Análisis de Dante's Inferno (PS3, Xbox 360)
Dante's Inferno llega bajo una especie de sombra de sospecha. Avalado por Visceral Games, los creadores del excelente Dead Space, la entrada de Electronic Arts en los juegos "hack and slash" o de acción salvaje ha provocado que se levanten muchas cejas por su asombroso parecido, en temática, estética y jugabilidad, con el dominador del género en los últimos años, God of War, al que precisamente solo le quedan unas semanas por llegar. Ni tanto, ni tan poco. Aunque Dante's Inferno se parece a ese y otros referentes del género, tiene también una parte de personalidad propia, y no es la decepción que muchos vaticinan; sin embargo, tampoco desbancara a nadie de su trono.
Una adaptación muy libre
Basado en la Divina Comedia de Dante, de la que hace una libérrima interpretación que ofendería a los seguidores del poema original si no llevasen siglos muertos, el juego nos pone en la piel del propio escritor florentino en un descenso a los infiernos para salvar a su amada Beatrice. No es el paseo turístico del poema, sino una incursión ofensiva, en toda regla, en los círculos del averno persiguiendo al demonio que se lleva a nuestra amada. Además, está ambientado unos cien años antes de la composición del poema y de la vida de Dante. Los creadores del juego se han inspirado en la novela para estructurar los niveles y tener en cada ocasión una buena temática en la que ambientarlos (en cada círculo están condenados por un tipo de pecado), y además, como en el poema original, aparecen personajes históricos purgando o lamentándose de sus pecados, con los que podemos interactuar. Y hasta está Virgilio haciendo de consejero. Aparte de eso, más que basarse en el poema o adaptarlo a un videojuego, se sirve de sus pasajes y mitología para crear un escenario de juego donde el poeta, históricamente una mezcla entre noble, guerrero e intelectual inmerso en las intrigas políticas de Italia, se convierte en un guerrero de oscuro pasado capaz de desafiar al mismísimo Satán para rescatar de sus garras a su amada.
La idea está clara, por lo tanto. Descenderemos a los infiernos desde la bucólica Toscana, internándonos más y más en sus círculos, cada uno de ellos poblado por un tipo de pecador. En el limbo, el primero de ello, se encuentran las almas sin bautizar, pero más adelante, o profundamente, cada círculo se corresponde con un tipo de pecado que sirve de inspiración general para la ambientación, los personajes históricos que allí nos encontremos y, en ocasiones, el jefe final.
Parecidos más que razonables
A nivel jugable, Dante's Inferno es un juego de acción salvaje muy parecido a God of War, para qué engañarnos. El arma principal de nuestro protagonista es una guadaña, que arrebata a la propia Muerte, dotada de dos ataques, uno en horizontal y otro, más fuerte, en vertical, que como es de esperar podemos alternar realizando diversos combos, un repertorio que irá ampliándose a medida que mejoremos nuestras habilidades. Al mismo tiempo, Dante cuenta con un as en la manga, un ataque a distancia que se realiza con el botón B o Círculo, con el que será fácil abatir a los enemigos aéreos o aplacar a los terrestes a distancia. Es especialmente útil cuando estamos cerca de estar acorralados, dado que algunos enemigos darán unos cuantos pasos atrás ante el impacto de nuestras etéreas cruces divinas, no muy efectivas a nivel de daño pero sí capaces de aturdir durante unos instantes a los monstruos que nos rodean.
Al mismo tiempo, contamos con el esperable botón de salto (y algunas partes algo plataformeras), un movimiento de agarre para los enemigos que funciona siempre con los de menor tamaño, la opción de esquivar con el stick analógico derecho, o de cubrirnos con uno de los botones superiores, y finalmente las magias. La primera la obtendremos al comienzo del juego y a lo largo de él iremos consiguiendo más, que podremos asignar a uno de los cuatro botones frontales para desencadenarla pulsando L1 o LB y uno de ellos. Las magias son bastante efectivas aunque drenan nuestra barra de maná, que iremos rellenando de forma bastante razonable, pero no lo suficiente como para no dosificar ese poder mágico e intentar el viejo truco de abarcar cuantos más enemigos mejor con nuestro ataque especial. A lo largo de la aventura iremos encontrando magias "impías" o "sacras", con diferentes efectos, aunque siempre muy útiles y de uso limitado. Finalmente, cada poco tiempo, cuando se rellene la barra correspondiente, podemos activar un modo furia en el que temporalmente nuestros ataques harán más daño.
Castigando y perdonando
Hay un elemento interesante, y es el papel de Dante como "castigador" o "absolvedor" de pecados. Cuando agarremos a un enemigo estándar tendremos la opción de matarlo instantáneamente, ya sea con un "castigo" (de forma violenta) o con una absolución (usando la cruz mágica que llevamos para expiar sus pecados). Con los enemigos grandes, aquellos que se matan con una secuencia interactiva, también tendremos esta opción, al igual que los personajes históricos que nos encontremos, que cuentan además con un minijuego sencillo de sincronización.
Esta mecánica de absolver o castigar tiene influencia en el juego. Además de determinar en parte qué tipo de energía desprenden al morir, Dante cuenta con dos barras de moralidad que se irán llenando de experiencia, según castiguemos o absolvamos. No es que el juego cuente con un sistema moral, porque estas dos barras crecen independientemente la una de la otra, y según vayamos subiendo de nivel irán desbloqueando nuevas habilidades que luego podremos comprar con las almas que recojamos (la experiencia que dejan los enemigos al morir). En este sentido, el juego otorga al jugador cierto margen de decisión para optar por un tipo de evolución de personaje u otra, si bien no estamos obligados a inclinarnos por un camino y de hecho si somos lo suficientemente buenos podremos obtener todas las habilidades. El camino recto, el de la absolución, nos da ventajas como más salud y bonificaciones de este tipo, más defensivas. El de la impiedad nos da más combos y movimientos de combate especiales, y más bonificaciones ofensivas al matar enemigos.
Finalmente, a lo largo de los mundos del juego hay una serie de objetos escondidos a recolectar, pero los más importantes son las reliquias. Estos ítems especiales podremos equiparlos y nos darán una habilidad permanente y pasiva, como mejorar nuestro ataque, nuestra defensa o nuestra vida, solo por equiparlas. Es difícil encontrarlas, y luego tenemos una limitación a la hora de usarlas (solo podemos activar un número máximo de ellas), pero resultan de utilidad y le dan un ligero componente estratégico al juego.
Buena jugabilidad
A nivel jugable el juego funciona bien, copiando de forma bastante directa la fórmula de God of War, pero aportando unos pequeños toques de personalidad propia, como el ya comentado sistema de evolución con doble moral, o los ataques a distancia. Éstos, por su carácter "sagrado" y por su utilidad, recuerdan mucho a los de Castlevania, aunque el apuntado es automático. Resultan muy útiles en ocasiones, aunque no llegan a desplazar demasiado la mecánica del juego principal de los ataques cuerpo a cuerpo. La fórmula lograda funciona bien y, aunque peca de falta de innovación, su mayor detalle quizás sea una repetición excesiva de enemigos, y una curva de dificultad no del todo bien ajustada. Comenzando de forma sencilla, de repente el juego pega un par de saltos, para luego volver a una curva normal, y de nuevo hacer un par de subidas y bajadas. Por suerte, las continuaciones son ilimitadas y hay puntos de control después de cada parte difícil.
La dinámica de lucha contra numerosos enemigos que domina todo el juego se ve interrumpida en ocasiones por algún puzle, los minijuegos de absolución o castigo de personajes famosos, y por algunas partes especiales que no vamos a comentar para no destripar la historia o las sorpresas del juego, pero que en combinación con lo mencionado hacen que la dinámica "hack and slash" no se vuelva repetitiva. Sin ser una obra maestra del diseño de niveles o un sistema de combate para recordar, funciona realmente bien, y destacan especialmente las luchas contra jefes finales. El problema es el esperado, su falta de originalidad.
Gráficamente Dante's Inferno llama la atención por su dirección artística, muy oscura, muy directa en ocasiones, sin ser demasiado gore pero si con escenas y momentos de violencia contundente, y hasta con cierto toque erótico. Los diseños beben de las fuentes de los cómics, pero son mucho más realistas y quizás incluso turbios. A nivel técnico no es tan impresionante, con un motor gráfico que mueve el juego correctamente pero sin llegar a deslumbrar por la calidad de los modelados, la complejidad de los escenarios y el nivel de detalle y variedad de las texturas. Es un estilo visual que puede gustar o no gustar, que prescinde de artificios y de colores para mostrarnos un infierno oscuro, como implacable, pero con algunos diseños, especialmente de los jefes finales, realmente logrados. Al mismo tiempo, el juego cuenta con numerosas secuencias de animación que contrastan con el estilo realista del resto de cinemáticas y del propio juego. Estas secuencias de animación no son tampoco demasiado alegres pero sí coloristas, incluso un poco maniqueístas en ocasiones, y como decíamos contrastan mucho pero no llegan a desentonar y contribuyen a contar algo más de la historia del juego al centrarse en el pasado de Dante.
El apartado sonoro, en cambio, no ofrece lugar a dudas ni divisiones. El doblaje del juego es excelente, con voces de actores conocidos para los personajes principales y secundarios, y un montón de diálogos no solo para las cinemáticas sino durante todo el juego, integrados en la atmósfera del juego. El sensacional doblaje se complementa con unos variados y numerosos efectos de sonido, y con una muy buena banda sonora.
Bueno, pero rodeado
Dante's Inferno es un buen juego de acción, sin ser una obra maestra pero muy capaz de enganchar al jugador y ofrecer unas buenas horas de diversión. Sin embargo, está en el ojo del huracán porque las comparaciones son odiosas y los parecidos más que razonables. Curiosamente, a muchos jugadores que se esperaban un clon sin sustancia de God of War les sorprenderá, porque sin llegar a ser una maravilla, se defiende muy bien y resulta muy entretenido.
Sin embargo, el problema de Dante's Inferno no es su calidad, que tiene de sobra, sino la ardua competencia entre la que sale. Bayonetta y Darksiders en enero, y God of War 3 en marzo, son barreras difíciles de franquear para un juego del que siempre se dudó, desde que fue mostrado por primera vez, y que al final ha resultado mucho mejor que las previsiones más agoreras, pero quizás no lo suficiente como para plantar cara en un género tan poblado y competitivo últimamente, y al mismo tiempo tan querido por los jugadores. Si te gustan este tipo de juegos no te decepcionará, pero si tu presupuesto es limitado quizás quieras probar la demo (que sinceramente, no le hace justicia) y considerar tus opciones.