Análisis de F1 2015 (PS4, Xbox One, PC)
Los saltos de generación nunca son fáciles, y a algunas compañías o sagas de videojuegos se les atragantan un poco, y no están a la altura de lo que los jugadores esperan. En el caso de Codemasters y su simulador deportivo Formula 1, decidieron tomarse su tiempo hacer las cosas bien, y hemos tenido que esperar un año y medio desde el estreno de Xbox One y PlayStation 4 para disfrutar las carreras más famosas del mundo en estas consolas, con F1 2015.
El resultado lo podemos tachar de desigual y agridulce, ya que todo lo que ha evolucionado en lo jugable y en los gráficos, significativo y muy positivo, lo ha ensuciado con ausencias difícilmente explicables en lo que a modos de juego se refiere, dejando el conjunto cojo, con carencias tan importantes como el modo Trayectoria, el clásico modo carrera que todo juego deportivo debería tener.
No es lo único que se ha quedado por el camino, y también ha perdido el modo para dos jugadores a pantalla partida, el Mundial cooperativo, una modalidad en la que podías jugar junto a un amigo a través de internet en una misma escudería y que gustaba mucho, los entretenidos desafíos del modo Recreaciones, o detalles de difícil justificación como que el safety car haya desaparecido de las carreras. En vez de evolucionar o crecer en cuanto a contenidos y modos de juego, F1 2015 da unos cuantos pasos para atrás, algo que no es la primera vez que pasa en un estreno de nueva generación, y sino que se lo digan a Forza Motorsport 5. Seguro que el año que viene nos devuelven alguno de estos modos, y también es seguro que nos lo intentarán vender como una novedad.
Dicho esto, es innegable que jugablemente ha evolucionado mucho, y tenemos la mejor simulación de conducción de todos los F1 de Codemasters, que no es poco, y que consideramos lo más importante en un videojuego. Han creado una simulación más compleja y realista, basada en el nuevo modelo de físicas de los neumáticos, que hace de la conexión del monoplaza con la pista algo realmente satisfactorio, siempre divertido a la par que convincente. Como suele ocurrir en los juegos de coches que quieren llegar al mayor público posible, podemos ajustar las ayudas para tener una conducción más arcade o realista, y creemos que en los dos extremos es capaz de satisfacer a casi cualquier jugador.
Ahora que los simuladores de conducción hardcore están empezando a llegar también a las consolas, como el reciente Project Cars o el futuro Assetto Corsa, puede que los más puristas se den cuenta de que los F1 de Codemasters no son tan exigentes o realistas como el que más, pero desactivando todas las ayudas a la conducción (asistencia de frenada, control de tracción, frenos antibloqueo, etcétera), y poniendo la inteligencia artificial de los rivales en una dificultad elevada(a elegir entre seis niveles), creemos que ofrece un reto a la altura de los jugadores más exigentes.
Y aunque los gráficos para algunos son solo que un juego se vea más o menos bonito, en F1 2015 cualquiera que venga de las ediciones de Xbox 360 y PS3 se dará cuenta de cómo los 60fps benefician a la experiencia, en la recreación de un deporte automovilístico en el que se alcanzan velocidades de infarto, y en el que la rapidez de reflejos en momentos puntuales marcan la diferencia a la hora de salirte en una curva o chocarte contra un rival. El juego se ve muy bien en las nuevas consolas, y aunque que margen de mejora en multitud de aspectos, nos alegramos de que hayan priorizado los 60fps por encima de otros aspectos, con un framerate bastante estable en la mayoría de las circunstancias, ofreciendo una experiencia visual muy sólida.
Juega con Alonso vestido de rojo o de blanco
F1 2015 contiene las temporadas 2014 y 2015, lo que conlleva una serie de diferencias, como jugar con Fernando Alonso en Ferrari o con el decepcionante Mclaren-Honda de este año, tener 22 coches el año pasado frente a los 20 de este, y un circuito que varía en cada temporada: en 2014 tenemos el circuito alemán de Hockenheim, que se ha desaparecido en 2015 para dejar paso al Autódromo Hermanos Rodríguez de México, un trazado de apariencia simple pero con momentos muy divertidos y desafiantes. Los contenidos de una temporada y otra no se mezclan, y en el menú principal podemos cambiar en cualquier momento de temporada. Se agradece el detalle, aunque nos gustaría más que volviera algún día una de las mejores novedades de F1 2013, los coches y circuitos clásicos, que en la edición 2014 desaparecieron.
Como os comentábamos antes F1 2015 viene bastante pelado de modos de juego, y solo tenemos Carrera Rápida, Prueba Contrarreloj, Multijugador y el Modo Campeonato, el más importante, en el que podemos jugar una temporada completa, seleccionando la duración del entrenamiento, la ronda de clasificación y la carrera. Hay otro modo que parece estar para despistar, Modo Profesional, que es jugar una temporada con todas las ayudas desactivadas, los rivales con la dificultad más alta y la distancia completa de las carreras, vamos, nada que no se pudiera hacer en el Modo Campeonato configurándolo, como intentando dar la sensación de que hay más modos de juego de los que realmente hay.
El multijugador, hasta para 16 jugadores, está divido en cinco categorías: Principiante, Normal, Experto y Carreras de verdad, además de carreras personalizadas con invitación. Lo que han hecho ha sido dividir el online en pequeños apartados para que cada jugador encuentre una experiencia a su medida dependiendo, más o menos exigente, algo con lo que se corre el riesgo de segmentar demasiado la comunidad. En estas primeras horas con el juego ya a la venta no sabemos si porque todavía hay pocos jugadores o por problemas con el código de red, nos está costando muchísimo encontrar partida, pero al menos las pocas que hemos jugado han ido razonablemente bien, no hemos tenido problemas.
Todas estas ausencias o carencias en los modos de juego se te olvidan un poco cuando saltas a pista y disfrutas de su satisfactoria jugabilidad, principalmente por culpa de cómo se comportan los neumáticos sobre el asfalto, estando muy bien diferenciados los diferentes tipos de compuestos, si están más o menos calientes al salir de un cambio en boxes, y en las diferentes condiciones meteorológicas, con hasta tres tipos de intensidad de lluvia. Al salir de las curvas hay que acelerar con cabeza para que el coche no pierda adherencia en los neumáticos traseros, y además se nota muy bien la diferencia entre los distintos vehículos, no es lo mismo conducir un Mercedes que un Ferrari. Nos encanta cómo se controla, y es en este apartado más que en ningún otro donde Codemasters demuestra su amplísima experiencia realizando juegos de conducción, habiendo logrado en este una simulación excelente.
Tanto es así que las rondas de clasificación son muy realistas, y casi siempre veremos arriba a Hamilton y Rosberg, como ocurre en la realidad, no hay extrañas sorpresas al respecto. La inteligencia artificial cumple, aunque tampoco podemos decir que sea brillante, y no te suele sorprender con grandes adelantamientos, pero tampoco con grandes fallos. Lo que menos nos gusta es su agresividad en las salidas, a la llegada de la primera curva, ya que muchas veces te suelen tocar por detrás, algo que rara vez ocurre en el resto de la carrera.
Durante las carreras podemos cambiar la carga aerodinámica, la mezcla de combustible, el reparto de frenada y por supuesto los neumáticos, y para dotar de más realismo a la experiencia se ha hecho especial hincapié en mejorar la comunicación del piloto con el ingeniero, al que podemos pedir información mediante comandos de voz, como si estuviéramos en un Fórmula 1 de verdad. Este nos da interesantes detalles sobre lo que está ocurriendo en la carrera y si nos conviene hacer algún cambio en el coche, y podemos oírle por el altavoz del mando de PlayStation 4 o por el televisor (aunque no sin dificultad, la mezcla de sonido es mejorable, se le oye muy bajo).
Además de las ausencias en modos de juego y posibilidades que ya estaban en anteriores entregas, algo que tampoco nos ha gustado es el acabado general del producto, que por momentos parece poco pulido, en multitud de detalles o bugs, como que le han faltado un par de vueltas a la hora de cocinarlo. No hay fallos gordos que tiren abajo la experiencia, pero sí evidentes y molestos, como los líos que se hace la inteligencia artificial con las entradas en boxes, lo que nos ha dado alguna victoria fácil, y otros detalles más sutiles pero que molestarán a los puristas de la F1, como que en situaciones de lluvia extrema te permitan activar el DRS, algo que está prohibido en el reglamento. A veces la diferencia entre un buen juego y uno notable o sobresaliente está en este tipo de detalles.
El apartado gráfico es más o menos lo que esperábamos de un juego de nueva generación, y las mejoras visuales, junto a los 60fps y los 1080p (900p en One), hacen que se vea muy bien, incluso espectacular en las carreras nocturnas, en condiciones de lluvia o en un circuito tan peculiar como es Mónaco. Lugar en el que por cierto se aprecian los mayores problemas de framerate, en ningún caso nunca demasiado molestos, va mucho más fino que Project Cars por ejemplo. Hay algunos detalles muy chulos que ayudan a ambientar, como partículas de polen, hojas de los árboles o las chispas que causan a veces los bajos de los coches contra el asfalto, pero todavía tiene margen de mejora para las siguientes entregas. Nos ha sorprendido por ejemplo ver algo de screen tearing en la versión de PS4, algo que creíamos erradicado en la nueva generación.
Han hecho un esfuerzo para que la presentación de las carreras sea más televisiva que nunca, principalmente antes y después, viendo a los pilotos en diferentes situaciones, como en las celebraciones, dando entrevistas a los medios de comunicación o dialogando con su equipo para preparar la competición. El modelado facial de los pilotos no es que sea muy bueno, se parecen ligeramente a los reales, y en los menús del juego hubiéramos preferido unas buenas fotografías. Menús por cierto muy austeros, simplemente funcionales, no se han comido mucho la cabeza y no es un juego que deslumbre con su presentación, merecía algo mucho mejor.
El sonido en lo que se refiere a cómo suenan los vehículos y los efectos que se producen sobre la pista, como el paso por los pianos, es totalmente convincente y muy acertado, no así los comentarios en español, valiosos en cuanto a la información que dan sobre los circuitos antes de las carreras, y que varía en cada ocasión, pero con una entonación y un acento extrañísimos, que nos ha causado alguna que otra carcajada. Tampoco la poca música que suena durante los menús ayuda a redondear este apartado.
Una buena base con mucho margen de mejora
Codemasters ha querido empezar con buen pie en la nueva generación, y han centrado todos sus esfuerzos en ofrecer un gran salto gráfico y jugable, algo que creemos han conseguido con creces. El problema es que no han podido cuidar igual de bien otros aspectos del producto, y lo que debería ser una clara evolución en la saga y un cambio a mejor en todos sus apartados, se siente en muchos momentos como un retroceso, con unas cuantas ausencias difícilmente justificables, y unos cuantos detalles que dan una imagen de producto inacabado o poco pulido.
Si sabes lo que te vas a encontrar, y priorizas por encima de todo unas buenas sensaciones al volante y un apartado técnico a la altura, no creemos que te vaya a decepcionar, y pocas veces, por no decir ninguna, hemos visto un juego basado en la Fórmula 1 que se mueva, se vea y se juegue tan bien. Es una pena que el resto de apartados del producto no acompañen y no podamos recomendarlo con más entusiasmo, tienen mucho trabajo que hacer de cara al año que viene.