Análisis de Hitman 2: Silent Assassin (PS2)

Desde hace unos años, los juegos de acción se han ido diversificando desde el clásico mata-mata en dos dimensiones (que recupera el nuevo Contra de PS2) hasta diferentes subgéneros, como los FPS, los juegos de acción en tercera persona tipo Max Payne o los llamados juegos "de acción táctica", que introducen el sigilo como parte importante de la jugabilidad y cuyo buque insignia se llama Metal Gear. Combinando estas tres vertientes y aunándolas en un solo juego, IO Interactive y Eidos nos presentan Hitman 2: Silent Assasin, la segunda entrega de su saga Hitman estrenada en el año 2000, que pese a contar con una buena jugabilidad y calidad técnica, pasó casi desapercibida entre los jugones. Sin embargo, Eidos vuelve a la carga con esta segunda entrega, desarrollada para PC, Xbox y PS2 y más "orientada a consolas", que ya ha recibido buenas críticas en todo el mundo. Veamos que trae de nuevo nuestro amigo 47, el calvo con el código de barras en la nuca...

La historia no es demasiado complicada, pero sirve de pretexto para que el agente 47 vuelva a la acción. Tras lo sucedido en la primera parte, nuestro protagonista se retira a una iglesia en Sicilia, lejos del mundanal ruido y acompañado por su guía espiritual, un cura que pronto será secuestrado por la mafia debido a los rumores que aseguran que Mr. 47 posee una enorme fortuna. Para recuperar su querido anfitrión, el agente tendrá que volver a contactar con la agencia, que le ayudará a cambio de una misión "gratis". Cómo el padre no aparece, y posiblemente por sentirse sólo, Hitman continúa colaborando con la agencia en una serie de misiones que nos harán visitar medio mundo y evitar de varias maneras posibles la inestabilidad política del planeta.

En nuestro periplo completaremos 20 misiones, que nos llevarán a lugares como San Petersburgo, Japón, Malasia (con un escenario en las Torres Petronas, dos enormes rascacielos de Kuala Lumpur que casi protagonizaron la película "La Trampa") o la India.

Estas misiones seguirán una pequeña historia cada una de ellas, e incluso estarán enlazadas entre sí; después de cada misión (o serie de) volveremos a nuestro cobertizo de Sicilia, donde guardaremos nuestro arsenal y podremos continuar afrontando más misiones.

Como ya ocurría en la anterior entrega, cada misión tendrá sus propios objetivos y requisitos, pero tendremos varias maneras de completarla, según nuestro "estilo", aunque evidentemente la que más recompensa el juego es la más sigilosa posible. Aunque el juego nos deja una más que razonable libertad, el sigilo será algo obligatorio en algunas misiones en las que un requisito es "que no suene la alarma". Estas misiones, aunque en ocasiones desesperantes, son las que dan una mayor profundidad al juego y te obligan a pensar estrategias; destacan la de "La cita en el parque", el asalto al castillo japonés y la de asesinar a los oficiales árabes –que yo superé con una carambola-.

Para completar las misiones no estaremos desvalidos, sin embargo; contaremos, además de con el equipamiento que creamos adecuado llevar, con las armas que nos proporcione la Agencia, que estarán ocultas en alguna parte del escenario. Para llegar a todas partes y saber donde está todo el mundo, podremos consultar el exhaustivo mapa del nivel (y de todos sus recovecos) que nos proporciona la agencia via satélite, aunque la parte negativa del asunto es que mientras tanto el tiempo seguirá corriendo –algo que es perjudicial si estamos a la vista de los enemigos, pero que también nos sirve para controlar las rutas de los guardias-. Y antes de estar en el terreno, un completo "Briefing" nos pondrá al tanto de todo lo que tendremos que hacer, junto con vídeos y fotos de los objetivos. Una vez en el escenario, iremos recibiendo mensajes de lo que ocurra, como información sobre el objetivo –si la misión tiene que completarse en un determinado periodo de tiempo o condiciones-, o sobre nuestro estado de sigilo, ya que una vez vayamos haciendo fechorías, y se vayan descubriendo, los guardias se alertarán, serán más suspicaces –nuestros disfraces serán descubiertos más fácilmente-, se buscará a "una persona calva sospechosa", y esto puede condenar nuestra misión al fracaso si se nos exige sigilo.

Pero para pasar inadvertido tendremos muchas formas de actuar. Las primeras son las más obvias: intentar no ser visto por los soldados y matar de forma sigilosa, es decir, usando pistolas con silenciador, cuchillos, o el cordel de estrangular. Sin embargo, y especialmente con las pistolas con silenciador, las muertes pueden no ser tan sigilosas como nosotros queramos, ya que las victimas gritan (¡malditos!). Además, cuantas menos personas matemos mejores "asesinos silenciosos" seremos. Una opción que usaremos con frecuencia será disfrazarnos. Esto es especialmente útil cuando absolutamente todos los otros seres de la pantalla llevan la misma indumentaria, o cuando sólo algunas personas puedan pasar por un sitio. Por ejemplo, en la misión de la embajada alemana podremos infiltrarnos tras robar un smoking a un incauto invitado que pasaba por allí, y en la misión de las Torres Petronas podremos pasar los controles haciéndonos con el uniforme de un pizzero (después de que pidan una pizza, claro), o provocando un incendio y luego vestirnos de bombero (¡con hacha!). Este último punto es el único que falta por destacar en el apartado "sé un asesino sigiloso"; el escenario nos dejará cierto margen para interactuar con él, no sólo para escondernos. En la misión mencionada podremos provocar un incendio y así crear la situación ideal para pasar unos controles con un enorme arma blanca entre las manos, mientras que en otras tendremos la posibilidad de desactivar dispositivos de vigilancia, o incluso cortar la luz, cosas que ayudarán a que nadie sospeche de nuestro calvo –porque no lo verán-.

Hablando de los enemigos y de los otros personajes que pulularán por el escenario, hay que destacar la buena inteligencia artificial que poseen, que se ve reflejada en su comportamiento hacia nosotros. Cuando un guardia crea que ve algo sospechoso, investigará, siguiendo nuestro rastro. En cuanto descubra que estamos allí, si le da tiempo, avisará a otros guardias y se declarará el estado de alarma entre ellos. Incluso los "inocentes" (así denomina el juego a todo aquel que no lleve un arma) sospecharán de nosotros, y si tienen miedo avisarán a un enemigo. Como ya dije antes, para evitar todo esto tendremos que ser silenciosos y sigilosos (siempre y cuando no queramos emular a rambo), y esto nos lo indicará un marcador justo debajo de la barra de energía, que oscilará desde el centro hacia los lados indicándonos lo sospechosos que estamos siendo. El punto de inflexión se da cuando la barra se torna de color rojo: eso significa que la curiosidad de los guardias se ha convertido en conocimiento de nuestras intenciones, y que el tiroteo es inminente. Para eliminar ese estado de alerta, tendremos que escondernos de los guardias, y cambiar de vestimenta puede ser una buena idea para volver a pasar desapercibidos. Curiosamente, cuando estemos vestidos "de algo" y alguien nos vea hacer una fechoría, si es que llega vivo a "chivarse" a los otros guardias un mensaje nos indicará que éstos buscan a "un guardia sospechoso, etc..". Algunos truquillos para que nuestro disfraz tenga mayor éxito son evidentes: Llevar el arma típica de ese guardia (si es que estamos disfrazados de guardia), y comportarnos con la mayor tranquilidad posible, es decir, no correr.

Siguiendo la estela de su predecesor, Hitman 2 hace uso, por defecto, de una curiosa perspectiva en tercera persona que sitúa la cámara justo detrás de la calvorota del protagonista. Si preferimos la vista en primera persona, pues Hitman 2 se controla igual que un FPS, sólo tendremos que pulsar R3. Sin embargo, esta vista "por detrás de la calva" resulta mejor que la susodicha vista en primera persona al proporcionarnos un mayor campo de visión y no por ello menos precisión al apuntar o controlar al personaje. Las acciones básicas se realizarán con los botones de la parte de arriba del mando: disparar, recargar el arma, agacharnos o correr. Los botones frontales, por su parte, sirven para las acciones y para el manejo de items. El control es, como ya dije, el de un shooter en primera persona, utilizando las setas analógicas para movernos y para girar. Tal vez lo único criticable de la jugabilidad es que en mi opinión se deberían haber incluido algunos movimientos sigilosos más, como el clásico "pegarse a la pared" que se ha convertido en algo casi obligatorio en este tipo de juegos.

En el aspecto gráfico, Hitman no llega al nivel de las otras dos versiones pero luce más que bien para tratarse de PS2. Un aspecto gráfico sobrio, sin florituras técnicas pero con un framerate estable, una buena animación y unos escenarios grandes, complejos y bien diseñados, todo ello con texturas de alta resolución. En el aspecto sonoro, hay que alabar la excelente banda sonora, compuesta por Jesper Kid e interpretada por la Orquesta Sinfónica de Budapest, que recuerda a numerosas películas del mismo tema, especialmente al padrino; música lenta, clásica, que ayuda a darle al juego ese toque de "asesino a sueldo sin escrúpulos". Los efectos de sonido también están a la altura, con multitud de efectos para los disparos de las armas y para los impactos, todos ellos diferentes entre sí. Por último, hay que destacar que el juego ha sido bien doblado,al castellano, algo que es de agradecer; las voces abundan durante el juego, y nos sumergen aún más en la acción. Hitman 2: Silent Assassin ya ha sido un éxito de ventas para Eidos, pero posiblemente muchos jugones no conozcan la existencia del juego, ni lo vayan a conocer nunca; pero los que busquen un juego de acción profundo, que deja mucha libertad, con una realización técnica excelente y una importante capacidad de inmersión, creo que sólo tienen una opción: Hitman 2. Muchos juegos de acción deberían aprender de la libertad que deja para cumplir las misiones, y de su diseño. Aparte, no es un juego corto; las 20 misiones llevarán bastante tiempo, y dado que hay muchas maneras de resolverlas tiene una considerable rejugabilidad. Además, si queremos conseguir todas las armas ocultas del juego no tendremos otra opción que conseguir una puntuación "Silent Assassin" en todas las pantallas, cosa que es ciertamente difícil. Una compra muy recomendada para todo usuario de PlayStation 2.