Análisis de Soul Calibur IV (PS3, Xbox 360)

Hace no demasiado tiempo, la actual Bandai-Namco anunció el lanzamiento de una nueva entrega de la saga para las consolas de nueva generación, Xbox 360 y PlayStation 3. Lo único que nos queda es comprobar si Soul Calibur IV cumple con lo prometido y se convierte en el nuevo emperador de la lucha en la actual generación, en la que el juego en red es el elemento que marca la diferencia.
Como sabemos, lo importante en un juego de lucha es su jugabilidad y control, y en esta ocasión podemos decir que en ambas versiones el control es perfecto, y la jugabilidad exquisita. Gracias a ello, hacer combos con el luchador que hayamos escogido de entre todo el plantel –de él hablaremos más adelante- no será ningún problema, pues se basa en la combinación de botones, pero en ningún caso se trata de una combinación exagerada que un jugador ajeno al género no pueda realizar. Contaremos con los típicos combos y los agarres vistos en anteriores entregas, además de los ataques especiales. Sin embargo, existen varias novedades jugables que aportan frescura a esta nueva entrega, y que únicamente podremos realizar en los momentos oportunos. Estas novedades tienen que ver con el alma y la armadura, pues a continuación de la barra de vida conocida por todos los asiduos al género encontraremos un círculo que representa al alma del personaje que manejemos, y bajo ella veremos una pequeña columna con tres bloques verdes que representan las partes superior, media, e inferior de la armadura. De esta forma, cuando golpeemos de forma repetida, dura, y precisa la parte media de nuestro rival, podremos destruir la parte media de su armadura, dejando al descubierto su cuerpo y pudiendo hacerle un mayor daño en los sucesivos impactos, que nos dará más posibilidades de llevarnos la victoria.

Volviendo al tema del alma, el sistema es más complicado de realizar, pues para que el indicador de alma de nuestro rival cambie de estado y de color hasta llegar al rojo intermitente, debemos agobiarlo con muchos golpes seguidos y rápidos mientras se cubre. Una vez hayamos puesto su indicador de alma de color rojo y esté parpadeando, si continuamos atacándole, llegará un momento en el que le rompamos la guardia y el alma, es en este momento cuando dispondremos de un par de segundos para apretar el botón adecuado que dará lugar a un golpe crítico, que variará con el personaje, y cuya correcta ejecución nos permitirá terminar con nuestro rival y la ronda independientemente de la vida que le hayamos quitado. Al principio puede resultar complicado realizar estos finales críticos, pero una vez nos hagamos con el sistema, resultarán un elemento importantísimo para ganar todos los combates, pues se trata de un movimiento devastador.
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