Ubisoft Montreal y Casablanca nos traen un año después y nuevamente por navidad una aventura cargada de aventura, saltos y acción y sobre todo, una lucha encarnizada entre las dos personalidades del príncipe, adquiriendo casi el total protagonismo de esta tercera parte subtitulada, las dos coronas, ¿adivináis por qué?. En la primera entrega veíamos como "casi" sin darnos cuenta desatábamos el poder de las Arenas, las cuales arrasaban con todo a su paso, cuando pusimos en su sitio al visir culpable de todo aquello resulta que descubrimos que hay una emperatriz del tiempo y un demonio que nos persigue -el Dahaka- para subsanar el poder que desplegaron las arenas del tiempo, cuando en vez de deshacernos de la emperatriz la conquistamos con nuestros encantos y le damos fin al demonio del tiempo decidimos regresar a nuestra casa. Después de todo eso, nos encontramos nuestra querida Babilonia arrasada y al visir de las narices no se le ocurre otra cosa que matar a Kaileena, nuestra querida emperatriz dejándonos otra vez con toda una ciudad que recorrer llena de demonios. Otra vez toca hacer de príncipe…
Esta cara me suena…
Nada mas comenzar la aventura intentando rescatar a la emperatriz sin éxito nos quedamos con un palmo de narices pensando que esta vez el príncipe no se rodeará de ninguna bella fémina, pero resulta que la presencia femenina en el juego no se resiente lo mas mínimo, y esto es porque reaparece Farah , la bella india con la que compartimos mil aventuras en la primera parte, ahora mucho mas sofisticada, todo sea dicho. La otra aparición la realiza el visir, que nos volverá a complicar la vida transformándose en un ser un tanto extrañó que escapa de nosotros con total tranquilidad a lo largo y ancho de la aventura.
Un sistema de juego invariable pero también inmejorable
Por encima de los gráficos esta saga se ha caracterizado por su narración, su progresión argumental pero también por millones de saltos y rutas imposibles a través de cloacas, prisiones, jardines y, como no, castillos. Las animaciones siguen siendo fabulosas, insuperables, no solamente por su cantidad sino por la calidad que atesoran, conservando todas las anteriores y sumándoles otras tantas. Toda la aventura está narrada por Kaileena desde el principio como si se tratase de un relato que se cuenta como historia a lo largo de los años.
Mientras vamos por las calles de Babilonia iremos escuchando atentamente cómo según la emperatriz el príncipe actúa mas por egoísmo que verdaderamente para ayudar los demás, buscando acometer estas solo para satisfacerse a sí mismo, y cómo más adelante su personalidad va a encontrarse en una terrible encrucijada cuando salgan a la luz sus dos personalidades y mantengan un constante enfrentamiento por sobreponerse la una a la otra. A veces el príncipe se marcara unos monólogos increíbles consigo mismo, incluso en los momentos que controlemos a una de las dos versiones, la otra le estará dando la réplica, el oscuro es muy sarcástico y muy duro y sanguinario, mientras que el príncipe se mostrará a veces arrepentido e impotente al no saber controlar a su otro yo, transformándose en los momentos más inoportunos.
Los gráficos en un segundo plano
Pero eso no quiere decir que no sea uno de los mejores apartados, porque realmente lo es. Analizando las diferentes versiones que han aparecido podemos apreciar sin duda alguna que todas son parecidas, aunque en Playstation 2 hay unas ligeras ralentizaciones, mientras que la versión de Pc es la mejor parada. Por lo general el acabo es extraordinario en todas, con unas texturas muy buenas, unos personajes detalladísimos y unos efectos extraordinarios, Ubisoft lo ha vuelto a hacer, y es que lograr mejorar lo visto el año pasado, en solo un año más... es algo que nos llama poderosamente la atención. En consolas se puede decir que el cenit gráfico está conseguido, sobre todo en PS2 donde es increíble ver las extensiones de babilonia cuando vamos por los tejados y apreciamos el horizonte con todo lujo de detalles, es para quitarse el sombrero, pero realmente es secundario, lo importante de un Prince of Persia seguirá siendo su jugabilidad, pero si los gráficos son también sobresalientes, el producto acaba siendo inmejorable. La única pega que se le puede poner es que en determinados momentos la cámara se vuelve loca, tal vez tres o cuatro veces en muchas horas de juego, pero cuando lo hace, es que directamente no vemos al príncipe, algo realmente extraño, pero sin mucha trascendencia.
Lo que podríamos englobar dentro de efectos como son los de difuminado cuando se ralentiza el tiempo o los vientos de arena que es un golpe que arremete contra todos los enemigos están estupendamente conseguidos, el acabado general es inigualable, porque son una muestra de buen gusto y buen hacer a la hora de ser llevado a la practica, lo mismo ocurre con los diseños de los escenarios que vuelven a ser mas enrevesados y variados que nunca.
Y se hizo la variedad
La multitud de situaciones que nos encontraremos en Las Dos Coronas es reseñable, por poneros unos cuantos ejemplos, tendremos que realizar carreras en cuadriga para poder escapar del enemigo, con una velocidad muy conseguida y un control muy simple pero al que no se le puede poner ninguna pega, o también subirnos encima de un monstruo enorme e ir controlándolo para que nos vaya rompiendo las puertas hasta lograr salir de un recinto. Las quince horas que puede durar la aventura están salpicadas con multitud de elementos diferentes para que no todo el rato sea llegar a la parte superior de una habitación o luchar sin más. Como en los anteriores podremos ir incrementando nuestra vida encontrando fuentes secretas y también ampliando nuestras runas de arena, con las que podremos ralentizar el tiempo, volver unos segundos atrás o acometer un ataque sobre todo los enemigos que tengamos cerca nuestro en ese momento.
La novedad es clarísima en este aspecto, y es el ataque sigiloso. Siempre que nos acerquemos a un enemigo sin que este nos detecte podremos matarle pulsando el botón de acción en el momento en que aparezca un rayo blanco en la pantalla, así facilitamos mucho la labor y las luchas puede ser mas o menos largas según nuestras ganas de armar lío.
Yo, yo mismo y Farah
Os hemos comentando muy por encima la historia de los Dos Príncipes pero es fundamental hablar de cómo repercute eso en la jugabilidad. El príncipe normal puede luchar con la daga del tiempo más otra arma que le permitirá hacer los combos correspondientes con el mismo sistema que El Alma del Guerrero, podremos realizar las opciones especiales de siempre.
El príncipe oscuro es mucho más poderoso, utiliza una cadena con la que también puede engancharse a lámparas y salientes de otra manera inaccesibles, y aunque en lucha es insuperable tiene un problema cuando hay que hacer plataformeo con él, y es que las arenas del tiempo se agotan y hay que estar siempre pendiente de romper objetos y lograr así restaurar su vida, las demás diferencias son los combos que pueden realizarse al tener armas totalmente distintas. Nuestra versión sanguinaria tiene la suerte de tener un arma mortal por si mismo, mientras que las armas secundarias del príncipe se rompen y en medio de una pelea nos quedamos cada poco solamente con la daga reduciendo nuestro nivel de ataque considerablemente, son dos personajes con muchos pros y muchos contras, no podemos controlar cuándo transformarlo así que simplemente tendremos que amoldarnos a jugar con el que nos toque en cada momento.
¿Con cuál nos quedamos?
La duda de cual será el mejor juego de la saga se antoja realmente complicada porque pocas veces hemos asistido a tal heterogeneidad en una saga en cuanto a calidad y aportaciones se refiere. Tal vez el primero se desmarque un poco y tenga mas saltos mientras que la segunda y la tercera parte se centran mas en la acción, pero fue el primero el que nos puso la miel en los labios mostrándonos todo lo que nos quedaba por delante y sin duda trajo un soplo de aire fresco al género. Sinceramente no sabríamos con cuál quedarnos porque a pesar de que a mucha gente no le gustó la segunda parte (muchos de ellos no llegaron ni a terminárselo y se quedaron en la cáscara) pero con esta tercera parte sucederá lo mismo, será admirado y odiado a partes iguales, pero da lo mismo porque quedará arriba en la lista de los mas vendidos y hará disfrutar a la inmensa mayoría de las personas que le den una oportunidad, hayan jugado a los dos anteriores o no.
Música oriental y un doblaje fantástico
Se han vendido packs especiales donde se regalaban las B.S.O. de esta trilogía que entre sus muchas virtudes se encuentran las de tener unas melodías fantásticas que son capaces de enfatizar los momentos clave y darle ritmo a un juego que por momentos es mas que vertiginoso. Además el doblaje vuelve a estar a cargo de actores profesionales, dotándolo de unas señas de identidad propias al que solo se le puede poner la pega de haber cambiado a algún doblador, pero solamente eso, porque lo demás son alabanzas hacia una trabajo que es un ejemplo de cómo se hacen bien las cosas.
Se cierra el circulo
Esta generación de consolas asiste en Las Dos Coronas a la finalización de una trilogía mágica que nos ha traído de vuelta a un icono clásico de los videojuegos transformándolo en un icono moderno. Ubi ha sabido tratar con mucho cuidado a este fenómeno que tal vez veamos dentro de un tiempo en los cines si se confirma la adquisición de los derechos, pero eso a día de hoy ya no nos extraña sobre todo a tener de la calidad que atesoran las tres entregas que han hecho olvidar a Lara Croft en la generación de los 128 bits, que no es poco. Esperaremos su regreso en los albores de la nueva generación, ojalá no necesitemos esperar tantos años para poder volver a verlo en nuestro televisor.