Análisis de Planet of the Apes: Last Frontier (PS4, PC, Xbox One)
En los últimos años, los juegos cinematográficos basados en las decisiones se han vuelto más y más populares. Desde casos que eran excepcionales como Farenheit hasta la discutible sobrexplotación de Telltale, el género se ha convertido en uno de los más fructíferos de los últimos años. Hoy tenemos un título que lleva la parte cinematográfica de éste al extremo, y lo fusiona con el sistema PlayLink.
Vamos al cine
Planet of the Apes: Last Frontier es un juego completamente centrado en las decisiones, en el que viviremos una aventura ambientada en el conocido universo cinematográfico. Tal y como si de un juego de full motion video se tratara, aquí sólo podremos elegir entre hacer A, B o no hacer nada, pero no tenemos control sobre el personaje directamente; sólo podemos decidir si dirá tal o hará cual.
Este título tiene lugar entre El amanecer de planeta de los simios y La guerra del planeta de los simios, y nos cuenta los hechos acontecidos durante una batalla entre simios y humanos.
Nosotros tomaremos decisiones para ambos bandos, y podemos ir definiendo con nuestras acciones el curso de la historia. Aquí es donde encontramos uno de los puntos más débiles del juego: no consigue "engañarte" para que te creas que tus decisiones importan.
Obviamente, todos los juegos de este estilo suelen tener más o menos ramificaciones de una historia principal a la que siempre vuelven, y suelen hacernos creer que las decisiones que estamos tomando de verdad eligen nuestro camino. Aquí, hay veces que si intentamos tomar un camino diferente al que el juego quiere, nos reconduce hacia el que le interesa delante de nuestros ojos.
Por ejemplo: te dan la decisión de, si como un simio, quieres dispararle a un humano. Eliges que no, pero al segundo viene otro simio y lo mata por ti. Otro ejemplo: te preguntan que si quieres dejar entrar a alguien en tu campamento. Dices que no, pero al segundo viene alguien y dice que entra, y punto. Podían haber redirigido las historias de manera que, aunque al final el humano muera, o al final esa persona entre en tu campamento, no sientas que tus decisiones no importan.
Esto no quiere decir que todo el juego sea así. Hay decisiones que, en efecto, importan y que cambian el transcurso de la historia –de hecho, hay varios finales–, pero cuando tu juego es 100% decidir, al menos asegúrate de que el jugador siente que el poco control que tiene es real durante la mayor parte de esas cuatro horas que dura.
Otro aspecto a mejorar es que su integración con PlayLink es completamente anecdótica; hasta el punto que se puede jugar también con un mando normal. Al abrir la aplicación tenemos unos botones virtuales en pantalla para movernos por los menús, y luego dos botones para elegir entre las dos opciones cuando toca. Luego, podemos ver una pequeña descripción de los personajes principales del juego, y ya está. Si jugamos con amigos (hasta cuatro jugadores a la vez), podremos votar las decisiones. No hay más.
Ya estamos en el cine
Como todos los juegos de PlayLink hasta el momento, Planet of the Apes: Last Frontier tiene unos grandísimos valores de producción. Vale que por el tipo de juego que es puede permitirse ser casi una demo técnica constante, pero eso no quita que tenga momentos espectaculares, que casi podrían estar sacados de una de las películas. No siempre mantiene este nivel, pero en general cumple con creces.
La parte más problemática de lo audiovisual pasa por el uso del Unreal Engine 4, y las malas pasadas que le juega con su ya característica carga tardía de texturas. En un juego como éste, donde cambiamos de plano constantemente, vemos con demasiada regularidad elementos cargando en pantalla, lo que afea bastante un conjunto de otra manera muy sólido.
También se echa de menos que un juego tan cinematográfico no tenga doblaje al castellano, aunque al menos tiene subtítulos. Subtítulos, eso sí, con alguna que otra pifia, incluyendo algunas que pueden confundir al jugador si no es capaz de seguir los diálogos en inglés. Por ejemplo, hay un momento en el se nos permite elegir "Hablar de paz", y la traducción que tenemos es "Hablar de Peace", como si Peace fuese un personaje o algo.
Saliendo del cine
Planet of the Apes: Last Frontier es una película interactiva en el sentido más literal de la palabra. Lo cual nos parecería perfectamente bien si, al menos, su principal elemento jugable –las decisiones– hubiese estado mejor ejecutado. En un juego donde lo único que hacemos es decidir, es importante sentir que lo que decidimos importa, y que si queremos decir o hacer esto, que no venga otro personaje al segundo a hacer lo opuesto para reconducir la historia.
Sí, hay decisiones que importan y que cambian el curso de la historia, pero cuando no hay otro elemento jugable no puedes sentir que tantas decisiones no llevan a ninguna parte. Además, la integración con PlayLink es anecdótica, y jugándolo con mando obtenemos prácticamente la misma experiencia. Dentro del género hay muchas mejores opciones, pero a nivel argumental está bien y visualmente sorprende bastante, así que si se os apetece una historia interactiva sobre El planeta de los simios, sin más, puede ser una buena opción.
Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código de descarga que nos ha proporcionado Sony.