Análisis de The Elder Scrolls V: Skyrim (PS3, Xbox 360, PC)
Caminamos solos, por el estrecho sendero de una descomunal montaña nevada, en mitad de la noche. Nos dirigimos hacia su cima, en la que se encuentra un lugar sagrado donde esperamos recibir el consejo de unos antiguos sabios, alejados del mundo civilizado. En nuestro largo ascenso tan solo nos cruzamos con algunos animales, ciervos, cabras, que no se perturban demasiado ante nuestra presencia, silenciosos compañeros en esta cerrada noche, en la que también nos acaricia una ligera ventisca. En el cielo, el que podemos ver perfectamente al estar despejado de nubes, dos enormes e hipnóticas lunas nos contemplan, escoltando a un precioso y brillante manto de estrellas. Como telón de fondo a estas excepcionales vistas, la aurora boreal, en unos irracionales tonos verdes, envuelve por completo este escenario de ensueño, y a nuestros oídos, además del sonido de la naturaleza y de nuestras pisadas y respiración, llega una preciosa melodía, que nos transporta por completo a un maravilloso y fantástico mundo, haciéndonos olvidar por unos minutos que tan solo estamos sujetando el mando de una consola frente a un televisor.
Este es tan solo es uno de los muchos momentos que hemos vivido jugando a The Elder Scrolls V: Skyrim, una de esas pocas obras del mundo de los videojuegos capaz de transmitirte algo único, mágico, de ir un paso más allá del mero entretenimiento, de atraparte en su atmósfera, y hacerte sentir que estás en un excepcional mundo en el que no te importaría quedarte para siempre. Un juego al que la etiqueta "de los mejores del año" se le queda muy corta, ya que no solo se seguirá hablando de él en los próximos meses, sino también en los próximos años. La obra cumbre de Bethesda Game Studios, un grupo de creadores de sueños, cuyo límite no sabemos dónde está, tras haber disfrutado de Skyrim, y lo que nos queda por disfrutar con él.
Con Morrowind en 2002 y Oblivion en 2006, la saga The Elder Scrolls no ha dejado de crecer en todas sus aspectos, llegando cada vez a más público y habiéndose convertido en uno de los productos más ambiciosos y esperados de la industria del videojuego. Ahora Skyrim, tras más de cinco años de desarrollo, llega con una expectación a su alrededor enorme, y entendemos que el trabajo de Todd Howard y su equipo de Bethesda Game Studios no ha tenido que ser fácil. Con millones de seguidores esperando la nueva entrega y con unos niveles de exigencia altísimos, esperando que el quinto The Elder Scrolls mejore en lo jugable, en lo visual y en posibilidades, al inmenso y genial Oblivion.
Y ya podemos decir, habiendo jugado decenas de horas, aunque teniendo la impresión de que solo hemos rascado su superficie, que Skyrim es todo lo que se esperaba y mucho más, el juego de rol definitivo, si no fuera porque imaginamos habrá un sexto The Elder Scrolls. Un ingente y detallado mundo, de una belleza sobrecogedora, y unas posibilidades jugables infinitas. Un universo donde sumergirse cientos de horas, en el que se pierde totalmente la noción del tiempo, logrando en el jugador una capacidad de abstracción como nunca hemos visto. Para contaros todo lo que contiene, sus miles de detalles, de posibilidades, necesitaríamos escribir decenas de páginas, por lo que vamos trasmitiros principalmente las sensaciones que nos ha provocado, muchas de ellas inenarrables, pero vamos a intentarlo.
Sangre de Dragón
El hilo argumental o historia principal de Skyrim es bastante sencilla, y ahí radica parte de su éxito y gracia, ya que aunque te desvíes demasiado de este argumento, y dediques muchas horas a hacer otras cosas, cuando retomes la misión principal no tendrás grandes problemas para recordarla y seguirla. Comenzamos en un carromato, presos y siendo conducidos a nuestra ejecución, y al poco de descender de este en el lugar donde nos darán muerte, un soldado nos preguntará quienes somos, momento en el que la cámara se girará y veremos a nuestro personaje, que tendremos que crear. Independientemente de la raza o aspecto que elijamos, somos Dovahkiin, Sangre de Dragón, uno de los descendientes emparentados con estas extraordinarias criaturas.
Postrados de rodillas, a punto de que nos corten la cabeza, un excepcional hecho ocurrirá, lo que aprovecharemos para escapar, momento en el que arrancará la épica aventura. Sin saber nadie aparentemente la causa, en Skyrim, una de las nueve regiones en las que está dividido el continente de Tamriel, han aparecido los dragones, unas milenarias criaturas que se creía extintas o que incluso no habían existido jamás, pero que ahora son muy reales. Su inmenso poder dirigido por Alduin, el más poderoso de todos ellos, promete destruir Tamriel, y la leyenda cuenta que solo el Dovahkiin puede detenerlos.
En una trama que hemos tardado en completar unas 20 horas, tendremos que investigar por qué han vuelto a Tamriel estas criaturas, y descubrir la forma de pararlas. Una historia que nos depara bastantes giros y sorpresas, que nos obliga a lidiar con todo tipo de personajes, a visitar lugares extraordinarios, y que nos ha gustado mucho. Pero aunque suene extraño, al ir descubriendo la inmensidad de Skyrim, da la sensación de que este hilo principal es tan solo un tutorial de lo que nos deparará su inmenso mundo, lleno de una ingente cantidad de pueblos, mazmorras, personajes y misiones secundarias que abruman. Es muy atrevido, pero fácilmente intentar superar todo lo que nos propone puede suponer entre unas 200 y 300 horas, o más, dependiendo cómo juguemos. Nunca un juego fue más rentable. Un mundo vivo, con cientos de lugares por descubrir, con personajes con sus propias motivaciones y conflictos, que viven su día a día, con decenas de secretos y leyendas dispuestas a ser descubiertas, una tierra, Skyrim, que es un placer explorar palmo a palmo.
Como hemos dicho, al poco de bajar de ese carromato donde comenzamos la aventura, nos piden que creemos el personaje. 10 razas: Alto elfo, argoniano, bretón, elfo del bosque, elfo oscuro, guardia rojo, imperial, khajiita, nórdico y orco. Esta elección no es decisiva ni crucial, ya que realmente podremos evolucionar y orientar cualquier raza cómo queramos, aunque sí es cierto que cada una cuenta con ciertas habilidades o beneficios y características propias. Los nórdicos tienen una especial resistencia al frío, los khajiit cuentan con visión nocturna, los altos elfos regeneran la magia a mayor velocidad, los bretones resisten mejor el aturdimiento y los hechizos, y los elfos del bosque son casi inmunes al veneno y las enfermedades, siendo estos tan solo algunos ejemplos. Pero ojo, porque los argonianos que cuentan con numerosas ventajas como una regeneración de vida muy veloz, resisten enfermedades, respiran bajo el agua, y tienen diversos bonos en sigilo, resulta que son muy odiados en la región de Skyrim, y los personajes no jugables reaccionan de una manera u otra dependiendo de nuestra raza, por lo que si somos un argoniano, prepararos para ser muy despreciados. Uno de tantos y tantos detalles que son geniales.
Una vez tomada la importante decisión de la raza, editaremos el aspecto físico a nuestro gusto. Sexo, varias apariencias predeterminadas muy distintas entre sí, tono de la piel, peso, forma de la cabeza, suciedad, cicatrices, pinturas de guerra, tipo de nariz, mandíbula, arrugas, color y forma de los ojos, cejas, boca, pelo, y un largo etcétera, sencillamente abrumador. Aunque la mayor parte del tiempo nos la pasaremos sin ver al personaje al jugar en primera persona –nos parece evidentemente y a la hora de la acción lo mejor-, hay que decir que la vista en tercera persona está muy mejorada respecto a Oblivion. Es más, aunque no nos apetezca, el juego de vez en cuando a la hora de realizar algunas ejecuciones, o acabar con el último de un grupo de enemigos, nos muestra una llamativa animación en tercera persona a cámara lenta, que a nosotros personalmente nos ha gustado mucho, y que le da un toque de espectacularidad a la acción y al apartado visual.
Sobra decir por si alguno todavía no lo ha visto, que el diseño de personajes se ha mejorado infinitamente respecto al anterior The Elder Scrolls, es más, parece mentira que sean juegos que permanecen a la misma generación. Todos y cada uno de los personajes y criaturas que aparecen son mucho más convincentes y mejor realizados, tanto en sus modelados como en sus animaciones, y en general, cuenta con una dirección artística de escándalo, sobre todo a la hora de ambientar y crear el fantástico Skyrim, que se sobrepone a cualquier limitación técnica con la que pueda contar la versión de consolas. No es el momento de hablar de sus excepcionales gráficos, lo dejaremos para más adelante, pero nunca hubiéramos creído ver un mundo tan enorme, preciosista y detallado en las ya veteranas PlayStation 3 y Xbox 360.
Volviendo a la jugabilidad, una de las grandes mejoras es la interfaz de juego, mucho más amable, práctica y sencilla que en Oblivion, todo un acierto. Puede que en los primeros compases dudéis de esta afirmación, pero creednos que cuando llevas unas cuantas horas es una gozada y te parece de los mejores menús que se han realizado nunca en un juego de rol. Pulsando un botón entramos al menú general, divido en cuatro apartados: magia, mapa objetos y nuevo nivel. Si pulsamos con el stick hacia la derecha en objetos, una columna se despliega en la parte izquierda con nuestro inventario ordenado en distintos apartados. Armas, atuendo, pociones, pergaminos, ingredientes, libros, llaves y varios. Esto provoca que sea muy fácil encontrar cualquier objeto en apenas unos segundos.
Desde aquí podemos usarlos o equiparlos, o bien meterlos en favoritos, el menú rápido al que se accede pulsando la cruceta digital, donde puede estar todo tipo de equipamiento o magia. Cómo no y aunque sea una obviedad, cada objeto que llevamos con nosotros –excepto las flechas y algunos papeles-, tiene un peso, no pudiendo sobrepasar el máximo o nuestro personaje apenas podrá moverse. Al menos queda el consuelo de que cada vez que subamos de nivel, ampliaremos nuestra capacidad para llevar cachivaches. De estos nos muestran una breve descripción, su daño o armadura, peso y valor, y ahora podemos verlos tridimensionalmente moviéndolos, lo que en algún caso nos será útil.
En el menú de magia separan los hechizos de destrucción, los de restauración, los efectos activos –diferentes ventajas o enfermedades-, los poderes –por ejemplo los nórdicos pueden realizar un grito de batalla que hace huir a los enemigos-, y los gritos, una de las grandes novedades de Skyrim. Por ser Sangre de Dragón, un Dovahkiin, tenemos la capacidad de aprender y utilizar unas habilidades especiales. Estos se adquieren leyendo ciertas palabras inscritas en unos muros, y cada uno de los gritos cuenta con tres palabras. Cuando aprendamos las tres, dominaremos el grito totalmente, y dependiendo de cuánto dejemos pulsado el botón pulsado a la hora de "gritar", más palabras del grito se utilizarán, teniendo más o menos poder. Esto no consume puntos de magia, y un brillo azul en la brújula nos indica que se está recargando, y cuando desaparece, podemos volver a usarlo.
Fuerza implacable convierte tu voz en puro poder, apartando todo y a todos los que se interpongan, torbellino arrollador te hace avanzar muy rápidamente durante unos segundos, aliento de fuego te permite exhalar este elemento como si fueras un dragón, así hasta 20 distintos, y no os queremos desvelar más porque hay algunos muy curiosos, que preferimos que descubráis por vosotros mismos. Además, con solo aprender una palabra no podremos usarla, ya que necesitaremos un alma de dragón, que se absorben matando a estas bestias, los absolutos protagonistas del juego, en unos enfrentamientos intensos y épicos.
El sistema de combate ha sufrido múltiples y variadas mejoras, quizás no tantas como muchos desearían, todavía vemos margen de mejora por ejemplo añadiendo daño localizado en el cuerpo de los enemigos, de lo que carece, pero funciona más que bien para ser un título de rol. Podemos equipar en cada mano lo que queramos, una espada en una y un hechizo en la otra, un arma y un escudo, dos magias –estas al ser usadas a la vez en muchos casos se mezclan creando un hechizo más potente-, o dos armas, y claro, las pesadas o el arco para poder utilizarlas necesitamos de las dos manos. Si dejamos pulsado el botón de acción, realizaremos un ataque de poder, y este en combinación con una de las cuatro direcciones del stick provocará distintas acciones. Si equipamos dos armas, una en cada mano, podremos realizar ataques de poder especiales, aunque no podremos bloquear los ataques enemigos.
La arquería también la hemos notado muy mejorada, se disparar mejor, pudiendo equipar un gran número de flechas distintas, y hay una ventaja muy curiosa que permite ralentizar el tiempo y acercar el zoom sobre tu objetivo, muy útil. Además, y ya que combatiremos varias veces a lo largo del juego con criaturas aladas como los dragones, creemos que más que nunca los arcos son muy protagonistas en este The Elder Scrolls.
Cada una de estas acciones que hemos comentado, así como esprintar, consumen la barra de aguante, que se regenera automáticamente, así como la de salud y de magia. Esto ha provocado cierta polémica al ser conocido por los seguidores de la saga, pero tenemos que decir que pueden estar muy tranquilos, ya que ni "casualiza" ni hace el juego más fácil. Esta recuperación es muy lenta, y en mitad de un combate de poco nos servirá, por lo que tendremos que hacer uso de alguna de las numerosas pociones, o de un hechizo de curación.
Un pilar importantísimo sobre el que se sustenta todo el peso del juego es el sistema de subida de nivel y progresión del personaje, que intentaremos explicar de la manera más sencilla posible. Hay una barra general de nivel que iremos subiendo realizando distintas acciones, desde golpear enemigos, curarnos, usar el sigilo, y cualquier cosa que esté relacionada con nuestras habilidades. Cada vez que subamos de nivel, nos tendremos que dirigir al menú de habilidades, y aquí elegir si queremos mejorar la magia, la salud o el aguante. Una vez realicemos esto, nos darán un punto para aumentar una ventaja.
En un bonito menú en el que las habilidades están representadas como si fueran constelaciones, podemos adquirir ventajas para cada una de ellas, pero antes, tendremos que tener el suficiente nivel en esa habilidad concreta. Por ejemplo, si queremos hacernos con la primera ventaja de la habilidad A una mano, hombre de armas, que permite infligir un 20% de daño adicional con este tipo de armas, tendremos que haber llegado al nivel 15 de esta especialidad. ¿Cómo se mejora una habilidad? Simplemente usándola. Arquería, armadura ligera, discreción, abrir cerraduras, robo, elocuencia, alquimia, ilusión, conjuración, destrucción, restauración, alteración, encantamiento, herrería, armadura pesada, bloquear, a dos manos y a una mano. Nuestra manera de jugar determinará qué habilidades progresan, siendo más intuitivo y natural imposible.
Muchas de estas ventajas son útiles a la par que curiosas, y nos costará mucho decidir en qué gastar estos puntos. Además cada habilidad se representa como una constelación, una especie de árbol, por lo que para adquirir las ventajas más avanzadas tendremos que habernos hecho con las anteriores, o al menos las de su "rama". Podremos llegar a derribar enemigos corriendo con nuestro escudo alzado, ser sigilosos andando y corriendo, tener ganzúas irrompibles, dañar a los enemigos poniendo venenos en sus bolsillos, robar armas equipadas, que una armadura pesada apenas nos ralentice, que los ataques de discreción por la espalda sean mortíferos con una daga, y así hasta más de 200. Os hemos dicho algunas de las más extraordinarias, pero claro, costará mucho acceder a estas ventajas, requiriendo altos niveles en esa habilidad concreta. Al parecer, no tenemos límite de subida de nivel del personaje, pero al llegar al nivel 50, dejarán de darnos puntos para adquirir más ventajas, por lo que habrá que pensar bien cuáles adquirimos, ya que son limitadas.
Algo muy importante y relacionado con el sistema de combate es la ausencia de autolevel, o no al menos de la manera en la que funcionaba en Oblivion, y que muchos criticaron. Aquí no todos los enemigos se van poniendo a nuestra altura, y nosotros con un personaje de nivel 25 ya machacamos a muchos de los rivales que al principio de la aventura eran muy duros. Eso sí, esto no quita que en las mazmorras y en otros sitios sigamos encontrando enemigos a nuestra altura, y parece que en esta ocasión Bethesda ha dado en el clavo en este aspecto. En cualquier caso, siempre podremos aumentar la dificultad en el menú de opciones, y para valorar en su justa medida este aspecto tendríamos que haber jugado muchas más horas, pero por lo que hemos podido probar, estar tranquilos que no funciona como en Oblivion.
La libertad para explorar, descubrir, realizar tareas, es absoluta, una seña de identidad de la saga, y la manera de ordenar en el menú las misiones principales, secundarias, o los infinitos y variados objetivos, es muy apropiada, y no nos perderemos en un mar de quest que no sabemos cómo afrontar. Podemos asignar varias o solo una, y la flecha guía en la brújula siempre nos indica bien el objetivo, y no hemos tenido nunca problemas para saber resolver alguna o encontrar el lugar donde se desarrolla. Y si lo hemos tenido, es por la inclusión de algunos puzles, muy interesantes y que aportan variedad. El mapa de Skyrim también es muy claro y funciona, siendo tridimensional, y cuando hayamos descubierto un lugar podremos hacer viaje rápido. O bien, aunque no hayamos llegado a una de las grandes ciudades, por una módica cantidad de dinero, pagar a un chófer para que nos lleve hasta ella en un carruaje. También podremos comprarnos un caballo para cubrir las largas distancias, y el control y animaciones de este están bastante bien resueltas. El mundo es descomunal, enorme, quizás no el más grande visto en un The Elder Scrolls, pero sí el más complejo y detallado, realizado cada paraje, pueblo, casa y mazmorra con un detalle increíble.
Como bien sabéis los que disfrutasteis de Oblivion, casi más interesante que la trama principal –y sin el "casi"-, son las grandes misiones secundarias, o los conocidos como Gremios, mini-campañas de varias horas en muchos casos apasionantes. Aquí tenemos los Compañeros, el Colegio de Hibernalia, el gremio de ladrones, la Hermandad Oscura, la guerra civil, las misiones daédricas y las facciones. Por ejemplo nos ha encantado la trama del gremio de ladrones, llena de giros y sorpresas, y a falta de haberlas jugado todas, nos parece obligatorio e imprescindible adentrarse en todas ellas. No hay ningún juego que ofrezca más contenidos y cosas para hacer, y cuando se habla de partidas de 200 horas, no son precisamente de paseos por el campo, que también están bien a veces, sino de verdaderas misiones y cosas interesantes por hacer, que muchísimos jugadores comprarán el juego y ni siquiera llegarán a ver.
Para acompañarnos en nuestras aventuras, podremos echar manos de seguidores, ya sean contratados o amigos. Los primeros son mercenarios que suelen estar en las tabernas de las ciudades, y por un módico precio se unirán a nosotros. También hay amigos, que dependiendo de nuestros actos y de ciertas misiones secundarias, puede que nos quieran seguir libremente. En cualquiera de los dos casos, les podremos dar órdenes dejando pulsado un botón. Que esperen en un sitio determinado, que usen un objeto del escenario, que ataquen a un enemigo, abrir una puerta o recoger algo, siendo sorprendentemente completo. Pero no serán nuestra única ayuda, ya que tenemos los menhires, unas piedras sagradas que encontramos a lo largo y ancho de Skyrim, que al activar, aunque solo podemos tener una activa a la vez, nos bendicen con diversas ventajas, como una mayor velocidad para progresar en una habilidad concreta.
Podemos comprarnos casas, casarnos, trabajar, ir de caza y recolectar ingredientes por el campo, convertirnos en un erudito e ir leyendo los cientos de libros que hay dispersos por el mundo de Skyrim, dedicarnos a robar y ser unos auténticos delincuentes, o bien ir a la cárcel e intentar escaparnos, realizar mil y una tareas para mejorar nuestro equipamiento y recursos, etcétera. Sobre el arte del robo y el sigilo, comentar que el sistema de abrir cerraduras se ha cambiado completamente, y se ha adoptado el usado en la saga Fallout, mediante dos ganzúas que se mueven con los sticks analógicos. A la hora de realizar "labores", hay un sinfín de posibilidades, tantas que al principio abruman.
Los laboratorios de alquimia permiten crear pociones y venenos al combinar ingredientes. Esto suena sencillo, pero en la práctica es mucho más complejo. Todos los ingredientes tienen cuatro efectos, y para descubrir el primero tendremos que comérnoslo. En el laboratorio podemos combinar dos o tres ingredientes e intentar preparar pociones. Si los ingredientes comparten al menos un efecto, tendrás éxito y descubrirás todos los efectos que coincidían, si no coincide ninguno de los efectos, perderás los ingredientes y te quedarás como estabas. En los bancos de trabajo podemos mejorar el índice de las armaduras, con lingotes de metal o tiras de cuero. En los soportes para curtir pieles podemos convertir pieles de animales en cuero y cortar este en tiras, para forjar armas y armaduras. La cocina permite en unos calderos cocinar alimentos que restablezcan las salud o proporcionen efectos específicos.
Los encantadores arcanos sirven para encantar armas y armaduras, en las fraguas del herrero podemos crear nuevas armas y armaduras. Los hornos de fundición sirven para fundir mineral bruto que encontramos en las minas y que para extraer necesitamos un pico y practicar la minería, consiguiendo después lingotes de metal para forjar y mejorar armas, y las piedras de afilar permiten aumentar el índice de las armas. Como veis un sinfín de lugares donde realizar tareas, en las que no solo influye tener los materiales y conocimientos apropiados, sino también las habilidades necesarias lo suficientemente desarrolladas, para conseguir ventajas.
Unos de los mayores encantos de Skyrim, y de la saga en general, es que nos permite ser quien queramos, dejándonos total libertad para obrar y progresar, y por tanto, nos parece el rol más puro que se puede encontrar en forma de videojuego. ¿Queremos ser un khajiita experto arquero, amigo de lo ajeno, buen cocinero, dominador de las armas a dos manos, que cuenta con una casa en la ciudad de Carrera Blanca, un crimen pendiente de resolver en Hibernalia, y aliado del Imperio? Adelante. ¿Preferimos ser un bretón comerciante, con una gran capacidad de persuasión, grandes dotes para la herrería, experto en armaduras ligeras, que ha realizado grandes progresos en el gremio de ladrones, y que se ha casado con una lugareña de Riften? Por supuesto. La cantidad de cosas que podemos hacer, de ser, de lugares que visitar, es simplemente abrumadora, y podríamos estar páginas y páginas hablando del juego. Detalles como que nos deshagamos de una espada dentro de un castillo, y al dirigirnos a la salida, un guardia nos eche una bronca por ir dejando armas tiradas por ahí, ya que los niños se pueden cortar… simplemente alucinante.
Algo importante para acabar y antes de entrar en los apartados técnicos, si nunca has jugado un The Elder Scrolls, no te asustes, no te sientas abrumado por la cantidad de datos que acabamos de dar, ya que nos parece la entrega más apropiada para iniciarse en esta fascinante saga. Todo está muy bien explicado, los menús son más accesibles y amables que nunca, y descubrir la saga por primera vez con esta entrega, haré que te enamores para siempre del mundo de Tamriel en una experiencia que nunca olvidarás. No es un juego muy complicado, ni mucho menos hostil, nunca te sentirás perdido, a menos que no quieras, y aunque no hayas disfrutado nunca de un juego de rol occidental, si te gusta este apasionante ocio de los videojuegos, no deberías dejar de probar este increíble título, por muchas reticencias que tengas. Además la historia no continua directamente los anteriores, por lo que se entiende y se puede seguir sin problemas.
En cambio si ya has disfrutado de un The Elder Scrolls, poco más podemos decirte para animarte a hacerte con este, solo decir que ha mejorado todos y cada uno de los apartados respecto a Oblivion, y que es una pasada. Sí, se ha caído algún detalle por el camino, no hay degradación de armas y armaduras por ejemplo, lo que a los mayores fans de la saga no les ha gustado, pero creemos que este tipo de decisiones se han tomado para hacer la experiencia más agradable y menos frustrante. Si ya jugaste Oblivion, e incluso Morrowind, disfrutarás lo indecible, con cientos de referencias y guiños a aquellos juegos, a algunos de los hechos ocurridos y sus personajes. Es impactante el mimo y cuidado con el que se realiza cada entrega de esta saga, notándose que es un grupo más o menos fijo de personas que llevan trabajando juntos más de diez años en un producto en el que creen, que aman, y en el que lo dan todo, algo que se nota en cada poro de un juego cuidado hasta el más mínimo detalle.
El bello, fascinante a la vez que inhóspito mundo de Skyrim. Un lugar helado que se te quedará grabado a fuego en la retinas, y en tus oídos
En nuestras últimas impresiones, de hace apenas un mes, cuando estuvimos jugando en Londres en las oficinas de Bethesda durante unas tres horas a una versión preliminar del juego, nos quejamos de algunos defectos técnicos más o menos graves en la versión de consolas. Que grato fue, al recibir la versión final de Xbox 360, comprobar que los errores más acusados se habían subsanado, y que el juego es una gozada visualmente. Apenas hay popping o aparición repentina de elementos, la tasa de imágenes por segundo es estable, y hay algún defectillo sí, como alguna textura a baja resolución que desentona en los exteriores, alguna que otra animación mejorable, algún error de iluminación esporádico, pero sus "pros" son tan apabullantes, que se le perdona cualquier pequeño defecto.
La dirección artística es una de las más magníficas, extensas y trabajadas que hemos visto nunca, y metemos en el saco videojuegos, series o películas, alguien que entienda un poco de esto, y vea todo el trabajo realizado, alucinará bastante. Se ha dejado aparcado cualquier generador aleatorio de territorios o mazmorras, y todo, absolutamente todo, está diseñado con mimo y cuidado. Cada riachuelo, montaña, ciudad, pueblo o aldea, los personajes y monstruos que habitan en su mundo, todo tiene una coherencia tremenda. A pesar de estar en un lugar de fantasía, con dragones y todo tipo de extraños monstruos haciendo de las suyas, nos parece uno de los mundos más reales, convincentes y bonitos creados nunca en un videojuego, sino el que más.
Podríamos comentar mil detalles, como la climatología cambiante, desde la nieva a la lluvia, de la que podemos ver cómo chocan las gotas de agua sobre charchas y ríos, los días soleados o nublados, cómo se inicia una tormenta, o las espectaculares transiciones entre el día y la noche, regalándonos estampas de pura belleza. Esas últimas horas del día, en las que el sol no se ha escondido del todo, pero donde ya vemos las primeras estrellas; la ventisca, o la niebla, acariciando las enormes montañas; una preciosa ciudad llamada Soledad, bañada por el mar, en el que vemos reflejados los primeros rayos del sol de la mañana. Y lo simplemente genial que es, que contemplando el entorno o el cielo, sepamos prácticamente qué hora del día es. Una extensa flora y fauna, pudiendo recoger todo tipo de plantas y flores, animales salvajes con los que nos cruzamos, y el siempre fascinante cielo que no nos cansamos de observar.
En lo que respecta a las animaciones, se han mejorado muchísimo desde Oblivion. No se ven cosas raras, todo funciona, y se nota el trabajo en la captura de movimientos. La mayor pega en este apartado, y bastante mejorable, son las animaciones de los animales, en ocasiones un poco irreales. Las expresiones faciales también son mejoras, sin llegar a ser excepcionales, pero en general el modelado de los personajes y monstruos es muy bueno y coherente entre sí. Uno de los detalles del que os percatareis, y totalmente comprensible, es que la calidad gráfica en los interiores es mucho mejor que en los exteriores, que sin llegar a ser "cantoso", se nota bastante. Cada mazmorra, y cada estancia de estas, está diseñada individualmente, con muchísimos detalles, y es una gozada explorarlas y descubrir sus secretos.
Hay que destacar también, que al menos en Xbox 360, y con el juego instalado en el disco duro, los tiempos de carga son muy buenos. Estos se producen al entrar o salir de alguna casa, de alguna gran ciudad, o al realizar un viaje rápido, y comparados con otros juegos de mundo abierto, están realmente bien y no tenemos queja alguna. En resumen tenemos que decir que los gráficos nos parecen impresionantes, teniendo en cuenta la magnitud del mundo que representa, pero es que aun así, gracias a su soberbia dirección artística, consigue estampas que ni el 99% de los juegos más lineales puede llegar a soñar. Hemos vivido momentos de una belleza tal que, como experimentados jugadores que somos, sabemos que se van a quedar grabados en nuestra memoria para siempre.
Y la magia de esos momentos no hubiera sido tal si no fuera gracias al sonido, simplemente perfecto. Tantos los efectos, con una genial recreación de los sonidos propios de la naturaleza, de las condiciones climatológicas, el sonido de nuestras pisadas en las distintas superficies, del equipamiento que llevamos, y sobre todo, gracias a la fabulosa banda sonora compuesta por Jeremy Soule, el habitual compositor de la saga. Ya cuando estás en el menú inicial de pulsar start, y la épica melodía principal que todos habéis escuchado va incrementándose poco a poco, hasta ponerte los pelos de punta, sabes que te encuentras ante algo muy grande. Temas bellísimos, perfectos para los entornos que recorremos, misteriosos, mágicos, épicos cuando la situación lo requiere, una banda sonora magistral, a la altura del resto del juego. Nos podríamos tirar horas alabándola, en serio, nos encanta, es preciosa.
Y por último uno de los aspectos por el que más curiosidad tenéis muchos, el doblaje de las voces al castellano. Antes de entrar a valorarlo queremos dejarlo claro, el original en inglés es bastante mejor, hay mucho dinero y trabajo invertido, con grandes actores como Max Von Sydow, Christopher Plummer y Joan Allen. Pero dejando a un lado esto, y valorando lo realizado en castellano, tenemos que decir que se ha hecho un trabajo más que digno, con 50 actores diferentes poniendo voz a 105 personajes, suponiendo un récord para nuestro mercado. Carente de voces inapropiadas o ridículas, y sin llegar a tener en ningún momento la sensación de que cinco actores han hecho cien personajes. Temíamos un poco el resultado, se trata de un trabajo colosal, es abrumadora la cantidad de líneas de diálogo que contiene, pero hay que decir que han salido airosos. Además, los textos también se han cuidado y cuentan con una gran traducción, muy lejos de la horripilante de Oblivion.
Uno de los mejores juegos de todos los tiempos
¿Se nota lo suficiente cuánto nos ha gustado? Pues seguro que nos han faltado palabras para trasmitiros los entusiasmados que estamos con esta apabullante obra maestra. Muy continuista respecto a Oblivion, solo sobre sus enormes y fuertes cimientos se podía construir semejante monumento. Dar la enhorabuena a los seguidores de la saga, por lo meses que se avecinan viviendo, explorando y resolviendo los misterios del apasionante e increíble Skyrim, y animar a quienes nunca hayan jugado un The Elder Scrolls a que prueben con este, nunca volverán a mirar el rol en los videojuegos con los mismos ojos.
Un juego de rol colosal, único e irrepetible, desmesuradamente generoso en sus contenidos, lleno de alucinantes detalles, tan vasto, completo y bien acabado que creemos que solo la propia Bethesda, con Todd Howard al frente, podrá superarlo, en un futuro The Elder Scrolls VI que no queremos ni imaginar. Mientras tanto quedan semanas, meses, de disfrutar en Skyrim, un título que superará vuestras expectativas, por altas que estas sean. Una de esas obras que nos recuerdan de una bofetada porqué nos gustan tanto los videojuegos.