Análisis de Demon's Crystals (PS4, PC, Switch, Xbox One)
Los twin-stick shooters son un género que han sido bastante prolíficos en los últimos años. La distribución digital ha facilitado la expansión de estos títulos, normalmente sin un presupuesto desmesurado, pero generalmente divertidos y accesibles. Desde clásicos shoot ‘em up a títulos más aventureros, este género se ha mostrado bastante versátil.
Ahora recibimos un título desarrollado por el estudio valenciano Byte4Games, que nos ofrece una interesante propuesta centrada prácticamente por completo en el modo multijugador, aunque también es disfrutable en solitario.
Además, llega a un precio más que ajustado, 4,99 euros, que lo hace todavía más interesante.
Uricanes vs. zombis
Demon's Crystals es, como decimos, un twin-stick shooter centrado en el multijugador local, en el que controlamos a una raza de "poderosísimos demonios astrales" llamados Uricanes, que se ven envueltos en una invasión zombi. La historia no es más que una excusa para ponernos a disparar a diestro y siniestro utilizando los dos sticks.
La propuesta de este título es sencilla. En cada nivel tenemos una serie de cristales que conseguir y enemigos que matar dentro de un tiempo limitado, y una vez consigamos la cifra correspondiente, pasamos a la siguiente. Los enemigos y los cristales se reparten por diferentes escenarios a través de tres mundos, cada uno guardado por un poderoso jefe final.
Estos tres mundos están divididos en pequeñas arenas, cada una con un diseño diferente, que nos obligarán a movernos en búsqueda de potenciadores, salud, cristales y, sobre todo, tiempo, ya que algunos desafíos serán bastante difíciles de conseguir en el tiempo que nos dan al inicio de cada ronda. Eso hace que las partidas sean dinámicas y evitan que nos encerremos en un rincón para matar de manera segura.
Para facilitar nuestra tarea exterminadora tenemos los mencionados potenciadores, que modifican nuestros disparos añadiendo nuevos patrones o nuevos tipos de armas. También tenemos escudos para protegernos, botas para correr más rápido, la posibilidad de volvernos gigantes para aplastar a nuestros rivales o de conseguir "satélites" que nos acompañan y disparan junto a nosotros, como en los clásicos de navecitas.
Sencillo pero efectivo
La jugabilidad es extremadamente sencilla, y sólo se usan los dos sticks. La cosa, por supuesto, se complica con los rivales. Tendremos que esquivar sus disparos, sus ataques o incluso tener cuidado que manos que salen desde el suelo –que para algo son zombis–. Tampoco ayuda mucho que algunos de los disparos de los enemigos sean de un color muy parecido al nuestro, y con un juego que puede convertirse en un bullet hell a la inversa (es decir, somos nosotros los que lanzamos una cantidad desmesurada de proyectiles), esto puede llegar a ser frustrante en las dificultades más altas.
En la dificultad por defecto, Demon's Crystals no es demasiado exigente, y aunque probablemente moriremos alguna que otra vez, centrándonos en los objetivos se progresa bastante bien. En la dificultad más alta, la cosa se vuelve más peliaguda, y esquivar las trampas y aprender a aprovechar el escenario se vuelve imprescindible. Comentar también que según progresamos vamos subiendo de nivel, pero no se nos explica en absoluto cuáles son las ventajas de este proceso, por lo que simplemente asumes que aumenta tu fuerza, tu salud y demás.
También es clave colaborar con nuestros compañeros, y es que, aunque es divertido en solitario, jugando al menos con alguien más es como verdaderamente se disfruta. Pueden jugar hasta cuatro personas a la vez en el modo Arcade, que es el modo principal. Además, hay un modo Supervivencia en solitario, que ya os podéis imaginar cómo funciona, y otros seis modos multijugador.
Los modos multijugador son los siguientes: Supervivencia, en el que gana el último en pie; Batalla a muerte, en el que también gana el último en pie, sólo que ahora peleamos entre nosotros; Versus, similar pero por equipos; Mata a los enemigos, donde lo que importa es la puntuación; Atrapa el gran cristal, donde tenemos que derribar una barrara para conseguir un cristal antes que los enemigos; y Lucha por los cristales, donde tenemos que conseguir el mayor número de cristales posibles.
Ninguno de los modos es particularmente original o sorprendente, pero sí que son bastante entretenidos y cumplen su propósito de ampliar las posibilidades del juego. Eso sí, es un título únicamente offline, por lo que el multijugador es local. Es una pena que no se haya introducido un componente online, ya que limita bastante su atractivo.
Técnicamente resultón
Demon's Crystals no deslumbra por su apartado audiovisual, pero cumple con su cometido. Como decíamos antes, agradeceríamos que los disparos de los enemigos estuvieran mejor diferenciados de los nuestros para evitar posibles confusiones, pero tampoco es un problema demasiado habitual.
Es un poco extraño que gráficamente tiene un estilo cartoon que nos recuerda a Medievil, pero las ilustraciones de los personajes son más anime, y queda una mezcla un tanto rara. La música cumple y el poco texto que tiene está en castellano, algo que dábamos por hecho, pero que igualmente se agradece.
La simpleza la mejor de sus virtudes
Demon's Crystals es un juego que hace de la simpleza la mayor de sus virtudes. No hace muchas cosas, pero las que hace se asegura de hacerlas bien. Es un título pensado para jugar en el sofá con los amigos por pura y mera diversión, sin más pretensiones que colaborar para poner a pruebas nuestros reflejos con un twin-stick shooter. Jugando solo no se disfruta tanto, pero si eres muy fan del género y te atrae lo que ves, por 4,99 euros tampoco es una mala opción.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado BadLand Games.