Análisis de Warhammer 40.000 : Dawn of War - Dark Crusade (PC)

Más ejércitos, más acción, y más sangriento que nunca. El universo Warhammer 40.000 vuelve a convertirse en el protagonista de este gran juego de estrategia y acción.
·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
8.2
SONIDO
8.5
NOTA
8.8
DIVERSIÓN
9
JUGABILIDAD
8.9
Análisis de versión PC.

Que Relic Entertainment se ha convertido en estos últimos años en uno de los equipos de desarrollo más importantes en el mundo del videojuego, y más concretamente en el mercado de PC, es un hecho. Desde que crearon la serie Homeworld este estudio no ha dejado de sorprender a los aficionados a la estrategia con interesantes propuestas jugables aderezadas con un impresionante apartado técnico, creando además experiencias de juego totalmente opuestas entre sí. De este modo, con Homeworld 2 se reafirmaron al crear uno de los mejores juegos de estrategia espacial, mientras que con Warhammer 40.000: Dawn of War y su expansión, Winter Assault, combinaron a la perfección la estrategia con la acción y el rol obteniendo unos resultados realmente sorprendentes.

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Ahora, tras lanzar el genial Company of Heroes, regresan al universo Warhammer con más novedades que nunca intentando de este modo satisfacer las peticiones de los miles de aficionados a esta saga nacida a finales de 2004.

La brutalidad de la guerra
Una de las principales quejas que los aficionados lanzaron sobre Dawn of War fue el reducido número de ejércitos a nuestra disposición (sólo cuatro), teniendo además un modo campaña extremadamente corto en el que únicamente se podía controlar al bando de los Marines Espaciales. Con la primera expansión, Winter Assault, los desarrolladores añadieron un nuevo bando y crearon un modo campaña en el que se podía controlar a varios ejércitos siguiendo un hilo conductor, lo que satisfacía en parte las exigencias de los aficionados. Sin embargo, no ha sido hasta la llegada de Dark Crusade cuando los desarrolladores por fin han dado un paso adelante y han dotado al juego de un nuevo sistema jugable más intenso y exigente que en los títulos anteriores, aumentando considerablemente las posibilidades de juego con los dos nuevos bandos en liza: los Necron y los Tau.

Como en los capítulos anteriores, en Dark Crusade nos encontraremos con un juego de estrategia en tiempo real centrado en los combates entre grandes ejércitos, dejando en un segundo plano la gestión de recursos. De este modo, en esta creación de Relic nos encontraremos con dos recursos básicos, los puntos de prestigio y la energía, con los que compraremos todas las unidades y mejoras, así como levantaremos nuestras bases de operaciones.

Sin embargo, estos elementos de gestión y construcción de campamentos estarán muy ligados con el propio concepto de juego desarrollado para la ocasión, puesto que para obtener los puntos de prestigio tendremos que luchar sin cesar; así como también tendremos que mantener ferozmente los puntos de extracción de energía con los que obtendremos una mayor tasa de este preciado bien. En este sentido, cabe destacar que nosotros podremos construir estructuras básicas que nos proporcionarán la energía en un escaso nivel, para lo cual, si queremos mejorar esta tasa de obtención de recursos, deberemos edificar sobre las zonas específicas del escenario destinadas a ese fin.

Del mismo modo, los puntos de prestigio se obtendrán conquistando las zonas especiales distribuidas por todo el mapa, pudiendo proteger después nuestra bandera con distintas estructuras que también mejorarán nuestro nivel de recolección del citado bien. Además, y siempre dependiendo del bando que controlemos, el hecho de edificar sobre estos puntos de control nos permitirá luego construir otros tipos de estructuras sobre la zona de influencia que se creará en torno al puesto de avanzada, lo que nos permitirá, por ejemplo, construir distintas torretas defensivas para proteger la zona de posibles ataques enemigos. No obstante, como decimos, todo dependerá del bando con el que estemos jugando ya que, por ejemplo, los Tau no tendrán entre sus edificios las torretas defensivas lo que, a la larga, nos obligará a estar vigilando constantemente todos los puntos de control conquistados ya que sus sistemas defensivos no serán suficientes para frenar las oleadas enemigas.

En cuanto al sistema de combate, como decíamos, Dark Crusade mezclará elementos de la acción y el rol para presentar unas batallas tremendamente espectaculares y brutales, pero también muy estratégicas. Cada uno de los siete bandos en liza tendrá una serie de unidades y poderes especiales distintos lo que hará que, por ejemplo, jugar con los Orkos sea una experiencia totalmente distinta a hacerlo con los Necron. Y es que aunque la base en los ejércitos sea la misma, tanto los héroes como el resto de unidades, así como los propios edificios y la forma de crearlos, serán distintos en cada bando, obligándonos de este modo a adaptar nuestro estilo de juego a las propias virtudes y defectos de cada bando.

En este sentido nos encontramos con que los Necron usan los puntos de prestigio para mejorar su base de operaciones que, cuando llega a su máxima capacidad, se convierte en una fortaleza volante capaz de arrasar las líneas enemigas. Del mismo modo, los Tau podrán evolucionar centrándose más en la tecnología, obteniendo así increíbles tanques capaces de fulminar a los enemigos; o centrarse en las criaturas salvajes para obtener bestias realmente espectaculares, hasta el punto de lograr domesticar a un ser de grandes proporciones que no dudará en comerse a sus enemigos. Pero también la Guardia Imperial destacará por sus increíbles dotes defensivas, mientras que los Eldar podrán camuflar hasta sus estructuras para que nadie las pueda siquiera tocar a no ser que vaya con unidades especializadas en la detección de enemigos ocultos. Y es en este punto donde nos encontramos con claros ejemplos del género rol.

Cada uno de los ejércitos en Dark Crusade cuenta con una serie de héroes que tendrán habilidades especiales que podrán decidir el curso de la contienda. Sin embargo, a diferencia de lo visto en otros títulos de estrategia, aquí también todas las tropas tienen la capacidad de mejorar o variar sus funciones, lo que a la larga nos permitirá diseñar ejércitos distintos dentro de una misma facción. De este modo, por ejemplo, podemos comprar un pelotón de soldados de infantería (en la serie la mayoría de unidades se mueven en grupo) al que después podremos añadir una especie de héroe para que mejore su moral. Del mismo modo, en ese mismo pelotón podemos aumentar el número de unidades a través de las mejoras pertinentes en el centro de operaciones, pudiendo además especializar a algunas unidades en el combate cuerpo a cuerpo, en la guerra contra vehículos, o simplemente incorporar un droide defensivo en nuestro grupo (en el caso de los Tau, por ejemplo). Además, gracias al sencillo interfaz creado por Relic podremos tener controlados a todos nuestros pelotones sin demasiados problemas, conociendo en todo momento el número de bajas en cada grupo, y el tipo de unidad caída en combate. Con sencillas pulsaciones de ratón sobre los iconos pertinentes podremos ir restableciendo a las unidades caídas sin demasiados problemas, aunque lógicamente tendremos que tener los recursos necesarios, e intentar que no muera todo el grupo antes de que el resto de tropas vuelvan a reaparecer.

Sin embargo, la mayor novedad en Dark Crusade la encontraremos en el modo campaña ya que en esta ocasión se abandonará el modo clásico de representar las misiones a modo de escenarios independientes, para ofrecernos un escenario de batalla dividido en provincias gobernadas por los siete bandos en liza. Nosotros, al iniciar la partida, tendremos que escoger primeramente al héroe de la facción que encarnaremos, para después comenzar a conquistar todas las provincias del planeta. En este sentido, cada región tendrá sobre su superficie un pequeño número que vendrá a indicarnos el nivel de dificultad de la zona, ya que lógicamente las capitales ya tendrán todas las infraestructuras creadas, así como los ejércitos serán más numerosos.

Nosotros, en cada uno de nuestros turnos, podremos mover a nuestro héroe por todo el escenario (de casilla en casilla por turno) atacando las regiones colindantes a su posición; dejarlo quieto en una región perteneciente a nuestro bando, e incluso reforzar nuestras posiciones gastando los puntos de experiencia que obtendremos tras finalizar cada batalla en comprar nuevas tropas. Por supuesto, tras finalizar nuestro turno tendremos que esperar a que el enemigo termine el suyo, teniendo que defender en ocasiones nuestras posiciones debido a los ataques rivales. Sin embargo, y este es un detalle muy a tener en cuenta, todas las conquistas realizadas en un escenario, así como los edificios creados en el mismo, se mantendrán para siempre, lo que nos facilitará en más de una ocasión la defensa de nuestro territorio.

El desarrollo de las misiones, en este sentido, no será tampoco similar al visto en los dos capítulos anteriores, ya que básicamente todo girará en torno a la eliminación del bando contrario en un escenario de grandes dimensiones. Aquí tendremos que poner en práctica todos los elementos relacionados con la gestión de recursos y la creación de ejército para soportar las innumerables acometidas enemigas, conquistando los puntos de control repartidos por el entorno, e intentando descubrir y mantener las zonas de reliquia que nos otorgarán la victoria inmediata. Aún así, aunque la mayoría de misiones serán idénticas a lo descrito en estas líneas, cada vez que combatamos al enemigo en una de sus capitales tendremos que hacer frente a misiones similares a las vistas en las entregas anteriores de la serie, encontrándonos con escenarios en los que tendremos que hacer frente a varios bandos a la vez, otros en los que tendremos que destruir objetivos determinados; o lugares en los que deberemos defender una posición durante un tiempo determinado.

Por lo tanto, la variedad de misiones está asegurada con estas "fases especiales", teniendo también grandes dosis de estrategia y acción encarnizada con el resto de misiones del juego. Por último, conforme vayamos superando los distintos desafíos que se nos irán presentando, nuestro héroe irá ganando puntos de experiencia que después podremos emplear en comprar modificaciones o mejoras para el mismo. De este modo, por ejemplo, podemos equipar a nuestro héroe con nuevas armas, cascos para detectar a los enemigos invisibles, o mejoras en sus sistemas defensivos. Lo mejor, sin duda, es que todos estos cambios luego se verán reflejados en el juego, ya que todas las piezas añadidas aparecerán en la partida.

Además, el juego volverá a contar con distintas opciones multijugador que alargarán considerablemente la vida del producto gracias, en parte, a la gran diferenciación existente entre los siete bandos, lo que hará que cada partida sea una experiencia de juego única. El número máximo de participantes, como siempre, será de ocho jugadores aunque en este sentido cabe resaltar una cosa. Dark Crusade se vende como una expansión independiente, por lo que no es necesario disponer del original y Winter Assault para disfrutar del juego. Sin embargo, si queremos controlar a los cinco bandos aparecidos en las dos entregas anteriores en las partidas a través de Internet necesitaremos obligatoriamente los dos juegos citados con anterioridad, por lo que si no los tenemos la experiencia de juego no será tan gratificante. Y es que sin duda, en Relic saben que una de las mayores virtudes de su juego es la gran diferenciación existente entre cada bando, y a la vez el increíble nivel de equilibrio conseguido entre facciones tan dispares.

Cada jugador encontrará en los distintos ejércitos estilos de juego bien diferenciados, lo que le permitirá optar por el que más le guste pudiendo hacer frente al resto de jugadores sin problemas. De este modo, por ejemplo, con los Tau obtendremos un ataque a distancia demoledor, mientras que los Orkos y Marines del Caos arrasarán las posiciones enemigas con los ataques cuerpo a cuerpo, y con las armas que reducirán considerablemente la moral (lanzallamas y demás). La Guardia Imperial, por el contrario, será realmente efectiva en las labores defensivas, mientras que los Necron, con su imponente aspecto, avanzarán sin cesar sobre las posiciones enemigas pudiendo resucitar a los muertos, e incluso llevando consigo su inmensa fortaleza volante. En definitiva, tanto en la vertiente monojugador como en el juego online, Dark Crusade destaca por su frenetismo y elevado componente estratégico, lo que sin duda agradará a los aficionados al género de la estrategia, pero sobre todo a los seguidores del juego de mesa Warhammer al poder disfrutar de las batallas entre estos fantásticos ejércitos con un nivel de detalles impresionante.

Y ya que hablamos del nivel de detalles, cabe destacar que el motor gráfico del juego no ha sufrido ningún tipo de cambio con respecto a lo visto en los anteriores capítulos de la serie, lo que no significa que sea un motor gráfico desfasado. Todo lo contrario. Dark Crusade muestra un elevado nivel de detalles tanto en el modelado de las unidades como en las propias edificaciones, quedando como elemento menos destacable los entornos que, a pesar de ser enormes en su mayoría, serán algo pobres en cuanto detalles. No obstante, al igual que ocurre con los siete ejércitos, que serán totalmente opuestos entre sí en lo que a su diseño se refiere, también nos encontraremos con una gran variedad de entornos: desde paisajes nevados a bosques, pasando por entornos urbanos destrozados por la guerra, o zonas desérticas plagadas de restos como huesos y demás.

Además, como decimos, cada bando estará tan diferenciado tanto en apariencia como en jugabilidad que será una delicia enfrentar, por ejemplo, a los salvajes Orkos contra los Tau ya que éstos, pese a tener una gran cantidad de unidades salvajes (perros de guerra, monturas monstruosas, etc.), destacarán por la pulcritud en sus unidades y la sobriedad en sus estructuras. Del mismo modo, los Necron destacarán por poseer un aspecto entre lo arcano y macabro ya que entre sus unidades nos encontraremos con soldados formados por piezas metálicas y restos humanos, así como todas sus edificaciones tendrán un toque de oscuridad arcana que impondrá muchísimo respeto.

A todo esto, también contribuye a realzar el espectáculo en la batalla los efectos de las armas de cada bando, así como las propias animaciones de los soldados. De este modo, por poner algunos ejemplos, nos encontraremos con que los Necron avanzarán rodeados por un halo de siniestra belleza mientras disparan sus rayos de plasma verde sobre los enemigos, pulverizando a todo aquel que se cruce en su camino, o mutilando a los que osen acercarse a los jefes del ejército. Los Tau, por el contrario, fulminarán a la mayoría de enemigos desde la distancia con sus potentes rifles de asalto pero, demostrando sus grandes dotes como luchadores cuerpo a cuerpo, también tendrán unas unidades especializadas en los combates a distancia corta.

Y será en estos casos cuando veamos a distintos Tau saltando con sus garrotes sobre los rivales (saltos de varios metros de longitud), o como las criaturas voladoras que les acompañarán agarran a los enemigos y los descuartizan en el aire. Sus "mascotas", además, se comerán a los rivales o los golpearán con una brutalidad tan increíble que nos dejarán pasmados. Por último, no podemos dejar de nombrar la gran cantidad de tropas que se nos presentarán en pantalla, con unos muy buenos efectos especiales tales como el fuego procedente de las máquinas de guerra Orkas, o los poderosos conjuros de las fuerzas del Caos. También resulta impactante la enorme cantidad de muertos que se podrán apilar en un escenario, no desapareciendo del mapa si no lo marcamos en las opciones. Sin embargo este hecho, que como decimos dota al juego de una enorme espectacularidad, también tiene sus pegas en lo que a rendimiento se refiere, ya que Dark Crusade aún sigue siendo un título bastante exigente en cuanto a requisitos del sistema.

En lo referente a la inteligencia artificial, tanto nuestras tropas como los enemigos demostrarán un elevado nivel de inteligencia, realizando ataques con cabeza siempre usando sus virtudes e intentando minimizar sus defectos. Sin embargo, lógicamente, no será hasta que entremos en las partidas a través de Internet cuando de verdad disfrutemos de las auténticas batallas en el universo Warhammer. En lo que respecta al apartado sonoro, al igual que en los capítulos anteriores, Dark Crusade cuenta con un muy buen doblaje, al inglés eso sí, que nos meterá de lleno en las situaciones que se nos irán presentando. Las melodías, que serán en su mayoría versiones ya escuchadas en las dos entregas anteriores, volverán a amenizar las batallas con imponentes temas épicos cargados de percusión e instrumentos de viento. Y lo mismo ocurrirá con los efectos sonoros, que destacarán por su contundencia.

En definitiva, Warhammer 40.000: Dawn of War – Dark Crusade se trata de un gran juego de estrategia en tiempo real que combina los elementos de la acción y el rol de una manera brillante, lo que unido a la gran cantidad de ejércitos tan diferenciados entre sí hace que sea una de las compras más recomendables para los aficionados a la estrategia. Tal vez se echen en falta más novedades jugables aparte del citado mapa de batalla adoptado por Relic para la ocasión, pero sin duda los seguidores de las entregas anteriores quedarán tremendamente satisfechos con esta impresionante expansión. Además, como explicábamos, no será necesario tener los otros juegos para disfrutar de la modalidad de juego individual, aunque siendo el multijugador su mejor baza, resulta de lo más recomendable disponer al menos del original para tener una buena variedad de ejércitos entre los que elegir. Sin duda, uno de los títulos más impresionantes del año.

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Plataformas:
PC

Ficha técnica de la versión PC

ANÁLISIS
8.8
Estadísticas Steam
COMUNIDAD
9.06

Warhammer 40.000 : Dawn of War - Dark Crusade para Ordenador

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