Análisis de Castlevania: Lords of Shadow 2 (PS3, Xbox 360, PC)

Antes de nada y para no levantar sospechas, queremos dejar bien claro que nos encantó Castlevania: Lords of Shadow. Decimos esto porque cuando se lanzó en 2010, aunque fue bien recibido en general por la prensa especializada, hubo algunas críticas bastante sonadas, fans de la serie y jugadores nostálgicos a los que esta reinvención de la saga por parte de un estudio español les pareció poco menos que una ofensa. Ni era un Castlevania clásico ni era un metroidvania, era simplemente la nueva y refrescante visión de una saga clásica por parte de MercurySteam, que nos ofrecieron una aventura de acción entretenida, generosa, bella y con una historia muy elaborada.

Pese a sus fallos o carencias, sus virtudes eran muchas, y en la gran mayoría de los jugadores dejó un recuerdo más que grato, y no son pocos los que lo consideran uno de los mejores juegos de la generación, nosotros mismos, sin ir más lejos. La entrega puente lanzada el año pasado en un principio en exclusiva para Nintendo 3DS también nos gustó, y todos los ingredientes estaban bien dispuestos sobre la mesa para ofrecernos un plato que se prometía muy apetitoso. Un mejorado sistema de combate, cámara libre, un mundo abierto, un motor gráfico más pulido y estable, y todo para ofrecer el prometedor cierre de una trilogía argumentalmente muy interesante, que contó en su primera entrega con un final simplemente genial, de los que nunca se olvidan.

Pues bien, no podemos ocultar que Castlevania: Lords of Shadow 2 nos ha decepcionado. Le teníamos muchas ganas y lo que habíamos visto y probado hasta ahora tenía muy buena pinta, pero finalmente nos ha parecido una aventura llena de altibajos, combinando momentos muy buenos con otros que dejan bastante que desear, un juego al que le acaba traicionando su propia ambición, y deja un sabor agridulce.

El combate se ha mejorado, y sobre todo pulido, la exploración se ha visto potenciada por la cámara libre y unos escenarios más grandes que unidos forman un mundo abierto, y técnicamente es un producto más sólido, que soluciona los problemas con la tasa de imágenes del primer Lords of Shadow.

Pero en cambio el ritmo es peor, el plataformeo –o mejor dicho, "barandilleo"- es igual de insustancial, desaparecen casi por completo los ingeniosos puzles que daban un agradecido toque de variedad, y se incorporan unas fallidas y un tanto arcaicas secciones de sigilo, que independientemente de que vengan o no a cuento en una aventura de acción o hack and slash -es algo opinable-, están mal resueltas, y acaban teniendo más protagonismo de la cuenta. Hay multitud de jefes finales, algunos nos ofrecen enfrentamientos intensos y emocionantes, otros menos inspirados o demasiado sencillos en cuanto aprendes sus dos o tres patrones de ataque, y la historia, aunque con momentos interesantes –sobre todo cuando se pone más emotiva, y conecta con el pasado de Gabriel-, finalmente decepciona, con un final que es totalmente lo opuesto al del primer episodio de la trilogía.

El punto de partida es muy interesante, sobre todo si has disfrutado de la historia que se contaba en Lords of Shadow y Mirror of Fate. Como ya deberíais saber a estas alturas, encarnamos a Drácula, algo que no es precisamente anecdótico. Si en el primer Lords of Shadow se nos contaba cómo el héroe acababa transformado en aquello que tantos esfuerzos dedicó en combatir, el villano por excelencia de la saga, en Lords of Shadow 2 controlamos a un Gabriel Belmont ya completamente transformado en vampiro, que despierta varios siglos después de los acontecimientos del primer juego. Tras un prólogo en el que controlamos a un Drácula todopoderoso, en una serie de secuencias que sirven de tutorial y que nos explican los conceptos básicos del sistema de combate, despertamos en el presente con un personaje totalmente debilitado y una sombra de lo que fue, que deberá recobrar sus poderes para hacer frente a la amenaza de Satán, cuyo regreso a la Tierra está próximo, un enemigo al que si vence permitirá a Gabriel lograr el descanso eterno, y así librarse de la condena de la inmortalidad.

En el arranque de la aventura, y para que no nos perdamos, nos explican muy detalladamente lo ocurrido en las anteriores entregas, y si incluso no las jugaste, podrás seguir la historia de Lords of Shadow 2 sin demasiados problemas. Nos explican de dónde venimos, a dónde vamos, y se toman su tiempo para hacerlo, lo que se cobra un alto precio, ya que el arranque es muy lento, y la aventura no coge ritmo hasta casi pasadas las dos primeras horas, todo un lujo en estos tiempos que corren. Este tramo se utiliza, además de para construir los cimientos de la historia, para que asimilemos correctamente los conceptos básicos de la jugabilidad, tanto del sistema de combate como de las nuevas secciones de sigilo.

El combate es muy similar al de Lords of Shadow, pero mejor resuelto, en parte por la nueva cámara libre, un control más pulido, y una tasa de imágenes totalmente estable que ya no da problemas. La cámara, aunque nos obliga a ejercer de directores de cine más de la cuenta, y muchas veces no se coloca donde debe, no nos parece un gran lastre, y estamos ante un sistema de combate exigente, que sin estar a la altura de los mejores hack and slash, es bastante satisfactorio. Los enemigos a los que nos enfrentamos constantemente en cambio no nos gustan tanto, a veces son un poco "pesados", y más de una vez huiremos y dejaremos de lado un combate, es vez de disfrutar de todos y cada uno de ellos.

Los pilares del combate se sustentan en las tres armas que llevamos: el Látigo de sombra, la Espada del vacío y las Garras del caos. El primero es nuestra arma básica, que permite los ataques más amplios y de largo alcance, con la espada recuperamos vida al golpear a los enemigos, y con las garras rompemos las armaduras o la defensa de ciertos rivales, a los que no podríamos dañar de otra manera. Estas dos últimas armas cuentan con su propia barra de energía, y en combinar las tres acertadamente reside la clave del éxito, así como en la defensa, con el bloqueo, que si realizamos en el momento oportuno no solo detenemos los ataques enemigos, sino que además nos permiten contragolpear, algo muy necesario en los combates más exigentes. También hay golpes imparables, indicados con una señal roja, que tendremos que esquivar.

Conseguimos armas secundarias y poderes mágicos, y mediante los puntos de experiencia podemos adquirir y mejorar las habilidades. Además, si realizamos estas habilidades y combos un gran número de veces, podremos dominar el movimiento oportuno llenando el contenedor de maestría, para después verterlo en el arma, mejorando su nivel. Hay bastantes movimientos y acciones, y el combate es más complejo de lo que puede parecer en un principio, pero también es cierto que quedándonos en los superficial, y realizando siempre un par de combos y bloqueos sincronizados, superaremos sin demasiados problemas la mayoría de situaciones del juego. Se puede decir que hay un buen sistema de combate, pero no se le acaba sacando todo el jugo que tiene, está un poco desaprovechado.

La aventura cuenta con un desarrollo lineal, en todo momento tenemos bastante claro a dónde tenemos que dirigirnos, y no será hasta bien avanzado el juego cuando podamos explorar con libertad su mundo abierto, y descubrir multitud de secretos. No merece la pena perder demasiado el tiempo haciéndolo antes, ya que muchas veces no tendremos la habilidad oportuna para conseguir ese secreto que estamos viendo ahí arriba, teniendo que volver más tarde, a poder ser cuando ya tengamos todos los poderes desbloqueados -doble salto, convertirnos en nieblas, etcétera-, algo muy "metroidvania". Hay multitud de coleccionables en forma de mejora de vida, de poderes mágicos, cantidad de artes conceptuales al romper elementos del escenario, o los interesantes diarios de aventureros que fracasaron en su intento de derrotar a Drácula.

Muchos combates, algo de plataformeo no demasiado complejo, espectaculares enfrentamientos contra jefes finales, algo de exploración, y las tediosas escenas de sigilo se van combinando en un desarrollo bastante variado en el que se echan en falta los puzles. Ya sea en forma de rompecabezas puros como los del primer Lords of Shadow -aquí aparecen tarde y mal y encima repitiéndose-, o en relación al entorno y los escenarios, que ahora totalmente tridimensionales no se acaban de aprovechar del todo, y solo se usan para esconder coleccionables -ni siquiera hay misiones secundarias como tales-.

Por motivos argumentales iremos saltando de la época presente al pasado, recorriendo las calles de una ciudad moderna construida sobre las ruinas del antiguo castillo, entre coches y edificios actuales, en una especie de apocalipsis –la ambientación de estos escenarios nos ha recordado muchísimo a la del primer Darksiders- en el que además de contra monstruos, nos vemos las caras con soldados y robots con armas de fuego, lo que escandalizará a los más puristas. En las situaciones en las que viajamos al pasado y el castillo todavía se mantiene en pie, son los más clásicos, y los que más nos recuerdan al primer Lords of Shadow, tanto por las bellas imágenes que ofrecen como jugablemente, y nos parecen los mejores momentos del juego.

Convertirnos en una rata y atravesar insulsos conductos de respiración no nos parece algo muy apropiado para el Príncipe de las tinieblas, ni demasiado divertido, y tener que infiltrarnos para dar esquinazo a unos enormes soldados a los que no podemos vencer, cuando nos vemos las caras con monstruos gigantescos y hasta el mismísimo Satán, ni es entretenido, ni es coherente. Algo que no entendemos muy bien, cómo no se dieron cuenta en MercurySteam que no termina de funcionar y resulta tedioso, y más que aportar variedad, entorpece el desarrollo. El plataformeo, que en el prólogo apunta a que va a ser más elaborado, finalmente juega un papel muy secundario, y los jefes finales, como el resto de elementos del juego, los hay desde los muy buenos a otros bastante mediocres, muy abundantes eso sí.

Hasta ahora no hemos mencionado los quick time events, tanto para las ejecuciones de los enemigos comunes, como para eliminar algún jefe final o abrir ciertas puertas –muy absurdos estos últimos-. El motivo es que se pueden desactivar en las opciones completamente, algo que se agradece, y que queda a la elección de cada jugador. De hecho la interfaz es muy configurable, y podemos activar indicaciones visuales como que se muestre el daño a los enemigos, su barra de vida, el daño a nuestro personaje o la ganancia de experiencia, dándole un toque de RPG si queremos.

La duración está en torno a las 10-12 horas, muy similar a la del primer Lords of Shadow , y es en la búsqueda de los secretos y coleccionables donde podemos entretenernos bastante más. Por ejemplo en la tienda del Chupacabras, un comercio donde podemos comprar todo tipo de ítems, tenemos un espejo que nos lleva a una arena de combate llena de complicados desafíos, para quienes quieran poner a prueba su dominio del sistema de combate. El simple hecho de encontrar todas las mejoras del personaje ya nos llevará unas cuantas horas, ya que ahora al ser un mundo mucho más grande y abierto, sus secretos están mejor escondidos, y deberemos explorar y buscar con mucha atención.

El apartado técnico es bastante bueno, muy consciente de las limitaciones de dos consolas tan veteranas como PlayStation 3 y Xbox 360, y se le ha dado prioridad a una robusta tasa de imágenes por segundo y total ausencia de problemas en la sincronización vertical, por encima de la calidad de las texturas o algunos dientes de sierra de más, lo que nos parece una buena decisión. La dirección artística sigue siendo muy buena, aunque echamos un poco de menos esos bonitos parajes naturales del primer juego, aquí pasando demasiadas horas por las calles de una ciudad gris un tanto fea e interminables laboratorios, que terminan haciéndose un poco repetitivos, como el diseño de ciertos enemigos, un tanto discutibles.

Pero cuando viajamos al pasado, y nos movemos por el clásico castillo de Drácula, el juego da lo mejor de sí mismo. Ya no hay casi lugar para el lucimiento que proporcionaban las cámaras fijas del anterior, pero en cambio podemos observar con libertad los –a veces- impresionantes escenarios. También se agradecen las escenas cinemáticas, ahora todas realizadas en tiempo real por el motor del juego, y que ofrecen unas correctas expresiones faciales, que no son las más punteras que hemos visto, pero sí bastante competentes y muy mejoradas respecto a la primera entrega.

El apartado de sonido es sobresaliente, con un excelente doblaje al inglés, repitiendo los actores Robert Carlyle y Patrick Stewart en los papeles principales, y la banda sonora, nuevamente a cargo de Óscar Araujo, es simplemente impresionante. Melodías bellas, evocadoras, épicas cuando deben, no te cansas de escuchar el precioso tema principal, que describe tan bien las sensaciones que intenta transmitir esta aventura, algo que consigue mejor a través de su música que de su guion.

Sangre con sabor amargo

Esperábamos mucho más del esperado cierre de la trilogía Lords of Shadow, al menos más y mejor de lo mismo, pero es que incluso nos ha gustado menos que el juego de 2010. Su propuesta más ambiciosa le juega una mala pasada, sin saber muy bien qué hacer con ese mundo abierto que plantea, y combina constantemente momentos divertidos e intensos –varios jefes finales principalmente-, con otros tediosos y hasta frustrantes –las desastrosas secciones de sigilo-, que hacen que la aventura tenga un ritmo lleno de altibajos, y evidentes errores de diseño.

Para terminar la faena, el desenlace de la historia no puede ser más decepcionante, y lo que fue un final sorprendente y espectacular en el primer episodio, aquí no han sabido rematarlo, y la historia languidece y se apaga, muriendo de inanición. Pese a todo esto que hemos dicho, sigue siendo una aventura de acción muy entretenida, que nos ha tenido pegados al mando de principio a fin, y esta es sin duda una de las mayores virtudes que puede tener un juego. Si toleras las obras imperfectas aunque con personalidad propia, y quieres ayudar a Drácula a acabar con su eterna agonía, seguro que disfrutarás Lords of Shadow 2.