Análisis de Lara Croft and the Temple of Osiris (PS4, Switch, PC, Xbox One)
En el verano de 2010 Square Enix y Crystal Dynamics nos sorprendieron con Lara Croft and the Guardian of Light, un spin-off de la saga Tomb Raider que se lanzó en formato descargable y que resultó ser un juego mucho mejor de lo que todos esperábamos. Las aventuras de Lara Croft no pasaban por su mejor momento tras el decepcionante Tomb Raider Underworld, y mientras esperábamos el espectacular reinicio de la serie que se lanzó el año pasado, nos ofrecieron este curioso juego digital que finalmente se convirtió en un éxito de ventas y público.
Una aventura de perspectiva isométrica que mezclaba a la perfección plataformas, acción y puzles, y que además se podía jugar entre dos jugadores, gracias a un curioso modo cooperativo tanto local como online. Cuatro años después llega su secuela, Lara Croft and the Temple of Osiris, un juego muy continuista, que mantiene todos los elementos del original, y le añade como mayor novedad una cooperativo para cuatro jugadores, duplicando la cifra de personajes en pantalla.
Esta vez la aventura está ambientada en Egipto, un escenario que siempre le ha sentado genial a la saga, y tendremos que derrotar al malvado dios Set encontrando los fragmentos de Osiris, con la ayuda de Carter Bell, otro buscador de tesoros como Lara, y de Horus e Isis, dos divinidades atrapadas en un cuerpo humano.
La gracia de Lara Croft and the Temple of Osiris, como en el original, es que se disfruta prácticamente igual jugando solos que acompañados, y la diversión no está condicionada por tener un modo cooperativo, al contrario que en otros juegos.
Las acciones que podemos realizar son prácticamente las mismas que las del anterior Lara Croft, y de ahí que digamos que peca de continuista. Saltar, rodar por el suelo para esquivar ataques y movernos más rápido, soltar bombas que podemos detonar remotamente lo que sirve tanto para acabar con los enemigos como para romper estructuras y activar mecanismos, lanzar una cuerda con la que podemos escalar, y disparar de manera cómoda apuntando con el stick derecho, con una enorme variedad de armas, incluso excesiva para el tipo de juego del que se trata –más de 20-. La única novedad es un bastón mágico, con el que podemos disparar ilimitadamente y activar todo tipo de mecanismos mágicos.
Lo bueno es que los tres ingredientes principales de la jugabilidad, la acción, las plataformas y los puzles, están muy bien mezclados, ninguno parece tener más peso sobre el resto, y esto provoca que el juego sea muy variado y ameno. Incluso con situaciones que mezclan a la vez acción y puzles, por ejemplo con jefes finales que no basta machacar a tiros para vencerles, y hay que hacer algo concreto en el escenario para dañarles, usando el ingenio. El plataformeo no es demasiado elaborado y complejo dada la perspectiva, pero funciona, con algunas escenas de acción frenética en las que tenemos que escapar de un peligro moviéndonos rápido y saltando, esquivando todo tipo de trampas. Y los puzles no llegan a ser demasiado complejos, pero a veces nos hacen pararnos a pensar un rato.
Uno de los mayores logros del juego es que el diseño de los niveles se adapta al número de jugadores, y muchas situaciones no son iguales si jugamos individualmente o acompañados, con puzles que cambian completamente. En cooperativo nos obligan a colaborar, y por ejemplo solo Lara cuenta con la cuerda, que tiene que sostener para que los otros jugadores puedan cruzar abismos, y Horus e Isis tienen un escudo de energía sobre el que nos podemos subir para llegar a lugares elevados. Aunque los jugadores tienen que colaborar para superar todo tipo de situaciones, siempre queda la competición de los puntos, por ver quién consigue más tesoros en el recorrido. Como os podéis imaginar ya que suele ocurrir en este tipo de juegos, las escenas de acción, con cuatro jugadores disparando a la vez, son un poco caóticas, aunque muy divertidas.
No hay demasiadas fases, unas diez, y la aventura se puede completar si vas al grano en unas cinco horas más o menos, pero los niveles son bastante rejugables, con diferentes desafíos, que exigen jugarlos dos o tres veces al menos. Alcanzar determinado número de puntos, completar la fase a contrarreloj por debajo de un tiempo concreto, encontrar los coleccionables, o realizar acciones específicas, como superar un complicado tramo de plataformas sin caernos, o acabar con varios enemigos lanzándolos a unos pinchos, por ejemplo. Eso sí, los contenidos os podrán parecer suficientes o no para tratarse de un juego descargable de 20 euros, pero ya nos parece un poco de broma que ni los juegos digitales se libren de los pases de temporada, algo con lo que cuenta Lara Croft and the Temple of Osiris.
Lo que menos nos ha gustado es la falta de sensación de progreso, las mismas acciones que ejecutamos en el comienzo de la aventura son las que seguimos realizando al final, y es cierto que conseguimos nuevas armas y anillos que podemos equipar, que nos otorgan mejoras estadísticas o poderes como disparos de fuego, pero esto no cambia de manera importante las sensaciones jugables. Esto sí que es culpa de ser un juego cooperativo, ya que a través de internet los jugadores pueden entrar en partidas que están en diferente momento de progreso, y si cada uno contara con diferentes habilidades, se rompería el juego.
También hay un mundo central que conecta los diferentes niveles o tumbas que está bastante desaprovechado, ya que contamos con la curiosa posibilidad de cambiar el momento del día -noche o día- y el clima -despejado, que llueva o nevado- pero esto no sirve de mucho, ya que no hay demasiadas cosas que hacer en el mundo central, más allá de recoger unos pocos coleccionables y abrir algunos cofres. Quizá para sentirse un poco diferente a la anterior entrega, no le hubieran venido nada mal unos toques "metroidvaniescos", pero está claro que no era la intención de sus responsables, que han apostado por un juego más arcade.
Los gráficos sin ser demasiado ambiciosos están bastante bien, con entornos con mucho detalle y lo suficientemente variados para tratarse de una aventura que transcurre totalmente en Egipto. Y al menos en la versión de PlayStation 4 que hemos jugado, se mueve fluido y sin problemas, y no le pedimos mucho más teniendo en cuenta la perspectiva desde la que jugamos, es muy resultón. La música también cumple, con un gran tema principal, y cuenta con voces en castellano, lo que siempre se agradece.
Un buen descargable
Si os gustó el juego de hace cuatro años este os va a encantar, ya que es más de lo mismo solo que ampliando el modo cooperativo a cuatro jugadores. Pierde el factor sorpresa y la frescura de aquel, es muy continuista y cuenta con pocas novedades, pero eso no lo hace menos entretenido y disfrutable. Acción, plataformas y puzles perfectamente mezclados en una aventura de perspectiva isométrica que se disfruta tanto jugando solos como acompañados, y que si no jugaste a la anterior entrega, puede que te sorprenda su buen hacer, siendo un juego muy recomendable.