Análisis de Los Sims 4 (PC)

La bipirámide hexagonal verde es un símbolo muy reconocible en el mundo del videojuego. No es tan conocido a nivel general como Pac-Man, pero cualquiera relacionado con este mundo lo asocia inmediatamente a Los Sims, el simulador social más conocido, con más de 150 millones de unidades vendidas.

En estos 14 años han salido cuatro juegos principales y numerosas expansiones (unas buenas, otras no tanto), y ha evolucionado en distintas direcciones. En cada uno de ellos los sims vieron como cada vez sus vidas requerían menos horas de estudio y que la socialización era más relajada.

Salieron de sus fincas para abrirse a todo el barrio, fueron adquiriendo personalidad y cada vez era más fácil contar historias con ellos.

Ahora Maxis cree que ha llegado el momento de hacer una jugabilidad más suave y de dotar a sus criaturas de emociones que condicionan su vida. De esta forma los personajes son más realistas, ya que pueden cambiar de humor con más facilidad pero también guardar rencor más tiempo, y se amplía el abanico de personalidades posibles: entre un mohíno esnob con el alma negra y una rata de biblioteca como una chota que habla consigo mismo, hay una cantidad increíble de combinaciones.

Los rasgos que definen a cada uno condicionan las acciones a las que tienen acceso. No es sólo cuestión de rasgos de personalidad, como ya sucedía en Los Sims 3, también cuentan las emociones. La forma de ser, el entorno y los sims que le rodean alteran el estado de ánimo de tu sim haciendo que se sienta coqueto, inspirado para tareas creativas o con ganas de molestar a los demás.

Pese a que es la novedad más publicitada, hay otros muchos cambios significativos, desde el de la interfaz, totalmente remodelada, a la creación de Sims y la formación de familias o la construcción de solares. No ha quedado prácticamente cimiento del juego que no se haya retocado.

Tan fácil como hacer click y definir el personaje

Ya hablamos del nuevo creador de personajes. Sin duda es el más sencillo de utilizar de todas las versiones del juego: haces click en el rasgo que quieres modificar y arrastras el ratón para darle la forma deseada. También puedes partir de un rasgo predefinido y modificarlo.

Este nuevo editor permite crear personajes caricaturescos como no se habían podido diseñar hasta ahora, aunque también da la sensación, después de crear decenas de personajes, de que hay algo menos de variedad en las facciones. Pero hay material para estar horas y horas aumentando la población de sims.

Además del aspecto físico, dotas a tu sim de una aspiración en la vida y tres rasgos de personalidad. No es como las aspiraciones que había en Los Sims 3, que condicionaban la satisfacción del personaje y llevaban a estar más pendiente de lo que deseaba el personaje. Ahora el sim es menos exigente y estas aspiraciones no son tan relevantes e incluso se pueden modificar en cualquier momento en el editor de personajes. Se trata más de definir un carácter que de satisfacer sus deseos. Algunos rasgos son parecidos, y otros son excluyentes.

Uno de los personajes que creamos para este análisis resultó ser de la piel del diablo, siempre buscando la manera de molestar a su compañero de piso, sobre todo a base de tirar a patadas el cubo de la basura cada vez que pasaba al lado. No en vano tenía como aspiración convertirse en enemigo público número uno y como rasgos de personalidad loco, malvado y perverso. Otro necesitaba realizar ejercicio físico todos los días o caía en un estado de tensión que le impedía realizar algunas actividades. Otros resultaron ser seres bastante anodinos. A diferencia de las aspiraciones, los rasgos son inmutables.

Si creas una unidad familiar de más de un sim puedes establecer relaciones entre ellos. Es una excelente solución para que los personajes desde el principio actúen como quieres, y además no es necesario fortalecer constantemente esa relación mediante interacciones. Todo está orientado a que el jugador se pueda centrar más en lo que quiere hacer que en cómo lograrlo y que sea más suave y cómodo el manejo de los personajes.

En esta misma línea se enmarca la Galería. Aunque sigue siendo una experiencia para un jugador, cada vez hay más interacción con otros usuarios. Ya se podían compartir contenidos, sobre todo machinima y casas creados por otros jugadores, pero era un poco complicado y requería salirse del juego.

Ahora sólo tienes que abrir la Galería, en el menú, de forma que con apenas un par de clicks puedes subir un sim que hayas diseñado o incorporar con la misma facilidad a tu unidad familiar uno que haya realizado otro jugador.

Con esto es más fácil animarse a subir los contenidos que creas y revisas como si fuera un catálogo (incluso con filtros) las creaciones ajenas para encontrar una casita típicamente japonesa o un sim parecido a Jennifer Lawrence para que esté en tu siguiente fiesta, por poner un ejemplo.

En Los Sims 4 hay dos barrios, Willow Creek y Oasis Spring. Son pequeños en comparación con los de juegos anteriores (en los que costaba un poco mover el mapa), pero a cambio puedes irte de uno a otro cuando quieras, ya sea para visitar a alguien, pescar o mudarte de casa. Dos barrios se hacen insuficientes, sobre todo porque no hay tantas parcelas libres.

Para que te dediques a lo que más te interesa

Hay jugadores de Los Sims que disfrutan por igual con todos los aspectos del juego, pero algunos prefieren centrarse casi exclusivamente en el diseño de casas y ambientes, mientras que a otros les gusta más la opción de socialización y desarrollo de historias. Los Sims 4 se ha diseñado de tal forma que puedes dedicarte a lo que prefieras y no gastar tiempo ni esfuerzo en los aspectos que no te interesen.

Si prefieres pasar por alto la creación de personajes puedes optar por un sim aleatorio, como ya sucedía. Si no te interesa la vida social puedes dejarles que vivan su vida sin intervenir más que cuando es imprescindible (y estos sims, aunque más inteligentes, siguen tendiendo al caos). Y si no quieres sentirte como Frank Gehry pero tampoco te gustan las casas que vienen por defecto en el juego puedes construirte la tuya en apenas cinco minutos de forma modular.

El juego incluye ya un pequeño catálogo de habitaciones prediseñadas, pero una vez más la gran baza es la Galería. En el modo construcción eliges en ella la habitación que haya hecho otro usuario y te la llevas al mundo de juego directamente. Vas completando la casa con los módulos que quieras (incluyendo algunos de exterior y salones y comedores por separado) y sólo tienes que recolocar puertas y paramentos, sobre todos los exteriores.

Es como ir eligiendo del catálogo de Ikea esas habitaciones que tanto te gustan y eres incapaz de convertir en realidad en tu casa. La casa que queda es totalmente resultona y da el pego a la perfección como si hubieses estado horas y horas pensando en combinaciones de muebles y colores.

Eso si no quieres complicarte a la hora de meterte a arquitecto, pero si te gusta construir también hay interesantes novedades que hacen mucho más interesante y cómoda la construcción. Los tejados, a veces ingobernables en juegos anteriores, permiten ahora más creatividad y son más sencillos de diseñar.

Puedes elegir la altura de cada planta del edificio y modificar sobre la marcha los cimientos de la casa y es casi inevitable echar mano de ellos porque queda la casa mucho más vistosa y no requiere más que cinco segundos. Todo es redimensionable y se puede mover en cualquier momento. Práctico y útil. Estas innovaciones a la hora de construir son uno de los mejores valores del juego.

Unos objetos llegan y otros se van. Si bien ahora tenemos unas bellas enjutas que permiten diseñar unas pérgolas espectaculares o dar aspecto majestuoso a una vivienda, ha desaparecido la opción de crear sótanos y la herramienta (demasiado engorrosa para el nuevo concepto del juego) de nivelación de terreno. No hay lavavajillas ni otros electrodomésticos socorridos, ni garaje ni coches.

Sobre todo, no hay piscinas ni niños pequeños, los que el juego denominaba infantes. Es una de las principales quejas de los jugadores. En Maxis han alegado que ha sido necesario recortar en esos aspectos para desarrollar las novedades. El miedo de los fans es que todo esto llegue después en forma de expansiones. Vistas las ansias de Electronic Arts de obligarte a abrir el monedero cada poco tiempo, no sería de extrañar. Y no sería justo ni leal hacia los seguidores. Las expansiones deben ofrecer nuevas experiencias de juego, no completar lo que debería haber sido desde el principio.

Unos que vienen, otros que se van

A cambio de lo que se ha quitado tendrás mil cachivaches para llenar tu casa. En Los Sims 3 algunos de ellos llegaron en forma de expansión, y ahora vienen ya en el juego. Es el adiós al minimalismo y el hola al abigarramiento y el neobarroquismo. Percheros, especieros, mochilas infantiles, zapateros, botes de galletas, armarios altos para la cocina, 19 campanas extractoras... es una suerte que tus sims sean ahora más capaces de moverse por la casa que los de hace diez años. Para que no te vuelvas loco a la hora de decorar, puedes buscar los objetos que quieres por el nombre y filtros para delimitar los objetos que quieres ver.

La interacción social y el aprendizaje de habilidades siguen los pasos de Los Sims 3 y los suavizan más aún. Por suerte forma parte de un pasado muy lejano el tener que pasar horas y horas viendo cómo tu sim lee un libro para conseguir una habilidad. Y desde que pueden salir a la calle y abordar a cualquier vecino que pase por su casa (y lo hacen muy a menudo) está garantizada la vida social.

Con la importancia que tienen las emociones hay que aprovechar el estado de ánimo de tu sim para saber qué actividad es la más adecuada. Los sims son más sentidos, sí, pero también son muy lábiles, capaces de pasar de un cómodo bienestar a un estado de tensión elevado si sienten que necesitan algo de ejercicio.

La contrapartida está en que esa puedes provocar esa volubilidad, ya sea poniendo al sim a hacer abdominales, dándole una ducha energizante si se siente decaído, logrando que otro le haga mimos para ponerle cariñoso o ponerle vacilón a base de ver el canal comedia. Las relaciones entre los distintos sims son también más duraderas.

Maxis ha acertado al incluir esta característica, ya que enriquece mucho las posibilidades del juego y, a fin de cuentas, lo hace más realista y cercano a lo que son las personas en realidad, capaces de pasar de la risa al enfado en apenas un chascar de dedos si se trata de personas algo inestables. Por eso son básicas las decisiones que tomes al realizar el personaje.

A la hora de construir resulta todo un acierto la nueva interfaz, que elimina los rodeos innecesarios y reúne todo en un dibujo de una casa. También puedes elegir por habitación o por función para comprar objetos. Es el mismo esquema de Los Sims 3 pero más depurado y directo.

Un nuevo control, o el de Los Sims 3

Con esto hay que hablar también de los cambios en el control. En general es mucho más cómodo que en las versiones anteriores del juego, pero la inclinación horizontal -que antes era tan sencilla y útil- queda ahora marginada. Si no logras acostumbrarte, siempre puedes activar el control de Los Sims 3. También puedes activar el menú circular tradicional de acciones en lugar del nuevo, más contextual.

Los menús de interacción incluyen muchas más opciones y se basan más en el contexto en que se produce la situación que en ofrecer las mismas posibilidades. Esto siempre ha sido así, sí, pero ahora está mucho más marcado.

No todo lo que hemos visto en Los Sims 4 son buenas noticias o características que nos han gustado y hacían mucha falta. Por alguna extraña razón, los tutoriales aparecían de una manera alocada a lo largo de la partida. Con más de 25 horas de juego se activó, por ejemplo, el relacionado con las profesiones.

Mención aparte merecen personajes como los encargados de catering. Eso o nos han tocado los más alocados en la mayoría de las fiestas que hemos organizado. Unos se dedicaban como posesos a elaborar comida sin parar para apenas cinco invitados mientras que otros se sentaban a ver la televisión sin llevar a cabo su trabajo.

La música ha perdido parte del carisma habitual de la serie para ser más música de ascensor. No molesta, pero tampoco es reconocible. Y el apartado gráfico es quizá donde ha habido menos innovaciones, aunque también es cierto que el juego no es demasiado exigente en sus requisitos mínimos. Los sims tienen mejor aspecto que en Los Sims 3, no en vano han transcurrido cinco años. Las pantallas de carga son más llevaderas, probablemente por el menor tamaño de los barrios, que además son mucho menos detallados que en juegos anteriores. Ahora apenas son bocetos de la zona, y se iluminan y aparecen en color las distintas zonas cuando pasas el ratón. Aquella zona destacada es en la que se mueve el sim.

Cuatro juegos en 14 años no es demasiado, aunque el lanzamiento de expansión tras expansión hace que nos seamos tan conscientes del tiempo que transcurre entre cada uno de los juegos principales. Eso dice mucho a favor de la jugabilidad. Este Los Sims 4 parece que continuará la senda exitosa de sus antecesores. Ojalá que las, sin duda numerosas, expansiones que vendrán consigan que el tiempo hasta el siguiente juego se nos haga tan corto como estos cinco años que han transcurrido desde Los Sims 3.