Análisis de Apache: Air Assault (PS3, PC, Xbox 360)
No es muy habitual disfrutar de simuladores aéreos en consola, y menos lo es aún que los vehículos no sean rápidos y emocionantes cazas, sino helicópteros. Pero también eso es un punto a favor de Apache: Air Assault, el último juego de Gaijin Entertainment –creadores de IL-2 Sturmovik- para Xbox 360, PlayStation 3 y PC. No es un simulador auténticamente puro, de esos que requieren leer un complejísimo manual casi tan amplio como el de una auténtica máquina de Boeing, pero su comportamiento desde luego está bastante cerca de esta definición.
La jugabilidad alejada del arcade se nota desde un primer instante. No se trata de disparar sin sentido, de volar por los mapas a toda velocidad o de realizar maniobras imposibles.
Esto hará que muchos jugadores lo encuentren excesivamente duro y complicado, pero también transmite experiencias que difícilmente vamos a encontrar en otro título del mismo género. Sin duda, los más jugones de la simulación se lo pasarán en grande con un planteamiento extremadamente serio en la dificultad más alta.
El primer paso obligatorio es un tutorial que enseña los conceptos básicos del vuelo, el uso de armas y los diferentes visores para detectar unidades de infantería escondidas –cámaras FLIR y DVO con vistas espectaculares-. Los conceptos son sencillos, no esconde ningún oscuro secreto, pero no es tan natural como ponerse a los mandos de un After Burner. Hay que tener control de la altitud, la rotación, y las físicas están diferenciadas según el tipo de simulación: de entrenamiento, realista o veterana –aparece tras superar el juego en realista-. Si es nuestro primer juego de estas características, lo más conveniente es comenzar en entrenamiento –que la desarrolladora ha querido llamar arcade en algún momento, pero no lo es- antes de pasar a la auténtica acción. Advertir que el control más cómodo también reduce la capacidad de reacción o manejo, tal y como sucede en los juegos de conducción con el ABS y otros sistemas de estabilidad, así que para sacar el auténtico partido al Apache se debería subir la complejidad –cosa que, sin cuidado, puede hacer que choquemos contra la ladera de un monte-.
El juego nos presenta 16 misiones en las que nosotros somos los protagonistas frente a ataques terroristas o enemigos, ya sean soldados, tanques o amenazas aéreas en todo el mundo. Los objetivos presentan situaciones reales como defender una base de un ataque sorpresa, operaciones de rescate, destrucción de edificios, dar caza a terroristas en huida, misiones de cobertura, o infiltración a baja altura en Sudamérica, África o Asia. La vista desde la cabina nos dará la sensación más parecida que hemos vivido en un videojuego a conducir un Apache, pero con las cámaras exteriores también se puede jugar perfectamente, y la amplitud de la pantalla es más cómoda. Utiliza la suspensión fija en el aire y apunta a todo elemento hostil, y empezarás a encontrarles el gusto a estos pájaros de guerra.
Ya sea con la configuración más realista como con la de entrenamiento, el control nos ha gustado porque el ritmo de juego no es acelerado. No significa que falten de momentos de tensión, porque ver cómo las cosas no están saliendo como nos gustaría añade mucha emoción, pero controlar un Apache no es como jugar con un avión. Los giros son más lentos, se necesita más precisión, y eres un blanco fácil para misiles de tierra –quédate quieto mucho tiempo y te acabarán tirando abajo-. No obstante, el helicóptero está armado hasta los dientes con una torreta y varias clases de misiles, como cohetes Hydra o Hellfire, guiados por láser. Además, que no podamos controlar todos los flancos de la acción da un toque más estratégico a las situaciones porque se necesita valorar qué es lo importante en cada momento. En control realista o veterano, el simple hecho de volar y sentir al Apache bajo nuestro control ya es una tarea divertida, aunque no apta para todo tipo de jugadores.
La auténtica emoción de Apache se encuentra en el fragor de los combates. Escudriñar el terreno buscando enemigos escondidos en la vegetación, esquivando lanzacohetes, cambiando a cámara infrarroja y machacando con el arsenal cualquier amenaza. En dificultad realista y entrenamiento se recargan automáticamente tras unos segundos o minutos –según el tipo-, pero en veterano se limita a un uso. Por suerte para estos últimos casos, hay helipuertos que recargan la munición y reparan los daños. Hay puntos intermedios de guardado –checkpoints- con hasta cuatro oportunidades para terminar la misión –y en Veterano, como no podía ser de otra forma, cuando te dañan, se acabó-. En este juego, es tan entretenido controlar el vehículo, y realizar maniobras para esquivar los misiles de helicópteros enemigos como el intercambio de fuego.
Apache: Air Assault tiene modos multijugador. El local, para dos jugadores, la verdad es que no pasa de la anécdota, porque no presenta pantalla partida para colaborar en una misma misión, que habría sido lo ideal; en cambio, hace que uno de ellos esté al mando del helicóptero, y el otro tome el control de las armas. La verdad es que se necesita mucha coordinación y entendimiento de cada función, de lo contrario, más que simplificar la situación, la hace más compleja. Por suerte, el multijugador en red si es como imaginábamos, con hasta cuatro Apaches colaborando de manera coordinada en 12 misiones diferentes al modo solitario. También se pueden jugar sin compañeros a este modo, pero está claro que la idea es terminar estos objetivos con amigos.
Existe además un modo libre con creación de misiones según nuestros gustos, modificando parámetros relativos al lugar, la inteligencia artificial o nuestro vehículo. Viene a ser un editor de misiones propio, interesante si se quiere poner a prueba la resistencia con misiones suicidas, o como extensión del tutorial, que se hace algo corto teniendo en cuenta que estamos ante un juego poco menos que único en los catálogos de consolas.
Lo mejor que se puede decir de Apache: Air Assault es que gustará incluso para iniciarse en el género. Por otro lado, aún tiene algunos aspectos que mejorar para convertirse en un juego completo dentro de su temática. Por ejemplo, el control en algunos momentos nos deja vendidos, aunque quizás se trate simplemente que un helicóptero no se domina nunca a la perfección. También se echa de menos una historia, personajes carismáticos o un simple trasfondo que enlace de manera atractiva la sucesión de misiones; existe un mero marco para presentar cada situación, pero no demasiado desarrollado. Como simulador que es, quizás no sea un grave problema, pero se podría haber redondeado el modo campaña con un tono más histórico o cinematográfico.
Aunque las imágenes engañan un poco y da sensación de ser un juego simple, con alguna textura que canta un poco –la calidad de algunas superficies es algo borrosa-, realmente tiene más detalle del que parece, y lo mejor de todo es que es estable gráficamente, sin la plaga de fallos, que desgraciadamente, acompaña a muchos títulos de esta generación -ralentizaciones escandalosas, cortes en la imagen…-. Es un juego sólido con extenso mapeado en entornos naturales –quizás no muy inspirados, pero representan en su mayoría lugares salvajes lejos de la mano del hombre-, estupendas réplicas virtuales de los helicópteros, y se le puede perdonar que no todo el terreno esté detallado con objetos como árboles o edificaciones, pero es más que correcto, y agradecemos que se prime la fluidez frente a efectos más gratuitos que empeoren la experiencia. Al final, como suele ocurrir en los juegos de acción aérea, nuestra opinión de la calidad gráfica depende de la distancia de vuelo, y no podemos criticar temas como la animación de los soldados que son prácticamente hormigas a nuestros ojos.
En cuanto al sonido, cuenta con doblaje al castellano, cosa que nos sorprende –hay muchos lanzamientos de más renombre que no son tan cuidados-. La música de corte épico no es mala, pero nos decantamos por los sonidos de la batalla. Tratándose de un simulador, parece más lógico recrearse con el sonido del motor, las balas, explosiones y diálogos de radio que en la banda sonora.
Conclusiones
Decir que el nuevo juego de Gaijin Entertainment es el mejor simulador de helicópteros del momento quizás no suene a gran alago debido a la ausencia de grandes competidores, pero desde luego que consigue divertir. Es una propuesta diferente y especialmente fresca en el mundo de las consolas, está lejos de ser un juego "indispensable", pero que merece la atención de cualquier amante de los altos vuelos en su vertiente más realista. ¿Alguna vez habías dudado poder encontrar un juego entretenido de este tipo? Pues Apache: Air Assault es lo que necesitas para creer.