Análisis de Child of Light PSN (PS4, PSVITA, Switch, PS3, Xbox One, Xbox 360, PC, Wii U)

Uno de los elementos más protagonistas en el desarrollo del juego, tanto en la exploración como en los combates es Igniculus, una luciérnaga que nos acompaña desde los primeros compases de la aventura, y que tiene varias funciones. Si jugamos solos lo controlamos en todo momento con el stick derecho, pero también lo puede controlar un segundo jugador con otro mando, como si se tratara de un modo cooperativo local. Su función durante la exploración es interactuar con el escenario y encontrar y recoger esferas de colores, que nos hacen recuperar puntos de vida y magia, y paralizar a los enemigos, lo que nos permite pasar de largo si no queremos combatir, o aprovechar para sorprenderles por la espalda.
También es protagonista en los puzles, ya que utilizamos a Igniculus como si fuera una especie de linterna para proyectar sombras, y donde más destaca es durante los combates. En los que puede interactuar con la arena de combate para conseguir algunos puntos de salud y magia que nos vienen de perlas, puede ralentizar el avance del enemigo por el medidor de turnos, e incluso nos puede curar. Eso sí, no podemos abusar eternamente de él, ya que Igniculus tiene una barra de energía que se va agotando según realiza acciones, y que tenemos que recuperar recogiendo esferas. Su uso está bien pensado, no desequilibra los combates y al final descubrimos que es imprescindible, ya que ralentizando a los enemigos es como realizamos algunas estrategias interesantes. Quizás lo más original de Child of Light en lo que se refiere a mecánicas de juego.
De los gráficos no hay mucho más que decir, basta con ver alguna imagen y sobre todo vídeo para comprobar lo bonito que es este juego, sobre en lo que se refiere a los escenarios, sencillamente preciosos, ilustraciones que cobran vida en la pantalla de nuestro televisor. Por poner alguna pega, nuestra protagonista Aurora y su modelo poligonal a veces desentona un poco ante lo que le rodea, que son ilustraciones realizadas con muy buen gusto y una calidad enorme. En lo que se refiere a aspectos técnicos, todas las versiones se mueven a 60fps –el Ubi Art Framework solo puede funcionar a esta tasa de imágenes por segundo-, pero solo en PlayStation 4, Xbox One y PC va a 1080p, siendo 720p la resolución en el resto de plataformas. Hemos analizado la versión de PS4, y se mueve como la seda, además con unos tiempos de carga muy cortos.
Y el apartado sonoro está a la altura del visual, con una banda sonora de enorme belleza, que acrecienta esa sensación de estar en mundo mágico, en un cuento de hadas, con melodías relajadas o épicas según la situación lo requiere, pero que siempre acompañan a la perfección. Por decir algo malo, se abusa demasiado del sobresaliente tema principal, que aunque no nos cansamos de escuchar, no hubiera estado una mayor variedad musical, para que cuando este apareciera, su impacto fuera mayor. Además llega con voces español –no hablan los personajes, solo la narradora- y subtítulos en castellano, en una traducción que aunque buena, como decíamos antes no consigue del todo trasladar con acierto los diálogos originales escritos en verso.
Un encantador juego descargable
Por sus gráficos, su música, su entretenido desarrollo y el curioso y elaborado sistema de combate, Child of Light se disfruta de principio a fin. Y por su calidad/precio es una apuesta segura, pocos títulos descargables hemos visto tan cuidados como este, con unos valores de producción más acordes a los de un juego de precio completo o físico. A veces hubiéramos deseado que nos gustara más, porque ni su historia ni los personajes consiguieron enamorarnos en ningún momento, pero si te gusta el género, y te llama la atención su portentoso apartado visual, creemos que es difícil que te decepcione.

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