Análisis de The Matrix: Path of Neo (PS2, Xbox)
El primer Enter the Matriz fue un éxito de ventas, pero hubo numerosas dudas sobre la calidad del juego, incluyendo críticas bastante negativas de muchos medios. Shiny Entertainment, el equipo liderado por Dave Perry, vuelve a la carga de nuevo para intentar ofrecer a los fans de las películas creadas por los hermanos Wachowski un videojuego fiel, que esta vez cuenta con los rostros y las voces de sus principales actores, incluyendo a Keanu Reeves, Neo, el protagonista absoluto de esta epopeya futurista de lucha entre humanos y máquinas en un mundo virtual.
Path of Neo empieza bien, en el sentido de que comenzamos con una secuencia de acción, una lucha contra policías en el célebre escenario de las columnas, donde el juego nos ofrecerá un aperitivo de lo que podremos disfrutar más adelante. En esta lucha aprenderemos algunos movimientos pero, sobre todo, el juego calculará nuestra habilidad para ofrecernos una selección de niveles de dificultad. Tras hacerlo, comenzaremos desde el principio propiamente dicho. El señor Anderson en su despacho, huyendo, gracias a los consejos telefónicos de morfeo, del agente Smith y compañía, para luego, una vez atrapado y más tarde liberado, comenzar su entrenamiento en el mundo real para volver a Matrix e intentar convertirse en el Elegido.
El juego nos narra lo acontecido en las tres películas o, mejor dicho, todo aquello en lo que Neo interviene directamente, usando los puños, por lo que las secuencias en nave y las batallas –especialmente las de la tercera película, Revolutions- no aparecen en el juego. Éste sigue la trama de las películas, aunque la narrativa entre los diferentes niveles (o bloques de niveles) no es exactamente la de los filmes, sino que edita sus secuencias, intercalando unas con otras a toda velocidad, no siempre en orden cronológico y dando saltos hacia delante. Esto puede resultar confuso para el que no haya visto las películas, pero es evidente que todo el mundo –o al menos los que siquiera se hayan interesado en leer este análisis- las ha visto o sabe de qué van, por lo que estos interludios no resultan tan confusos como podría afirmarse en teoría.
Path of Neo, eso sí, se toma licencias a la hora de seguir las películas, especialmente a medida que nos acercamos a la conclusión del juego. Están todos los elementos clave, como la primera pelea con Smith, la gran pelea contra los cientos de Smith, la del castillo de Merovingio o la lucha final, pero otras áreas se alargan acertada e intencionadamente con el objetivo de darle al juego mayor duración. El entrenamiento es verdaderamente exhaustivo, no simplemente unos minutos peleando con morfeo, y a lo largo del juego acabaremos con muchos más enemigos que los que Neo vapulea en la película, porque a fin de cuentas estamos ante un juego de acción pura.
The Matrix: Path of Neo es un juego de acción "yo contra el barrio", aunque entendido dentro de la nueva tendencia de los juegos de acción de hacer lo más automática posible la realización de combos y confiar únicamente en los reflejos del jugador para darle al botón apropiado en el momento adecuado, cuando nos lo señale la pantalla. Un sistema de este tipo ya lo usaba God of War, pero en Path of Neo está presente a lo largo de todo el juego, y con él, pulsando únicamente dos botones (ataque y agarrar) y las direcciones correspondientes, haremos centenares de espectaculares combos.
Esto por una parte es positivo, ya que el resultado es muy espectacular y, en cierto modo, muy satisfactorio para el jugador, especialmente al principio del juego. Veremos cómo con la pulsación de un par de botones Neo hace un espectacular combo que manda a criar malvas a los enemigos más básicos, o cómo pulsando un simple botón podemos parar un golpe, y con la pulsación de otro aturdir al enemigo para, moviendo levemente el stick, lanzarlo luego por los aires. En este sentido el juego es muy positivo, ya que ver los movimientos de la película ejecutados de forma tan sencilla es, como decíamos, algo muy satisfactorio. Llega entonces el problema que va a unido a la sencillez de control: la consecuente falta de control propiamente dicho.
Tan automatizadas están las acciones, y tan largos son los combos que realizamos pulsando tan solo un par de botones, que muchas veces notaremos una gran falta de respuesta o cómo el juego hace algo que no queríamos hacer, y que dura mucho tiempo, pues las animaciones de Neo son probablemente lo mejor del juego y éste se encarga de demostrárnoslo continuamente con largas secuencias y piruetas.
Aún teniendo en cuenta este problema, que quizás desquicie a algunos jugadores que esperaban un juego más complejo y profundo en este sentido, Path of Neo ofrece luchas muy divertidas, no solo cuerpo a cuerpo y con variedad de estilos de lucha, sino también con espadas y con armas de fuego. La dinámica de las espadas es exactamente la misma que la de las armas cuerpo a cuerpo, mientras que las de fuego incluye la selección automática de objetivos, lo cual las hace mucho más sencillas de manejar. Con un poco de práctica seremos capaces de hacer sin grandes esfuerzos movimientos espectaculares, como lanzar a un enemigo por los aires y, al más puro estilo de Devil May Cry, tirotearlo cuando está en el aire.
Y luego está, por supuesto, el tiempo bala, llamado concentración en el juego, que hará que nuestros movimientos sean más potentes y además nos permitirá hacer ataques especiales, como devastadores combos o golpes mortales... además de permitirnos esquivar balas –que en tiempo bala tendrán la espectacular traza de las películas-. La barra de concentración se gasta, como es de esperar, y se recupera con el tiempo y golpeando a los enemigos con éxito.
En general la jugabilidad no es mala en absoluto, y las lucha son divertidas, pero a la falta de control propiamente dicho, que puede volverse un tanto caótica cuando nos pongamos a hacer combos largos, hay que unirle un diseño demasiado orientado al combate. Esto no sería malo si el combate tuviese mayor profundidad y no fuese tan machacabotones, pero las áreas en las que el equipo de desarrollo ha intentado salirse de la norma de la acción total, el resultado no es demasiado bueno, con partes "de sigilo" un tanto ridículas y puzzles o bien sencillos o bien tediosos.
A nivel gráfico The Matrix: Path of Neo tiene sus pros y sus contras, quedando el resultado simplemente decente pero muy lejos de la espectacularidad prometida. Los escenarios están muy bien hechos y además tienen muchas partes destruibles, y las animaciones de Neo son espectaculares, pero los modelados no están a la altura de los últimos exponentes del género, especialmente en las caras –los juegos de fútbol tienen más parecido con los jugadores que Matrix con los actores-, hay muchas texturas en baja resolución y además el juego se ralentiza gravemente en muchas ocasiones; en algunas es a propósito, claro, para darle al juego el "toque Matrix", pero en otras ocasiones simplemente el motor gráfico no puede gestionar todo y el bajón es notable.
En sonido el juego está muy bien, con unos FX muy variados y un genial doblaje en el que han participado los mismos actores que doblaron las películas al castellano, algo que resulta muy de agradecer. La música, por desgracia, no es la misma que la de las películas –solo algunos temas-, y no llega al nivel de la banda sonora original.
The Matrix: Path of Neo es un buen juego de acción, pero aquellos que esperaban un juego que satisficiese a los fans más exigentes –y más ansiosos de un gran juego de The Matrix- se sentirán inevitablemente decepcionados. Path of Neo es divertido, y va por el buen camino –aunque es poco probable que haya muchos más juegos de The Matrix-, pero cuenta con algunos fallos que estropean lo que había podido ser un gran juego, tiene fallos a nivel técnico y, pese a su duración (de 10 a 12 horas), no tiene tampoco grandes alicientes para rejugarlo una vez que lo hayamos terminado. Una compra recomendada a los fans de las películas, pero los que simplemente son aficionados al género deberían tener otras prioridades.