Análisis de Shadow Tactics: Blades of the Shogun (PC)
Shadow Tactics: Blades of the Shogun es una de esas pequeñas y gratas sorpresas que nos solemos llevar a lo largo de todo el año casi sin que nos demos cuenta. Juegos que parecen salidos de la nada (aunque en realidad no sean así) y de los que apenas se ha hablado, pero que consiguen hacernos disfrutar enormemente con lo que ofrecen.
De hecho, no nos extrañaría que en plena vorágine navideña y saliendo en fechas tan cercanas a títulos tan esperado como Pokémon Sol y Luna, Final Fantasy XV o The Last Guardian muchos ni siquiera supieseis de la existencia de lo nuevo de Mimimi Productions, un juego que a poco que seáis fans de la estrategia y el sigilo estamos convencidos de que os gustará tanto como a nosotros.
Las espadas del Shogun
El título en cuestión nos traslada al Japón de 1615 tras unos años en los que el nuevo Shogun ha conseguido asentar su poder, unificar el País del Sol Naciente y llevar la paz a toda la nación tras una era marcada por las guerras.
Sin embargo, alguien amenaza con romper este nuevo statu quo y los rumores indican que está formando un nuevo ejército para alzarse contra el emperador y derrocarlo.
Lo único que se sabe de él es que en las calles se le conoce como "Kage-sama", algo que ha llevado a muchos a preguntarse si esta historia es real o simplemente un chismorreo que ha conseguido extenderse más de lo normal. A diferencia de lo que piensa la mayoría, el Shogun está convencido de que esta amenaza es real, por lo que decide no perder el tiempo y preparar un escuadrón de élite para que cumpla diferentes misiones y desenmascare la realidad que esconden los rumores.
Como podéis suponer, nosotros controlaremos a este grupo de asesinos especializados, quienes nos han sorprendido por lo bien construidos que están y por el carisma que derrochan. Sus personalidades están muy bien definidas, todos ellos son muy diferentes y las conversaciones que tienen conseguirán que empaticemos rápidamente con el equipo al completo.
Ya sea un samurái experto en el combate cuerpo a cuerpo que antepone su honor ante todo, una niña tan letal como sigilosa que solo quiere dejar de estar sola y tener un maestro al que seguir o un extravagante anciano capaz de manejar un fusil francotirador con una maestría sin igual, todos al final tienen algo que aportar al conjunto.
En lo que respecta a la trama en sí, no nos ha parecido que nos cuente nada especialmente original y la narrativa queda algo deslucida por lo simples que son sus escenas de vídeo, aunque cuenta con un par de giros de guion muy sorprendentes y se llegan a tocar (muy de refilón, eso sí) ciertos temas de gran interés y no muy habituales en la industria.
A nivel jugable, estamos ante un juego de estrategia y sigilo en tiempo real en el que tendremos que ir moviendo y coordinando a nuestras unidades por el mapa para abrirnos camino sin ser detectados al mismo tiempo que cumplimos los objetivos que nos vayan encomendando. Lo más fácil para que entendáis su fórmula jugable es que penséis en Commandos, la mítica y desaparecida saga de Pyro Studios, ya que las similitudes entre ambos juegos son más que evidentes, a pesar de que cada uno cuenta con su propia ambientación y temática.
Como podréis imaginar, cada personaje cuenta con sus habilidades y características únicas. Algunos podrán usar un gancho para escalar edificios, otros podrán trepar por las hiedras de los escenarios, no todos saben nadar, la velocidad a la que son capaces de mover los cadáveres es muy variable, etcétera.
A esto sumadle las técnicas tanto de asesinato como de distracción de cada uno. Por ejemplo, el ninja Hayato es capaz de eliminar enemigos a distancia gracias a sus Shurikens y lanzar piedras para desviar la mirada de los rivales durante unos segundos, mientras que la joven Yuki puede colocar trampas y atraer guardias hasta ellas engañándolos con los sonidos de su flauta.
Aprender a explotar las posibilidades de cada uno y hacer que trabajen en equipo es fundamental para llegar hasta el final de la aventura, algo que se ve potenciado gracias al Modo Sombra, una función que nos permitirá registrar una acción por personaje para que las ejecuten a la vez y así poder, por ejemplo eliminar tres enemigos de un plumazo sin que tengan tiempo de reaccionar y dar la alarma, lo que dispara nuestras posibilidades estratégicas.
Uno de los grandes aciertos del título lo tenemos en lo bien que nos va introduciendo en sus mecánicas y en las posibilidades de cada personaje, quienes van apareciendo poco a poco para que nos podamos acostumbrar y aclimatar a ellos antes de tener que emprender misiones con el grupo al completo y con todas nuestras posibilidades desbloqueadas (los héroes que controlaremos en cada misión están predeterminados por la historia, ya que el equipo no va siempre junto).
Ojo, aquí todo ocurre en tiempo real, por lo que no podréis pausar la acción para pensar vuestros movimientos e introducir las órdenes con calma, de modo que procurad esconder bien a vuestros héroes antes de pasar el control de uno a otro.
En cuanto a los niveles en sí, nos ha sorprendido el buen diseño del que hacen gala, ya que son muy variados y saben ofrecernos diferentes tipos de retos para que tengamos que adaptar constantemente nuestras estrategias. Además, tienen la suficientemente verticalidad para que tengamos que tener en cuenta los diferentes niveles de altura tanto a la hora de evitar las miradas enemigas como a la de usar nuestras técnicas (el recorrido que pueden hacer difiere de una a otra).
Lo mejor es que siempre saben cómo ofrecer un buen desafío con muchos elementos interactivos que tendremos que saber cómo usar y multitud de guardias de los que dar cuenta. Es un título que exige una paciencia tremenda debido a su ritmo, estudiando con detenimiento el escenario, la posición y las rutas de los enemigos, y actuar con mucha cautela, procurando no solo matar, sino esconder los cuerpos y evitar asustar a los civiles.
El más mínimo fallo hará que salten las alarmas y, por consecuencia, la mayoría de las veces eso será sinónimo de fin de partida (si un personaje muere habremos fracasado), por lo que las teclas de guardado y carga rápida serán nuestras mejores aliadas. De hecho, para que os hagáis una idea de lo importantes que son, el propio juego nos avisará con un temporizador del tiempo que llevamos sin guardar, algo con lo que también pretenden incentivarnos y animarnos a que experimentemos.
Algo que no nos ha terminado de convencer es lo tremendamente largos que son los niveles. Las primeras misiones nos durarán alrededor de una hora (la primera vez), pero a medida que avancemos estas pueden llegar a extenderse por encima de las dos horas, bordeando las tres en las más duras, algo que provoca cierta sensación de agotamiento (el título requiere de toda nuestra atención y concentración en todo momento) y tedio. La campaña nos durará unas 20 horas fácilmente, pero habría sido un producto mucho más redondo si se hubiesen incluido más fases y acortado la duración media de las mismas.
Un buen detalle es que en cada misión hay un buen número de insignias que podremos conseguir cumpliendo objetivos concretos como completarlos en su máxima dificultad, en un tiempo determinado, sin usar arbustos para escondernos, etcétera. Muchas de ellas son especialmente desafiantes y complicadas de obtener, por lo que aportan un grado extra de rejugabilidad muy apetitoso que alarga su vida útil durante un buen puñado de horas a poco que queramos intentar conseguir el 100%. Además, como la mayoría nos obligarán a jugar de una forma distinta también le dan un toque de variedad al tener que replantearnos nuestras estrategias habituales.
Otro aspecto que se podría haber mejorado es el de los controles. No son malos (para nada), pero algunas acciones requieren algo de tiempo para aclimatarnos a su ejecución y ejecutarlas con comodidad, ya que cosas como el movimiento de la cámara a la hora de girarla para ver otros ángulos pueden resultar un poco extraños al principio y la selección de teclas por defecto también requiere un tiempo de aprendizaje, por lo que quizás queráis configurarlas a vuestro gusto desde el menú de opciones antes de empezar a jugar. No son unos controles especialmente intuitivos, pero funcionan perfectamente una vez nos hagamos a ellos y entendamos los diferentes elementos de su interfaz.
El apartado técnico no es precisamente el punto fuerte de esta obra, y cosas como el modelado tan simple de los personajes, sus mejorables efectos, sus largos tiempos de carga o sus robóticas animaciones dejan entrever con facilidad sus humildes orígenes, aunque a nivel artístico es otro cantar. El diseño de los protagonistas es excelente y los escenarios están repletos de detalles y elementos que consiguen captar a la perfección la esencia de la época para ofrecernos una recreación muy bella y fiel de aquel histórico Japón.
Del sonido también podemos decir algo parecido, con melodías de calidad que imitan el estilo musical de aquel entonces y que se adaptan correctamente a lo que ocurre en pantalla, aunque por desgracia acaban cansando antes de tiempo y no resulta muy variada. Los efectos cumplen correctamente y el doblaje nos ha sorprendido gratamente, ya que cuenta tanto con voces en inglés como en japonés (no nos olvidemos que estamos ante una producción alemana), siendo estas últimas las más recomendables para meternos de lleno en su ambientación. Además, la selección de voces y las interpretaciones son muy buenas.
Conclusiones
Shadow Tactics: Blades of the Shogun recupera con muchísimo acierto una forma de entender los juegos de estrategia y acción táctica con sigilo que llevaba años desaparecida. Es desafiante, cuando las cosas nos salen bien resulta satisfactorio como pocos, cuenta con un grupo de protagonistas muy carismático y con muchas posibilidades de acción para que desarrollemos multitud de estrategias distintas, es largo y rejugable, y, lo más importante de todo, sabe divertir y atraparnos frente a nuestro monitor.
Es cierto que no se trata de un juego para todo el mundo, ya que su ritmo es muy pausado y requiere de grandes dosis de paciencia por nuestra parte, y la excesiva longevidad de sus misiones llega a hacerlas agotadoras, pero sus múltiples virtudes consiguen anteponerse a todo esto para hacer de él una compra muy recomendable que deberíais probar a poco que su propuesta os llame la atención.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Cosmocover.