Análisis de Digimon World: Next Order (PS4, PSVITA, Switch, PC)
Ha hecho falta el lanzamiento de un gran juego como el fantástico Digimon Story: Cyber Sleuth que recibimos el año pasado para que Bandai Namco haya vuelto a interesarse por darle todo su apoyo a estas míticas criaturas digitales en Europa. No en vano, el éxito de dicho título tanto por parte de crítica como de público ha permitido que esta nueva aventura en el mundo digital, Digimon World: Next Order, nos llegue incluso traducido al español.
Eso sí, si sois de los que os volvisteis a enganchar a Digimon con Cyber Sleuth, os tenemos que avisar que el juego que hoy tenemos entre manos es muy diferente tanto en su propuesta jugable, como en tono y planteamiento, tal y como iremos viendo a lo largo de este análisis.
Si el año pasado recibimos una especie de Persona pero con Digimon, esta vez nos toca jugar una aventura que bebe directamente del clásico Digimon World de la primera PlayStation, pudiendo considerarse casi como una secuela directa del mismo, por lo que si sois de los que llevaban años esperando a que Bandai Namco se animara a lanzar un título similar a aquel, difícilmente os decepcionará esta entrega, lo que no quita que haya vuelto a caer en muchos de sus mismos errores y que ciertas mecánicas se hayan quedado muy obsoletas a día de hoy.
Digievolucionando el Mundo Digital
Por lo tanto, volvemos a encontrarnos con un juego de rol en el que tendremos que entrenar y criar a nuestros Digimon para que se hagan cada vez más poderosos y puedan hacer frente a todos los peligros y desafíos que nos propondrá la historia del juego, los cuales no son precisamente pocos ni fáciles.
El argumento es muy simple y típico, presentándonos a una serie de jóvenes (entre los que nos incluimos) que acaban siendo arrastrados al Mundo Digital, el cual se encuentra sumido en un gran caos por los constantes ataques que está sufriendo por parte de Machinedramon.
Por lo tanto, nuestro objetivo no será otro que descubrir la verdad sobre estos acontecimientos, salvar este universo y encontrar la forma de volver a casa.
El desarrollo del guion es muy básico y predecible, y la narrativa deja bastante que desear, con unas conversaciones muy pobremente escritas y unas explicaciones demasiado apresuradas que dan más cosas por sentadas de las que deberían. A pesar de ello, los momentos en el que la historia hace acto de presencia están tan espaciados y los vídeos resultan tan cortos que nunca llega a molestar, limitándose a cumplir correctamente la función de contextualizar todo lo que hacemos y poco más.
Entrando en lo realmente importante, la jugabilidad, decir que estamos muy lejos del típico juego de rol japonés en el que ir avanzando por la historia mientras combatimos y subimos de nivel de forma más o menos lineal, ya que aquí lo más importante es la progresión tanto de nuestro personaje como de nuestros Digimon y de la ciudad principal.
El sistema de crianza, entrenamiento y digievoluciones es una especie de simulador del Digivice real, replicando las mecánicas del "Tamagotchi" de combate con el que nació la serie originalmente. Es decir, no bastará con subir de nivel y hacerse más fuertes, sino que también tendremos que preocuparnos de que nuestras criaturas puedan ir al baño cuando aprieten sus necesidades, alimentarlas correctamente, disciplinarlas, permitirles descansos cuando estén muy cansadas, sanar sus heridas y enfermedades, etcétera.
A todo esto hay que sumarle que aquí la forma más efectiva de fortalecernos no es combatiendo contra enemigos, sino entrenando en el gimnasio, lugar en el que pasaremos incontables horas realizando sesiones de entrenamiento para aumentar los atributos que deseemos.
Todo esto determinará la forma en la que nuestro Digimon evolucionará, ya que cada línea evolutiva tiene sus propios requisitos, por lo que aprender a cuidar y a criar adecuadamente a nuestras mascotas para que lleguen a convertirse en lo que queramos nos será de vital importancia para sobrevivir a todo lo que nos espera.
Este es un proceso que requiere de una paciencia gigantesca, especialmente durante las primeras horas de juego, ya que querremos salir de aventuras y nos encontraremos con que salir afuera es prácticamente un suicidio a menos que primero entrenemos lo suficiente en el gimnasio.
Un punto muy característico de la serie pero que no será plato del gusto de todos es que, al igual que en el Digivice, estos seres tienen una vida limitada, por lo que llegado el momento morirán de viejos (o por otras circunstancias que pueden acortar su esperanza de vida), momento en el que se reencarnarán en un nuevo Digimon básico a nuestra elección, obligándonos a empezar nuevamente desde cero su entrenamiento y crianza (aunque se heredan algunos atributos para que empiecen algo más fuertes).
Esto propicia situaciones muy frustrantes y que cortan mucho el ritmo del juego, ya que es perfectamente posible que tengamos a unas criaturas muy poderosas, una de ellas se muera y no podamos seguir avanzando en la historia por faltarnos el nivel necesario para continuar, obligándonos a pararnos nuevamente y a dedicar un gran rato de nuestro tiempo en volver a dejar a nuestro monstruo a un nivel competitivo, por lo que os podéis hacer una buena idea de la gran cantidad de horas que pasaremos en el gimnasio.
Para dificultar todavía más las cosas durante nuestras primeras horas, el sistema de evolución de estos seres no es especialmente intuitivo. Como hemos dicho, para que evolucionen a una cosa u a otra primero tendremos que cumplir unos requisitos determinados, como subir la fuerza a un determinado nivel o mantener la disciplina por debajo de lo estipulado. El problema es que en un principio no sabremos ni a qué puede evolucionar cada Digimon ni los requisitos para cada forma.
Para descubrir estas pistas no nos quedará otra que jugar para que se vayan sucediendo una serie de pequeños eventos (ya sea después de una pelea, al darles de comer, tras un entrenamiento, etcétera) en los que nos darán a escoger si queremos felicitar, regañar o ignorar a nuestros monstruos. Cualquiera de las dos primeras opciones nos desbloqueará algún requisito de forma aleatoria para nuestra posible próxima evolución, un proceso que resulta extremadamente pesado y frustrante, especialmente al principio, que será cuando necesitemos entrenar y no sepamos qué atributos nos convienen más.
Además, no hay que olvidarse de que si no realizamos los entrenamientos correctamente podemos acabar sufriendo una evolución fallida, dando como resultado una criatura bastante inútil y fea que desearemos que se muera pronto para que se reencarne cuanto antes y así volverlo a intentar.
Como podéis ver, todo esto acaba traduciéndose en unas primeras horas lentísimas, muy tediosas y ásperas en las que nuestros progresos se producirán con cuentagotas, hasta que empecemos a desbloquear nuevas funciones y aprendamos cómo evolucionar y entrenar adecuadamente a nuestros Digimon, momento en el que las cosas empezarán a fluir y a resultar cada vez más satisfactorias.
De hecho, nuestro protagonista también podrá subir de nivel e invertir los puntos de habilidad que obtenga con ello para desbloquear útiles mejoras pasivas en un árbol de habilidades, permitiéndonos aumentar de esta forma la efectividad de las sesiones de entrenamiento o la esperanza de vida de nuestras criaturas.
Algo parecido se puede decir de la ciudad principal del juego, la cual nos servirá de base de operaciones. A medida que avancemos y reclutemos Digimon para que se conviertan en ciudadanos de la misma, iremos desbloqueando todo tipo de funciones adicionales (como la posibilidad de teletransportarnos a lugares en los que ya hemos estado o la apertura de tiendas) y mejoras para las ya existentes (mejores instalaciones para el gimnasio, por ejemplo), algo que nos facilitará considerablemente nuestras tareas de entrenador. Y todo ello al mismo tiempo que veremos el paso de lo que comienza siendo un humilde asentamiento a una gigantesca ciudad con sus diferentes distritos.
Todo esto consigue crear una sensación de progresión muy necesaria y que poco a poco consigue picarnos, ya que aunque nunca nos vamos a librar del tedioso ciclo de tener que volver a entrenar a nuestros Digimon una y otra vez casi desde cero, el juego consigue fluir mucho mejor. No solo tendremos más dominado el sistema para saber cómo entrenarlos adecuadamente, sino que también tendremos más y mejores herramientas para que estas criaturas lleguen más lejos, sean más duraderas y se hagan más fuertes a una velocidad a una velocidad mayor, lo que también nos permitirá llegar a sus formas definitivas.
Eso sí, hasta llegar a este punto (momento en el que el título comienza a enganchar de verdad y a dejarse disfrutar) el juego puede resultar muy áspero, duro, frustrante y extremadamente tedioso, ya que el ritmo al que progresamos es sorprendentemente lento, por lo que os recomendamos muchísima paciencia en el caso de que os hagáis con él, ya que la vais a necesitar para no dejar la aventura a medias.
Otro de los pilares del juego lo tenemos en los combates, los cuales vuelven a desarrollarse en tiempo real pero donde nuestras posibilidades de acción están limitadísimas. En vez de controlar a nuestras criaturas directamente, estas lucharán de forma automática, quedando nuestra labor relegada a la de darles ánimos y alguna que otra orden esporádica, como indicarles a quién queremos que ataque o que realicen un movimiento determinado. Evidentemente, también podremos utilizar objetos consumibles para apoyarlos.
La habilidad de animar se recarga cada pocos segundos y si la usamos en el momento adecuado obtendremos muchos puntos de acción, necesarios para poder darles la orden a nuestros compañeros digitales de que usen un movimiento o ataque concreto.
Una interesante novedad la tenemos en que en este juego siempre estaremos acompañados por dos Digimon, lo que permite que juguemos más con las combinaciones de tipos para diseñar una pareja de criaturas poderosa, efectiva y equilibrada. Además, si son compatibles entre sí, también podremos fusionarlas para dar como resultado un ser de inmenso poder, una técnica que bien usada y en el momento adecuado puede regalarnos la victoria más inesperada.
A pesar de todo, las batallas de Next Order nos han parecido muy aburridas y obsoletas para los estándares actuales, por no contar la ausencia de estrategia que hay durante las mismas y lo poco que podemos intervenir en ellas. Al final, que ganemos o perdamos dependerá casi por completo del grupo de Digimon que criemos, que lo entrenemos lo suficiente para ponerlo al nivel de los rivales que queremos derrotar y que vayamos con un buen suministro de objetos curativos y de apoyo para mantenerlos con vida.
Se podría decir que el mayor placer que nos llevaremos de ellas es comprobar los resultados de nuestros entrenamientos al ver cómo nuestros monstruos destrozan a esos enemigos a los que antes no podíamos ni toser, pero poco más.
Gráficamente estamos ante una conversión a sobremesa de un título original de PlayStation Vita (versión que, por cierto, se ha quedado sin llegar a Occidente), por lo que no esperéis algo mínimamente puntero, más bien al contrario: texturas muy pobres, modelados mejorables, animaciones extremadamente rígidas y poco fluidas, escenarios con poco detalle, y efectos muy poco elaborados, por no hablar de la iluminación o las sombras (la transición entre las distintas horas del día es prácticamente inexistente, llegando a mostrar un fundido en negro para acto seguido ver el escenario con otra iluminación al tener que cambiar entre día, atardecer y noche).
A pesar de ello, se trata de un juego agradable a la vista gracias a su buena dirección artística, (los diseños de los Digimon nunca suelen fallar en este sentido, aunque el de los humanos también nos ha gustado bastante en esta ocasión), a la variedad de escenarios y entornos que visitaremos y al colorido que lo inunda todo.
La banda sonora también nos ha gustado bastante, muy animada y con temas de calidad que encajan perfectamente con todo lo que vemos en pantalla, aumentando el frenetismo en los combates y transmitiendo buenas sensaciones a la hora de explorar (a destacar las remezclas de temas clásicos del Digimon World original). Los efectos cumplen su función sin muchos alardes, aunque los gritos y ruidos de los Digimon pueden llegar a resultar desesperantemente molestos y repetitivos. Finalmente, se agradece la inclusión de un selector de idioma para el doblaje, permitiéndonos escoger entre el inglés y el japonés, siendo este último nuestro favorito.
Conclusiones
Digimon World: Next Order es un juego que requiere mucha paciencia y que tarda demasiado en empezar a recompensar al jugador por sus esfuerzos, aunque una vez pasado este tramo, se destapa como una aventura muy entretenida y perfectamente disfrutable por cualquier fan de estas criaturas digitales, aunque no libre de fallos, como un sistema de combate muy poco interactivo y una historia y narrativa que pasan con más pena que gloria. Si la propuesta del primer Digimon World de PlayStation os gustó, estamos seguros de que pasaréis un buen número de horas muy agradables en compañía de estos carismáticos monstruos, siempre y cuando tengáis la paciencia necesaria para ello.
Hemos realizado este análisis gracias a una copia de la versión final que nos ha proporcionado Bandai Namco.