Análisis de F.E.A.R. 2: Project Origin (PS3, Xbox 360, PC)

Hace unos años los chicos de Monolith nos trajeron un título que combinaba la acción de los juegos en primera persona con el terror propio de los survival horrors. La historia comenzaba de forma bastante típica, con un ejército de clones a los que debíamos parar como integrante de un equipo especial. Para lograrlo, debíamos acabar con su cabecilla, tarea que no será tan fácil como podría parecer en un primer momento, especialmente por la intervención de una misteriosa niña. Y es que el juego parecía girar en torno a Alma, una niña pequeña que se nos aparecía durante todo el juego y que no nos dejaba claro si era real o no y, lo que es más importante, si estaba de nuestra parte o quería acabar con nosotros.

La niña de tus ojos

F.E.A.R. nos contaba una historia que poco a poco se iba complicado y nos revelaba algunas cosas acerca de la niña y de nuestro propio personaje, si bien dejaba algunos interrogantes en el aire. Esta continuación trata de resolver estas dudas, centrándose más en la historia de Alma y en todo lo que la rodeaba. Así, aunque nuestra misión inicial será encontrar a Genevieve Aristide, presidenta de Armacham , desde el principio tendremos noticias de la dulce niñita y pronto se convertirá en nuestra principal misión detenerla. El problema vendrá cuando nos demos cuenta de que Alma parece tener algún tipo de interés por nosotros y tengamos que hacer todo lo posible por escapar de sus redes.

F.E.A.R. 2: Project Origin, al igual que su primera parte, nos presenta un juego eminentemente de acción con toques sobrenaturales. Afortunadamente para muchos de los que disfrutaron con la primera parte, este componente terrorífico se ha visto potenciado, haciendo que en todo momento estemos en tensión por si ocurre algo sobrenatural. El problema es que en la mayoría de las ocasiones, los efectos extraños que veamos no serán más que ambientales o para sobresaltarnos, pero no presentarán una amenaza real. Por supuesto que habrá muchos momentos dónde sí nos enfrentemos a enemigos sobrenaturales, como espectros o criaturas deformes, pero lo cierto es que la mayoría de las veces el titulo juega con nosotros para sobresaltarnos con unas luces o una figura que se desvanece en el fondo, sin que supongan verdaderamente un problema.



Aún así, como comentábamos antes, es innegable que la sensación de miedo está mucho más presente en el juego que en su predecesor y, sobre todo, mucho más integrada, algo que sin duda hace destacar al juego frente a sus competidores. Aún así, la mayor parte del tiempo nos enfrentaremos al ejército replicante, una terrible fuerza armada que nos pondrá las cosas difíciles durante nuestra aventura. Para vencerles, además del arsenal que tendremos a nuestra disposición, podremos contar con nuestros reflejos desarrollados que nos permitirán activar una especie de tiempo bala que nos facilitará la tarea de acertar a nuestros adversarios. También tendremos ocasión de ponernos al mando de una armadura mecanizada (una especie de mecha), que hará que disfrutemos de lo lindo mientras arrasamos todo el escenario a nuestro paso. Es cierto que quizás no pegue del todo usar un arma tan destructiva como esta, y está claro que los desarrolladores lo han incluido para variar el desarrollo, pero lo cierto es que lo han conseguido y que resulta muy divertido, por lo que no seremos nosotros quienes le pongamos pegas.



Uno de los problemas de los que adolece el juego es que resulta bastante repetitivo, especialmente porque presenta grandes altibajos en el desarrollo de sus niveles. Y es que mientras algunos escenarios, como el colegio o el metro, son simplemente geniales, otros resultan bastante tediosos. De hecho, un problema del que adolece el juego es que, pasada una primera parte bastante ágil que nos meterá en la historia, nos encontramos con un par de horas bastante tediosas. Es cierto que pasada esa parte el juego no deja de mejorar, pero puede que ya se nos hayan quitado las ganas de seguir. Si nos fijamos bien en estos niveles que nos han gustado, especialmente el del colegio, vemos que en ellos tiene una mayor importancia lo sobrenatural, ofreciéndonos sustos y sensaciones de lo más angustiosas, y, sobre todo, presentando algo original. En el resto de las fases, aunque también nos encontraremos unos cuantos sustos y momentos concretos dónde el juego nos lo hará "pasar mal", la tónica general será enfrentarnos una y otra vez con el ejército replicante, algo que acabará resultando tedioso, especialmente por la inteligencia artificial que presenta el juego.

Demasiado listos

El problema de esta inteligencia no es que sea mala, ya que lo cierto es que los enemigos reaccionarán de forma bastante realista según la situación, rodeándonos, huyendo para tomar una posición mejor o esperándonos en puntos estratégicos hasta que nos descubramos y puedan dispararnos. El problema es que estos enemigos se activarán en cuanto crucemos cierto límite, estemos en su campo de visión o no, impidiéndonos sorprenderles. Esto es especialmente evidente cuando nos acercamos a un enemigo que claramente está de espaldas a nosotros (a veces incluso hablando con otro personaje, lo que indica que estaría distraído) y cuando nos acercamos un poco e él o incluso sólo con apuntarle, de pronto reacciona y sabe perfectamente dónde estamos, pasando a dispararnos de forma automática. Sabemos que el juego está enfocado a la acción, pero el hecho de que sea imposible sorprender a los enemigos y que estos sepan perfectamente dónde estamos y como alcanzarnos con sus armas acaba siendo frustrante y le quita cierta estrategia que se acaba echando de menos.

Al este problema se suma el hecho de que los enemigos, incluso en el nivel de dificultad más bajo, son muy duros de matar. Aquí no nos referimos a que sea difíciles que les acertemos con nuestras armas, sino que tendremos que descargar una gran cantidad de balas sobre ellos para que caigan, lo que unido a la gran cantidad de enemigos que saldrán en ciertos momentos del juego, hace que acabe siendo bastante pesado superar ciertas partes. Es una lástima, porque en los enfrentamientos contra enemigos que, debido a la velocidad a la que mueven, nos pondrán más difíciles el acertarles, la sensación que experimentamos fue de mayor tensión, ofreciéndonos una experiencia mucho más divertida.



Para aquellos que hayan terminado el juego (que tiene una duración cercana a la quincena de horas) o para los que prefieran enfrentamientos contra iguales, les quedará el modo multijugador. Este modo promete ofrecer horas y horas de diversión gracias a la gran cantidad de modos de juego que tiene. Entre ellos está la batalla por equipos, control, donde deberemos tomar y asegurar unos puntos estratégicos, frente blindado, en el que deberemos avanzar asegurando zonas o ataque sorpresa, que dividirá la partida en dos partes, una en la que deberemos atacar la base enemiga para robarle sus objetos de control y llevarlos a la nuestra, y otra en la que seremos nosotros los que deberemos repeler el ataque enemigo, mientras tratamos de recuperar de su base lo que nos han robado. Por último, tendremos el modo seguro, donde uno de los equipos deberá poner bombas y esperar a detonarlas en un cargamento enemigo y mientras que el otro equipo tendrá que evitarlo, desactivando las cargas si es necesario y finalmente combate mortal, que será el clásico deathmatch. Como se puede ver, hay una amplia variedad de modos, aunque a priori algunos de ellos nos han resultado bastante parecidos entre si.

Un apartado artístico que te meterá en el juego

El juego presenta un motor gráfico que nos ha gustado bastante, sobre todo por su solidez. Y es que aunque no presente el nivel de detalle o la carga poligonal de otros juegos del mercado, no presenta ningún problema de carga de texturas, algo que se agradece bastante. La mayor parte del juego se desarrolla en interiores, y los pocos exteriores que hay tienen unas dimensiones relativamente pequeñas. Afortunadamente, en todo momento sale a relucir el fabuloso apartado artístico del juego, que hará que nos creamos que estamos en un hospital o en un colegio. A esto ayuda la gran cantidad de detalles con la que nos encontraremos, como mesas, ordenadores, dibujos en las paredes o carteles en las puertas. La verdad es que más allá de la ambientación que proporcionan estos elementos, hará que sea mucho más sencillo orientarnos por los escenarios, que aunque son muy lineales, en ocasiones son relativamente laberínticos.



Por otra parte, tenemos a los personajes, que cuentan con un modelado bastante bueno, especialmente tus compañeros de equipo, que serán a los que más les veremos la cara. Debemos destacar lo bien integrado que está el protagonista en el juego, pues si bien no se le ve claramente en ningún momento, si podemos verles las piernas y los brazos al realizar ciertos movimientos, como saltar una barandilla. Durante el juego nos encontraremos con un número aceptable de enemigos, aunque destacamos sobre todo los sobrenaturales, que presentan un diseño realmente inquietante. El resto de los enemigos humanos con los que nos enfrentaremos serán bastante genéricos, aunque de cualquier modo lucen bastante bien, contando con unas animaciones muy variadas y cuidadas. Algo que queremos destacar del apartado gráfico es el excelente trabajo de post-procesado que tiene el juego. Y es que además del filtro borroso que presenta durante toda la aventura, nos encontraremos con efectos muy interesantes que potencian el apartado artístico.

El apartado sonoro tiene mucha importancia en el juego, aunque de forma desigual. Mientras que los efectos de sonido son impresionantes y nos harán dar más de un salto mientras jugamos, la música llegará a ser bastante machacona en ciertos momentos, haciendo que acabemos por bajar su volumen. Por otra parte, el juego cuenta con un doblaje al castellano bastante correcto, aunque hemos notado que a veces las voces de nuestros compañeros suenan como si nos hablaran a través de la radio, aunque les tengamos al lado (esto es algo que apreciamos especialmente con nuestra compañera Stokes).

Sabor agridulce

La sensación que nos deja este F.E.A.R. 2: Project Origin es bastante desigual. Por una parte nos ha ofrecido momentos realmente espectaculares y llenos de tensión muy diferentes a los ofrecidos por otros juegos del género. Además, su cuidada ambientación, ayudada por el sólido motor gráfico que han desarrollado los chicos de Monolith, hacen que la inmersión sea total. El problema es que pese a que tiene claro que es lo que le diferencia de otros shooters (el componente de terror sobrenatural), se empeña en ofrecernos durante gran parte de la aventura momentos bastante genéricos y, lo que es peor, no del todo bien llevados a cabo. Es cierto que gran parte de la culpa de esto lo tiene lo tedioso de sus enfrentamientos con los enemigos humanos, pero es que aunque estos fueran mejores, seguiríamos echando de menos la otra parte.



Aún así, hemos de admitir que se ha producido una mejoría en este sentido frente a la primera parte, y en esta ocasión el terror y lo sobrenatural estarán mucho mejor integrados y serán mucho más habituales. De cualquier forma, que nadie se lleve a engaño, y es que F.E.A.R. 2: Project Origin es un juego realmente interesante y sus defectos no evitan que tenga momentos realmente espectaculares que ningún aficionado al género debería perderse. Además, será la oportunidad para que los que se quedaron con ganas de conocer más sobre Alma en la primera parte sacien su curiosidad, aunque lo cierto es que tampoco hay ninguna revelación sorprendente. Concluyendo, aunque creemos que F.E.A.R. 2: Project Origin podría haber ofrecido mucho más si se hubiese centrado más en lo que le hace realmente especial, no deja de ser un estupendo título que ofrece algo diferente de lo que estamos acostumbrados.