vistos en otros juegos más "hardcores", como el reciente Assetto Corsa). Con esto se ha conseguido que conducir sea una experiencia siempre satisfactoria y todo lo exigente que queramos, especialmente con un volante (periférico que se nos antoja imprescindible para disfrutar al máximo del juego).
Gran parte de la culpa de esto la tienen las geniales físicas de los vehículos, muy buenas en prácticamente todas las situaciones posibles, variando considerablemente de un coche a otro, según el clima, los daños mecánicos que hayamos recibido, el tipo de ruedas que llevemos y lo desgastadas que estén, etcétera. Lo único que no nos ha convencido demasiado en este sentido es el comportamiento de los vehículos en los choques e impactos. Tampoco es que esté mal hecho esto último, pero sí que tiene margen de mejora.
Destacar el enorme trabajo que se ha realizado con la cámara de cabina gracias a lo conseguidas que están las suspensiones de los vehículos, ya que veremos desde dentro cómo los coches reaccionan con gran realismo tanto a la carretera como a nuestra conducción, consiguiendo que esta vista sea un auténtico gustazo como pocos juegos han sabido replicar.
También nos gustaría señalar la buena selección de coches con la que cuenta el juego. Si bien su número puede no parecer demasiado elevado (poco más de 70), nos encontramos con una plantilla de vehículos muy variada, con coches de todo tipo y muy diferentes entre sí. Además, el control de cada uno de ellos está muy conseguido y bien diferenciado, por lo que al pasar de uno a otro tendremos que adaptarnos a sus peculiaridades. Por tener, tenemos hasta karts (aunque no son precisamente nuestros favoritos).
Sobra decir que aunque se juega perfectamente con mando, como más se disfruta este tipo de simuladores es con un volante y pedales. Nosotros lo hemos probado con un Thrustmaster T300 RS, compatible con PlayStation 4 y PC, y la experiencia ha sido fantástica, muy recomendable si le queréis sacar todo el partido a este juego.
Igual de completa que otros apartados del juego es la lista de circuitos, sencillamente espectacular, con 110 trazados diferentes divididos en 30 localizaciones únicas. Nos encontraremos tanto circuitos reales como otros "inventados", entre los que se incluyen algunos tan míticos e históricos como 24 Horas de Le Mans o Nürburgring.
Decir que hay algún que otro caso como el de Suzuka, que ha sido renombrado a Sakitto y ha sufrido ligeras modificaciones en su trazado. Eso sí, tampoco podemos olvidarnos de los circuitos ficticios, como el de California o la Costa Azul, que son auténticas genialidades en las que cada tramo y curva ha sido estudiado al milímetro para hacer de ellos una gran experiencia. En resumidas cuentas, muchos circuitos con grandes diseños que pondrán constantemente a prueba nuestra pericia al volante.
En lo que respecta a los modos de juego tenemos también un buen número de opciones. El principal para un jugador es el modo Historia. Aquí nos tocará firmar un contrato con algún equipo para empezar a competir y a labrarnos un nombre. Tendremos un calendario de eventos y competiciones, una especie de Twitter donde ver la reacción de nuestros fans antes y después de cada carrera, enlaces a noticias relacionadas con nuestros logros y con otras competiciones y un buzón de correo electrónico donde recibiremos tanto comentarios de nuestros compañeros de equipo como invitaciones a pruebas especiales.
Tras cada temporada, podremos decidir si renovar con nuestro equipo actual o cambiar de equipo para participar en pruebas de otra categoría o simplemente cambiar de vehículo. Se trata de una modalidad larga y profunda, con decenas de competiciones y pruebas distintas, cada una de ellas con sus propias reglas y características especiales. Hay ciertas secciones de cada prueba que podemos "simularlas" si no las queremos jugar, como pueden ser las prácticas o las clasificatorias, aunque ya os avisamos que conseguir un buen puesto en la parrilla de salida es realmente importante.
No en vano, cada adelantamiento será algo que nos tendremos que trabajar y que sentiremos como una pequeña victoria, especialmente en las dificultades más altas, donde la IA no nos dejará pasar ni una y la veremos presionándonos, tapándonos los posibles huecos que podamos encontrar para adelantar y jugándosela con alguna que otra maniobra peligrosa para intentar superarnos. Lo malo es que a veces se comporta de forma demasiado agresiva e incluso buscará chocarse con nosotros, aunque por lo general se trata de una IA muy conseguida que sabe presionarnos para que nos sintamos dentro de una competición.
En definitiva, una gran modalidad muy entretenida y a la que echarle muchas horas. Por otra parte, también podremos realizar prácticas libres o crear carreras y competiciones según nuestras preferencias con todas las opciones de configuración que comentamos al comienzo del texto. Evidentemente tampoco faltarán a la cita las contrarrelojes, pudiendo descargarnos los fantasmas de otros usuarios para intentar superarles o aprender de ellos.
En cuanto al juego online, este admite hasta 16 usuarios de forma simultánea por partida y al igual que el resto del título, podremos crear salas totalmente personalizadas modificando todos sus posibles parámetros, incluyendo cosas como permitir o no ayudas en la conducción y si queremos que la gente se pueda unir cuando estamos en mitad de una carrera. La búsqueda de partidas funciona bastante bien, de forma rápida y eficiente, y no hemos sufrido casi nada de lag, por lo que competir contra otros usuarios ha sido una experiencia muy satisfactoria. Eso sí, actualmente hay muy pocos jugadores, de modo que esto podría cambiar cuando llegue mañana a las tiendas y los servidores se vean puestos realmente a prueba.
A medida que juguemos a través de internet, iremos consiguiendo una reputación u otra según nuestro estilo de juego y comportamiento, así que si tenemos tendencia a chocarnos con otros jugadores, a salirnos de pista para tomar atajos y otras conductas antideportivas y que suelen penalizarse, es algo que se acabará reflejando en nuestro perfil y que todo el mundo podrá ver.
Finalmente, decir que de forma periódica irán apareciendo diferentes desafíos globales (es decir, pruebas con unas características concretas) en los que podremos participar contra el resto del mundo para intentar conseguir las mejores marcas posibles y coronarnos como los pilotos más rápido, animándonos a entrar al juego con cierta regularidad para ver qué nuevo reto nos ofrecen. Un detalle interesante es que podremos descargarnos los fantasmas de los participantes de cada desafío para así tener una referencia e intentar superarlos.
Coches de nueva generación
Gráficamente Project Cars tampoco se queda atrás, ofreciéndonos en PC y con todas las opciones al máximo un auténtico despliegue técnico con el que recrearnos, especialmente en lo relacionado con el modelado de los coches, que es simplemente espectacular y con un mimo y gusto por el detalle que os obligará a pausar constantemente el juego para activar su modo foto y poder contemplarlos con tranquilidad.
Los escenarios también lucen bastante bien, las texturas tienen una resolución y un acabado de gran nivel, los interiores de los vehículos son sensacionales y los efectos gráficos conseguirán dejarnos con la boca abierta en más de una ocasión, con una iluminación muy conseguida y unos reflejos impresionantes que nos harán querer jugar de vez en cuando con la cámara exterior para poder disfrutar con ellos.
Además, muchos de estos efectos no solo sirven para hacer que todo se vea más bonito, sino que también afectan a la jugabilidad. Correr en ciertos circuitos de noche puede ser toda una aventura como haya poca iluminación externa, ya que solo veremos lo que nos muestren los faros del coche (y como haya lluvia o niebla, preparaos para sufrir), o competir durante el atardecer en un tramo que nos ponga frente al sol mientras esté nos da de cara, puede acabar cegándonos por completo.
Eso sí, hay ciertos detalles que no nos han convencido demasiado, como los árboles de los escenarios. Si bien cuando estamos corriendo y pendientes de la carretera no nos vamos a percatar demasiado de ello, a poco que nos fijemos un poco nos daremos cuenta rápidamente de que no están a la altura del resto, así como otros elementos decorativos de los circuitos que podrían haber lucido mucho mejor.
Esto también se podría aplicar a la recreación que se ha realizado de la lluvia cuando jugamos con la cámara de cabina, aunque esta sí que está realmente conseguida desde la vista exterior, con un efecto de mojado tanto en los coches como en la calzada realmente espectacular. Ya que hemos mencionado la lluvia, decir que la climatología es dinámica y en tiempo real, por lo que es perfectamente posible que comience a llover en mitad de una carrera o que el cielo empiece a despejarse, aunque como todo, esto también podremos configurarlo a nuestro gusto para que sea así o se mantenga dentro de unas condiciones fijas y concretas.
Centrándonos en la versión de compatibles (que es la que más hemos explotado para realizar este análisis), decir que tenemos una extensísima cantidad de opciones de configuración de vídeo para adaptar el título a las necesidades de nuestro equipo y que incluso con las opciones en medio y con ciertos efectos desactivados, el juego sigue luciendo bastante bien.
En nuestro caso, para jugar con todo al máximo hemos utilizado un i7-2600k, con 16 GB de RAM y una tarjeta gráfica NVIDIA 980 GTX. Por lo general se nos ha mantenido casi siempre a 60 imágenes por segundo, con pequeñas bajadas puntuales a 50-55 fps cuando se juntaban muchos coches en pantalla, en escenarios más o menos abiertos y con efectos gráficos en activo como los de lluvia, algo que solucionamos con un poco de overclock al procesador. Eso sí, siempre con una resolución máxima de 1080p, aunque es posible jugar a 4K si tenéis un equipo de última generación.
En consola hemos podido jugar a la versión de PlayStation 4, y aunque se agradece el esfuerzo de buscar los 1080p de resolución y los 60fps como tasa de imágenes por segundo, algo que sobre todo agradará a los jugadores más expertos de este tipo de simuladores, se ha quedado lejos de mantener los 60fps constantes, y hay bajadas en el framerate en todo tipo de circunstancias: por acumulación de muchos coches en pantalla, por efectos como la lluvia abundante, dependiendo de si el circuito tiene más o menos carga gráfica, etcétera.
Estos bajones o ralentizaciones no llegan a ser dramáticos ni a romper el juego, pero son evidentes y abundantes, y quizá deberían haber incluido una opción para limitar el juego a 30fps, porque sabemos que a mucha gente un framerate variable les molesta. La conclusión es que se ve bien en consolas, sin ser un portento, y que los 60fps no se mantengan estables no es tanto culpa del espectáculo gráfico que muestra en pantalla, sino más bien del tamaño, tiempo y recursos del estudio desarrollador, que no ha sabido o no ha podido sacarle más partido a las nuevas consolas.
Un detalle curioso y que no estamos acostumbrados a ver en consola, lo que se agradece, es que podemos activar o desactivar multitud de efectos gráficos, como en la versión de PC. Estos realmente son más preferencias visuales -como las abundantes gotas de lluvia que pueden obstaculizar la visión en pantalla- que aspectos que afecten al rendimiento del juego, y no hemos notado que de manera significativa que el framerate se vea beneficiado desactivando algunos de ellos.
Por otra parte, decir que el apartado sonoro es realmente potente, con unos efectos espectaculares y genialmente recreados. Cada coche suena tal y como tiene que sonar (mucho ojo a cómo rugen los motores) y cuenta con algunos detalles fantásticos, como la forma en la que lo escucharemos todo según la cámara en la que juguemos, la distorsión que se produce cuando entramos y salimos de un túnel a toda velocidad o el chirriar de las ruedas al frenar en seco. No podemos hacer otra cosa que no sea recomendaros jugar con un buen equipo 5.1 o con unos auriculares con sonido envolvente, ya que este apartado os meterá de pleno en cada carrera.
Lo que sí que nos ha resultado algo extraño es que no se haya incluido una banda sonora que podamos activar mientras conducimos, especialmente considerando lo configurable que es el juego en todos los sentidos. Si bien para disfrutar de su conducción al 100% esta es más un estorbo que otra cosa, hay veces en las que podemos llegar a echarla de menos y la solución que nos da el juego es, cuanto menos, rara, ya que nos minimizará el programa para abrir nuestro navegador y llevarnos a la lista oficial de música de Project Cars en Spotify, con una selección que no nos ha terminado de convencer. Eso sí, los temas que escucharemos durante los menús son de gran calidad.
Otro detalle que no agradará a todo el mundo es el hecho de que el juego tenga las voces en inglés, por lo que si no entendéis demasiado bien el idioma tendréis que desviar la mirada durante las carreras para leer los subtítulos, distracción que os puede salir muy cara. Lo peor es que todo lo que nos dicen durante las carreras es importantísimo, avisándonos de cuándo nos van a intentar entrar por un sitio para que lo cubramos, cuándo hemos sufrido algún daño lo suficientemente grave como para ir a boxes o cuándo se va a poner a llover. En el caso de PS4, estas instrucciones suenan por el altavoz del mando, lo que es muy inmersivo. Para rematar, los subtítulos solo se muestran durante unos breves segundos, por lo que apenas nos dará tiempo para leer lo que dicen. De hecho, lo más normal suele ser que aparezcan y antes de que nuestro mecánico esté a mitad de frase ya hayan desaparecido.
Conclusiones
Project Cars es uno de esos pocos juegos que consiguen hacer que el simple hecho de conducir sea una experiencia tan satisfactoria como para que queramos seguir jugando una carrera tras otra, incluso aunque perdamos, ya que cada curva y cada recta se disfrutan plenamente, seas un gran aficionado al género o alguien que se acaba de iniciar en esto de los simuladores. La ingente cantidad de opciones que tenemos para configurar cada carrera y prueba a nuestro gusto, lo cuidadas que están las físicas y el comportamiento de cada coche, su espectacular lista de circuitos, sus modos de juego, lo adaptable que resulta para todo tipo de jugadores y su gran apartado audiovisual, son solo algunas de sus cartas de presentación. Si te gusta conducir y competir, estás de enhorabuena, porque lo nuevo de Slightly Mad Studios difícilmente te decepcionará.