Análisis Dollhouse, un laberinto en el que no quieres entrar (PS4, Switch, PC)
Nos gusta la innovación; nos gusta que se intenten hacer cosas nuevas. Por eso la primera vez que escuchamos hablar de Dollhouse nos emocionó ese concepto de un juego de terror con ambientación noir y un toque de BioShock, pero la razón por la que los desarrolladores habían sido un tanto reacios a mostrar la jugabilidad de su proyecto está ahora clara: es un juego que está roto y que, cuando funciona, es demasiado repetitivo. Os contamos sus muchos fallos y sus pocos aciertos.
El mundo contra ti
Dollhouse es un juego de terror en primera persona donde tenemos que recorrer laberintos generados de manera procedimental en busca de «memorias», unos objetos que nos permitirán avanzar. Mientras las buscamos tendremos que esquivar las muchísimas trampas que pueblan cada escenario, a la vez que huimos de las criaturas que nos persiguen y que sólo se mueven cuando les damos la espalda.
Tenemos varios personajes, cada uno con sus características y habilidades diferentes. Podemos subir de nivel y mejorar a cada personaje, haciéndolo más capaz para sobrevivir en tan hostil entorno. Los personajes están bien diferenciados entre sí, pero las limitaciones para usar las habilidades –tenemos que encontrar unos consumibles por los escenarios para usarlas– hacen que la mayoría del tiempo sean demasiado similares, ya que esas habilidades se usarán de manera muy puntual.
Aparte, tenemos una serie de habilidades comunes. Una de ellas es poder usar un flash –también consumible– que elimina paredes falsas del laberinto y que puede eliminar a las criaturas que nos persiguen, así como una especie de «posesión» como la de la saga Forbidden Siren. Esto nos permite ver desde los ojos de las criaturas que nos persiguen, algo que nos indicará la posición de objetos importantes en el escenario, a la vez que les revela nuestra posición, facilitando que nos encuentren por el laberinto.
Demasiados problemas
La idea, como veis, no es mala, pero la ejecución es tremendamente mejorable. En el hipotético caso de que un bug no se interponga en nuestro camino, una vez consigamos todas las memorias, simplemente toca volver a repetir en otro laberinto con una ambientación diferente. Y, después, otro más. Y una vez que completes el juego y descubras la historias –posiblemente, lo mejor que tiene–, pocos alicientes vas a tener para volver a jugar.
Sinceramente, es un juego con una cantidad de bugs desproporcionada, y no precisamente pequeños. Para que os hagáis una idea, en la primera media hora de juego nos encontramos con dos problemas que no deberían habérseles escapado a los desarrolladores. Por una parte, los subtítulos (en castellano, las voces en inglés) sólo cargan la primera línea la mayoría de las veces. Esto quiere decir que durante el tutorial en el que te explican todo sólo vas a ver la primera primera frase que dice tu ayudante («Hola, Marie.») mientras te están explicando cómo funciona el juego.
Al menos, gracias al audio en inglés, entendimos cómo jugar. Y más nos vale saber algo de inglés, porque incluso en los menús encontramos algunas partes traducidas y otras sin traducir. En cualquier caso, y tras avanzar hasta la primera memoria –recordamos, los objetos necesarios para avanzar–, no podíamos recogerla. Hicimos todo lo posible, pero la única solución fue reiniciar el juego y comenzar el tutorial desde el principio. Y os aseguramos que la cosa no mejora después. Es un juego que, objetivamente, está roto y no está listo para salir al mercado.
Si por casualidad preferimos enfrentarnos a los bugs sin enemigos y trampas, tenemos el modo «Voyeur», en el que los laberintos están libres de peligros. Aunque agrademos la inclusión para quienes prefieran una experiencia más relajada, se trata de un modo un tanto aburrido, y que tampoco escapa de lo repetitivo del diseño.
Por último, hemos intentado probar el modo multijugador. Según la descripción oficial, hay 14 personajes disponibles y, de los ocho que compiten de manera simultánea, todos tienen objetivos diferentes. Hemos estado todo el fin de semana intentando probarlo y ha sido imposible encontrar a más de dos personas simultáneas, y parece que la partida no empieza hasta que no estén los ocho. No sabemos si este modo será una revolución o no, pero visto lo demás, tenemos nuestras dudas. En cualquier caso, dejamos la barra de multijugador de la nota vacía, pero os advertimos de que parece un modo al que va a ser imposible jugar.
Como nota, en lo audiovisual está bien. En PS4 Pro, donde lo hemos analizado, tiene un modo a 30 imágenes por segundo que funciona bastante bien y otro a 60 que es un auténtico desastre. Lo peor del apartado gráfico es que la estética noir es quizás un poco extrema, y acaba siendo casi tan repetitiva como el gameplay. Eso sí, no se ve mal, y tiene buenos detalles como el desenfoque dinámico. En lo sonoro, como decimos, voces en inglés, así como una buena colección de efectos de sonido malrolleros.
Un juego sin terminar
Nos gustan los videojuegos, nos gustan los estudios que arriesgas, y nos gustaría poder recomendar algo que intenta hacer algo nuevo. Por desgracia, no podemos recomendar un juego de 39,99 euros que está roto desde el tutorial, repetitivo y con un online que parece estar muerto desde su lanzamiento. Tiene cosas buenas, como algunas de sus mecánicas y la historia, pero eso es todo. Si queréis pasar miedo, tenéis muchísimas opciones mejores disponibles en cualquier plataformas.
Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código de descarga proporcionado por SOEDESCO.